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Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después. Quinta parte. La incógnita | ͶÀT IꟼAƆ ⅃Ǝ | Octubre de 2024

Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después.

Quinta parte. La incógnita.

f). – Usted solía hacerle a la escultura.  En madera, yeso, piedra, hierro, bronce, creaba figuras, imágenes, formas.  No lamenta mucho lo que pasó.  Ya le desesperaba vivir de bustos y estatuas de políticos, y de cortejar gobiernos para que le financiaran sus proyectos.  Lleva varios días desde que llegó a esa comunidad y, como es medianamente inteligente, ha entendido de qué va todo ese asunto: esas personas se plantean el reto de volver a empezar.

  Deambulando, llegó hasta donde un joven labraba, con un machete, madera balsa.  “Es Corcho, así le decimos acá”, le aclaró él.  Con habilidad le fue dando forma hasta que quedó una tabla tan lisa e impecable que sería la envidia de la mejor máquina aserradora, cepilladora, pulidora.  Pero ya no hay máquinas eléctricas.  Y si las hay, falta la electricidad para echarlas a andar.  Toma usted un pedazo de “corcho” y mira al joven.  Él hace un ademán como diciéndole “tómala sin pena”.  El joven le muestra la tabla que labró y le aclara: “es para el comedor”.  Usted va de un lado a otro, sin saber qué hacer con el trozo de corcho.  Entiende lo que se propone esa gente, pero, más que certezas y propuestas, lo que usted tiene son dudas.

  Otro día usted descubre la tabla a la entrada del comedor con un letrero que advierte: “Elige: o lavas tu mano o dolor de tu panza”.  Una mano infantil, se adivina por el trazo de la letra, había agregado “Dolor de panza = clínica = inyección =duele mucho”.  Otra mano infantil había añadido “Cobarde”.  La mano inicial respondía “no soy cobarde”.  Luego una larga secuencia de “Sí eres”, “No soy”, que casi llenaba la tabla.  El debate terminaba con un “si no sos cobarde, entonces ¿por qué no andas en bicicleta en la grava?”  Ya no hubo respuesta.

  Cuando se asomó al comedor el primer día, usted pensó “es como en una cárcel”.  Tomó su plato y se salió, esperando que alguien lo obligara a entrar de nuevo.  Pero no, nadie lo detuvo y afuera, bajo árboles, en el suelo o en bancas rústicas, no eran pocos los que comían en parejas, pequeños grupos o solitarios.  Anduvo por el poblado sin ninguna restricción.  Incluso probó a salir de la comunidad y no sonó ninguna alarma, ni apareció un grupo de personas armadas siguiendo a la jauría que arrancaría en su búsqueda.

  Después de lavar su plato y, claro, sus manos (porque usted no es cobarde, pero tampoco es fan de las inyecciones), se sienta y, sin darse apenas cuenta, empieza a labrar, con su vieja y mellada navaja, el trozo de corcho.  La figura va tomando forma.

  En la asamblea, cuando llega su turno de presentarse, usted saca de su regazo la pequeña figura.  Es una especie de signo de interrogación, sin color, pero con sus formas bien definidas.

  Le preguntan “¿Qué es eso?”.  “No sé”, responde.  Y sin titubear agrega: “No sabemos”.  La asamblea guarda un silencio expectante.  Quienes coordinan se miran entre sí y dicen “Bueno, ya lo averiguaremos”.

  Al otro día, usted sonríe cuando ve la figura sobre la mesa de la coordinación de la asamblea.  No se detiene mucho tiempo, tiene que ir a barrer en el comedor “Las penas con pan son buenas.  Y a falta de pan, tortillas”.

-*-

g). – Usted le hace a la arquitectura.  No sabe cómo llegó hasta ese lugar, pero, por alguna extraña razón, se siente entre pares.  Usted es medianamente inteligente, así que entiende que, después de todo, diseñar un espacio no es muy distante de diseñar un mundo.  Y eso es lo que parecen estar haciendo esas personas, aglomeradas en torno a una vieja cancha de baloncesto.  Están discutiendo el diseño del mundo que les toca rehacer sobre un terreno baldío.  O sea, recomenzar.

  Usted se ha acercado instintivamente a un grupo de hombres y mujeres.  Los recuerda porque, el día anterior, cuando pasaron lista y dijeron “carpinteros, albañiles y mecánicos”, no respondieron.  Quienes coordinaban la asamblea, repitieron el llamado: “carpinteros, mecánicos y albañiles”.  Nada.  Todos miraban en dirección a ese grupo.  Por fin, no sin fastidio, la coordinación dijo. “está bien, pues, “ingenieros e ingenieras”.  Y ahí sí respondieron “presentes”.  Así que, este día, cuando dicen “ingenieros e ingenieras” usted interrumpe y agrega “y arquitectas y arquitectos”.  La asamblea le mira con curiosidad, pero el “cuerpo de ingenieros” le sonríe y más de uno le da palmadas en la espalda.  La coordinación dice, con resignación: “y eso”.  Usted respira aliviado.  Pero, como un solo cuerpo, arquitectura e ingeniería maldicen cuando escuchan: “les toca revisar la manguera que viene del manantial”.

  En la tarde, cuando el sol empieza a arroparse en el horizonte, en el comedor llamado “Comida vemos, digestión no sabemos”, usted contempla el paraje vacío, apenas con unos esqueletos de lo que serán, supone, champas.  Y, sin proponérselo, ya imagina el diseño del auditorio.  Si se resuelve el techo de modo que no requiera muchas columnas intermedias, bien podría servir para reuniones, conciertos, bailes, exposiciones, teatro y cine.

  No hay concreto, ni varillas, ni cemento, ni nada parecido.  Las pocas láminas que todavía servían están ocupadas donde están las herramientas.  Ve las champas con techumbres de zacate, hojas de watapil y oreja de elefante.

  Piensa: “sí se podría, menos peso, aunque menos duración.  Cada tanto se tendría que… recomenzar”.

-*-

h). – Usted hace cine.  Se desempeña en cualquiera de los muchos trabajos que se requieren para llegar al momento sagrado y sublime en que, en un rostro, se refleja la luz de la pantalla y un puño de palomitas llena la boca.  Usted ha buscado en este texto y no encuentra interpelación directa alguna.  Tal vez algo muy indirecto y mediado en las partes del todo.  Siente deseos de protestar, de reclamar.

  “¡Ése maldito capitán! ¿Quién se cree para dejar fuera al séptimo arte, el padre de la televisión, el prisionero del streaming, el imposible lugar donde pueden converger y convivir las otras artes?  ¡Ignorante! ¡Ciego! …” Y otras maldiciones que el pudor me impide reproducir.

  Alguien se acerca y hojea el texto mientras usted sigue maldiciendo.  Lee en silencio y le pregunta a usted “¿De quién es este guion?”.  “¿Cuál guion?” revira usted con molestia.  “Éste”, le dice mientras le muestran el fajo de cuartillas impresas.  La persona a su lado sigue: “Claro, va a costar un dineral producirlo.  Por no hablar de la distribución.  Lo de ahora son los finales con escenarios apocalípticos, donde la catástrofe saca lo peor de cada ser humano.  No creo que interese al público un escenario donde, en medio de la desgracia, florece lo mejor de la humanidad.  La gente, el público, prefiere algo que racionalice sus bajezas y ruindades.  No son tiempos de bondad y fraternidad.  Y luego el problema del reparto.  ¿Quién va a hacer el papel del malo si el malo es un sistema? …”.

  Usted interrumpe con un ademán demandando silencio, toma su celular y marca un número.  “¿Sí?”, responde una voz somnolienta en la bocina.  Usted: “Joaquín, que bueno que te encuentro.  Hay un papel de malo.  Pero lo malo del malo es que no es una persona, ni una banda de pandilleros, o sea de banqueros, ni una estrella de la muerte o palacio de gobierno, ni una creatura más fea que tú.  El malo es el sistema”.  La bocina responde “¿Quién diablos eres y por qué me llamas a las tres de la mañana?”  Luego el pitido de la comunicación cortada.

  A su lado siguen comentando: “Y luego está el problema de la banda sonora.  Es un tutifruti de todos los diablos, porque, en torno a la cumbia, se adivinan miles de géneros musicales.  La escenografía es imposible.  Se necesitarían un montón de cámaras y ni con Inteligencia Artificial podríamos generar algo parecido a este alucine.  No habrá quién se atreva a financiar un proyecto así.  Y luego, los créditos. ¿En serio vamos a poner en el reparto a un escarabajo impertinente que se hace llamar “Don Durito de La Lacandona”?  Y, si es chicle y pega, ¿imaginas a un escarabajo con armadura, montado en una tortuga, desfilando por la alfombra roja del Festival de Venecia, o en San Sebastián, Cannes, Hollywood?  Tal vez se pudiera la parte donde recomienzan y, sobre los mismos cimientos, reconstruyen el mismo edificio.  Lo otro es imposible de imaginar.  ¿Qué es esto?”.

  Usted guarda silencio.  De pronto murmura: “Es una invitación”.  “¿A qué? ¿A hacer una película?”, insiste la otra persona.  Entonces usted, que es medianamente inteligente, entiende y responde dudando: “No sé… ¿A imaginarnos el día después?”

Continuará…

Desde la fila frente al puesto de palomitas.

El Capitán.
Octubre del 2024.

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Comunidad Indígena Otomí residente en la CDMX

Comunicado. Lo hicimos… y resistimos: A 4 años de la toma del INPI, a 28 años de la fundación del Congreso Nacional Indígena (CNI) y a 532 años de resistencia y dignidad de nuestros pueblos

Al  Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN
A la Comisión Sexta del EZLN
Al Congreso Nacional Indígena, CNI
Al Concejo Indígena de Gobierno, CIG
A Ma. de Jesús Patricio Martínez, Vocera del CNI-CIG
A los Pueblos, Tribus, Naciones, Comunidades y Barrios Originarios que nunca fueron conquistados
A la Sexta Nacional e Internacional
A las Redes de Resistencia y Rebeldía
A la Europa Insumisa, Digna y Rebelde
A quienes firmaron la Declaración por la Vida
A los medios libres, independientes, alternativos o como se llamen…
Al Pueblo de México y del mundo.

Herman@s tod@s

A 4 AÑOS DE LA TOMA DEL INPI,
A 28 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DEL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, CNI Y
A 532 AÑOS DE RESISTENCIA Y DIGNIDAD DE NUESTROS PUEBLOS, DECIMOS:

Desde la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”, la Comunidad Indígena Otomí residente en la CDMX e integrante del Congreso Nacional Indígena, CNI-CIG y de la Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio, agradecemos la presencia de tod@s Ustedes en esta su Casa, pero especialmente agradecemos, la SOLIDARIDAD de quienes muy a pesar del dolor y la rabia que provoca el olvido, el desprecio y la discriminación del mal gobierno, decidieron acompañarnos y caminar con nostr@s en esta travesía de lucha y resistencia, que el día de hoy cumple ya, cuatro años.

Fue dificil haber tomado esta desición, sobre todo cuando estábamos en medio de una Pandemia Global, cuando estábamos en el auge de la mal llamada “transformación de cuarta”; cuando viviamos la simulación hecha gobierno, esa desbordaba asistencialismo y desarrollismos como “política pública de Gobierno y ´de Izquierda´” Ja!, pero sobretodo, cuando el FINQUERO decretó el “FIN DEL NEOLIBERALISMO EN MÉXICO”. Sin embargo, lo que realmente nos quitaba el sueño, era la idea de terner que sacar de sus oficinas, al TRAIDOR DE LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS, ADELFO REGINO MONTES, y pues, con mucha rabia, con mucha dignidad y con mucha rebeldía, lo HICIMOS. Muy a pesar del cerco mediático, la clase política no daba crédito, “que un pequeño, pero pequeñísimo” grupo de indígenas les hubiera tomado las oficinas del INPI.

Herman@s.

A 532 años, nosotros los pueblos originarios y comunidades indígenas seguimos siendo despreciado@s, discriminad@s, despojad@s, perseguid@s y asesinad@s. Nada ha cambiado, que no sea el color del gobierno en turno y las mentiras, como la mejor oferta de gobierno para “transformar” este país. Por otro lado, la mal llamada “Conquista de América”, sigue imponiendo colonización, esclavitud, genocidio y despojo en contra de nuestros pueblos originarios y comunidades indígenas. Medio siglo después, resistimos una Globalización neoliberal que busca acabar con la resistencia y autonomía de los pueblos, enfrentamos una guerra capitalista y patriarcal sostenida con la militarización en nuestros territorios y con el auspicio gubernamental de la contrainsurgencia y la impunidad del crimen organizado. Todos juntos, como garantes del despojo de la tierra, el territorio, el agua y la vida.

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Encuentro Continental Construyendo una Alianza contra Gasoductos y otros Megaproyectos en Defensa de los Territorios de los Pueblos Originarios

Declaratoria de Yajxonax | Encuentro Continental Construyendo una Alianza contra Gasoductos y otros Megaproyectos en Defensa de los Territorios de los Pueblos Originarios | 12 de octubre 2024

Declaratoria de Yajxonax

Hoy, 12 de octubre de 2024, fecha simbólica para los pueblos originarios de este territorio llamado Abya Yala, nos hemos reunido en tierras de resistencia en el Istmo de Tehuantepec, en el Encuentro Continental Construyendo una Alianza contra Gasoductos y Otros Megaproyectos en Defensa de los Territorios de los Pueblos Originarios.

374 delegados, delegadas y representantes de pueblos y organizaciones indígenas, ambientalistas, académicos y comunicadores, provenientes de 20 estados de la República Mexicana, de 22 pueblos indígenas y de 11 países, con el fin de dar impulso a las iniciativas de articulación de los pueblos de las Américas.

En este encuentro continental, nos pronunciamos de manera enérgica en contra de la guerra y de otras formas de violencia que son utilizadas como mecanismos para saquear el patrimonio de nuestros pueblos, imponiendo megaproyectos. Esta violencia se expresa de la manera más cruda y brutal en casos como el del pueblo palestino, y la criminalización que alcanza a los defensores del territorio en todos nuestros países.

Nos manifestamos por el cese a la violación de los derechos de la naturaleza, y contra el papel de la banca internacional que financia megaproyectos que atentan contra los pueblos y la naturaleza.

Al cumplirse hoy 532 años de resistencia indígena, negra y popular, a pesar del capitalismo salvaje y destructivo, y los incontables intentos de borrar nuestra cultura ancestral, de la militarización de los territorios de nuestros países, y del falso bienestar que pregonan los gobiernos, desde el Istmo de Tehuantepec manifestamos que nos mantenemos firmes celebrando la vida con dignidad y rebeldía.

En este encuentro hemos acordado impulsar, junto con nuestros hermanos y hermanas del norte, meso y sudamérica, los esfuerzos de caminar juntos en defensa de nuestros derechos y territorios. Condenamos la imposición de megaproyectos y, en particular, de los gasoductos, como los de Tuxpan, Tula y La Puerta del Sureste, que provocan graves daños ambientales y amenazan la vida y la cultura de nuestros pueblos.

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Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después. Postfacio. Tercera Parte: ¿Otras opciones?  Cuando las palabras no son necesarias. | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Octubre de 2024

Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después.

Postfacio.

Tercera Parte: ¿Otras opciones?  Cuando las palabras no son necesarias.

  Sigamos con la asamblea comunitaria.  La persona que está a su lado ha declarado ya lo que sabe, así que es su turno.  Y entonces:

a). – Usted es medianamente inteligente y entiende que, en esa situación, las palabras son inútiles.  Así que empieza a murmurar una tonada musical, y se para de puntas, y abre los brazos como ramas de un árbol aún por imaginar, y empieza a girar y dar saltos, a… a… a ¿danzar?  Y la bulla.  Y ya le siguen una banda de niñas y niños, con perritos y gatitos incluidos, y empiezan a brincar y a hacer malabares, y, casi sin quererlo, se sincronizan.  Y tras que hay una hoguera (porque no hay electricidad y ya la noche arropa el poblado), y entonces el fuego convoca y no destruye.  Y, sin proponérselo, la coreografía involuntaria gira alrededor de la hoguera.  Y las sombras replican la danza en las personas, en los árboles, la montaña.

  Y entonces, al otro día, descubre usted que los niños y niñas le dicen “la que vuela” o “la que baila muy otro”.  Y alguien, algún aguafiestas de ésos que nunca faltan, les corrige con un: “se dice Bailarina”.

  Y en la siguiente asamblea comunitaria, cuando pasan lista para saber si están todos, usted escucha “la bailarina” y se da cuenta de que todas las miradas convergen en usted y, no sin sonrojarse, pero sonriendo, usted dice “presente”.

  Claro, la sonrisa no dura mucho porque a continuación agregan: “te toca turno en la hortaliza con la comadre Chepina”.

-*-

b). – Usted no dice nada.  Porque, mientras la asamblea ha seguido su curso, usted ha tomado un pedazo de carbón y, sobre una tabla, ha dibujado algo que bien podría ser un retrato de la asamblea. Algo como una panorámica, pero sin celular de última generación, ni sistema operativo capaz, ni IA.

  Así que no dice nada, sólo levanta la tabla, se la da a quien está a su lado, y se la van pasando entre los asistentes, que murmuran en una lengua incomprensible.  Entonces usted apenas se da cuenta de que a su lado hay una niña, de unos 3 o 4 años, que la mira fijamente con curiosidad.  Usted hace lo que todos los adultos hacen en una situación incómoda con un infante, y le pregunta “¿cómo te llamas?”  La niña no responde, la sigue mirando, pero no con miedo.  Usted se desentiende y trata de localizar por dónde anda la tabla con el dibujo panorámico.  Piensa incorporarla a su “carpeta” o “curriculum”, porque, una nunca sabe, puede ser que tenga que topar un paradójico Marx que no le quiera pagar por sus diseños y le otorgue, en cambio, un diploma.  La niña a su lado ya tiene una tablita y un pedacito de carbón y, entregándoselos, le dice: “mi gatito se perdió”.  Usted se desconcierta, pero es medianamente inteligente y supone que la niña quiere que usted le dibuje algo así como un cartel de búsqueda, así que le pregunta “¿Y cómo es tu gatito?”.  La niña sonríe porque se da cuenta de que usted ha entendido lo principal y le detalla: “Mi perrito tiene su ojo amarillo”.

  Lo que sigue es un toma y daca que no lleva a ninguna parte: “pero habías dicho que era un gatito”.  “Es lo mismo”.  “No, no es lo mismo, una cosa son los gatos y otra los perros”.  “Es”.  “No es”.  La niña, sin proponérselo, le da a usted una lección de inclusión y le aclara: “Es que es un gato-perro.  Pero no cualquiera.  Mi gato-perro tiene su ojo amarillo.  Así”, y la niña entrecierra sus ojos para que usted entienda que está poniendo los ojos de color amarillo.

  Como ya perdió de vista su panorámica con “Sistema Operativo La Migaja.  Versión 7 a la N potencia”, empieza a dibujar al animalito siguiendo las instrucciones de la niña, que lo mismo gesticula colores, que corrige las patas, el cuerpo, la cola y la cara.  Cuando ya termina, usted se da cuenta de que, en efecto, su dibujo bien podría ser de un perro… o de un gato… o de un gato-perro.  La niña mira con aprobación el dibujo, pero usted sabe que lo que le falta al cartel de búsqueda son datos, así que pregunta “¿y dónde se perdió?”  La niña ríe mientras le dice “Acaso se perdió.  Ya me encontró.  Es que no te apuras rápido con la foto”.  Se va la niña con un animalito en los brazos que, sí, bien podría ser un perro o un gato… o ambos.

  Al día siguiente, hay una rueda de niñas y niños demandando que les dibujen sus animalitos.  Un niño, con una playera en la que se lee “Comando Palomitas”, describe un cerdito pinto, un cuchito pues, y quiere una “foto” ahorita que está pequeño, porque luego crece y ya no va a querer jugar.  Así que usted está dibujando animalitos, no pocos que han sido soñados, y, entre el cuchicheo, usted escucha que alguien dice “pues dile a la que mira”.  Otro aguafiestas corregirá a su tiempo: “se dice Pintora”.

  Antes de la asamblea, llega un grupo de jovencitas que pide que les haga un dibujo que identifique a su equipo de futbol, porque se hacen bolas cuando juegan contra otros equipos y siempre pierden.  Usted pide el nombre del equipo y la más jovencita le dice convencida: “Las Perdedoras”.  Usted entiende la lógica: necesitan algo que las identifique como partes del todo, o sea del equipo.  Un logo o imagen corporativa, no se acuerda cómo se dice.  Al rato, cuando pasan lista de asistentes, usted no duda en decir “presente” cuando dicen “la pintora”.

  Aunque luego piensa “maldita sea mi suerte”, cuando le dicen que le toca turno en tapiscar la milpa.

-*-

c). – Usted es parte de un grupo musical.  Bueno, era parte.  De aquellos modernos sintetizadores, mezcladoras, instrumentos electrónicos, efectos especiales y potentes bocinas octafónicas, ya no quedan ni los cables.  Se ha sentado junto a sus compinches y, nerviosos, se miran entre sí cuando se dan cuenta de que, en las presentaciones, ya casi llega su turno.  No saben qué hacer.  Pero, bendito sea dios, usted ya vio que “la crew” (el equipo de apoyo, pues), también naufragó y fue a parar a ese lugar extraño.  No necesita ni una palabra.  El equipo de apoyo ya ha previsto la catástrofe y aparece con una guitarra rota, con algo parecido a cabellos de cola de caballo como cuerdas; un viejo tambo que, en otros tiempos, tal vez sirvió como contenedor de gasolina, petróleo o gasóleo; y un par de latas vacías y abolladas de conocido refresco de cola.

  Usted es medianamente inteligente, así que entiende que no les queda sino improvisar.  Cuando llega su turno, uno agarra la guitarra -aunque está más desafinada que su abuela, que diosito la tenga en su santa gloria-, y sólo; otro se coloca la silla frente al tambo como tambor; uno más saca un peine (¿a quién se le ocurre rescatar un peine en una catástrofe?), y con una envoltura de dulce, empieza a ¿afinar?  Allá alguien metió piedritas en las latas.  Y que se arrancan con “La del moño colorado” (ocasión que el capitán aprovecha para escabullirse, aterrado, de la reunión).  En unos instantes, la asamblea está bailando y pidiendo “otra, otra”.  Ustedes se sonríen entre sí con complicidad, como diciéndose “ya la libramos”.  El encanto se rompe cuando les dicen “les toca ayudar a bajar el motor del 3 toneladas gris”.

  Al otro día escuchan que dicen “los compañeros musicales que se presenten en el taller para adaptar el motor del 3 toneladas rojo al trapiche”.  Caminan resignados y uno de ustedes pregunta “¿pero qué no era gris?”  Instintivamente, empiezan a tararear “Todo Cambia”, de Julio Numhauser Navarro y así saludan a Mercedes Sosa, y llegan hasta el autodenominado “taller mecánico”.  Quedan mudos cuando ven al Monarca con cara de pocos amigos y blandiendo, impaciente, una llave perica del tamaño de un cráneo humano.  En una grabadorita, accionada desde una bicicleta con dinamo, montada sobre una estructura de madera, Mario Benedetti se contesta que “cantamos porque suena el río y cuando suena el río, suena el río”, y viceversa.

  A lo lejos, se alcanza a ver una gigantesca y acuosa serpiente marrón, que latiguea la línea del horizonte.  Y, justo en ese momento, en la grabadorita todos los panteones buscan a Oscar Chávez en Macondo.  Dos niñas pequeñas ensayan sus mejores pasos porque habrá encuentro y, por lo tanto, habrá baile y cumbias.

  Y en la cumbia, sentenció alguna vez el finado SupGaleano, están el todo y las partes.

Continuará…

Desde ídem.

El Capitán.
Octubre del 2024.

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Movimiento Agrario Indígena Zapatista

Comunicado del Movimiento Agrario Indígena Zapatista en el marco de los 532 años de resistencia

A los pueblos indígenas de México y del mundo,

A los hombres y mujeres de corazón noble que luchan, resisten y mantienen viva la esperanza frente al destino que nos quieren imponer:

‘A 532 años de resistencia indígena, negra y popular, a pesar del capitalismo salvaje y destructivo, de los incansables intentos por borrar nuestra cultura ancestral, de la militarización y paramilitarización de nuestros territorios, de la farsa de progreso y bienestar que pregonan gobiernos disfrazados de corderos, y de la brutalidad constante del saqueo y despojo, los pueblos nos mantenemos firmes, celebrando con dignidad la rebeldía y la vida.

¡Basta de guerra contra los pueblos!
¡Basta de despojo y saqueo!
¡Ni un megaproyecto más en nuestros territorios!
¡Alto al extractivismo en nuestras comunidades!
Viva la alegre rebeldía de nuestros pueblos.
Movimiento Agrario Indígena Zapatista.

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Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después. Postfacio. Segunda Parte. ¿Cambio con continuidad?  ¿De nuevo lo mismo? | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Octubre de 2024

Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después.

Postfacio.

Segunda Parte. ¿Cambio con continuidad?  ¿De nuevo lo mismo?

  La asamblea comunitaria sigue su curso en las presentaciones.  Llega su turno para responder a la pregunta clave “¿Y tú qué?”

  Sí, hay varias posibilidades.  Usted es una persona medianamente inteligente y cree en sí misma y en su capacidad de convencimiento (para eso leyó no pocos manuales de cómo ganar seguidores, y hasta tomó el curso “1000 pasos para ser popular en la era digital”), así que, por ejemplo, puede tratar de convencer al resto de las personas presentes en esa hipotética asamblea de que lo mejor es crear una sociedad donde artistas y científicos tengan un lugar aparte.  Y que para eso se necesita, claro, un Estado, porque es imposible imaginar siquiera una sociedad sin Estado (bueno, sí es posible, pero no es el tema).  Y ese Estado necesita quien gobierne, o sea quien mande.  A quien mandar, no faltará.  Y que se hagan papeles para todo: para las propiedades de cada uno, y para intercambiar, o sea, para comprar y vender.

  Si, antes de la aparición de ese Estado, el robo y el despojo se hicieron por la fuerza, la nueva civilización es eso, civilizada, entonces hay que regular y legislar sobre esos crímenes, hacerlos legales, que la legalidad supla la legitimidad.  Así que no vendría mal crear un cuerpo de personas especializadas en eso de hacer leyes.  Con ellas nacerán también las banderas, los himnos nacionales, las fronteras y las historias a modo.

  Claro, lo que pasará es que, quienes fueron despojados -con o sin leyes-, no tendrán nada más que su capacidad, manual y de conocimientos para producir: y, por otro lado, quienes se beneficiaron de esos crímenes pueden “comprar” esa capacidad de producir.  “Contratar”, puede ser el término, porque “explotar” suena mal.  Entonces también habrá que legislar sobre esa relación.  Contra toda evidencia, como ambos -contratante y contratado-, son miembros de esa comunidad naciente, se trata de un acuerdo entre iguales que libremente contratan y son contratados.

  Para enaltecer esa “libertad”, se acuña un término que elimine la diferencia entre propietarios y no propietarios.  “Ciudadanos”, puede ser una opción atractiva.  Y de ahí deducir sus equivalentes asépticos: “mujeres”, “jóvenes”, “niñez”, “tercera edad”, “blancos”, “afroamericanos”, “asiáticos”, “cafés”, “indígenas”, “mestizos”, “criollos”, etcétera.

  Todos estos términos permiten dejar de lado, u ocultar, las diferencias contrastantes entre poseedores y desposeídos, y deberá de haber leyes que garanticen ese ocultamiento.

  Y para que se obedezcan esas leyes (ya sabe usted: suele suceder que hay personas así, que no obedecen), se necesita otro grupo de personas que se dediquen a “implantar el orden”.  Una policía, pues.  Y, para apropiarse de recursos que estén en otra comunidad, un ejército.

  Y que asigne a un color de piel y a un género, el lugar en esa sociedad.

  Por ejemplo, las personas de piel oscura soportan mejor las inclemencias del clima (o eso le enseñaron), y las de piel clara son más sensibles, más delicadas (o eso le enseñaron).  Las de sexo femenino se desempeñan bien en el hogar.  Los varones en los puestos ejecutivos.  ¿Loas otroas?… ¡puaj!, es un fenómeno aberrante que hay que eliminar o ignorar su existencia.  Para eso se ocuparán los closets, las redadas, las cárceles y los ataúdes.

  Usted rescató de la catástrofe lo más importante, es decir, su esquema de valores.  Así que es natural que las mujeres, puesto que son quienes pueden tener crías, se encarguen del hogar donde esas crías crecerán e irán tomando el lugar que les corresponde.  Trajo consigo también su canon de belleza, así que instintivamente determinará qué mujer es más… más… más “apetecible” (iba a poner “está más buena”, pero la seriedad artística y científica de este texto lo desaconseja), de modo que se seleccionen las mejores “pies de cría” para ir “mejorando la raza”.  El “buen gusto” será importante no sólo en la mesa y el vestir, también en la cacería humana.

  Claro, las mujeres siempre darán problemas -está en su esencia-, así que deberá implementarse un feminismo moderado, siempre tutelado por el varón.  A los “excesos”, los masculinos ofrecerán portarse bien y conceder, por ejemplo, tomar cursos de género.  Y que las féminas accedan a espacios de poder.  Claro, previa masculinización.

  Por ejemplo, la llegada de una mujer a un puesto gerencial será presentada como un “logro” de las mujeres en general, aunque aquella niña-jovencita-adulta-anciana que va a la escuela o al trabajo o al mercado, como alumna o empleada o ama de casa, siga siendo un “blanco de oportunidad” en la mira del depredador oculto detrás de “las nuevas masculinidades”.

  Con los oscuros sucederá lo mismo.  Continuamente se rebelarán y se resistirán a tomar su lugar en el nuevo mundo.  Así que son precisas al menos dos cosas: una es repartir limosnas (tampoco mucho, porque se mal acostumbran); la otra es adoptar a algunos de piel oscura para que se vea que hay inclusión y que siempre estará la opción de escalar en la sociedad.  Si persisten en su necedad, bueno, para eso están las policías y los ejércitos.

  Si es que, dios no lo quiera, loas otroas siguen el mal ejemplo, no hay problema.  Bastará con aplicar el principio de “suplantación”.  Esto es, que heteros se finjan otroas, se porten bien, asuman su lugar en los gobiernos y ya está.  Ojo: no abandonar nunca la política de clóset-redada-cárcel-ataúd.  Bueno, quienes alcancen ataúd.  Porque la desaparición forzada será una opción.

  La sociedad, digamos, de “piel oscura”, deberá aportar para que el Estado creado pueda apoyar las artes y las ciencias.  Porque eso le enseñaron a usted en la escuela: los grandes dineros financiaron los grandes descubrimientos científicos y las maravillosas obras de arte que colman museos inaccesibles y modernos laboratorios y salas de pruebas.

  Bueno, colmaban.  Porque en este supositorio que le planteo, todo eso desapareció, fue destruido, saqueado, o permanece aislado entre escombros, sangre, huesos, lodo y mierda en alguna parte.

  Pero, en su idea sobre el futuro de esa comunidad aislada, en poco tiempo (digamos que en unos siglos), el “progreso” descubrirá nuevos territorios y tecnologías para conquistarlos.

  Al inicio con armas “blancas” y armaduras, luego con más armas, de fuego ahora, y tanques y aviones, la conquista avanzará y, con ella, la prosperidad y el desarrollo florecerán.  Y, claro, el despojo, el sometimiento (“moderno”, eso sí), la destrucción y la muerte, pero eso no importa ahora.

  Pronto, serán los bancos quienes comanden mineras, agroindustrias, corredores industriales, centros turísticos, modernos trenes y aeropuertos que se adentrarán en llanos y montañas, contaminarán ríos, lagunas y manantiales, usarán como empleados (ojo: evite usar la palabra “esclavizar”) a los locales de piel oscura, sacarán lo que puedan y se irán a otro lado, dejando tras de sí un páramo… como en una guerra.  En todo momento encontrarán en el Estado el capataz dócil, servil y cruel que se necesitará para el nacimiento de esa nueva civilización.

  Y así usted se da cuenta de que es posible tener un lugar seguro si, como quien dice, “sabe con quién relacionarse”.  Para eso será necesario un sistema educativo que “enseñe” a las crías, desde pequeñas, cuál es su lugar.  Así que sí, que haya escuelas para los oscuros y escuelas para los claros.  Su ascenso como artista y científico irá detrás del avance arrollador del nuevo mundo.

  Como la libertad de creación, de investigación y de contratación es lo más importante, habrá que evitar la llegada de quienes pugnan por un Estado Totalitario, aunque para eso sea necesario… otro Estado Totalitario.

  No importa si este Estado es una democracia representativa, monárquica, parlamentaria, dictatorial, etcétera, sino que sea capaz de homogenizar la sociedad imponiendo la hegemonía de una idea: “progreso” quiere decir progreso de la persona individual, a costa de lo que sea y pasando por encima de quien sea.  Ahí, el esfuerzo de los otros debe encaminarse a ser de los unos.  Cambiar de bando, pues, sin importar el color, el género (o no género), el tamaño, la religión, la raza, la lengua, la cultura, el modo, la historia.  En los unos reinará la felicidad, en los otros la infelicidad de tener que luchar por la felicidad.  Los unos son los poseedores, los otros son los desposeídos anhelando ser poseedores.

  En esta disyuntiva usted esperará convencer a las otras personas de esta gran idea.  Es su turno.  Ánimo, aplique lo aprendido.

  Claro, es muy probable que alguien le interrumpa y recuerde que todos, incluso usted, están en esa situación precisamente por un sistema con esas características.

-*-

  Por supuesto, usted piensa ahora que esta hipótesis es demasiado extrema, que ninguna persona racional, culta, con altos estudios, hetero, masculina o masculinizada, civilizada y “moderna”, querría eso.

  Pero no he hecho sino sintetizarle las bases de una sociedad capitalista: explotación, represión, robo y desprecio.  Un sistema patriarcal, racista, explotador, guerrerista, criminal, inhumano, cruel y despiadado que, destruyendo, crece.  Y creció hasta que destruyó al mundo como usted lo conocía.  Una sociedad como en la que usted y nosotros “vivimos”.

  Oh, no se enoje.  Es sólo una situación como quien dice “hipotética”; un supositorio, pues.  Los avances científicos y tecnológicos, así como el florecimiento de las artes “viejas” y “nuevas”, son m-a-r-a-v-i-l-l-o-s-o-s.  Lo del calentamiento global es una patraña inventada por ecologistas ociosos (¿ya dije que, además, son feos?) -meros hippies modernos con estudios-; el cambio climático es una moda, no hay huracanes, terremotos, sequías, inundaciones fuera de las habituales; ¿los feminicidios?, no existen, son castigos que el destino otorga a las mujeres que reniegan de su lugar… o que están en el sitio y el momento equivocados; no hay crimen organizado porque para eso el Estado no admite competencia (en lo de crimen, claro; en lo de organizado está superado con creces); y los diferendos entre países se resuelven por la vía del diálogo, así que no hay guerras, ni genocidios que usen la historia a conveniencia (“tenemos derecho a eliminar al otro porque antes nosotros éramos los otros y quisieron eliminarnos”).  En fin, todo bien, ¿no es cierto?

  Pero ésta, la de replicar el modelo de organización previo, es sólo una posibilidad, debe haber otras.  Porque, en el hipotético “día después”, una opción es recomenzar reconstruyendo el sistema que provocó, azuzó y condujo a su destino la tormenta.  Claro, “limando las aristas” de ese sistema.

  Le planteo esta posibilidad porque es sabido que, a falta de imaginación y audacia, hay quien tiende a recomenzar a partir de lo conocido.  Así como un movimiento que se organiza para enfrentar a un partido de Estado, se convierte en… un partido de Estado.  Se nutre de él y se “apropia” de los usos y costumbres de quien fue su enemigo.  Así, todo se vale, todo es permitido, para evitar dejar de ser… un partido de Estado.

  Y, así como es evidente que “algo” está mal en el sistema, también suele introyectarse la evidencia de que no es posible otra cosa, de que no es posible “un mundo donde quepan muchos mundos”.

Continuará…

Desde etcétera.

El Capitán.
Octubre del 2024.

Convocatoria a los Encuentros Internacionales de Rebeldías y Resistencias 2024-2025. Tema: La Tormenta y el Día Después

radio
ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después. Postfacio. Primera Parte.  La Hipótesis (¿o era la hipotenusa?) | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Octubre de 2024

Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después.

Postfacio.

Primera Parte.  La Hipótesis (¿o era la hipotenusa?).

  Me van a disculpar que no me dirija en específico, aunque sí en lo general, a las personas, grupos, colectivos, organizaciones, movimientos y pueblos originarios de la Declaración por la Vida.  Una gran parte de estas personas no sólo ya conocen, y padecen, la Tormenta de primera mano.  También y desde hace tiempo, resisten, trabajan y luchan para crear los cimientos para otros mundos.  Tienen su propio análisis de la tormenta y su alternativa para el Día Después.  De estas personas esperamos que compartan su mirada, su diagnóstico y, sobre todo, su práctica.  A muchas las conocemos.  A la mayoría no.  Y creemos que su historia y su actuar presente, enriquecería mucho a otros esfuerzos, si no parecidos ni semejantes, sí en el mismo empeño: la lucha por la vida.  De hecho, hay fechas especiales para esa compartición.  Aclarado lo anterior, veamos las ciencias y las artes.

-*-

  ¿Las artes y las ciencias dependen de las tecnologías de la modernidad?  Es decir, si no hay internet, aplicaciones, celulares, tabletas y computadoras, Inteligencia Artificial, energía de combustibles fósiles, etcétera. ¿Es posible el arte dramático?  ¿La pintura?  ¿La música?  ¿La danza?  ¿La escultura? ¿La literatura?  ¿El cine?  ¿Las ciencias?

  Oh, lo sé.  Las artes no nacieron con el sistema que ahora ahorca a la humanidad entera.  Pero tal vez ya se trata de un “cambio de paradigma” (coartada por excelencia para las claudicaciones), y el sistema ha convencido a las “mayorías” que, sin él, sin el capitalismo, la humanidad es imposible.

  Y las ciencias, ¿pueden demostrar que la tierra es esférica sin internet, fotos aéreas, etcétera?  ¿Explicar los movimientos planetarios? ¿La física y la química sin laboratorios ni tutoriales?  ¿Las Matemáticas más allá de peras y manzanas? (claro, con lo caro que está todo hoy, incluso sin peras ni manzanas).

  Porque pudiera ser, es un supositorio, que en una situación de catástrofe aparezca quien sostenga que la tierra es plana y cuadrada, que el cambio climático y el calentamiento global no existen, y que son sólo un invento de ambientalistas corruptos y feos (lo de corruptos vaya y pase, pero lo de “feos” es imperdonable, oiga -sobre todo con la infinidad de productos cosméticos y aplicaciones digitales que pueden remediarlo, oiga-), que todo está bien, que no pasa nada, que son hechos aislados, que así era antes pero ahora todo ha cambiado, que no somos iguales, que todos están felices, felices, felices.  ¡Ups!  Se trataba de no hablar de política, tema que suele incomodar a científicos y artistas (o en algunas ocasiones les impele a decir tonterías).

  Pero suponga usted que, en esos momentos de desesperación y caos, cuando los distintos gobiernos consultan encuestas e índices de popularidad para decidir si asisten o no a un lugar en apuros, y si mandan o no ayuda, alguien se aparece como “profeta” de la salvación y “explica” que todo es castigo divino, culpa de los conservadores, de los liberales, de los radicales, de los derechistas, de los izquierdistas, y etcétera, etcétera.

  No hablo de la situación actual en cualquiera de los estados mexicanos; ni tampoco en los estados surorientales de la Unión Americana, o de la destrucción -con coartadas geopolíticas de derechas o progresistas-, en Europa Oriental, Medio Oriente, Haití, el Wallmapu diez, cien, mil veces insumiso.  Hablo de todo eso, pero a lo bestia, mundial pues, en las partes y el todo.

  A usted, como artista o científico (o ambas cosas), ¿se le acabaría el mundo?  Quiero decir SU mundo.  Sí, lo sé, desde los tiempos más antiguos aparecen las artes y algunas ciencias; y las aplicaciones de diseño gráfico algo deben a, por ejemplo, las pinturas en las cuevas de Altamira; las matemáticas y la astronomía a los antiguos mayas; el arte dramático a las descripciones, con ademanes y sonidos, de quien, hace milenios, describía cómo había logrado escapar de un tigre dientes de sable; la arquitectura a Stonehegen en la rubia Albión; la escultura a las Moáis del pueblo Rapanui.

  Pero… ¿en qué medida o hasta dónde las tecnologías de la modernidad controlan ya, o no, la creación artística y las investigaciones científicas?

  No, no se trata de redirigir, con la explosión de un dispositivo nuclear, un asteroide para que choque y destruya el Telescopio Hubble: o de incendiar o saquear los centros de investigación científica (de eso ya se están encargando el crimen organizado hecho gobiernos y quienes brincan de la ciencia a la política).  Y, en dado caso, estoy seguro de que toda la comunidad científica se uniría si alguien siquiera intentara acabar con la estructura de investigación; amenazar a sus integrantes; levantarles denuncias penales; o enganchar la investigación científica a un proyecto político partidario, ¿no es así? (¡ah!, ¿no es sutil mi sarcasmo?)

  Me refiero, en cambio, a una situación límite, donde esos recursos sean imposibles de obtener, o existan muchas dificultades para acceder a ellos.  ¿Qué pasará con las ciencias y las artes, así como con las personas que en ellas se empeñan?

  Ahora bien, usted puede pensar que ese escenario no es posible siquiera, y que no es más que un mal guion de una película mala de mala ciencia ficción –“ciencia ficción”: un oxímoron, como el de “político honesto”-.  Ok, de acuerdo, siga en su escenario, caballete, pantalla 8k, plataforma digital, laboratorio, academia.

  Estoy seguro de que usted tiene datos duros -estudios comprobados, modelos de simulación, conteo de recursos no renovables, tendencias de consumo y reposición-, de que ese escenario es “muy poco probable” -junto con el calentamiento global, el cambio climático, las guerras de reconquista, la contaminación ambiental, los genocidios como el actual en Palestina-; y que tiene acceso a encuestas del todo confiables que muestran que la gente está satisfecha con su actual nivel de vida (por lo que también es remoto el posible surgimiento de alzamientos, motines, insurrecciones, protestas, saqueos, revueltas).

  Ok, no le contradigo.  Usted tiene renombre y posición en las Artes y las Ciencias, y yo sólo soy un pobre capitán de infantería, adscrito ahora al área de “Invitaciones de Bodas, Bautizos, Primera Comunión, Divorcios, Arrejuntamientos, XV años y… Encuentros”.

-*-

  Pero entonces, suponga que le presentan un reto: que imagine que usted va a estar en una comunidad.  Más en concreto, en la asamblea de esa comunidad… y en el día después.  Sin electricidad, sin celulares prepago o plan de renta, sin “internet para todos”, sin Elon Musk y sus pequeños equivalentes locales de abonos chiquitos, sin vehículos particulares diseñados para soportar motines y alzamientos de la plebe (el blindaje extra en la cybertruck se cobra aparte), sin combustibles fósiles para arrancar el otro vehículo e ir a buscar señal (mientras maldice a los gobiernos y compañías en turno), y ya sin posibilidad de comprar un boleto en un moderno cohete interestelar que lo coloque en otro planeta “all included” (o sea que incluye la fuerza de trabajo que viva, se reproduzca y muera mientras le sirve -aprecie usted cómo evité, con elegancia, cualquier referencia a “explotación”-).

  Nada de eso es ya posible.  Claro, siempre en este escenario hipotético en el que usted está en una asamblea de una comunidad aislada de todo, porque el todo ya no existe más.

  Son varias personas que están con usted y, para arrancar ese germen de sociedad, en una asamblea de esa comunidad, cada una de esas personas dirá lo que es, sabe y puede hacer, y van a proponer, discutir y acordar cómo es que se van a organizar.  Bueno, en realidad le describo lo que ocurre actualmente en una asamblea comunitaria de pueblos originarios.

  Y, así como en una asamblea comunitaria de pueblos originarios, la reunión se plantea un objetivo y propone, discute y acuerda qué hay que hacer, cómo, quién va a hacerlo, en dónde, cuándo; en esta hipotética asamblea, en la que usted se ve obligado a estar por las circunstancias, el objetivo es… recomenzar.

  Así que sigamos con el reto de que usted imagine y se ubique en esta situación y, por las razones que fuere, el mundo como usted lo conocía ha colapsado.

  Así que volvamos a la asamblea:

  Hay quien dice que sabe trabajar la tierra y sólo necesita sus manos y puede fabricar algo que, esa persona dice, se llama “coa”.  Todos parecen saber qué cosa es eso, así que usted no pregunta por temor a quedar en ridículo.  Hay quien dice que conoce de plantas y puede elaborar medicamentos.  Hay quien dice que puede identificar frutas, hongos y verduras (¡puaj!), cultivarlas y conservarlas.  Hay quien dice que sabe algo de carpintería y puede hacer mesas, sillas y, claro, camas.  Hay quien dice que le sabe a la albañilería y puede ayudar a construir casas.  Hay quien dice que sabe mecánica y puede probar a echar a andar ese viejo motor de aquel viejo vehículo abandonado, o transformarlo en un motor movido por aire, agua, calor.  Y así, cada quien va exponiendo sus habilidades, resaltando, en esa situación, las llamadas “habilidades manuales”.

  Y entonces llega su turno, ¿qué dice?

  ¿Dice que es artista como si confesara un pecado de juventud?

  ¿Dice que sabe de ciencias como si se arrepintiera de haber pertenecido a una secta fanática o a un partido político -es lo mismo-?

  Mientras llega su turno de hablar, usted es una persona medianamente inteligente y se ha dado cuenta de que los más valiosos para ese germen de sociedad son quienes, gracias a sus habilidades y conocimientos, pueden conseguir -con su trabajo-: comida, movilidad, salud, educación y habitación para quienes conviven en esa comunidad.

  Así las cosas, usted tal vez tenga que enfrentar más de una disyuntiva.

Continuará…

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Octubre del 2024.

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Avispa Midia

México: RAN reconoce avance del crimen organizado en tierras sociales

Fuente: Avispa Midia

Por Sare Frabes

En portada: Familias tzotziles de Chalchihuitán, desplazadas por la violencia de grupos criminales en la región Altos de Chiapas. Foto: Cuartoscuro

El ex titular del Registro Agrario Nacional (RAN), Plutarco Emilio García Jiménez, pocos días antes de dejar su cargo, a principios de octubre, admitió que, por lo menos en los estados de Chiapas, Oaxaca y Sinaloa, ha habido “apropiación de tierras ejidales y comunales por parte de la delincuencia” organizada, y que ha habido desplazamientos de comunidades indígenas y campesinas, sobretodo en Chiapas. 

Las declaraciones fueron dadas por García Jiménez momentos antes del lanzamiento del Atlas de la Propiedad Social de la Tierra en México 2024, en Morelos, que concluye que un poco más del 50% del territorio mexicano continúa siendo constituido por propiedad social – ejidos o comunidades-, donde se encuentran poco más de 5.4 millones de sujetos agrarios y sus familias. 

Gran parte de los recursos naturales se encuentran dentro del régimen de propiedad social. El 70% de los bosques y dos terceras partes de los recursos hídricos se localizan en ella. 68 pueblos indígenas viven en estas tierras.

Familias de la región fronteriza entre Guatemala y Chiapas huyeron rumbo al país centroamericano debido a la exacerbación de enfrentamientos entre grupos del crimen organizado.

Alertas y denuncias sobre la acción de estos grupos, realizados por organizaciones de derechos humanos y de las comunidades y pueblos en todo el México, se han intensificado en los últimos años, especialmente en las regiones sur-sureste del país donde el gobierno federal ha implementado una reestructuración territorial impulsada por megaproyectos, como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico.

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Recientemente organizaciones de Chiapas, Oaxaca y Guerrero – entre ellas Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas – realizaron un foro público regional, en Oaxaca, para denunciar la situación. “Contamos con características y denominadores comunes en los tres estados del sureste del país, nuestras principales fortalezas y conquistas históricas han sido la propiedad social de la tierra y nuestro sistema de organización colectivo, basado principalmente en la toma de decisiones colectivas mediante nuestras asambleas comunitarias”, sostienen en un comunicado.

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La grave situación de violencia social ha sido desencadenada por el despojo de “nuestros bienes comunes”. “La mayor presencia de la delincuencia organizada se está concentrando en las regiones de imposición de proyectos extractivos, tal es el caso de proyectos mineros, eólicos, gasoductos, ampliaciones de carreteras (en Guerrero, Chiapas y Oaxaca). A quienes estamos en oposición a dichos proyectos, nos asesinan, desaparecen, criminalizan y deslegitiman”, dicen.

Organizaciones sociales y de derechos humanos han registrado violencia y criminalización contra comunidades indígenas que protestan ante la imposición del Corredor Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

La desaparición de jóvenes y mujeres, los asesinatos, cobro de cuotas, desplazamientos forzados, falta de resolución de conflictos y mayor presencia de grupos armados y delincuencia organizada en las comunidades “son muestra de dicha situación”.

Además, sostienen, existe impunidad y no acceso a la justicia a personas defensoras que han sido agredidas por grupos paramilitares, de choque, delincuencia organizada “que se mueve al amparo de la impunidad”.

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Solamente en Chiapas, a partir de diversos informes, se han documentado la cifra de 21 mil indígenas desplazados en los últimos dos años, el asesinato de 176 personas defensoras durante este sexenio, el reclutamiento de jóvenes, la violencia generada en el último proceso electoral, además de la criminalización contra integrantes del movimiento social.

“Las consecuencias de la imposición de dicho modelo, la negligencia de gobiernos estatales y federales y la impunidad han sido la normalización de la violencia, la contaminación irreversible del medio ambiente, una crisis profunda del agua en la región sureste, la pérdida de la flora y la fauna, el control territorial por parte de empresas y crimen organizado, la apatía ciudadana, el miedo generalizado en nuestras comunidades, fracturas comunitarias, además de graves afectaciones a nuestro tejido social”, señalan.

Las organizaciones y comunidades hacen énfasis en el hecho de que apuestan en un modelo de sociedad en el que los bienes comunes son prioridad, la propiedad social de la tierra, la integridad de los territorios, el fortalecimiento del tejido social. “Este modelo se encuentra en clara confrontación con el modelo neodesarrollista, marcado por la violencia, los asesinatos, la criminalización, la obstaculización de instancias agrarias al reconocimiento de los estatutos y reglamentos internos de las comunidades y la militarización de nuestros territorios”. 

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Avispa Midia

Comunidad indígena Otomí cumple cuatro años de haber ocupado el INPI

Fuente: Avispa Midia

Por Ñaní Pinto

Foto de portada por Santiago Navarro F

Su palabra certera y contundente es lo que caracteriza a la joven indígena Anselma Margarito, integrante de la comunidad Otomí residente en la Ciudad de México. Además de haber concluido su formación como contadora, también, durante los últimos cuatro años ha aprendido a defender los derechos de su comunidad, desde que ocuparon en octubre del 2020 lo que antes era el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). La ocupación fue una acción directa para que les cumplieran la entrega de viviendas que distintas autoridades les prometieron.

Son cuatro años en que han transcurrido una serie de acontecimientos que marcaron la vida de Anselma, como una caravana vienen los recuerdos a su memoria. “Era temprano muy por la mañana del 12 de octubre, de 2020, con diversas colectividades y organizaciones decidimos ocupar las instalaciones del INPI, como un llamado al gobierno para que volteara a ver a los pueblos originarios que habitan la ciudad y, con principal atención, hacia a la comunidad Otomí. Hoy ya se han cumplido cuatro años y solo hay oídos sordos, racismo y desprecio”, relata la activista.

Las mujeres de la comunidad Otomí han encabezado diferentes acciones de protesta para reivindicar su derecho a la vivienda.

En aquel entonces, esta comunidad migrante proveniente del estado de Querétaro llevaba viviendo casi veinte años en diversos edificios, también ocupados, establecidos en Guanajuato 200 y Zacatecas 74, en la Colonia Roma. También habitaban los edificios en la avenida Zaragoza 1434, en la alcaldía Iztapalapa; en la calle Roma 18, en la Colonia Juárez. Este último estaba en el abandono desde el sismo ocurrido en 1985 y agravándose su situación con otro movimiento telúrico, ocurrido el año 2017, lo que implicó que no se pudiera habitar más.

Meses antes de la ocupación de las instalaciones del INPI, el gobierno de la Ciudad de México presidido en su momento por la que ahora es presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a través de Alfonso Suárez del Real, entonces Secretario de Gobierno, por medio de los oficios SG/826/2020, SG/824/2020, SG/827/2020 y SG/825/2020, anunciaba el compromiso de “Expropiación Federal” de estos predios, en beneficio de los ocupantes. Pero les mintieron, ya que hasta el día de hoy no han recibido ninguna respuesta positiva.

“Vemos que, en estos cuatro años, ni con Sheinbaum ni con Obrador, no resolvieron las demandas de la comunidad Otomí. Así que nos mantenemos en resistencia y, hoy, solicitamos el diálogo con la actual jefa de gobierno Marina Brugada. Ella anunció que durante su administración va a repartir 120,000 viviendas y que todos tenemos derechos a una vivienda digna ¿entonces le preguntamos ahí donde queda la comunidad Otomí que lleva 30 años en la lucha por una vivienda digna?”, cuestiona la activista indígena.  

Derechos de la mujer

Es así que Anselma, junto a otras mujeres Otomí, erige su voz como un acto de protesta, dirigiendo un comunicado a la nueva jefa de gobierno, Clara Marina Brugada Molina, quien declaró, al asumir el cargo el pasado 5 de octubre: “quiero que esta capital sea la vanguardia de los Derechos de la Mujer”. Para la activista esta declaración es solo eso, “un discurso hasta no demostrar lo contario. Mientras tanto, solo han mostrado su desprecio, su silencio y racismo”, cuestiona la indígena Otomí.

Las activistas signatarias del comunicado también arremeten contra la actual presidenta de México, quien declaró al asumir la silla presidencial que ella no llegó sola al poder, sino que, “llegamos todas”. La misiva es tajante al contrastar dos tiempos diferentes de las mujeres en México, el tiempo de arriba y el de abajo, ya que mientras unas festejan el poder, “acá abajo, amaina una tormenta, que tarde o temprano pueden llegar a colisionar”, puntualiza el comunicado

Con cierta rabia, Anselma recuerda que, en días pasados, el 5 de septiembre, ella misma fue violentada por la policía de la Ciudad de México al ser detenida durante una protesta. “A mi me imputaron tres delitos: motín, resistencia de autoridad y lesiones. Lo único que hacemos es luchar por nuestras comunidades, por el agua, por la vida y el territorio, pero lo que recibimos es la represión”, cuenta la activista Otomí para Avispa Mídia

La joven indígena Anselma Margarito, integrante de la comunidad Otomí residente en la Ciudad de México. Foto: Santiago Navarro F.

La activista enfatiza que previo a su detención, un grupo de choque golpeó brutalmente a distintas mujeres y hombresque se manifestaban contra la criminalización hacia la activista Hortensia Telésforo -a quien acusa del delito de despojo por participar en la recuperación de una biblioteca comunitaria. “Vimos como la policía solo se quedó observando la acción de este grupo y después comenzaron las detenciones sin justificación alguna”, complementa la indígena Otomí.

“Entonces, si sus discursos tienen alguna validez, exigimos no más discriminación, desprecio y olvido en contra de las mujeres de la comunidad indígena Otomí y respuesta inmediata a sus demandas”, agrega la mujer Otomí. 

El grupo de mujeres, respaldadas por su comunidad, colectivos y organizaciones, entregaron sus demandas y la petición de un espacio de diálogo con la jefa de gobierno. Hasta el momento no ha respondido cuando podría ser esta reunión con la comunidad en resistencia.

No obstante, la entrega de esta misiva, que fue acompañada de un mitin frente al ayuntamiento de la Ciudad de México, les dio fecha para que un funcionario público los pueda recibir. Este será Inti Muñoz Santini, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, “quien se ha comprometido a reunirse con nosotros el próximo 23 de octubre”, sostiene Anselma.

La fiesta

A pesar de varios intentos de desalojo, de la intimidación, suspensión del servicio de agua y electricidad, la comunidad Otomí no se rinde. Así que el próximo 12 de octubre, “para nosotras es de fiesta, pues hemos resistido, no claudicamos y no nos vendemos. Así que les invitamos a asistir al evento que será celebrado con actividades culturales y artísticas”, comparte con entusiasmo la activista.

Así que, lo que antes era el INPI, seguirá siendo el espacio de la disidencia que no se ha casado con la llamada Cuarta Transformación, como le llamaron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y tampoco con el llamado segundo piso, que es la continuidad con Sheinbaum. 

No por nada el INPI fue rebautizado como la Casa de los Pueblos Samir Flores Soberanes, en memoria de aquel indígena que le recordó su promesa que hizo AMLO en campaña, de no avanzar con el llamado “Proyecto Integral Morelos”. Después del reclamo fue asesinado por criminales.

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Avispa Midia

Paramilitares y policía hondureña atacan con armas de fuego a garífunas en recuperación de tierras

Fuente: Avispa Midia

Por Aldo Santiago

En portada: Momento de la recuperación de tierras garífunas en la comunidad de Nueva Armenia, Honduras. Foto: El Salto Diario.

Al filo de la medianoche de este domingo (6), elementos de la Policía Nacional de Honduras (PNH), Tropa de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad (Tigres), así como civiles armados, ingresaron a una recuperación de territorio ancestral garífuna -realizada la mañana de ese mismo día en la comunidad de Nueva Armenia, costa caribe-, y dispararon contra los presentes, dejando dos recuperadores gravemente heridos.

Heridos con arma de fuego en la recuperación de tierras garífunas.

La Organización Fratenal Negra Hondureña (Ofraneh) -quien acompaña a la comunidad en las acciones que reivindican la propiedad ancestral de la comunidad garífuna sobre estas tierras, en el municipio de Jutiapa, departamento de Atlántida- denuncia a la empresa Palmas de Atlántida, propiedad de herederos del magnate de la palma aceitera, Reynaldo Canales, de ocupar ilegalmente territorios de Nueva Armenia para la siembra de este monocultivo.

Durante la mañana del domingo (6), mientras pobladores garífunas realizaban la recuperación de tierras, fuerzas de seguridad acudieron al sitio acompañados de vehículos tipo pick-up con civiles armados y encapuchados, quienes intimidaron a la población afroindígena.

“Señalamos la presencia de elementos de la policía, encapuchados, además el perfilamiento al que se ven sometidos defensores del territorio ancestral, como una estrategia de intimidación hacia una de las comunidades más afectadas por la palma en el Caribe”, denunciaron los recuperadores mediante videos difundidos a través de redes sociales.

Intimidación por policías y civiles armados contra pobladores de Nueva Armenia.

Por su parte, la Ofraneh sostiene que la comunidad de Nueva Armenia ha sido “desmembrada de forma ilegal para favorecer a narcos y empresarios vinculados con plantaciones de palma; existiendo más de 24 inscripciones ilegales de tierra que han sido denunciadas ante la Fiscalía en La Ceiba”.

Cabe destacar que la industria de los herederos de Reynaldo Canales también es señalada por el movimiento campesino del Bajo Aguán por haber despojado tierras, destinadas para el reparto agrario, donde impuso monocultivos de palma aceitera.

Recuperar para resistir

En una entrevista con Avispa Mídia, durante agosto del 2023, Mabel Robledo, presidenta del patronato de la comunidad de Nueva Armenia y quien denunció la intimidación este domingo (6), detalló que, pese a que existe un mapa ancestral -el cual data de agosto de 1888- que certifica la propiedad de 1,600 hectáreas de tierra a manos de los garífunas, actualmente, el 70% de estas tierras han sido invadidas por los monocultivos de palma aceitera.

Monocultivos de palma aceitera cercan a la comunidad garífuna de Nueva Armenia. Fotos: Santiago Navarro F, Renata Bessi y Aldo Santiago.

Fue en el año de 1994, cuando el el Instituto Nacional Agrario (INA) desconoció la titularidad de esta superficie para la comunidad de Nueva Armenia, reconociendo solo 333 hectáras de tierras y otorgándo títulos a terceros. Desde entonces, los garífunas han emprendido acciones de recuperación de tierras, dando como resultado la persecución y criminalización de quienes reivindican las propiedades ancestrales.

Robledo conversó con el equipo de este reportaje dentro de la recuperación conocida como “El Cayo”, realizada el 25 de abril del 2020, cuya superficie se extiende por 72 manzanas y cuyo plan es la de albergar a más de 280 familias garífunas. “(Las familias) utilizan las tierras para la siembra del plátano, de la yuca, de papaya, caña, maíz, todo lo que la tierra pueda producir para nuestra existencia”, detalló la recuperadora.

“Ellos (INA) nos titulan en tres lotes. Aquí donde estamos no incluye ese lote y no incluyen otros lotes. De esas 333 hectáreas de tierra, si tenemos 100 hectáreas, es mucho, porque todas las tienen terceras personas”, denunció Robledo.

Trabajos en la recuperación de tierras “El Cayo”. Agosto, 2023. Fotos: Santiago Navarro F, Renata Bessi y Aldo Santiago.

Para la garífuna, existen mecanismos en las leyes hondureñas que buscan impedir las recuperaciones de tierras ancestrales. Un ejemplo es el artículo 378 del Código Penal, de Honduras – aplicado contra los recuperadores garífunas- el cual se refiere al delito de usurpación y cuya pena va de entre cuatro y seis años de prisión. 

“Nosotros no somos usurpadores, nosotros recuperamos para poder sobrevivir y nosotros no sembramos palma. Estamos recuperando, luchamos para no desaparecer, para que nuestro legado, nuestra historia, no desaparezca”, reclamó Robledo.

Acorde a la Ofraneh, la empresa Palmas de Atlántida mantenía una negociación con la comunidad de Nueva Armenia para solucionar el conflicto agrario. Sin embargo, fue en septiembre del 2023, cuando se retiró del diálogo y ahora acciona con violencia contra las recuperaciones.

“En el ataque a miembros de la comunidad Garífuna de Nueva Armenia, no hubo enfrentamiento alguno, como aseguran medios de comunicación irresponsables. Solo la Policía Nacional y los paramiltares portaban armas de fuego”, sostiene la organización después de que Martha María Bu, subcomisionada de la Policía de Atlántida, indicara que no fue la corporación policiaca quien disparó contra los recuperadores.

Por último, la Ofraneh hace un llamado a la comunidad hondureña e internacional para permanecer alertas ante las amenazas contra la vida de los recuperadores que se mantienen en el campamento levantado este fin de semana.