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Prensa Comunitaria

(Español) La familia indígena de San José Poaquil que espera el retorno de un sobreviviente del accidente de Chiapas

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Por Joel Solano y Nelton Rivera

Isabela Esquit es una mujer jóven Maya Kaqchikel, de San José Poaquil, desde el 8 de diciembre se quedó a cargo de cuatro hijos pequeños, su esposo Baldomero Sis Cun, decidió emprender un largo viaje y encontrar el sueño americano, salió de casa de madrugada con el único objetivo de llegar a los Estados Unidos.

Baldomero un Maya Kaqchikel de 32 años, salió con lo único que llevaba puesto igual que miles de guatemaltecos que toman la ruta migratoria, con el sueño de darle una mejor vida a Isabela y a sus cuatro hijos, dos niños y dos niñas de 11, 10, 5 años y la más pequeña de un mes de nacida.

Es jornalero, su única fuente económica es trabajando la tierra y para él es muy difícil de lograr grandes cosas para su familia ganando únicamente Q40.00. Es uno de los sobrevivientes del terrible accidente de Chiapas, ocurrido el 9 de diciembre, está hospitalizado en México y aún no ha recibido ayuda del Estado de Guatemala.

Cómo familia saben que el camino a los Estados Unidos no sería fácil, nunca se imaginaron lo que iba a ocurrir en el trayecto rumbo al norte, Baldomero salió a las 4 de la mañana del 8 de diciembre, ese mismo día pasaron la frontera con México, con eso el primero de los pasos se había completado para el grupo de migrantes.

Un día después ya en la ruta, Baldomero y otros migrantes sufrieron un grave accidente en el estado de Chiapas, en la carretera de Corzo-Tuxtla Gutiérrez en el sur de México, una de las versiones de lo ocurrido se acerca al exceso de velocidad con el que el chofer se conducía, informó el gobierno mexicano. Con el accidente se truncó su anhelo de buscar una mejor vida, del accidente fallecieron 56 migrantes y un centenar resultaron heridos, en su mayoría de origen guatemalteco.

Isabela cuenta que para que su esposo pudiera viajar al norte, empeñaron la propiedad de la casa, que incluye el pequeño terreno en el que habitan, todo con tal de conseguir el dinero del viaje a los Estados Unidos. De la tragedia él sobrevivió al accidente, la familia espera que salga bien de una operación que necesita, según el diagnóstico médico debe de ser intervenido en uno de sus brazos.

Este jornalero y su familia viven en el Caserío El Centro en San José Poaquil, en el departamento de Chimaltenango, a unos 110 kilómetros de la ciudad capital de Guatemala. Isabela y su familia no cuentan con apoyo del Gobierno de Guatemala, esperan que las autoridades puedan auxiliarlos para el retorno de Baldomero, mientras tanto ella debe garantizar la sobrevivencia de ella y sus cuatro hijos.

Foto Joel Solano. Chimaltenango.

 

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Radio Kurruf

(Español) Se realiza un Trafkintu en la comunidad Manuel Demuleo 2 en su proceso de recuperación de tierras en Wallmapu

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El sábado 13 de noviembre de 2021 se realizó un Trafkintu en la comunidad Manuel Demuleo 2 en la comuna de Lautaro, donde han iniciado hace unos meses un proceso de recuperación de tierras. En el transcurso han tenido represión, intentos de desalojo, pero se han mantenido controlando territorialmente, desarrollando una huerta, ruka, recuperando ceremonias y prácticas que van desapareciendo como el Trafkintu y Awkantun juegos mapuche.
Se realizó una radio abierta producida por Hue Nehuen y Radio Kvrruf. Pudimos conversar con asistentes a la actividad como el peñi José Santander Pichún del Lof triftrifko comunidad autónoma de la comuna de Galvarino, el peñi Patricio Peña Railaf, con el Lonko Javier Huentenao que nos compartió un pichi pentukun, con los pichikeche que tuvieron actividades con la organización de salud invitada Cruz Negra donde manifestaron su rechazo a la militarización y por último con la ñaña Rosario Railaf quien apoyó en la organización de esta actividad.

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Avispa Midia

(Español) Refugiados haitianos en Tapachula exigen alto a discriminación y racismo

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Por Sare Frabes

En portada: Miles de migrantes haitianos subsisten en condición de calle, a la espera de transportes del INM para salir de Tapachula. Foto: Santiago Navarro F.    

Representantes de la Asociación de Refugiados Haitianos en Tapachula (ARHT) exigieron respeto a sus derechos humanos. Denunciaron que las y los migrantes de Haití sufren constantes actos de discriminación, xenofobia y racismo por parte de distintos organismos migratorios en Chiapas.

“Al llegar a México sufrimos de rechazo, hostigamiento y criminalización por parte de las autoridades. Hay una negativa de garantizar nuestros derechos más básicos, principalmente por parte del INM (Instituto Nacional de Migración), la COMAR (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados) y ACNUR (Agencia de las Naciones Unidades de Ayuda a Refugiados)”, denunció una integrante de la ARHT mediante conferencia de prensa realizada este miércoles (15).

En dicho evento, también expusieron las condiciones en que ocurre el flujo migratorio de miles de personas, nacionales de Haití, quienes huyen de la situación de violencia generalizada que existe en el país caribeño, ocasionada por desastres naturales, pobreza extrema, inseguridad e inestabilidad política.

“Para salvar nuestras vidas tuvimos que dejar a nuestros hogares, familias y patrimonio. Para llegar a México atravesamos el mar Caribe, recorrimos largos caminos desde América del Sur para llegar a Brasil o a Chile, lugares donde no se nos permitió establecernos de manera definitiva, entonces tuvimos que dirigirnos hacia el norte”, contextualizaron.

Durante la conferencia, una de sus principales demandas fue el llamado para la conformación de una mesa de diálogo con el INM, la COMAR y la representación en México de la ACNUR, para con ello construir soluciones a las problemáticas de la comunidad haitiana que se encuentra en Chiapas.

Maltrato

Los representantes de ARHT detallaron que el INM ha sido la institución encargada de frenar y obstaculizar los trámites de regularización de las y los migrantes haitianos, así como la responsable de realizar constantes operativos de detención contra los mismos.

Es durante las detenciones, señalaron, cuando reciben maltratos y arrestos violentos por parte de los funcionarios de migración. Además, enfatizaron que existen testimonios de migrantes quienes, a pesar de contar con documentos legales que garantizan su permanencia en México, estos son destruidos por parte de las autoridades. También denunciaron que los agentes de migración roban su dinero y teléfonos, maltratan a las mujeres embarazadas y a sus hijos, e incluso realizan deportaciones arbitrarias.

“Todo eso, a pesar de contar con reconocimiento de medidas alternativas a la detención, lo que implica que tenemos el derecho a no ser detenidos, ni deportados. Durante nuestros traslados, pasamos mucho tiempo en el autobús, sin comida ni agua potable con nuestros hijos menores de edad”, acusan.

En lo que respecta a la actuación de COMAR, la ARHT acusó que dicho organismo no respeta los plazos legales para iniciar el trámite de refugio, tampoco realiza las entrevistas ni dicta la resolución a sus procedimientos de acuerdo a una valoración adecuada de la situación de cada uno de ellos.

“Vemos que la Comar se tarda mucho en dictar resolución y en la mayoría de los casos no reconoce a los haitianos como refugiados para poder vivir en el país. La falta de este reconocimiento no nos ha permitido acceder a otros derechos, pues con frecuencia no aceptan a nuestros niños en las escuelas, no tenemos acceso a hospitales, no podemos trabajar por falta documentos legales”, sostienen.

Entre otros detalles, también refirieron que aún cuando realizan el registro para la solicitud de refugio, la COMAR no proporciona fecha para realizar la entrevista para la residencia, por lo cual viven periodos prolongados de incertidumbre y sin documentos legales que les permitan vivir en Tapachula.

Además, “la forma en que (COMAR) analiza el caso de refugiados haitianos tiene un efecto racista”, denunciaron. De acuerdo a testimonios, las y los migrantes no son escuchados pues no cuentan con traductores ni tampoco se toma en consideración la violencia generalizada que se vive en Haití y que los obliga a migrar.

“Aunque existe violencia generalizada en nuestro país (nuestro presidente ha sido asesinado, nuestros hermanos y hermanas han sido asesinados y han ocurrido terremotos en nuestro país), COMAR no reconoce esto, no nos otorga el refugio, no nos han tratado bien”, aseguraron mediante comunicado leído durante la conferencia.

Referente a la labor de ACNUR, los integrantes de la ARHT aseguraron que la oficina en México de esta agencia perteneciente a Naciones Unidas, ha actuado de manera discriminatoria, “muchos refugiados haitianos duermen en las calles porque la ACNUR no les brinda ayuda y sus hijos están sufriendo. Hemos observado que en la atención, la agencia no nos dan el mismo trato que a los latinos”.

Refugio

La ARHT es una organización conformada en agosto de este año y está integrada por 3,000 haitianos, quienes comparten la idea de residir en la ciudad de Tapachula, frontera sur de México, aún cuando recientemente el INM ha realizado intentos de reubicar a sus connacionales hacia otros estados del país.

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“Nosotros no aceptamos eso tampoco, por eso estamos aquí para luchar junto con ellos (…) vamos a seguir viviendo aquí por mucho tiempo aquí mismo en Tapachula; por eso estamos pidiendo para que nuestros hijos tengan derecho de ir a la escuela”, demandó Wesly Luc, integrante de ARHT, quien hizo énfasis en que debido a la demora en los trámites, existen personas en situación de calle.

La ARHT enfatizó que sólo tres por ciento de los haitianos que han llegado a Tapachula han sido seleccionados para recibir refugio. De acuerdo a datos de la COMAR, los migrantes de dicho país caribeño que solicitaron este trámite en 2021 alcanzó un total de 47,494 personas, quienes permanecen en situaciones precarias en la ciudad fronteriza.

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Prensa Comunitaria

(Español) Responsables de extender licencia minera en El Estor, implicados en nuevo caso de corrupción

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 Créditos: MEM-Telesur

Por Andrea Hernández Guerra

La Fiscalía contra la Corrupción del Ministerio Público capturó este martes 14 de diciembre a dos exviceministros de Energía y Minas, Ekaterina Parrilla Artuguina y Edwin Ramón Rodas, junto a siete personas más, y emitió una orden de captura en contra del exministro, Érick Archila Dehesa, señalados de participar en un caso millonario de corrupción denominado “Amperios un negocio deslumbrante”.

Los exfuncionarios son acusados por defraudar al Estado e incumplimiento de deberes, a través de una estructura que operaba en el Instituto Nacional de Electrificación (INDE) que, entre 2014 y 2016, creó la necesidad de adquisición de energía eléctrica mediante un contrato para favorecer a la empresa la Libertad.

Por este caso, también se giró una orden de aprehensión en contra del exministro Archila, por los delitos de fraude e incumplimiento de deberes, quien también tiene otra orden de aprehensión vigente por otros dos casos en la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) y que recientemente obtuvo una licencia de trabajo en Estados Unidos. Según las autoridades, por este caso, aún hay cinco órdenes de captura pendientes.

De acuerdo con el Ministerio Público, los exfuncionarios convirtieron una licitación a corto plazo, de dos años, en una de largo plazo, favoreciendo de forma directa a la mencionada empresa, por intervención y autorización del entonces Ministro de Energía y Minas, Erick Archila. Empresa que, a través del contrato, a septiembre de 2021, fue beneficiada con pagos que ascienden a más de Q826 millones.

El ministerio que amplió de manera ilegal la licencia del proyecto minero Fénix

Los funcionarios del Ministerio de Energía y Minas del gobierno de Otto Pérez Molina, ahora implicados en un nuevo caso de corrupción, otorgaron beneficios a la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN) durante su paso por este ministerio.

Érick Archila, en su calidad de ministro, fue el responsable de ampliar de manera ilegal la licencia del proyecto minero Fénix. Él autorizó la ampliación del proyecto minero, beneficiando a CGN, subsidiaria de Solway Investment Group, por 247.9 kilómetros cuadrados por 25 años para la licencia Fénix.

La Corte de Constitucionalidad declaró ilegal la licencia en 2019, debido a que, según la legislación nacional, las licencias de explotación deben ser por “un polígono cerrado no mayor de veinte kilómetros cuadrados”. A CGN, el Ministerio de Energía y Minas otorgó una licencia ilegal 12 veces más grande que lo permitido.

Ekaterina Parrilla, exviceministra de Desarrollo Sostenible, aseguró en 2012 que “tras evaluar el proyecto Fénix había constatado que la empresa había cumplido con la responsabilidad social y protección ambiental”. De acuerdo con su hoja de vida, Parrilla fue viceministra entre enero y diciembre de 2012, trabajando junto a Archila. Completó sus estudios universitarios en la Universidad de la Amistad de los Pueblos de Rusia.

Fue titular de la Secretaría General de la Presidencia (Segeplan) entre 2013 y 2016, tiempo en el que también fue secretaria del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Rural, en el que colaboró estrechamente junto a Otto Pérez Molina, para elaborar el Plan Nacional de Desarrollo K’atun. En ese tiempo también integró el Consejo Directivo del INDE.

“Amperios” no es el primer caso de corrupción en el que están implicados estos exfuncionarios del MEM. En abril 2014, la Contraloría General de Cuentas (CGC) los denunció a ambos, junto a otros 10 miembros del Consejo Directivo del INDE por anomalías en la suscripción de un contrato con la empresa brasileña Intertechne, para realizar estudios de factibilidad para la construcción de la hidroeléctrica Xalalá en el área de las Verapaces.

La denuncia detallaba que el negocio se realizó sin que la empresa tuviera representación legal en Guatemala y que se le pagó un anticipo de Q9 millones. En ese entonces, el MP confirmó que el expediente fue enviado a la CSJ, debido a que la denuncia incluía a Erick Archila y a Ekaterina Parrilla, quienes tenían derecho de antejuicio en ese momento.

Por su parte, Edwin Ramón Rodas Solares, también fue viceministro de Energía y Minas en el área energética y trabajó junto a Érick Archila. Rodas estuvo detenido en 2015 por el Caso Redes, acusado por el delito de tráfico de influencias junto a Filadelfo Reyes Cáceres, exsubsecretario de Planificación del mismo ministerio.

Foto: Edwin Rodas-MEM
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Avispa Midia

(Español) Brasil | Aumenta más de 1000% las muertes por disputa de la tierra

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Por Sare Frabes

En Brasil el conflicto en el campo se ha disparado en 2021. Datos parciales del monitoreo realizado por El Centro de Documentação da Comissão Pastoral da Terra (CPT), divulgado este viernes (10), revelan que las muertes por consecuencia de los conflictos en el campo aumentaron 1.044% en relación a 2020, sumando 103 muertes, de las cuales 102 son de indígenas de la Amazonía.

Entre enero y agosto de 2021, 418 territorios en el país sufrieron violencia, de los cuales 28% son territorios indígenas, 23% quilombolas [comunidades afrodesciendentes]; 13% son territorios de sintierra, entre otros.

Entre la violencia en el territorio se registró un aumento de 94% en la destrucción de casas; un aumento de 104% en la destrucción de pertenencias; un aumento de 153% en la expulsión de los territorios; un aumento de 113% en la práctica del grilagem [apropiación ilegal de tierras]; y un aumento de 1057% en acciones que impiden el acceso a lugares de uso común. Estos datos, de enero a agosto de 2021, superan los números registrados en todo el año 2020.

Entre los responsables por estas acciones figuran los hacendados (23%), empresarios (18%), Gobierno Federal (14%), grileiros [personas que se expropiaron tierras públicas] (13%).

Asesinatos

En 2021, fueron registrados hasta el momento 26 asesinatos relacionados con conflictos en el campo, en relación a todo el año 2020, lo que representa un aumento de 30%. De los asesinados, 8 eran indígenas, 6 catalogados como sin tierra (todos muertos en la Amazonia), 3 pequeños propietarios, 3 quilombolas, 2 personas que trabajaban la tierra resultado de programas de distribución de tierras, 2 mujeres que trabajaban con cultivos de ‘coco babaçu’. Alrededor de 80% de los asesinados ocurrieron en la Amazonia.

Resistencia

Tras el aumento de la violencia y muertes en el campo brasileño en 2021, también hubo aumento de acciones de resistencia de los pueblos, comunidades tradicionales y movimientos sociales, después de un descenso en el primer año de pandemia.

En los primeros 8 meses de 2020, fueron registradas 768 protestas. En el mismo período, en 2021, fueron registradas 1278 manifestaciones

Además, también aumentó el número de familias en ocupaciones y en acciones de recuperación de tierras en 558,57%, un total de 3.418. “Eso significa que a pesar de la pandemia,  las familias necesitan resistir para mantenerse vivas y en los territorios tradicionalmente ocupados. La ofensiva contra los pueblos del campo, de las aguas, y de los bosques no entró en cuarentena”, sostiene el informe de la CPT.

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Radio Kurruf

(Español) Chile | Cinco Sindicatos de Pescadores Artesanales están bloqueando el ingreso o salida de buque-tanques petroleros en la bahía de Quintero

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Cinco sindicatos de pescadores artesanales de Quintero que agrupan a 517 integrantes, iniciaron movilizaciones marítimas demandando al Estado la creación de una zona franca energética en la zona y el pago de las indemnizaciones por el derrame de petróleo ocurrido en la bahía el año 2014.

Según indica el sumario instruido en aquel año por la Fiscalía Marítima, el hecho se generó cuando el buque tanque Mimosa se encontraba descargando el crudo en instalaciones de la refinería ENAP en Quintero alrededor de las 04:00 horas del 24 de septiembre del año 2014 , horario en que se produjo la rotura de la tubería flexible cuando la nave Puyehue quiso corregir la posición del buque tanque. Según pudo establecer el Fiscal Marítimo se habrían vertido al mar 37 mil 800 litros de petróleo.

Las movilizaciones que se están desarrollando para lograr la justicia ambiental y social son lideradas por los Sindicatos de Pescadores Artesanales S-24, Nº5, Caleta Embarcadero, Caleta Papagayo y Sindicato Por la Razón o la Fuerza, quienes el sábado 4 de diciembre anunciaron la toma de la bahía como medida de presión.

El vocero de los pescadores, Hugo Poblete Salinas, sostuvo que, “en 7 años nuestra demanda indemnizatoria no ha sido llevada a cabo, este año en 6 oportunidades la Corte de Apelaciones ha dilatado la conciliación de la empresa, el 26 de noviembre debíamos tener una respuesta y el Ministro la dilató ahora para el 6 de enero”.

Los pescadores manifestaron además, que a la espera de una solución por parte de las autoridades, continuarán con las movilizaciones, bloqueando la salida de barcos petroleros a pesar de la intervención de lanchas de la Armada en la bahía.

Desde el domingo 5 de diciembre a esta fecha, los pescadores artesanales lograron plantar una bandera con sus reivindicaciones en la Monoboya ENAP de Descarga de Petróleo situada en el corazón de la bahía de Quintero.

Las acciones de los pescadores artesanales se caracterizan por la prudencia en las maniobras, guardando distancia de los enormes barcos petroleros según se puede apreciar en los vídeos que comparten en redes sociales, pero sin embargo, la Armada de Chile está utilizando lanchas tipo Defender que son de tamaño menor y poseen motores potentes y rápidos, además de una Lancha de Servicio General, de mayor tamaño con las cuales crean grandes ondas de agua que golpean peligrosamente el costado de las lanchas artesanales a babor o estribor, con el peligro inminente de un accidente a lo menos.

Por Rodrigo González Torres

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CRIC Colombia

(Español) Colombia | “Unámonos como se unen las dos manos para trabajar”

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Posicionamiento para la defensa integral del territorio y sus espacios de vida

Ante la acción marrullera del ministerio de Ambiente, quien dentro de la delimitación que hizo del páramo de Guanacas, excluyó de dicha área toda la zona de Gabriel López y, en donde al verificar se encontraron grandes extensiones de cultivos de papa y otras actividades extractivistas como la minería las cuales ponen en riesgo la vida toda; los 11 pueblos indígenas que hacen parte del CRIC, y las autoridades del pueblo Misak filiales a la AISO, se dieron cita en el páramo de Las Guanacas, el 06 de diciembre, con el fin de mandatar la protección, conservación y cuidado de los espacios de vida para la armonía y equilibrio de nuestra Madre Tierra y todos sus seres vivos.

El lema de este importante encuentro fue la Unidad, un principio básico con el que nos tejemos los pueblos indígenas. La lucha no es contra nosotros mismos, sino contra quienes nos joden con leyes que nos despojan, para esclavizar la tierra. Nos juntamos para Liberar a nuestra Madre.

“Yo siempre he soñado con que se unan las organizaciones, se unan los pueblos, los movimientos y luchemos juntos” menciona una autoridad del pueblo Misak y agrega “importante que los campesinos se pararon duro, porque si no, no habíamos podido relacionarnos con ellos”.

Y así fue, en medio de las confusiones y malos entendidos generados por la desinformación frente al posicionamiento en el páramo, algunos campesinos, bloquearon la vía en el corregimiento de Gabriel López, esta acción permitió dialogar y dejar en claro que este posicionamiento político es un tema de protección colectiva, una acción que nos compete a todos los sectores y pueblos indígenas.

 

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Convivial Thinking

The Zapatistas’ “Journey for Life” and its Implications for a Global Solidarity

by Franca Marquardt

Meeting the Zapatistas

“We have given you the seeds of rebellion against colonialism and capitalism” – this is what the group of Zapatistas that visited us here in Leipzig announced on our last night together. I am still processing this important moment, one that now seems like a dream. But it was quite the opposite, something very real: a coming-together of worlds for the prospect of a global solidarity. The Zapatistas and their resistance against colonial capitalism have been an inspiration to me and to many fellow students and activists. I have never been to Chiapas or studied their political organisation in depth. But when I heard about this “journey for life” and the Zapatistas’ plan to travel to Europe and meet local movements, I was intrigued. As an anthropology student and social activist, I am constantly confronted with the impasse we face in our actions and reflections that are still contained within a limited, Eurocentric framework. Ultimately, a just transition cannot be advanced unless we take into account all voices and perspectives and form alliances between actors across the world. The journey of the Zapatistas, I thought, could be a chance to put these ideas into practice while dealing with socio-ecological issues in a way that considers local fights in a global context and provides the global movement with the most important tool: hope.

In October last year, the Zapatistas announced that they will “colonise” Europe to meet movements here and to listen and share ideas on a better life beyond capitalism. People across Europe have united under the prospect of this important moment, inviting the compass to their cities and towns, eagerly planning and organising their stay. As part of the Leipzig network, we have been meeting weekly, discussing ideas and plans. This was an empowering but difficult process, as it was never clear if or when the Zapatistas would actually arrive and what we needed to consider. At some point this summer, we weren’t even sure if the journey would still happen but we acknowledged that they had already archived one of their main objectives: motivating people and groups to get organised in their own “homes” and form alliances for change. It was even more amazing when we heard that the first delegation, the squadron 421, had set sail and finally arrived in Spain this June.

The first group was made up of seven compass who then went ahead to coordinate the arrival of the main delegation, together with local structures. This would turn out to be a difficult process, entailing struggles to obtain passports and visas, as well as restrictions caused by the ongoing covid crisis. This was representative for the mobility restraints that many marginalised and racialized people face when trying to enter European countries. Back in August we protested in front of the Mexican honorary consulate in Leipzig, to put pressure on authorities and make people aware of these facts. It was even more ironic when we found out that the consul is the CEO of Porsche Leipzig – not surprisingly he ignored our demands. Later this summer I participated in the climate camps in Leipzig and in Munich, where I held workshops on the topics of Zapatism, degrowth and pluriversality. I engaged in discussions about how we position ourselves as climate activists in Germany, and how we can relate our histories and struggles to those of the Zapatistas, the Rojava Kurds or to many smaller resistance movements that are ongoing.

Following the Munich camp, finally, the main delegation of 170 compass arrived in Vienna (out of all places) in mid-September. This all happened very fast and required people to work together to support the Austrian network, trying to organise accommodation and facilitate the arrival last minute. The atmosphere at the airport was very powerful, as we celebrated and sang songs to welcome the compass. Meeting them after all these months of anticipation and struggles was unbelievable, and an important source of hope. From this moment on, people were working day and night to plan the next steps of the journey. It was then decided that the compas will travel in groups of five to different regions across three stages. So, on the 22nd of September we welcomed two groups in Leipzig that stayed with us for a week, taking part in many events and encounters with local movements. Somehow, we managed to pull together a program, found local housing projects for them to stay in, and cook food. To our surprise, they preferred sausages, pizza and coca cola to pumpkin and rice – another proof that we cannot translate our moral standards onto different people’s contexts. As the compass made clear, the main objective of the journey was to meet with local movements in an intimate setting, rather than to speak at public events or lectures. Hence, we organised meetings with feminist organisations, postcolonial groups and the Latin American community in Leipzig alongside visits to significant places of resistance in and around the city.

The program was very strict, as the compass told us they wanted to meet as many groups as possible and focus on the “work” (after all, they were on a mission). Before coming to Europe, all delegates have been trained for months, thus knowing exactly what they wanted to share and what questions they wanted to ask. They told each group a detailed version of their history, starting way before the uprising in 1994, stressing the centuries long oppression that formed the basis of their resistance today. They also described their worldviews that are rooted in the indigenous identity and how this translates into their political and social organisation today. The compass was interested to hear about the history of Germany, especially Nazi Germany and the significance of the wall and eastern Germany. They stressed that each person’s history is important as their indigeneity is rooted in their interactions with their families, communities and the environment. The Zapatistas also asked many questions about how each group operates, how they are organised and how they sustain themselves. Communication wasn’t always easy, as everything had to be translated between Spanish and German, and two delegates only spoke the indigenous language Tzotzil.

My favourite moment was the visit to Pödelwitz, a town that used to run the risk of being evicted for coal mining. The compass took time to tell people about their history, their political organisation and their current struggles. They also listened to the residents’ accounts of their resistance and the oppressive consequences of coal mining industries in Germany, that have been a centre of environmental activism for several years. At the same time, another group of compass was visiting Lützerath, a town in the West of Germany that still runs the risk of being evicted. This way, I could feel the impact that the journey was making on many levels, by supporting these struggles and by providing hope and inspiration for people resisting and fighting for their rights in these places. As part of the organising network, I was lucky to witness some moments outside of these encounters that were even more insightful and sometimes surprising. It was beautiful to see how the compass interacted with people and the environment, as this was the first time that they left Mexico and were exposed to a different world. They were taking many pictures on their phones, of as the woods, the chestnuts, or the wild pigs in the forest. Being present in these moments made me rediscover some curiosity about the place I live in and reminded me to notice the small things that are so often overlooked while rushing through life.

So, what is it that we can learn from the “journey for life” and the initiative of the Zapatistas? Is this the start of something more powerful, a realisation of the interconnectedness of our lives and our struggles? How can we carry this seed further and combine local efforts and global alliances against social and environmental injustice?

Histories of resistance

Engaging with the Zapatista movement in its many forms, helps us understand the significance of colonial capitalism and how this relates to postcolonial subjects and social movements. It links historical issues of colonial dispossession and racism to contemporary global capitalism, while foregrounding the importance of transnational solidarity between actors worldwide. Since the 1980s, the Zapatistas have worked towards recovering land in resistance to the hegemonic growth of capitalism, to counter their oppression and to advance the project of autonomy and self- determination of Indigenous communities. The geo-political revolution in 1994 enabled radical democracy and egalitarianism through the temporary secession of the Mexican state. Thus, it represents in certain ways a successful fight against neoliberal capitalism and the creation of a postcolonial landscape. Since 2012, the Zapatistas and the CNI have initiated a process to share the issues and insights of Indigenous communities throughout Mexico into the national political sphere and popular media. This process of opening up and becoming more engaged within wider contexts, is also represented by the 2017/18 presidential elections, where for the first time an indigenous woman, Marichuy, took part as a candidate. The candidacy was not about winning elections, but about pointing out the triple impossibility of a poor, indigenous and woman president in the imagination of Mexican society and exposing the underlying racism and sexism. The Zapatistas have inspired and enriched the global struggle for climate justice and peace while reactivating and uniting struggles from the “left and the bottom”. Now, the journey in 2021 makes sense as the process of “coming out of their shells”, where members of the Zapatistas are actively fighting back against worldwide neo-colonial and capitalist oppression by showing their support for local groups across the world that share similar struggles.

Towards a decolonial praxis?

The Zapatistas stress how 500 years of indigenous dispossession led to this system of neoliberal control and exploitation. Their resistance and autonomy as a decolonial praxis, thus, is a productive lens to understand the contribution they make in challenging the mantra that there is no alternative to neoliberalism. According to the Zapatistas, their journey represents an antithesis to the “encounter” between European colonisers and indigenous populations in the Americas, as this time the indigenous people are “colonising” Europe. This juxtaposition of taken-for-granted history opens up a space for different agencies that are at play in drafting a just transition, and highlights the imperative of recognising perspectives by postcolonial subjects and oppressed people in many places.

It also provides an important reflection on the normative framings in Western academia that are deployed when discussing indigenous movements, or anti-capitalist transition ideas. For example, how can “degrowth” incorporate impulses and critiques from the global south into its blueprint for a just transition? How can we relate different worldviews and approaches while respecting their epistemological and cultural embeddedness?

What the Zapatistas remind us, is that decolonisation should, first and foremost, begin at “home”, within our own epistemological traditions and institutions. The meeting between the Zapatistas and European actors is, in a way, exemplary for the imperative of connecting different lines of thought that originate from different epistemic traditions and contexts. This way, it is an important starting point for sketching out ideas on pathways for social and economic change, to find out what agencies and tools are needed. Discussing decolonial degrowth perspectives in relation to the struggles of the Zapatistas and other indigenous and Southern-based movements is important to be able to grasp the depth of a just transition. It also provides a perspective on the value- based and ethical dimensions of the discourse and expressions of resistance to colonial capitalism. Inspired by the Zapatistas’ striving for “a world where many worlds fit”, multiple worldings and practices need to inspire the collective search for a socially just and ecologically stable world. If concepts only include one part of the population and essentialise others, they continue a cycle of systemic violence. Thus, in a carbon-constrained world, we must all work together for the same ends, but in pluriversally different ways that avoid this violence.

Towards a global solidarity?

Engaging with the Zapatistas’ embrace of values such as dignity, trust and autonomy, and their experience in the political organisation of grassroots democracy can be a starting point of building global solidarity as a viable agenda for a just, socio-economic transition. Through listening to each other’s histories and stories, actors are affirmed in their struggles, as they realise how people across the world are concerned with similar issues, in different ways.

This horizontal interaction between actors entails an emancipatory process of restored indigeneity and self-determination. In their communiques and speeches, the Zapatistas highlight the importance of relating their claims to oppressed and marginalised people everywhere (the poor, the women, the racialised). In this way, they construct a global consciousness that recognises the grievances and hopes of people worldwide as deeply intertwined. “Relating” as a value is antiracist and anti-essentialist as it defines identities according to a relation, rather than to a “root identity”, which is a tool for seclusion. Inspired by Glissant’s “poetics of relation” we might want to think about a relational conception of human existence as a tool to counter the West’s imposition of universalist values. As the Zapatistas always foreground, “we are equal because we are different”. Hence, we need to move from the conception of difference as a source of conflict, to difference as an implicit tool for the remaking of the word, making space for “a world where many worlds fit”. Difference and diversity should be a core principle of our discourse and actions rather than an “add on” or separate category.

Our contacts with people, groups, collectives, movements and organizations from different parts of the planet have shown us a diverse, multiple and complex world. This has reinforced our conviction that any proposal of hegemony and homogeneity is not only impossible, but above all criminal. (communiqué June 2021[1])

It is essential that environmental movements in the north create alliances with anti-imperialist struggles in the global south who have been focused on these issues for decades. As the only successful social movements for serious economic and social change have been the anti- colonial movements, that should be the force we need to mobilise around. Instead, during COP26 in Glasgow right now, “leaders” continue making empty promises while marginalising the voices of many from the global south and those oppressed within society, that know best what needs to be done in their communities to fight climate change and inequality. Although many activists made their way to Glasgow to challenge “business as usual”, the voices of women, of the poor, of racialised people continue to be side-lined, while the powerful leaders of the neoliberal world order (politicians and billionaires) take centre-stage. It is clear, that this can hardly lead to any lasting change in the struggle to protect our earth, our communities and ensure wellbeing for all. Hope can only be found outside these “official spaces”, at alternative gatherings, protests and meetings that emerge from the common frustration of those excluded from these events. The Zapatistas (actually the same group who was in Leipzig) visited Scotland right before the conference. By meeting with many local groups and communities, they affirmed actors in their struggles. In some ways, these encounters and actions are much more lasting than those commitments made at the summit.

The Zapatista worldview is in constant conflict with the interests of the industrialised world, which strives for “progress” and “growth”. Because colonial capitalism is operating globally, we also need to resist collectively and globally. This entanglement of global capitalism can be seen in the plan of the current megaproject “Tren Maya”. In Yucatan, Mexico, a 1500 km long railway line is to be built to boost tourism in this Mayan region. The project would cause the destruction of one of the last rainforests in southern Mexico, disregarding the rights of the indigenous population. It leads to land grabbing and displacement as well as additional militarisation in one of the most conflict-ridden regions of the country. German capital and German companies are also involved in the planning, construction and commissioning, with DB Consulting & Engineering, SIEMENS and TÜV Rheinland, as well as the German arms industry. The Deutsche Bahn markets itself as an ecological company and means of transport, yet the company repeatedly participates in neo-colonial projects that destroy ecosystems and livelihoods of people. On the 30th of October we protested for #NoAlTrenMaya in front of the Leipzig central station and many other locations across the world. This would not have been possible without the solidarity and mobilisation by the Zapatistas and exchanges throughout the journey.

What about you?

Through the “journey for life” and the encounter with the Zapatistas, we move beyond the space of resistance, illuminating spaces of possibility. At the same time, we need to build our own narratives and imaginaries of a better life, that are rooted in our own indigeneity and are enriched through relationality between plural experiences and actors. While practices of conviviality and care are ancient, they are also re-emerging and evolving as a part of a mosaic of movements that are struggling against neoliberal oppression. In Europe, people struggle to identify with their indigeneity, as neoliberalism pushes for an individualistic conception of the self and the environment. However, indigeneity simply means living in harmony with our ecosystems that we are embedded in and acknowledge our world beyond the simply human to break with the nature/culture divide. We need to acknowledge that indigenous ideas are still present and cannot be easily erased as they have existed for ten-thousands of years in comparison to the relatively new concept of the ‘West’. This also includes a different conception of time, as life plays out in a circular rhythm of a resurgence of indigeneity, rather than in a linear process from birth to death. While it is impossible to reproduce ideas from the Zapatistas and apply them to local contexts in Europe, a confrontation with their worldviews can inspire us to search for commons and leftover indigenous practices in our surroundings. For example, there is a resurgence of solidary agricultures (Solawis) in Germany that can be identified as sources outside of capitalist logic and thus as some forms of indigenous commons. This can be a source of hope and strength for dealing with the familiar and the “everyday” as a basis for resistance and for social mobilisation.

Soon there will be another megaproject or event that will demand a collective protest and resistance from the left and the bottom across the world. While the first chapter of the “journey for life” is soon coming to an end, the Zapatistas have encouraged us to keep questioning, to keep fighting and to keep hoping for a better world. It is down to us to plant the seed of resistance and keep these visions alive.

‘Is Zapatismo one more grand answer to the problems of the world?

No. Zapatismo is a bunch of questions. And the smallest can be the most disturbing: 

And you?

In the face of the capitalist catastrophe, does Zapatismo propose an old-new idyllic social system which would repeat the imposition of hegemonies and homogeneities now deemed “good”?

No. Our thought is small like us: it is the efforts of each person, in their own geography and according to their own calendar and customs, which will perhaps allow the liquidation of the criminal and, simultaneously, the remaking of everything. And everything is everything.’ (communiqué June 2021)

Franca Marquardt is part of the Department of Anthropology at the University of Leipzig, Germany. She tweets as @FrancaMarquardt

 

References

Escobar, A. (2018). Designs for the pluriverse: Radical interdependence, autonomy, and the making of worlds. Duke University Press.

Glissant, É. (1997). Poetics of relation. University of Michigan Press.

Khasnabish, D. A. (2013). Zapatistas: Rebellion from the Grassroots to the Global. Zed Books Ltd.

Nirmal, P. and Rocheleau, D. (2019). “Decolonizing degrowth in the post-development convergence: Questions, experiences, and proposals from two Indigenous territories.” Environment and Planning E: Nature and Space 2(3) 465-492.

Olesen, T. (2004). Globalising the Zapatistas: from Third World solidarity to global solidarity?. Third World Quarterly25(1), pp.255-267.

For a list of all communicados: https://radiozapatista.org/?page_id=3365&lang=en

http://enlacezapatista.ezln.org.mx/

[1] Members of the Zapatistas have shared ‘communiques’ to the public since the announcement of the journey in the summer of 2020. This way, they regularly give updates on their visions and the meaning of the journey. English versions can be found here: https://radiozapatista.org/?page_id=3365&lang=en

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Avispa Midia

(Español) “Carbono neutral”: 15 años de falsas soluciones al cambio climático

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Por Aldo Santiago

“Hacemos el compromiso de que para 2030, Microsoft será carbono negativo”, declaró Satya Nadella, director general de la compañía tecnológica con sede en los EEUU, a principios del año 2020, durante un evento en el que detallaron los procedimientos que dicha empresa ejecutará para eliminar más carbono del que emite a la atmósfera cada año.

Acorde a Nadella, la estrategia consiste en la reducción de sus emisiones contaminantes mediante la compra de instrumentos financieros denominados créditos de carbono, así como por la implementación de tecnologías experimentales que, entre otros aspectos sobre la manipulación del clima, pretenden secuestrar carbono del aire y almacenarlo en el suelo.

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Esto es parte de un discurso nada nuevo. Otro gigante informático, Google, prometió desde el año 2007 convertirse en la primera gran corporación trasnacional en alcanzar la “neutralidad de carbono”.

A pesar de la existencia de estos conceptos desde hace 15 años, es hasta ahora que las mayores empresas alrededor del planeta nos bombardean con estas frases en sus campañas publicitarias donde se comprometen a realizar acciones para evitar la catástrofe climática.

Corporaciones productoras de alimentos, de transportes y enfocadas en la generación energética, incluidas aquellas extractoras de combustibles fósiles, es decir, las mayores responsables por la emisión de contaminantes a la atmósfera, también prometen “mitigar”, “compensar” y “neutralizar” el carbono liberado producto de sus actividades mediante la realización de pagos para conservar bosques.

Pero, ¿cómo fue posible crear esta idea de que la contaminación puede ser neutralizada con dinero? Avispa Midia conversó con Jutta Kill, bióloga, investigadora e integrante del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM, por sus siglas en inglés), quien nos ayuda a comprender el proceso de una década y media durante el cual la discusión encaminada a combatir la catástrofe ambiental fue desviada mediante la creación de una estrategia de nombre extravagante, cuyo principal objetivo es la mercantilización de la naturaleza: la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques (REDD).

Bosques como mercancía

La peligrosa idea de la compensación de carbono cobró fuerza entre los años 2005 y 2007. Fue en la Conferencia de las Partes (COP11), realizada en Montreal, Canadá, cuando a solicitud de los representantes de Papua Nueva Guinea y Costa Rica, se discutió la estrategia REDD por primera vez en estas reuniones.

“Es una idea que ha sido impulsada por organizaciones conservacionistas: The Nature Conservacy, Conservation International; las más grandes, mayormente de EEUU, incluida también la WWF”, señala Kill sobre sus principales promotores, quienes colocaron a los bosques como su principal área de interés.

Desde entonces este mecanismo también fue promovido por grandes corporaciones y entidades financieras como el Banco Mundial, superando hasta 2020 una inversión de mas de mil millones de dólares en las que el gobierno de Noruega es el mayor financiador. Paralelamente, una vez que las Naciones Unidas comenzaron a hablar de REDD, comenzaron a surgir nuevas compañías para lucrar en el nuevo mercado multimillonario.

“Esta era la gran promesa con REDD, el dinero detendría a la destrucción de los bosques por parte de las corporaciones”, contextualiza Jutta Kill. Para ello fueron creados programas piloto como el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques y el Programa REDD Early Movers, este último gestionado por el banco de desarrollo alemán KfW, lo cual ha contribuido a que REDD se convierta en el mecanismo predominante en la política forestal global, detalla la investigadora en su artículo “REDD: Los peligros de la conservación de los bosques conforme al mercado”.

Actualmente, a 15 años de las primeras implementaciones de REDD, el escenario ante la catástrofe ambiental es menos alentador. Eso porque la estrategia fue silenciosamente rediseñada a través de las negociaciones climáticas anuales, pasando a convertirse en un instrumento para la gestión del campesinado, el cual restringe la agricultura campesina y también el uso de los bosques por parte de los pueblos indígenas.

Está también el tema de la deforestación. “Si comparas la deforestación global desde 2005 al día de hoy, ves que si algo está pasando es que la deforestación ha incrementado. Y eso no es sorpresa, porque si miras en proyectos e iniciativas REDD de los últimos 15 años, ves que ninguno, si acaso cinco proyectos, han sido dirigidos contra la destrucción corporativa de los bosques”, denuncia la integrante de WRM.

Pagos sin sustento

Un escenario que ilustra el peligro en la financiación de los programas REDD es lo que sucede en Brasil bajo lo que se conoce como “esquemas de pago por resultados”, donde las crecientes tasas de deforestación demuestran que dichos pagos no se pueden garantizar.

En febrero del año 2019, el Fondo Verde para el Clima acordó pagar 96 millones de dólares al gobierno de Jair Bolsonaro, por la conservación de bosques que capturaron la cantidad de 18.82 millones de toneladas de dióxido de carbono, referentes a los años 2014 y 2015.

“Se concedió un pago por resultados a pesar de que los cambios en la política gubernamental, tras la elección de Jair Bolsonaro como presidente a finales de 2018, han provocado un aumento vertiginoso de los niveles de deforestación en la Amazonía. Entre agosto de 2018 y julio de 2019, la deforestación aumentó un 30% con respecto al año anterior y se elevó al nivel más alto desde 2007-08”, destaca Kill sobre la incongruencia de que Brasil recibiera un pago por emisiones evitadas en el pasado, a pesar del aumento vertiginoso de la deforestación, solo en la Amazonía, sino en diversos ecosistemas de gran riqueza natural en el país sudamericano.

Esta situación particular cobra mayor relevancia si consideramos el riesgo de que los pagos de REDD que se realicen por resultados solo existan en el papel, además de que las normas alrededor del programa, que fueron aprobadas durante negociaciones de la ONU, mantienen referencias infladas, esto debido a que el tamaño del pago se determina comparando las tasas reales de deforestación con la tasa media de deforestación de un periodo que va entre últimos 10 hasta 20 años, lo cual deja abierta la posibilidad de calcular una amplia gama de “reducciones” de emisiones, advierte la investigadora en su artículo publicado en 2020.

Ante este panorama, ¿quiénes están interesados en mantener REDD?, a pesar de no cumplir con detener la deforestación e incluso participar en el despojo de bosques habitados por pueblos originarios

“Son por supuesto las compañías petroleras y mineras, también las grandes corporaciones de alimentos, Unilever, JBS, Mars, Nestlé y la industria financiera como BlackRock. Ellos tienen 100 o 500 de ellas (empresas) que dicen públicamente que, en 2030, 2035, diferentes años, tendrán negocios de carbono neutral. Por supuesto, no van a detener la quema de petróleo, carbón o gas, pero ¿cómo serán capaces de decir que para 2030 van a tener un negocio así cuando mantienen la destrucción de almacenes de carbono del subsuelo? Van a comprar créditos de carbono de sus proyectos (…) y necesitan porciones de tierras inmensas para decir que el daño que provocan al clima por la quema de los combustibles fósiles ha sido ‘mitigado’ o ‘compensado’”, enfatiza la investigadora.

“Son las grandes corporaciones, quienes tienen interés en el control de la tierra, para quienes la estrategia REDD ha sido increíblemente exitosa”, remarca Kill.

La investigadora alerta que ha cambiado la discusión acerca de la deforestación. “Las corporaciones han desaparecido, se han vuelto invisibles en las discusiones sobre deforestación porque virtualmente todos los proyectos de REDD son acerca de campesinos e indígenas y nadie menciona la destrucción de los bosques por parte de las corporaciones (…)  Y es un gran éxito para las corporaciones petroleras, carboníferas y de gas natural, así como para los países industrializados cuyas economías se benefician enormemente de los combustibles fósiles como Noruega, Alemania, Reino Unido. Ellos han ganado 15 años en los que la sociedad civil fue desviada por el tema REDD y no se enfocó en las demandas contra el cambio climático como la de mantener el petróleo en el subsuelo, se trata de todos los almacenes de carbono subterráneos que son importantes, son los mismos depósitos que son destruidos con la extracción de gas, carbón y petróleo”, subraya.

Si esta es la solución, ¿cuál es el problema?

En la cadena de actores involucrados para mantener vivo el concepto de la neutralidad de carbono, además de las empresas, ongs y consultores, se encuentran también las certificadoras. Hablamos de compañías como Verra, quien gestiona el Estándar de Carbono Verificado (VCS, por sus siglas en inglés) el cual permite a los proyectos certificados convertir sus reducciones y eliminaciones de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en créditos de carbono comercializables.

“Ellos cobran aproximadamente 100,000 dólares para auditar un proyecto, después tienes que pagar otros 100,000 dólares para registrar tu proyecto REDD en su base de datos y después por cada crédito de carbono que el proyecto vende, ellos obtienen una comisión. Al certificador se le termina pagando más en cuanto mas créditos de carbono sean vendidos, lo cual es un gran conflicto de interés”, destaca Juta Kill sobre la contradicción en que reposa este mercado. Es decir, aquellos encargados de fiscalizar los resultados de los proyectos para la conservación de la naturaleza son los mismos quienes se ven beneficiados de la existencia de este sistema de comercio, pues de no existir la certificación no se podrían comercializar los créditos.

También destaca la promoción que realizan las ONGs conservacionistas, “las cuales siempre han visto REDD como una manera de incrementar su control territorial (…) control sobre tierras donde los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales son ignorados”, denuncia Kill.

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Debido a las numerosas denuncias y críticas por parte de comunidades, activistas y organizaciones ambientalistas a la estrategia REDD, es que actualmente este concepto se encuentra en desuso. Pero no es que haya desaparecido, sino que se ha transformado en una nueva idea: las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), el cual para Jutta Kill representa un peligro aun mayor.

“REDD no ha desaparecido, solo cambió su nombre y ahora lo que era REDD es llamado SBN, solo cambiaron los nombres, pero lo mismo continúa”, sostiene la investigadora. “Cuando ves las paginas web de organizaciones como TNC, CI o WWF puedes ver que difícilmente hablan de REDD, hablan de SBN. Y los gobiernos están haciendo lo mismo”.

“Noruega es otro ejemplo que usa la terminología porque ve el potencial en el término, que es peligrosamente seductor y tan atractivo, ¿por qué sería malo tener a la naturaleza como solución? Las voces críticas tienen que señalar qué es lo peligroso de estas SBN, tienen que preguntar, ¿si ésta es la solución, ¿cuál es el problema? Porque claramente no es el cambio climático. Si la promesa es evitar la catástrofe climática, claramente la solución es detener la extracción de combustibles fósiles. ¿Cuál es el problema que estás intentando resolver con lo que llamas SBN? No pueden ser los problemas de los agricultores campesinos porque lo que proponen para ellos no es una solución. Y lo único que puedo pensar es que es una solución para las compañías de carbón, petróleo y gas y cualquiera que se beneficia de acumular y lucrar con la extracción de combustibles fósiles. Mucha gente comienza a darse cuenta que, para prevenir la catástrofe climática, se le acaba el negocio. Así que las SBN resuelven su problema para no perder ese lucro por unos años más. Claramente se debe decir no a las SBN porque no es nuestra solución, nunca resolverá los problemas, las muchas crisis que vivimos diariamente”, reflexiona la integrante de WRM.

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Avispa Midia

¿Es posible pensar la transición energética como un bien común?

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Por Sare Frabes

En portada: Inauguración de la microcentral hidroeléctrica de la cooperativa de luz “Mártires y Héroes de la Resistencia” en la Unión 31 de mayo, Guatemala. Foto: Colectivo Madreselva

En el marco de la campaña Luces de las Resistencias, diversos pueblos, organizaciones sociales, cooperativas y colectivas de distintas partes de México proponen una transición energética desde el campo popular. Plantean la construcción de una propuesta que priorice las necesidades reales de la reproducción de los pueblos y que sea construida a partir del debate continuo sobre los valores de uso necesarios para cada comunidad, pueblo, barrio y ciudad, así como sobre las tecnologías adecuadas a los contextos locales y culturales.

“Es posible pensar en una transición energética popular que no sea de la mano del capitalismo verde, del poder centralizado de los Estados. Es posible pensar la energía como un bien común”, sostuvo Sofía García Pacheco, de la Sociedad Cooperativa de Trabajadores en Energías Alternativas y Estudios Sociales – Onergia, de Puebla, una de las organizaciones que hace parte de la campaña.

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La primera de ellas es limitar la participación de las grandes empresas en el proceso de transición. “La mayor motivación [de estas empresas] en participar en este mercado es la acumulación (…). Profundizan el modelo de acumulación de capital que, pintado de verde, genera especulación financiera, mercantilización de la energía, degradación de zonas de gran diversidad ambiental y cultural y despojo territorial”, sostienen.

Otro punto de reflexión es la centralidad dada a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la propuesta de Reforma Energética en debate en el Congreso Nacional mexicano. “La generación de energía por parte de la CFE, también ha violado derechos humanos, como lo hacen las empresas privadas. Tenemos como ejemplo los intentos de imposición de la termoeléctrica en Huexca, Morelos, el tendido de alta tensión en Cuetzalan, Puebla, y la hidroeléctrica en Paso de la Reina, Oaxaca, entre tantos otros, los cuales han generado conflictos sociales, persecución, criminalización y asesinatos”, afirman.

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Otras luces

Megaproyecto como asunto estratégico de Estado: Mientras el gobierno declare territorios “estratégicos” seguirá abierta la puerta a expropiaciones sin diálogo y mediante el uso de fuerzas gubernamentales como la Guardia Nacional o el Ejército.

La extracción del litio: En relación a la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador para “integrar al litio, y los demás minerales estratégicos, como área estratégica del estado…y como áreas prioritarias”, no podemos olvidar que la industria minera del litio, o cualquier otro mineral, implica una fuerte carga de devastación ambiental y consumo de agua para su extracción. No se debe priorizar el fomento del modelo extractivo minero para solucionar un problema ambiental global por medio de una transición energética que pase por encima de los derechos de las comunidades. No existen minerales ni planeta suficiente para sustituir las fuentes de energía y mantener el mismo modelo de desarrollo, las mismas estructuras de dominación colonial y de acumulación de capital, ampliando cada vez más las fronteras extractivas.

La prohibición del fracking: El fracking persiste en México a pesar de que el gobierno federal se comprometió a erradicarlo. Año tras año, el presupuesto asignado para el fracking ha ido creciendo. Para el 2022, se asignó 15 mil millones de pesos, lo cual significa un aumento de 219% respecto a 2021. La transición energética justa tiene que incluir dejar los combustibles fósiles bajo tierra.

La soberanía tecnológica: Las organizaciones proponen el uso de tecnologías locales propias y no depender ni de políticas ni de la tecnología del Norte global, que sólo existe gracias al saqueo y apropiación de los bienes de los pueblos del Sur.

Cambio de modelo económico

Asamblea de los pueblos maseuales, totonakus y mestizos en defensa del territorio. En esta asamblea se anuncio la cancelación del proyecto “Línea de alta tensión Cuetzalan entronque Teziutlán II-Tajín”, que incluía la construcción de una subestación eléctrica en las comunidades de la región. Cuetzalan, Puebla. Diciembre 2019. Foto: La Sandía Digital

Las industrias, principalmente de los sectores minero, cementero, siderúrgico y maquilador, consumen tres veces más electricidad que el conjunto de la población. Para las organizaciones es inalcanzable materializar una ruta de transición energética justa si no se cuestiona el modelo económico que fomenta este consumo.

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“Cuando hablamos de una transición energética no hablamos de cambiar simplemente una tecnología por otra. También estamos hablando de una transición a un modelo económico alternativo”, añade Sofía García Pacheco.