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Radio Almaina

Todos los ojos en Gaza. Bitácora de la Flotilla Global Sumud del 19 de septiembre

(Descarga aquí)  

Todos los ojos en Gaza, un breve informativo donde actualizamos el avance de la Global Sumud Flotilla que se dirige rumbo a Gaza, tras partir el 31 de agosto del puerto de Barcelona.

Todos los días contactaremos con varias personas que se encuentran navegando hacia Gaza para romper el bloqueo genocida que el estado ocupante israelí está realizando contra la población Gazatí. Todos los ojos en Gaza, Y todos los corazones también, porque lo que los gobiernos no se atreven, y los ejércitos temen, que es enfrentarse a la entidad ocupante israelí, nos atrevemos la ciudadanía mundial, poniendo el corazón desarmado en la proa de la Global Sumud Flotilla. En este momento de la historia en el que se demuestra que todos los gobiernos y los ejércitos son cómplices del estado sionista de Israel.

Les activistas de la Global Sumud Flotilla, navegan hacia Gaza para romper el bloqueo y abrir corredores humanitarios, para que llegue la ayuda imprescindible, para la supervivencia de más de 2 millones de personas que habitan Gaza. Israel y su ejército con la complicidad de occidente detuvieron este verano los barcos Conscien, Madlen, y Handala e impidieron la apertura de ese corredor humanitario a través de Egipto, que pedían 4,500 activistas de todo el mundo que se desplazaron hasta allí. Por eso ahora, una flota con decenas barcos de personas que han decidido poner sus cuerpos en defensa de la humanidad, navegan por el Mediterráneo. Sumud, compañeras.

Escucha esta bitácora que incluye audios propios enviados por integrantes de la flotilla, gracias a radio Almaina, la radio libre de Granada.

En la edición del 19 de septiembre, escucharemos el diario de bitácora que nos envían abordo de un barco de la flotilla en aguas de Catania, leeremos el diario de viaje número 22 que proporciona Movement to Gaza, incluimos la entrevistas realizadas a pie de manifestación el jueves pasado 18 de septiembre en las calles de graná y leeremos el comunicado de Movement to Gaza en agradecimiento a todas las manifestaciones de ayer. Haremos una mención al PEMA, pacto europeo de migración y asilo, aprovechando que la flotilla está surcando las aguas del mediterráneo para no olvidar reclamar la protección de cualquier persona que se desplace por mar, aprobado hace unos meses por la unión europea y que supone una clara vulneración de los derechos de las personas migrantes.

Fuente: Radio Almaina

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Comunizar

El centro no se puede sostener. Entonces, ¿adónde llevamos nuestra esperanza, nuestra desesperación?

Fuente: Comunizar
Por John Holloway

El centro no se puede sostener
Entonces, ¿adónde llevamos nuestra esperanza, nuestra desesperación?

1.            Gaza. Tener esperanza es decir lo indecible.

                Gaza. La expresión extrema del dolor en el mundo actual. Dolor. Resistencia. Esperanza.

                Gaza. Imposible venir aquí sin escupir mis dudas sobre venir a hablar en el mismo centro del país que está promoviendo y apoyando el asesinato y la mutilación despiadada y sistemática de miles y miles de personas, muchas de ellas niños, la aniquilación de la esperanza.

                Vengo aquí, a pesar de mis dudas, a expresar mi solidaridad con ustedes, que viven en este país, a pesar del gobierno que sufren ahora, y del gobierno que sufrieron antes. Y para expresar mi más profundo respeto y admiración por los organizadores de un evento con palabras tan subversivas y peligrosas como Raza, Género e incluso Equidad. Y por todos ustedes que, de una forma u otra, caminan en la dirección equivocada.

                Gaza, porque nada ilustra más claramente los horrores del capitalismo contemporáneo, las terribles consecuencias de un sistema social dominado por el dinero.

                Gaza, porque tenemos que romper el silencio, el terrible silencio de complicidad que se cierne sobre el mundo, la normalización de la desesperación.

                La desesperación se cierne sobre nosotros. Tiene muchos nombres: Gaza, Sudán, calentamiento global, masacre de la biodiversidad, Trump, Milei, Orbán, la creciente amenaza de una guerra nuclear. Y, sin embargo, en medio de todo esto, hemos venido aquí para decir NO, es hora de hablar de esperanza, incluso de esperanza radical.

                No podemos aceptar la desesperanza, porque la desesperanza mata todo pensamiento científico. Sólo nos queda una pregunta científica: ¿cómo romper la dinámica social que nos impulsa hacia nuestra propia autodestrucción, la autodestrucción de la humanidad? Esa pregunta no puede responderse con la desesperanza. La desesperanza es un rechazo a buscar una respuesta, un darse por vencido, una complicidad, aunque sea a regañadientes.

                Así que no a la desesperanza. Pero eso no nos lleva a una esperanza vacua, feliz-feliz. Hay una palabra cercana a la desesperanza, pero distinta: Desesperación.

                La desesperación no es desesperanza. Es negarse a desesperanzarse, negarse a renunciar a nuestra rabia y esperanza, incluso en un mundo que nos dice que estamos locos por seguir pensando que otro mundo es posible. En los diccionarios, a menudo se equipara desesperación con desesperanza, pero no es eso. He encontrado una definición que se acerca más a lo que siento: “Desesperado: mostrar disposición a correr cualquier riesgo con tal de cambiar una situación mala o peligrosa”. Quizás no “cualquier riesgo” pero sí, una furia por cambiar una situación mala o peligrosa, una determinación por cambiar una mala situación, la mala situación que es el capitalismo contemporáneo. Desesperación por cambiar el mundo porque sabemos que no tiene por qué ser así, que tenemos la capacidad de crear otra cosa. La desesperación incluye la frustración, la frustración de lo que podríamos hacer, la frustración de nuestra riqueza, de nuestra capacidad de crear algo diferente.

                La desesperación es esperanza en la tormenta, esperanza en-y-contra-la-tormenta, esperanza en-y-más-allá-de-la-tormenta. Quizá la única forma de hablar hoy de la esperanza radical sea como desesperación, esperanza desesperada-contra-la-esperanza. La esperanza como negación de la anti-esperanza. La esperanza como resistencia.

                Los que siguen estas cosas (y deberían, porque han sido los exponentes más articulados de la esperanza durante más de treinta años) se darán cuenta de que mi enfoque en la desesperación hace eco de la intervención de Marcos en la reunión de diciembre organizada por los zapatistas. El reto, sugirió allí, es “organizar nuestra desesperación”.

2.            Probablemente todos los que estamos aquí tenemos algún sentimiento de desesperación compartida. El capitalismo genera desesperación. De muchas maneras. A nivel personal, la profunda y creciente incertidumbre de la vida: ¿cómo puedo entrar en la universidad o conseguir un trabajo, puedo conseguir la titularidad, cómo puedo encontrar un lugar decente para vivir, en qué clase de mundo vivirán mis hijos, cómo puedo incluso traer hijos a un mundo como este? Todo forma parte de una creciente desesperación social: miren lo que está ocurriendo con los inmigrantes, miren la destrucción de la biodiversidad de la que depende la vida humana, miren el calentamiento del planeta, cada vez más fuera de control, miren el auge de la nueva derecha, miren los peligros crecientes de más guerras.

                Pero ¿hacia dónde llevamos nuestra desesperación, nuestra esperanza a pesar de todo? Lo más obvio en la situación actual es retroceder hacia el centro, esperar que los demócratas puedan ganar las elecciones de mitad de mandato, que ni Trump ni Vance ganen las elecciones de 2028, que dentro de diez años recordemos a Orbán, Meloni, Modi, Erdogan, Trump como un mal sueño, un desafortunado parpadeo en la historia, que se produzca un retorno de algo que podamos reconocer como civilización.

                Pero hay una frase que se ha citado a menudo en los últimos años. La frase, “el centro no puede sostenerse”, proviene del poema de W.B. Yeats, «The Second Coming».  

Turning and turning in the widening gyre   
The falcon cannot hear the falconer;
Things fall apart; the centre cannot hold;
Mere anarchy is loosed upon the world,
The blood-dimmed tide is loosed, and everywhere   
The ceremony of innocence is drowned;
The best lack all conviction, while the worst   
Are full of passionate intensity.  
Girando y girando en el creciente giro El halcón no puede oír al halconero; Las cosas se desmoronan; el centro no puede sostenerse; La mera anarquía se desata sobre el mundo, La marea ensangrentada se desata, y por todas partes La ceremonia de la inocencia se ahoga; Los mejores carecen de toda convicción, mientras que los peores Están llenos de apasionada intensidad.

                El centro no puede sostenerse. Obviamente, aquí en Estados Unidos, y en otros países, el centro no se ha sostenido. Y, sin embargo, sigue ahí como un imán nostálgico, una atracción irresistible frente al mundo que se desmorona a nuestro alrededor.

                Este impulso nostálgico de vuelta a la normalidad es probablemente inevitable, tal vez incluso deseable. Y, sin embargo, tenemos que considerar que el centro no aguantó, no pudo aguantar, y que quizá tengamos que ir más allá de luchar por su restauración.

3.            Ahora pensamos en el centro desde la perspectiva de la embestida actual. Los ataques al pensamiento crítico en las universidades, los ataques a los inmigrantes, la disolución del orden mundial basado en la ley, etcétera. Quizá, de forma más general, podamos pensar en el centro como una especie de contrato social global, una especie de normalidad que se establece tras la Segunda Guerra Mundial y que incluye una idea de la democracia como algo deseable, unos niveles mínimos de bienestar social, una cierta comprensión de lo que es la política, del tipo de relaciones que deberían existir entre los Estados, una cierta idea de los derechos humanos y del Estado de Derecho.

                Desde luego, no quiero idealizar esta normalidad. Es una fase de la civilización del dinero, una civilización asesina basada en la explotación, el racismo, el sexismo, el colonialismo, la represión, el encarcelamiento y la destrucción de otras formas de vida. Sin embargo, existe una especie de normalidad, una especie de contrato social, a veces denominado Estado del bienestar keynesiano, que luego es atacado radicalmente por lo que muchos llaman neoliberalismo, pero que, sobre todo visto desde la perspectiva del presente, presentaba sin embargo más continuidad de lo que podría parecer: el mismo sistema de relaciones entre Estados, un respeto simbólico por la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho.

4.            Este centro se cuestiona cada vez más tras la crisis financiera de 2008. Está claro que no puede darse por sentado.

                Independientemente de que a uno le parezca atractiva esa normalidad, o al menos mejor que la que se impone ahora, hay al menos dos razones para pensar que ya no es realista.

                En primer lugar, tenía una base material. Después de la Segunda Guerra Mundial, fue el resultado de la gran reestructuración del capital lograda mediante la destrucción y la masacre de la Guerra. Este impulso a la productividad y la rentabilidad se vio cada vez más presionado desde finales de los años sesenta y principios de los setenta. Tras el colapso de Bretton Woods y el cambio de política bajo Reagan y Thatcher, la reproducción del capitalismo dependía cada vez más de la constante expansión de la deuda, es decir, no de la plusvalía realmente producida sino de la expectativa de una futura producción de plusvalía. En los últimos cuarenta años ha habido una expansión sin precedentes de la deuda a escala global, y esto ha significado una expansión de la fragilidad sistémica, expresión de la brecha entre la acumulación de valor y su expresión monetaria. Esta fragilidad es administrada principalmente por la Fed y otros bancos centrales, pero explotó en la crisis financiera de 2007/2008 y la amenaza de colapso permanece latente y constante. En otras palabras, la base económica de la normalidad a la que nos hemos acostumbrado se ha vuelto cada vez más frágil. El neoliberalismo, lejos de ser la política de un capital triunfante, es (o era) la política de su crisis.

                La otra razón para dudar de la posibilidad de restaurar el centro es el grado de ira y desesperación que ha generado. La promesa de una creciente prosperidad personal a cambio de aceptar el sistema y cerrar los ojos ante su fuerza destructiva, parte crucial del contrato social de posguerra, no se ha cumplido para una gran parte de la población en los últimos cuarenta años aproximadamente.

                La acumulación aparentemente aleatoria de enormes riquezas por parte de unos pocos ha contribuido a canalizar esa ira en resentimiento. Como dijo Abahlali baseMjondolo, el importante movimiento de los chabolistas de Sudáfrica, tras los disturbios raciales de 2020, “Abahlali siempre ha advertido de que la ira de los pobres puede ir en muchas direcciones. Hemos advertido una y otra vez que estamos sentados sobre una bomba de tiempo”.

                El centro, la normalidad de los últimos años, se construyó sobre dos bombas de tiempo: la fragilidad financiera y el creciente resentimiento. Probablemente no sea ni deseable ni realista recrearlo. Sin duda debemos luchar por la defensa de la democracia liberal, pero tenemos que mirar más allá, ir más lejos y preguntarnos si la situación actual podría crear un avance en el desarrollo de una política radical de esperanza.

5.            Si el centro no aguanta, ¿lo hará la derecha? No podemos saberlo. Sin duda nos está empujando en direcciones que van más allá de nuestra capacidad de imaginar, en términos de destrucción climática y la posibilidad de una guerra nuclear, tal vez logre crear una pesadilla para la humanidad. Pero también es posible que se derrumbe ante la oposición popular, por un lado, y, por otro, ante las fuerzas del mercado, es decir, paradójicamente, su incapacidad para comprender y aceptar las realidades del poder del dinero.

                Entonces, ¿dónde está la esperanza en esta situación? En primer lugar, tiene que ser un grito de rechazo, un NO. Me gustaría pensar que esto es algo que todos nosotros compartimos. Se refleja en las protestas masivas de los últimos fines de semana, y es de esperar que sigan creciendo y creciendo y creciendo.

                Pero ¿adónde puede llevarnos este NO? Quizá de vuelta al centro, a la democracia liberal. Posiblemente en las próximas elecciones ganen los razonables y pierdan los resentidos. Pero entonces la fragilidad seguirá creciendo y el resentimiento también.

                De alguna manera, tenemos que conectar con la ira resentida que está detrás del ascenso de la derecha y reclamarla como nuestra. Nuestra respuesta no puede ser “¡Sean razonables, dejen a un lado su rabia!”, sino “Compartimos su rabia contra un sistema que nos está humillando y matando. Veamos cómo podemos desarrollar nuestra ira de otra manera”. La esperanza hoy es realmente una cuestión de cómo canalizamos nuestra ira.

                La ira de los pobres puede ir en muchas direcciones, dicen los Abahlali. Una dirección parece ser la dominante en este momento: la ira como resentimiento. Pero también hay otra rabia expresada por miles y miles de movimientos en todo el mundo (y, esperamos, por esta conferencia). Es lo que los zapatistas llaman “digna rabia”, difícil de traducir, pero tal vez rabia digna [dignified rage], o rabia justa [righteous rage]: una rabia que nace de la opresión cotidiana de la sociedad existente y nos dirige hacia un mundo basado en el reconocimiento mutuo de nuestras dignidades. En otras palabras, una rabia contra la forma en que están organizadas actualmente las relaciones sociales (el capitalismo) que empuja hacia la creación de otro mundo, un mundo de muchos mundos. Una rabia contra el dominio del dinero y un empuje hacia el desarrollo de la vida.

                Una ira de resentimiento y una ira de esperanza. Aquí hay una cuestión de gramática, la gramática de la identificación. El resentimiento se identifica: dirige su ira contra grupos específicos de personas, ya sean inmigrantes o académicos de Harvard. Se enfurece contra la élite como grupo de personas, pero no cuestiona el sistema que produce a las élites, ni a los inmigrantes. El auge de la derecha es una explosión de la política identitaria que deshumaniza al tratar a los grupos de personas como objetos o categorías abstractas. La identificación es un proceso que parte de una ira indefinida y la centra en objetos humanos concretos, ya sean negros, árabes, judíos, extranjeros, trans. El proceso de identificación está siendo reforzado por los grupos de derechas, pero también está profundamente arraigado en la sociedad actual. El Estado es un proceso de identificación: su propia existencia es la proclamación de una distinción tajante entre “nosotros” y esos otros, extranjeros, a los que podemos maltratar y, cuando sea necesario, matar. La propia existencia del Estado como forma de organización social es un proceso de “alienación” [othering], una escuela de fascismo y guerra. Ciudadanos.

                Una política de la esperanza parte de la misma rabia identificada por la derecha, pero resiste al proceso de identificación. Desbordándose. Una política de la esperanza es necesariamente una política anti-identitaria, no en el sentido de negar la identidad, sino en el sentido de ir en contra y más allá de ella. Somos indígenas, pero nuestra lucha va más allá, por un mundo basado en el reconocimiento de la dignidad humana. Somos kurdos, una nación oprimida, pero nuestra lucha va más allá, por la creación de un mundo diferente. Luchamos contra el calentamiento global, pero sabemos que no se trata sólo de una cuestión de combustibles fósiles, sino de luchar contra un mundo en el que el desarrollo está determinado por el afán de lucro. Donde una política identitaria se cierra y da respuestas, una política de la esperanza se abre y plantea preguntas. Preguntando caminamos, como dicen los zapatistas.

                Una política de la esperanza es una política de preguntar, buscar, discutir. Su forma de organización tiene una larga historia, constantemente renovada: la asamblea, el consejo, la comuna, una forma de organización concebida para promover la expresión de opiniones y el debate de soluciones, muy alejada del Estado o del partido que marca la línea correcta. Un lugar como éste donde podemos discrepar, donde podemos decir “Esto es lo que quiero decir. ¿Qué opinas tú?”. Un lugar donde los enojos se comparten y las etiquetas se difuminan simplemente por ese compartir.

6.            La esperanza, pues, es una rabia digna, una rabia decidida a abolir un sistema social que nos está destruyendo y a crear un mundo basado en el reconocimiento mutuo de las dignidades. Una locura. Una locura venir a la Harvard Business School y decir que debemos abolir el capitalismo. Y, sin embargo, una locura necesaria. Hay muchos indicios de que la continuación de la actual forma de organización social es incompatible con la supervivencia de la vida humana. Ciertamente, el capitalismo siempre ha sido una combinación de creación y destrucción, pero ahora es su lado destructivo el que domina cada vez más.

                La esperanza es locura. La esperanza es desesperación que camina al borde del abismo de la desesperanza. Pero tenemos que asumir nuestra locura, decirla alto y claro. Porque tenemos que ganar. Esta vez, nosotros, los perdedores de siempre, tenemos que ganar, o de lo contrario sentarnos y disfrutar del viaje más profundo hacia la catástrofe, hacia la posible extinción.

7.         Termino con una pequeña historia contada por Marcos en el encuentro organizado por los zapatistas a finales de diciembre. Cuenta cómo los jóvenes zapatistas, técnicamente sofisticados, que han conseguido montar la retransmisión en directo del evento, han conseguido también establecer un enlace telefónico con una comunidad indígena del año 2145. Así que Marcos llama a la comunidad y el teléfono es contestado por una niña. Marcos pregunta “¿Cómo estás?”, y la niña responde “depende”. Y Marcos piensa “qué respuesta más inútil, ¿por qué no podría haber contestado un adulto?”. Y dice, un poco más alto: “¿Cómo estás?” Y la niña repite, más claramente “Depende… de ti”.

Depende, de nosotros. Si esa joven existirá o no. O en qué condiciones existirá. La esperanza no es un juego, ni una virtud, es la lucha por crear un mundo diferente.

Conferencia presentada por John Holloway en un simposio en Harvard Business School

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CIPOG-EZ

Llamado urgente del CIPOG-EZ a estar atentos frente al clima de violencia en Guerrero

19 de septiembre de 2025.

LLAMADO urgente a nuestros hermanos y hermanas de México y del Mundo, a estar atentos frente al clima de violencia que se vive en el estado de Guerrero.

La mañana de hoy 19 de septiembre de 2025, hombres de Colotepec, municipio controlado por el grupo narco-paramilitar Los Ardillos, amenazan la vida de la compañera Alma Delia Hernández Morales y de otros compañeros del CIPOG-EZ, que se encuentran prácticamente sitiados por Lázaro Cocotzin Morales, brazo armado de Los Ardillos, en Chilapa de Álvarez, Guerrero.

Responsabilizamos al mal gobierno por lo que le pueda suceder a nuestros hermanos, pues ellos con su silencio son cómplices directos de la violencia que azota al estado y al país. Exigimos la presencia de la la Guardia Nacional y garantías de seguridad para nuestros hermanos y hermanas

CIPOG-EZ

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Nantik Meche

Podcast por Palestina

(Descarga aquí)  

Este es un podcast realizado por Nantic Meche. Todas, todos, todes, por nuestros derechos alcemos la voz.

Desde 2023 a la fecha, el gobierno de Israel lleva tristeza al pueblo palestino y al mundo, al haber asesinado a más de 63 mil personas. Diferentes organismos internacionales han denunciado que 80% de estas personas no eran soldados, sino que en su mayoría eran niñas, niños y mujeres terriblemente masacradas. Por mucho tiempo, el gobierno de Israel ha intentado engañar al mundo diciendo que atacaba terroristas, pero la verdad es que más que cuarteles, ha destruido hogares, escuelas y hospitales.

Es importante saber que en medio de esta oscuridad hay muchas luces de rebeldía. Se han realizado marchas, bloqueos, volanteos, conciertos, materiales de información y muchas otras cosas alrededor de todo el mundo. En este duro momento de la historia, podemos ver una vez más que los pueblos pueden ser más dignos y valientes que sus gobiernos.

Mientras los de arriba no toman acciones concretas para detener esta matanza, les cuento que por ejemplo, un sindicato griego de trabajadores portuarios no permitió el envío de armas desde el puerto donde trabajan. Un sindicato italiano acaba de llamar a huelga para detener los barcos con armamento israelí a partir del 22 de septiembre. Una flotilla de más de 50 barcos con personas de más de 40 países intenta llevar ayuda humanitaria por mar. La respuesta de Israel en estas últimas semanas ha sido lanzar más ataques, impedir la llegada de alimentos, la asistencia médica, obligar a la población palestina a desplazarse. Pero aún así, el espíritu de libertad permanece.

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Vía Campesina

El Foro Global Nyéléni refuerza la lucha por la soberanía y los derechos humanos

Fuente: Vía Campesina
Esta entrada está disponible también en English y Français.

El tercer Foro Global Nyéléni se celebró n Kandy, Sri Lanka, del 6 al 13 de septiembre, uniendo a movimientos sociales de todo el mundo para discutir varios temas, entre ellos el creciente autoritarismo, la soberanía alimentaria, la reforma agraria, la atención médica y la justicia climática.

“ El Foro se erige como una plataforma global de resistencia y solidaridad, basada en los principios de la soberanía alimentaria, el feminismo de base, la agroecología, la justicia social, de género y climática, la soberanía popular y energética, y la democracia económica”, se lee en el comunicado de prensa inaugural.

El foro se inauguró el 6 de septiembre en el Instituto Nacional de Desarrollo Cooperativo de Kandy, Sri Lanka. Participan más de 700 delegadxs de 100 nacionalidades diferentes.

El programa incluyó asambleas de mujeres y jóvenes, solidaridad con Palestina

El primer día del foro, las delegaciones regionales de África, el Cercano Oriente y el Norte de África, Asia y el Pacífico, América Latina y el Caribe, Europa y Asia Central, y América del Norte convocaron sus reuniones preparatorias para discutir nuestra Agenda de Acción Política Común, desarrollada a través de meses de consultas regionales e internacionales. 

Por la tarde, las delegadas se reunieron para la Asamblea de Género y Diversidad Sexual y Aliadas. «Personas de todas las razas, idiomas, sexualidades, identidades y capacidades son bienvenidas a construir con nosotras. Este espacio es fundamental», dijo Paula Gioia, de La Vía Campesina.

El segundo día se celebraron reuniones como la Asamblea de Jóvenes, la Asamblea de Mujeres y el Encuentro de Pueblos Indígenas. «La reforma agraria implica tener jóvenes presentes en espacios dignos, con educación, salud, tierra, alimentación y acceso a la producción local», afirmó Paulina Margarita Caal Chocooj, delegada del Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe (MAELA).

El tercer día se celebró en solidaridad con Palestina, denunciando la inacción de los gobiernos y la ONU para intervenir en un genocidio en curso. «La acción política que estamos llevando a cabo en este foro se conecta con todas las demás acciones que se están llevando a cabo en todo el mundo, incluyendo la Flotilla de la Libertad, los Amigos de La Haya y otras innumerables alianzas a nivel local, regional, nacional e internacional», declaró Jana Nakhal, del Comité Directivo Global en representación de la región NENA.

El Primer Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria sienta las bases para un movimiento global

El Foro Nyéléni de este año se basa en los esfuerzos de foros anteriores, el primero de los cuales tuvo lugar en la aldea rural de Nyéléni, en Mali, en donde los líderes del movimiento campesino y agrario celebraron el Primer Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria en 2007. Este primer foro fue organizado por Amigos de la Tierra Internacional, Vía Campesina, la Marcha Mundial de las Mujeres, ROPPA, el Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (WFF) y el Foro Mundial de Pueblos Pescadores (WFFP), y reunió a 600 delegados de los cinco continentes, representando a diversos sectores de la sociedad interesados ​​en la agricultura y la alimentación. 

Este primer foro dio como resultado la Declaración de Nyéléni, un documento fundamental para el movimiento, y designó a Nyéléni como el nombre de la red internacional de movimientos sociales. Hoy, el nombre de la aldea se ha convertido en sinónimo del movimiento campesino mundial y la lucha por la soberanía alimentaria. 

Desde entonces se han celebrado otros foros Nyéléni, entre ellos Nyéléni Europa 2011 en Austria, el segundo Foro Global Nyéléni en 2015 que tuvo lugar en Mali, y Nyéléni Europa 2016 en Cluj-Napoca, Rumania.

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Avispa Midia

Aún con tensiones diplomáticas, EEUU realiza tres ejercicios militares en Latinoamérica

Fuente: Avispa Midia
Por Santiago Navarro F

En portada: Ejercicios en el Curso Combinado de Orientación en la Selva entre Estados Unidos y Panamá en territorio panameño, en la Base Cristóbal Colón.

Mientras se avivan los vientos de intervencionismo de los Estados Unidos (EEUU) frente a México y Venezuela, solo durante el mes de agosto, el Comando Sur realiza al menos tres ejercicios militares en diversos países de Latinoamérica. Estas acciones buscan afianzar su estrategia con la cual afirman van a contrarrestar lo que denominan como Organizaciones Criminales Transnacionales (OCT, por sus siglas en inglés) o Redes Ilícitas Transregionales y Transnacionales (T3Ns, por sus siglas en inglés).

Desde el pasado 7 de agosto, la administración de Donald Trump, endureció su postura frente al gobierno venezolano de Nicolás Maduro, equiparándolo como presunto líder del llamado “Cártel de los Soles”. Ante ello, el Departamento de Estado de EEUU, bajo el liderazgo del secretario Marco Rubio, anunció una oferta de recompensa de hasta 50 millones de dólares a quien brinde información que conduzca al arresto del mandatario de Venezuela. 

La oferta de recompensa, autorizada por el secretario en virtud del Programa de Recompensas contra Narcóticos (NRP, en inglés), se dio justo dos semanas atrás cuando el Departamento del Tesoro había designado al “Cártel de los Soles” como “Terroristas Globales Especialmente Designados” (SDGT), un estatus que permite congelar los activos del grupo en jurisdicción estadounidense y criminaliza cualquier transacción con él.

Es así que la situación ha escalado a una crisis tensa entre Estados Unidos y Venezuela, ya que Trump ordenó el despliegue de tropas militares estadounidenses hacia el Caribe, en las proximidades de las costas venezolanas. 

Según información confirmada por funcionarios de Defensa, el despliegue ordenado por el presidente Donald Trump incluye: el Iwo Jima Amphibious Ready Group (ARG), compuesto por los buques de desembarco anfibio USS Iwo Jima, USS Fort Lauderdale y USS San Antonio. También 4 mil infantes de Marina de la 22.ª Unidad Expedicionaria.

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Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala

Comunicado del FPDTA-MPT: El agua se convierte en sangre en ASURCO, a partir del robo de agua que hace la CFE para la termoelectrica en Huexca

Condenamos el asesinato de la presidenta interina de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla (ASURCO) Carolina Plascencia Carvajal, quien fue asesinada en emboscada en la carretera Cuautla–El Hospital a la altura del crucero de Puxtla, cuando manejaba un vehículo color blanco, segun versiones periodísticas, sucedido el pasado viernes 12 de septiembre alrededor de las 15 horas.

Carolina Plascencia asumió el cargo de presidenta interina después que el presidente de ASURCO Antonio Domínguez Aragón dejara el cargo de manera abrupta luego de sufrir un ataque armado en su domicilio en el año de 2024. La ingeniero estaría contendiendo para las elecciones de ASURCO este próximo 28 de septiembre, donde ejidatarios señalan que existía molestia de Rogelio Plascencia al no quererlo incluir Carolina en su planilla.

Rogelio Plascencia fue presidente de ASURCO en el periodo que de manera ilegal se entregara a la CFE el agua para el uso de la termoeléctrica en Huexca mediante un convenio firmado en 2020, cuándo López Obrador ordenó el desalojo del plantón de Apatlaco con cientos de elementos de la Guardia Nacional en tiempos de contingencia del covid, despues de tener una reunión con Rogelio Plascencia, Manuel Bartlett y Cuauhtémoc Blanco.

Rogelio Plasencia fue señalado por Francisco Vazquez de haberlo amenazado de muerte, un día antes de su asesinato el viernes 11 de febrero de 2022, pues se hablaba que Francisco Vazquez quería destituir a Rogelio Plascencia por mal manejo de recursos en la administración de ASURCO, principalmente por los ingresos que implicó la entrega del agua ilegal a la CFE. Francisco Vazquez era presidente del Consejo de Vigilancia de ASURCO en tiempos de Rogelio.

Desde la llegada del Proyecto Integral Morelos al estado de Morelos el crimen organizado fue avanzando a la par en las zonas de conflicto y oposición al PIM en Ayala, Huexca y Amilcingo. Consolidandose en la zona un narcoestado que, en los hechos, ha servido como instrumento del terror que permite la imposición de la termoelectrica, el gasoducto y el acueducto.

En este contexto, el asesinato de Carolina Plascencia se observa es motivado por el control y la disputa del agua que administra ASURCO y cuyo principal beneficiario es la CFE , pues desde la llegada del PIM, han asesinado a dos dirigentes de ASURCO, agudizado la CFE la disputa y comercialización del agua de los ejidatarios dotada en los años veinte del siglo pasado a los ejidos, fruto de la revolución zapatista.

Disputa del agua para la termoelectrica por los ejidos que no se ha resuelto aún en los tribunales federales, pero que el Juez Sexto de Distrito ha sobreseido de manera indebida dos de los amparos desestimando todas las pruebas periciales en hidrología desahogadas, incluso del perito oficial, con el objetivo de negar la razón que tienen los ejidos de Ayala de reclamar su agua indebidamente otorgada por ASURCO y el Sistema de Agua Potable de Cuautla.

Exigimos se esclarezcan los motivos del asesinato de Carolina Plascencia y sean castigados los autores materiales e intelectuales de su asesinato, así como la desarticulacion de los grupos criminales que pretenden apoderarse del agua de los ejidos y del control territorial en Huexca, Amilcingo y otros lugares de la región.

JUSTICIA PARA SAMIR FLORES 

JUSTICIA PARA FRANCISCO VAZQUEZ Y CAROLINA PLASCENCIA 

DESMANTELAMIENTO DEL NARCOESTADO

CANCELACION DEL PROYECTO INTEGRAL MORELOS 

Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala

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Avispa Midia

De México a Gaza | La desaparición forzada: crimen de Estado y rostro del capitalismo global

Fuente: Avispa Midia

Por Francisco de Parres

En México, miles de familias siguen buscando a sus hijas, hijos, hermanas, padres, madres, amistades. Buscar es resistir frente al silencio, frente a la impunidad, frente al Estado ausente en materia de justicia. La presencia de las familias en las plazas rompe la estrategia del olvido que pretende que los crímenes queden impunes. El colectivo Buscando a Nuestros Desaparecidos y Desaparecidas Veracruz salió también a la jornada de lucha el 30 de agosto como el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada. Imperante acompañar su dolor que también es nuestro. Porque la desaparición forzada es una herida abierta que atraviesa cuerpos, territorios y memorias.

Madres y sus miradas que no se resignan. Pasos que insisten en caminar, manos que levantan el rostro de quienes les arrebataron. Que nadie se acostumbre a esta violencia. Que nadie calle. Las desapariciones forzadas intentan arrancar no solo vidas, sino también memorias. Pero cada madre, padre, familiar en pie demuestra que la ausencia puede convertirse en presencia que incomoda, en grito que resuena, en verdad que se abre paso entre la indiferencia. Acompañar es mirar de frente, es hacer visible lo que el poder quiere ocultar. Las acciones de las familias son testigos, denuncias, semillas de memoria que no dejarán de crecer.

La desaparición forzada no es un accidente, ni un hecho aislado: es una práctica sistemática sostenida por la impunidad. En México, cada persona desaparecida es el retrato de un Estado que no busca porque al hacerlo se encontraría a sí mismo. Las familias lo dejaron claro: todas las desapariciones son forzadas. Porque no hay “ausencias voluntarias” cuando el miedo está sembrado, cuando las policías y autoridades forman parte de la maquinaria que permite desaparecer a sus propios ciudadanos.

Frente a la indolencia oficial, las familias siguen organizándose, gritando, creando memoria desde el arte y la dignidad. Que nadie diga que no sabía. Mientras falte una persona, la deuda de este país seguirá intacta. Y en las calles recordamos que la desaparición es crimen de Estado, y que la justicia no se mendiga: se exige y ejerce.

Pero también debemos señalar lo evidente: las desapariciones no son solo responsabilidad de un Estado corrupto o negligente, son parte de la arquitectura del capitalismo contemporáneo. Este sistema exige territorios vaciados para extraer sus riquezas; necesita comunidades quebradas para imponer sus megaproyectos; cuerpos descartables para mantener su lógica de acumulación. La desaparición forzada es una de sus expresiones más brutales: un mensaje de terror que dice quién puede vivir y quién puede ser borrado.

La necropolítica, ese poder de decidir sobre la vida y la muerte, no se ejerce en abstracto. Se encarna en policías que fabrican culpables, en militares en todo el mundo que patrullan con licencia para matar, en jueces que protegen al poderoso, en gobiernos que miden en estadísticas lo que las familias viven en carne propia. El capitalismo convierte la vida en mercancía y, cuando no le sirve, en desecho. Por eso las desapariciones forzadas se multiplican: porque son funcionales a un modelo económico y político que avanza sobre los pueblos a costa de su sangre y de su memoria.

Desde la perspectiva de la justicia social, este crimen constituye una práctica sistemática que busca sembrar miedo, desestructurar comunidades y fracturar el tejido para la avanzada del capital acompañado de su necropolítica. En México, hablar de más de 134 mil personas desaparecidas no es una estadística neutra: es la radiografía de un Estado incapaz —y muchas veces cómplice— de detener la violencia que lo atraviesa. La desaparición no se explica como un fenómeno aislado, sino como parte de una política de control que ha encontrado en la impunidad su terreno fértil.

Frente a ello, los colectivos de familiares han producido no solo resistencia política, sino también saberes, pedagogías de la memoria y formas de organización comunitaria que interpelan a toda la sociedad. En cada acción pública no solo se denuncia la inacción del gobierno, también se construye un archivo vivo de la verdad: performance, música, poesía, fotografía y palabra se convierten en herramientas de memoria que rebasan los marcos oficiales que apuntan hacia el olvido e impunidad.

La desaparición forzada nos exige comprender que no hay neutralidad posible: o estamos del lado de quienes buscan o reproducimos el silencio que perpetúa la violencia. Recordar, acompañar y denunciar es responsabilidad colectiva. Pero también lo es confrontar el sistema que sostiene esta maquinaria de muerte. Nombrar al capitalismo y a la necropolítica es nombrar al enemigo común.

Y no es un problema sólo de México: es global. Lo que aquí llamamos desaparición forzada convive con otras formas de administración de la muerte que sostienen el mismo engranaje. En Palestina, la ocupación y la guerra permanentes buscan no solo asesinar, sino borrar pueblos enteros, su derecho a la tierra, su memoria y sus archivos; durante décadas, los bombardeos, los cercos y los desplazamientos han intentado convertir la vida palestina en residuo administrable. En Sudáfrica, las cicatrices del apartheid no se cerraron con la transición: la violencia policial, las expulsiones urbanas y el despojo extractivo siguen administrando quién puede vivir con dignidad y quién debe ser empujado a la muerte lenta de la pobreza estructural; la lógica del capital reescribió el mapa del racismo en clave de rentabilidad. En el Congo, Kurdistán, Yemen, Ucrania y tantos otros territorios, los conflictos geopolíticos y la economía de guerra hacen de poblaciones enteras materia prescindible, cuerpos cifrados como daños colaterales, comunidades enteras reducidas a estadísticas.

En este recorrido de necropolítica global también resuena la violencia política de la ultraderecha brasileña, cuyos afines al expresidente Jair Bolsonaro tomaron las calles recientemente, portando banderas estadounidenses y exigiendo impunidad ante el Tribunal Supremo, en un ejercicio de intimidación autoritaria que se basa en el odio, la deslegitimación de las instituciones y la promoción de la xenofobia como discurso político legitimado. Estas movilizaciones no son meros actos de protesta: son actos de guerra simbólica contra la democracia y la diversidad, piedra angular de una estrategia global de las extremas derechas para sabotear la vida pública y revestirla de terror. Su retórica, alimentada por noticias falsas y afinidades ideológicas con políticos como Donald Trump o Benjamín Netanyahu, invoca un ataque directo a la colectividad, profundiza divisiones sociales y refuerza la necropolítica que determina qué vidas merecen ser escuchadas —y cuáles están condenadas al silencio.

Las desapariciones en México y las masacres en Palestina, la represión en Sudáfrica y la guerra en otros territorios, son expresiones distintas de una misma maquinaria: un capitalismo global que gestiona la vida y la muerte según sus necesidades de acumulación, y Estados que articulan esa administración con leyes de excepción permanentes, con fuerzas de seguridad convertidas en ejércitos internos y con sistemas judiciales que archivan la verdad. La necropolítica no es un exceso: es método. La guerra no es una anomalía: es una forma de gobierno. 

En este mismo mapa de violencia se inscribe la guerra contra las comunidades zapatistas en Chiapas. Desde hace años, los pueblos organizados en torno al EZLN enfrentan hostigamiento militar, paramilitar y gubernamental que busca despojarlos de sus territorios y quebrar su experiencia de autonomía. La desaparición, la represión y los ataques armados contra bases de apoyo zapatistas no son hechos aislados, sino parte de la misma maquinaria que opera en todo el país y el mundo: la alianza entre el capital y los Estados para controlar territorios, destruir comunidades y neutralizar cualquier alternativa que plantee la vida en común y la dignidad por encima del lucro. Lo que se vive en Chiapas no es tan diferente de lo que ocurre en otros territorios en guerra: son expresiones localizadas de una misma necropolítica global que administra el miedo y la muerte para sostener la acumulación y el despojo. 

Por eso, la lucha de las madres buscadoras en Veracruz está profundamente ligada a la resistencia de las madres palestinas que levantan fotografías bajo los escombros, a las familias sudafricanas que exigen justicia frente a la represión estatal, a las comunidades del Sur Global que se organizan contra el extractivismo y el desplazamiento forzado. Cuando una madre pone el nombre de su hijo en una cartulina y otra enarbola la foto de su hija en un campamento de refugiados, están escribiendo una misma gramática de dignidad: la que convierte el duelo en denuncia, la memoria en herramienta, la calle en archivo vivo.

Que nadie diga que esto sucede lejos. Que nadie crea que puede mirar hacia otro lado. La desaparición forzada, el genocidio, las guerras del capital, forman parte de un mismo mapa de violencias que nos atraviesa. Resistir, entonces, no es solo buscar en México: es tejer alianzas, construir memoria internacionalista, unir saberes y prácticas de cuidado, reconocer en el otro la continuidad de nuestra propia lucha.

En este horizonte, acompañar no es un gesto caritativo: es una práctica política que interpela al Estado y al capital. Implica exigir verdad y justicia, sí, pero también desmontar los dispositivos que hacen posible la desaparición: la militarización de la vida cotidiana, la privatización de los territorios, la criminalización de la protesta, el racismo y el clasismo que habilitan la deshumanización. Implica defender la vida como principio organizador de la sociedad y del derecho.

Porque la memoria no es pasado: es presente que convoca. Cada brigada de búsqueda, ofrenda improvisada, mural, cada pañuelo levantado, es una pedagogía popular que enseña a nombrar lo innombrable y a trazar mapas de esperanza en medio del terror. 

Nombrar al capitalismo y a la necropolítica es nombrar al enemigo común. Solo desde ahí, desde el reconocimiento de esta raíz estructural, podrá abrirse el horizonte de una justicia verdadera: aquella que no solo encuentre a los desaparecidos, sino que impida que las desapariciones sigan siendo la política no escrita de los poderosos.

*Francisco De Parres Gómez (Francisco Lion), Antropólogo, comunicólogo y fotógrafo. Autor de Poéticas de la resistencia: Arte Zapatista, estética y decolonialidad. Coordinador de Internacionalismo crítico y luchas por la vida. Hacia la construcción de horizontes futuros desde las resistencias y autonomías.

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Avispa Midia

Impunidad y criminalización imperan a un año del “halconazo morenista”

Fuente: Avispa Midia
Por Aldo Santiago
Fotos por Elizabeth Díaz/Sueña Dignidad

El pasado 5 de septiembre se cumplió un año de los hechos de violencia y represión policial contra más de 40 personas – entre ellas defensores del territorio, periodistas y estudiantes– ocurridos en las alcaldías de Xochimilco y Tlalpan, en el contexto de movilizaciones pacíficas que exigían la cancelación de una carpeta de investigación contra Hortensia Telésforo, defensora de la Casa de los Pueblos de Atlapulco, al sur de la Ciudad de México.

Aquel día, en lugar de diálogo, la protesta enfrentó la violenta irrupción de miembros de grupos de choque, quienes armados con palos agredieron y detuvieron de manera arbitraria a cinco personas, todo mientras elementos policiales presentes se abstuvieron de defender a los manifestantes. Las y los detenidos fueron trasladados al Ministerio Público de Tlalpan, donde más tarde, las protestas por su liberación fueron respondidas por los elementos policiacos con actos de represión que incluyeron robo, tortura, violencia sexual y psicológica.

A un año de la jornada de violencia institucional, conocida ya como el “halconazo morenista” – por la similitud en que funcionarios utilizaron grupos de choque para reprimir la protesta social, tal como sucedió durante la década de los 70s con grupos paramilitares denominados como ‘halcones’- las víctimas denuncian que no hay justicia ni reparación: mientras funcionarios y policías responsables siguen impunes, persisten las carpetas judiciales abiertas contra quienes fueron criminalizados. Peor aún, lejos de cesar, la persecución y amenazas se mantienen como mensaje de advertencia contra activistas y defensores del territorio en la Ciudad de México (CDMX).

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MOVIMIENTO EN DEFENSA DEL TERRITORIO Y EL RÍO ATENCO | OBSERVATORIO DE CONFLICTOS MINEROS DE ZACATECAS

Marchamos por autodeterminación, en contra de la Presa Milpillas y en defensa del río Atenco

El día de hoy, 12 de Septiembre de 2025, el Movimiento en Defensa del Territorio y el Río Atenco, el Observatorio de Conflictos Mineros en Zacatecas y la REMA hemos salido a las calles de Jiménez del Teúl, Zacatecas, a manifestarnos de manera pacífica con el firme objetivo de ratificar nuestro total rechazo al proyecto de la presa Milpillas, que desde hace 10 años los gobiernos municipales, estatales y ahora el federal intentan imponer en nuestro territorio.

Este proyecto, hoy incluido en el Plan Hídrico Nacional, carece de sustento técnico y científico. Lo único que lo respalda es un estudio de factibilidad de 2018, plagado de afirmaciones falsas, omisiones y contradicciones. Sabemos por datos de la propia Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), que los 5 acuíferos de la región centro están agotados, con un déficit de 262.5 millones de metros cúbicos anuales, mientras que la presa Milpillas sólo cubriría 41 millones de metros cúbicos, por lo que se necesitarían 7 presas para mínimamente cubrir las necesidades de abasto de agua.

Este proyecto pretende desviar 92% del caudal del Río Atenco, lo que definitivamente es una sentencia de muerte para éste, nuestro río, y con él una sentencia de muerte para nosotras, las comunidades que desde tiempos ancestrales hemos vivido de sus aguas, en su ribera. La continuidad de la permanencia del río y sus ecosistemas son de vital importancia para nuestra propia supervivencia.

Los tres niveles de gobierno nos quieren engañar diciendo que habrá “desarrollo y progreso”, pero nada más basta voltear a ver a las comunidades en el país que ya han tenido la experiencia con imposición de presas en sus territorios, para reconocer estas mentiras. Aquí algunos ejemplos:

  • La comunidad Puente de Arcediano, en Jalisco, donde en 2003 se presentó el proyecto de la presa de Arcediano en las barrancas de Huentitán, después de haber demolido las casas y el pueblo entero, en 2009 se suspendió la obra por fallas técnicas. El gobierno federal se negó a reconocer y pagar los daños, y el pueblo dejó de existir. 
  • La comunidad indígena Cantiles de El Ciruelo, donde se construyó la presa El Cajón en 2006 en Nayarit y Jalisco:  además de los 4 municipios afectados, 7 asentamientos fueron inundados. La reubicación y pago de las tierras estuvo plagado de irregularidades, y  las autoridades responsables nunca realizaron las obras prometidas  como parte de la indemnización por la afectación de sus tierras.
  • Comunidades chinantecas donde hace más de 50 años se construyó en el río Papaloapan en Oaxaca la presa Cerro de Oro, en donde 26,000 campesinas y campesinos de 37 ejidos fueron afectados, y 36,000 hectáreas de tierra fértil fue inundada. Las comunidades ribereñas indígenas  fueron desplazadas de manera forzada sin indemnización alguna.
  • Las comunidades de la Yesca en Nayarit, así como Hostotipaquillo, Magdalena y Tequila en Jalisco: afectadas por la presa La Yesca, la cuál comenzó a construirse en 2007. 10,000 habitantes perdieron sus medios de subsistencia. Las autoridades encargadas nunca pagaron el monto por la utilización de los terrenos, no se indemnizó ni se cumplió con las obras prometidas.
  • Proyecto hidrológico Veracruz ubicado en la región Zongolica: esta obra impactó a 20 comunidades indígenas, quienes vendieron los terrenos fueron engañadas y presionadas para que vendieran. Ellas también por oponerse vivieron una una campaña de deslegitimación, intimidación y criminalización.
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