
(Español) Agosto Negro 2020
¡A conmemorar Agosto Negro 2020!
Buenos días a todas y todos,
Este Agosto Negro, cuando hay una nueva ola de resistencia en el mundo a partir de las protestas masivas en contra del asesinato policiaco de George Floyd, honramos a las y los activistas y luchadores sociales del Movimiento de Liberación Negra. Algunos pasaron muchos años en prisión antes de salir libres, otros han muerto, y otros siguen cautivos en prisiones donde la tortura prevalece y ahora con la pandemia COVID el riesgo de muerte es más alto que nunca. En particular, exigimos libertad inmediata para Mumia Abu-Jamal, Sundiata Acoli, Dr. Mutulu Shakur, Jalil Muntaqim, Ruchell Cinque Magee, Imam Jamil Al-Amin, Russell Maroon Shoatz, Kamau Sadiki, Veronza Bowers, Ed Poindexter, David Gilbert, Romaine Chip Fitzgerald, Jo Jo Bowen, Fred Muhammad Burton y Kojo Bomani Shakur.
Y queremos honrar a Nehanda Abiodún, quien ya está con sus antepasados, y Assata Shakur por su trabajo incansable desde Cuba para liberar a las y los presos.Para empezar la conmemoración de Agosto Negro 2020, queremos compartir el primer capítulo del libro Agosto Negro: Presas y presos en pie de lucha, de su servidora Carolina Saldaña, publicado en complicidad con SubVersiones. En este link pueden leer el libro en línea o descargarlo. https://subversiones.org/PDFs/agostonegro.pdf
- Agosto Negro: mes de resistencia y renovación
“Caballeros, estoy tomando el mando. Que nadie se mueva”. Fue el 7 de agosto de 1970 cuando Jonathan Jackson, a la edad de 17, irrumpió en la sala de un tribunal del condado de Marin en el estado de California con una escopeta, un rifle y una maleta llena de pistolas. Repartió armas a los presos James McClain, William Christmas y Ruchell Magee, quienes asistían a una audiencia de James McClain por haber atacado a un guardia; William Christmas y Ruchell Magee eran testigos.Los cuatro lograron salir de la sala con el juez, el fiscal y tres integrantes del jurado como rehenes.
Su meta fue tomar una estación de radio para denunciar las condiciones de racismo y muerte en las prisiones de California y lograr un intercambio de los rehenes por tres presos conocidos como los “Soledad Brothers” (hermanos del penal Soledad): George Jackson, John Clutchette y Fleeta Drumgo. Sin embargo, cuando salieron del estacionamiento en su camioneta, los guardias y policías locales abrieron fuego, matando a Jonathan, James, William y el juez Harold Haley. Ruchell Magee, el único rebelde sobreviviente, ahora es el preso político más longevo en Estados Unidos.
Jonathan Jackson era el hermano menor del legendario George Jackson, una figura clave en el movimiento anti-carcelario en California. Enviado a prisión en 1960 a la edad de 18 por robar $70 de una gasolinera, se hizo revolucionario en prisión. Cuenta George Jackson que al llegar a la prisión, él conoció a compañeros conscientes como W. L. Nolen y con ellos empezó a estudiar a Marx, Lenin, Mao, Franz Fanon, Kwame Nkrumah, Patrice Lumumba, Ho Chi Minh, Che Guevara y otros. Organizaron a los demás presos para hacer huelgas contra las malas condiciones carcelarias y para exigir sus derechos. Animaron a los presos a dejar de pelear entre sí y a unirse para cambiar su situación.
Dice George: “Intentamos transformar la mentalidad negra criminal en una mentalidad negra revolucionaria. Como resultado, cada uno de nosotros ha sido objeto de años de despiadada violencia reaccionaria del Estado. Nuestro índice de mortalidad es lo que podrías esperar en una his-toria de Dachau”.
Tres compañeros de George Jackson —W.L. Nolen, Alvin Sweet Jugs Miller y Cleve Edwards— fueron asesinados por un guardia en el penal Soledad el 13 de enero de 1969. Unos días después de que un consejo encontró este homicidio “justificable”, un guardia blanco fue echado desde un pasillo alto al patio central. George Jackson, Fleeta Drumgo y John Clutchette fueron acusados de su muerte y fueron nombrados los “Soledad Brothers”.
En su libro Soledad Brother, George Jackson dice que su encarcelamiento no le sorprendió.
“Los hombres negros nacidos en Estados Unidos que tienen la fortuna de vivir más de 18 años estamos condicionados a aceptar la inevitabilidad de prisión. Para la mayoría, se avecina como la siguiente fase en una larga serie de humillaciones”.