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(Español) Colombia: dicen que la epidemia nos mata, pero el Covid 19 es el Estado y su gente armada
A pesar de la crisis sanitaria, el mes de octubre fue un mes de intensas movilizaciones en Colombia, en particular con la Minga social y comunitaria, por la defensa de la vida, el territorio, la democracia y la paz que se llevó a cabo a partir del 10 de octubre.
Miles de indígenas de diferentes pueblos, así como sectores campesinos, comunidades afros y otros sectores sociales de los departamentos de Nariño, Cauca, Huila, Valle y Caldas y Putumayo principalmente, recorrieron el país: empezaron en Monterilla, Zona Sat Tama Kiwe Cauca, para luego alcanzar la ciudad de Cali antes de dirigirse a la capital Bogotá, pasando por las ciudades de Armenia, Ibagué, Fusagasugá y Soacha.
Según lo cuenta la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), esta minga salió en medio de la pandemia para buscar “un debate político claro y hablar de diversas situaciones que desarmonizan la vida en los territorios, como la militarización, presencia de multinacionales, incremento de violencia en los territorios y despojo, esto ligado a un modelo de muerte que pretende dejar en el olvido a los pueblos”.
“Estamos pasando por cosas muy graves, se está matando a la gente. Ya estamos cansados. Ahora dicen que la epidemia nos mata, que el Covid 19, pero el Covid 19 es el Estado y su gente armada que está matando la gente, la Covid-19 donde estamos nosotros no ha matado”, lamenta la mayora del pueblo Nasa Blanca Andrade, en un audio difundido por la ACIN.
A este escenario le anteceden los registros de la ONG británica Global Witness quien registró que tan solo en 2019, Colombia y México encabezan la lista de los países con más altos índices de asesinatos contra defensores ambientales, en su mayoría, integrantes de pueblos originarios. Según el informe de 2019 de esta organización, de los 212 defensores de la tierra y el medioambiente que fueron asesinados, 64 eran colombianos. Una de cada 10 víctimas era mujer.
En lo que va del año 2020, por lo menos media centena de indígenas han sido asesinados en medio de la pandemia. Junto a ellos se suman los decesos provocados la Covid-19. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), desde la firma de la paz al menos 300 líderes indígenas, así como 600 líderes campesinos, afro y sindicales, han sido asesinados.
“Antes nos mataban, pero ahora estamos ante un genocidio”, denuncia Serna al respeto.
La minga, poderosa institución pre-colonial
La palabra “minga” o “minka” viene del Quichua y hace referencia a la reunión de diversos actores, saberes y herramientas en busca de un objetivo común. Es una forma de organización usada en todos los aspectos de la vida social, incluso en lo político. En este caso, “cada grupo apoya con lo que puede, comida, guardia, autoridades, música, pero el fin es la construcción de un país mejor”, explicó Marilen Serna, integrante de la comisión política de la Minga.
“La palabra minga tiene un significado profundo y busca aprender y construir trabajando en conjunto, hacer las cosas unidos en comunidad. Por eso, esta minga se desarrolla desde la base de escucharnos desde abajo, desde el pueblo, que es la base del entender que vivimos en lugares diferentes, pero, que las realidades no son tan distintas”, detalla por otro lado la ACIN.
En las últimas décadas, la Minga se ha organizado varias veces para enfrentarse a distintos gobiernos. En 2008, llegó a un punto de tensión importante durante el gobierno de Álvaro Uribe. Con la Minga Nacional de Resistencia Indígena y Popular, cerca de 45.000 indígenas de diferentes pueblos marcharon, por al menos 60 días, cerca de 120 kilómetros de territorio, entre Santander de Quilichao, departamento del Cauca y Santiago de Cali en el departamento del Valle del Cauca.
La minga siguió hasta Bogotá, donde fue recibida, en noviembre, por representantes de varios sectores sociales y por las organizaciones estudiantiles, que apoyaron el movimiento.
Hoy, la Minga social y comunitaria, por la defensa de la vida, el territorio, la democracia y la paz, coincide con el Paro Nacional de Colombia, un inédito movimiento de protesta que nació en 2019 y en el que millones de colombianos se manifestaron por razones económicas, educativas y de orden público.
En defensa de la vida, el territorio, la democracia y la paz
La minga que salió en octubre con rumbo a la capital de este país, Bogotá, buscaba plantear un debate nacional, en sintonía con otros sectores sociales, para sacar a la luz los problemas estructurales que el gobierno está ignorando.
Uno de ellos es la violencia que sigue golpeando al país, a pesar del mal llamado Acuerdo de Paz firmado en 2016.
“En el 2008 nos movilizamos por cuatro elementos: vida y derechos humanos, territorio, paz y modelo económico. Y hoy, incluso con la firma de la paz, la situación es la misma. O peor, porque tiene el sinsabor del fracaso del proceso”, explica Marilen Serna.
Otro problema, vinculado de cerca con el primero es el del saqueo de los territorios que están siendo entregados masivamente a la industria extractivista, para la explotación minera, hidroeléctrica, forestal o la agroindustria.
“La violencia ha sido compañera del reordenamiento extractivista de los territorios. Estos proyectos le abren otro frente de rentas a los grupos armados y narco paramilitares, que extorsionan y someten poblaciones. Esto también le abre el camino al acaparamiento de tierras y al despojo”, denuncia el Presidente de Indepaz, Camilo González Posso.
Por eso, lo que pretenden los pueblos originarios es provocar un cambio profundo del sistema: “la minga reclama otra forma de política, que defienda la vida y la paz: que el Estado responda con eficacia a la ola de asesinatos, masacres, desplazamientos y otras graves violaciones a los derechos humanos que se han disparado en los últimos años. Pero estos cambios no se logran con unos pequeños ajustes o concesiones. Para cambiar esta realidad, es necesaria una nueva forma de hacer política y de gobernar, con profundas modificaciones en el Estado. Por eso, la minga exigió una amplia conversación con el presidente para dar estos debates”, detalla González Posso.
“Estamos buscando que den la cara, porque queremos respuestas sobre lo que está sucediendo en el país, y no dinero o migajas de los que saquean al país, a la madre tierra”, agrega la ACIN.
Entre apoyo y criminalización, la lucha sigue
En su recorrido, la Minga de este año 2020 recibió mucho apoyo por parte de la sociedad colombiana.
“Vimos con la llegada a Bogotá que el pueblo colombiano tiene mucha esperanza en el movimiento indígena, en esta movilización que se ha hecho. Entonces el mensaje que estamos dando al país es que nos sumemos a este proceso que hoy como minga da una alternativa al país y ojalá en las próximas mingas no sólo seamos el suroccidente sino todo el país colombiano”, declaró por ejemplo un indígena Nasa del departamento del Valle del Cauca para la ACIN.
Sin embargo, la minga también recibió criticas y también sufrió una ola de criminalización y desprestigio por parte de la elite y de los medios masivos de comunicación. De forma repetida, las y los participantes de la Miga han sido calificados de “aliados de la guerrilla”. También han sido acusados de propagar la Covid-19 y de ser entonces un peligro para la salud pública.
El Consejo Gremial Nacional, una asociación de empresarios, publicó por ejemplo un comunicado en el que aseguró que, el “incumplimiento (de protocolos de seguridad) atenta contra la salud, no solo de quienes hacen parte de la marcha, sino de todos los colombianos”.
Acerca de la campaña de desinformación que sufrió la Minga, la ACIN señaló que “los opresores siempre buscan privilegios, ellos no quieren que caminemos la palabra y nos escuchemos. No quieren que aprendamos de lo caminado, nos quiere dividir con sus tentáculos utilizando la desinformación de los medios de comunicación que están a su servicio y mediante la estigmatización, creando paradojas y dudas ante la prensa nacional e internacional. El pueblo en general que desde lejos sin estar atento y participando no logra entender la grandeza de las acciones en la minga y lo que busca, que no es beneficio para unos pocos si no para el pueblo colombiano en general”.
La asociación del Norte del Cauca también recalcó que la minga es un movimiento histórico, heredero de las luchas que se han dado a lo largo de los últimos 500 años, y cuya fuerza no se dejará debilitar por las críticas.
“En la minga no somos pocos, somos un pueblo que creció como un río, con el dolor y la sangre de los más desfavorecidos, somos un pueblo que tiene el respaldo de la naturaleza, de la misma historia que narra en sus recuerdos todo lo que lo caracteriza por luchar por la vida y sus territorios es hora de volver a la lucha que da desde la invasión y saqueo cultural y de riquezas, hasta ahora. Hoy sabemos que es hora de cambiar estos malos sistemas de gobierno y de sostenimiento del mundo entero, es por eso que la conversa es desde el pueblo y para el pueblo”, concluye.
“Los pueblos hemos sobrevivido peleando. Ahora tenemos que pelear, esto va para largo”, afirmó por su lado la mayora Blanca Andrade.
Fotos de la Minga 2020 por Medios Libres de Cali.
(Español) Convocatoria a la campaña de difusión «El PIM no es desarrollo es despojo y destrucción»
Samir: A 20 meses de tu asesinato los pueblos seguimos luchando para heredar vida
* Convocamos a la campaña de difusión «El PIM no es desarrollo es despojo y destrucción»
Samir:
El pasado domingo en las asambleas de Moyotepec y Tenextepango ganó la razón y la defensa del agua, de la vida, 2 de los ejidos con mayor producción agrícola y mayor dotación de agua decidieron por unanimidad no retirar los amparos contra el acueducto. Ese acueducto que fuiste a medir cuando se estaba instalando, por el que detuvieron a Jaime, lo desaparecieron por unas horas y lo torturaron, el acueducto que se impidió su construcción tras de una fuerte represión y enfrentamiento el 30 de agosto de 2016. El acueducto que tiene parado todo el Proyecto Integral Morelos, la última trinchera de la construcción, mas no de la resistencia.
Te hubiera dado gusto Samir estar en esas asambleas, la gente no se dejó intimidar, ni engañar, la dignidad y la sangre campesina y zapatista salió a relucir ante los intentos de convencimiento que hicieron Rogelio Plascencia, Presidente de Asurco y Martín Ortíz, presidente del ejido de Tenextepango. No me imagino con que cara estas personas querrán seguir yendo a los demás ejidos a convencerlos de que “ya todos están de acuerdo”, “que ellos ya se informaron que la termo no hace daño y que habrá más agua, dinero y obras”, “que ellos no se venden, solo recapacitan”. No sé si les crean los demás ejidos, si ni en sus mismos ejidos lograron convencer a su gente, ni a sus familias y muchos los consideran traidores a la defensa del agua.
Otros ejidos que también han dicho que NO a que se lleven el agua para la termo, son los ejidos de Villa de Ayala, San Vicente las Piedras, Salitre y Ahuehueyo. Solo en Anenecuilco, Cuauhuixtla y La Heredia, en pequeñas asambleas, con familias acarreadas por el Comisariado, como en Anenecuilco, han dicho que si, pero son asambleas atípicas e informales. También están los ejidos de Abelardo L. Rodriguez, Lorenzo Vázquez, Los Hornos, Huitchila, Pizotlán, Zacapalco, El Vergel y Chinameca, cuyos primeros tres mantienen sus amparos y los otros 5 se han comenzado a amparar. Donde quiera que escuchas a los ejidatarios dicen que defenderán el agua con la vida.
Desde arriba de Zacatepec hasta Huexca, pasando por Atlixco y Amilcingo, seguimos firmes contra la termo y el gasoducto también con amparos y suspensiones. Dispuestos a defendernos contra el ataque que implica la imposición del PIM a la fuerza. Si tu diste la vida por nosotras y nosotros, por nuestras hijas e hijos, por los que vienen y los que vendrán, porqué nosotros nos vamos a quedar callados o sin hacer nada. ¡Aquí seguimos y aquí seguiremos!
También las compañeras y compañeros del EZLN nos invitaron a llevar tu voz y tu corazón, junto con el de ellas, al continente europeo, de donde son las empresas que construyeron y se benefician de este megaproyecto, a buscar y hablar con los que, como tú, como nosotr@s luchamos por heredar vida a la humanidad.
Pero no somos todas y todos Samir, nos faltan muchas personas por comunicarles por qué el PIM es un proyecto de muerte, por informarles como tú siempre lo hacías, por eso te pedimos que nos ayudes a difundir las afectaciones del PIM, una por una, tema por tema, letra por letra, imagen por imagen, historia por historia, mensaje por mensaje, video por video, capsula por capsula, programas, foros, entrevistas, compartición, publicaciones en redes, papeles, calles y sonidos, del pasado, presente y futuro, cuentos y cuentas, pero todas diciendo la verdad de lo que implica el Proyecto Integral Morelos y de lo que podría pasar. Ayúdanos a realizar una jornada dislocada y alocada de información que dure desde hoy hasta el 28 de noviembre de 2020, fecha en que conmemoraremos los pueblos de Morelos el Plan de Ayala.
Por medio de los corazones en donde Samir se encuentra en todas y todos, convocamos a la campaña «El PIM no es desarrollo, es despojo y destrucción» y les pedimos que nos ayuden a difundir las afectaciones del PIM que hagan entender a más gente porque la termoeléctrica no es un proyecto de desarrollo para los pueblos y la población en general y, en cambio, es un proyecto diseñado para los ricos, un proyecto que abaratará los costos para la producción de mercancías, pero no abaratará las mercancías, ni la luz, ni el gas, ni incrementaran los sueldos, como ha pasado y pasa en todos los lugares donde se ponen proyectos energéticos y grandes corredores industriales en donde la población originaria incluso sufre de altos costos de energía eléctrica o digan ¿dónde la luz sale más barata a los pueblos en México porque ahí la producen? ¿Quién asume los costos ambientales que sufrirán nuestras futuras generaciones y los impactos a la salud que generan?
Llamamos a mujeres, hombres, jóvenas, jóvenes, niñas, niños, artistas, colectivos, intelectuales, profesionistas, estudiantes, periodistas, medios libres, radios comunitarias, organizaciones de la sociedad civil, pueblos, a todas y todos que saben que el PIM no es un proyecto de desarrollo, sino de muerte, nos ayuden a explicarle al resto de la gente porqué el dinero no debe prevalecer ante la vida, porqué tenemos razón los pueblos cuando queremos heredarles vida a nuestras futuras generaciones y no solo pensar en lo inevitable del hoy, en el “desarrollo” que viene y destruye lo que se encuentra a su paso.
Este es un llamado urgente a todas y todos, ante los oídos sordos del Presidente de la República que no contestó a nuestro llamado al diálogo de “una hora en su mañanera”. Ante el riesgo que en próximos días, horas o semanas, López Obrador mande a la Guardia Nacional a intentar desalojar el plantón de Apatlaco, si decide pasar por encima de la legalidad de las suspensiones de amparo y sobre todo de la decisión de los pueblos, tomada una vez más y desde el inicio del proyecto. Por lo que también llamamos a estar atentos a cualquier acto represivo, solidarizarse y/o acudir a documentar cualquier violación de derechos humanos que pudiera sufrirse en el plantón de Apatlaco o contra cualquier pueblo o persona que defiende sus derechos ante el Proyecto Integral Morelos.
Ayúdenos a difundir, ayúdanos Samir
#SamiryZapataviven
#NoalPIM #AguaSitermoNo
21 de octubre de 2020
T`neki tlalle una atl para tenochti, amo timikiske por tumi – Queremos tierra y agua para todos, no morir por dinero.
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala