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SERAPAZ

(Español) Pronunciamiento: marcha por la verdad y justicia por los defensores de la tierra y territorio de Cuetzalan asesinados

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Cuetzalan del Progreso, Puebla a 2 de junio de 2018.

 

                Desde julio de 2016 y hasta diciembre de 2017 ocurrieron ocho agresiones contra personas, comunidades u organizaciones defensoras del medio ambiente en Puebla, con lo que la entidad se ubicó como la segunda del país con más casos de este tipo, solo después del Estado de México donde hubo 10 ataques, según la el informe del Centro Mexicano de Derecho  Ambiental  dado a conocer en este año.

En lo que va de este año en el país al menos se han registrado el asesinato de 4 defensores de la tierra y el territorio. Guadalupe Campanur, el compañero Manuel Gaspar Rodríguez, Miguel Vázquez y el pasado miércoles, Adrián Tihuilit.

Ante la insistencia de instancias internacionales de derechos humanos en su preocupación por el papel  que ha jugado el estado mexicano en cuanto al trato para con los defensores de derechos humanos, las autoridades mexicanas han sido omisas. No terminan de comprender las autoridades mexicanas en todos los niveles, que el ejercicio de los derechos humanos debe pasar de ser una mera declaración a la posibilidad de proporcionar un ambiente de libertad y de igualdad y cumplir con ellos con principio básico de garantizar la dignidad del ser humano a través de respetar ciertos derechos mínimos que le son reconocidos a los individuos en su sola condición de seres humanos.

La sierra norte del estado de Puebla es una de las más ricas en cuanto a diversidad bilógica y cultural del estado, a raíz de la reforma energética y de la política de despojo e imposición que han promovido las autoridades en su tres niveles de gobierno desde 2013, igualmente la sierra norte ha sido parte del estado más afectada en cuanto a concesiones mineras (equivalente al 28% del territorio poblano), proyectos hidroeléctricos (8 con algún tipo de permiso), fracking (10 mil 92 pozos proyectados) y otros proyectos de infraestructura para el desarrollo de empresas nacionales y extranjeras, según información de la organización PODER, (www.colaboratorio.org) y Jaime Patiño Ruíz, ex presidente de la Asociación Mexicana de Geólogos Petroleros (http://www.e-consulta.com/nota/2017-08-24/sociedad/mas-de-10-mil-pozos-planean-perforar-con-fracking-en-puebla-denuncian).

 

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NotiFrayba

(Español) San Cristobal de las Casas no es un lugar seguro. Marcha contra los feminicidios.

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Surco informativo

(Español) Violencia, feminicidios, desapariciones, devastación y ataques a ddhh es lo que vive Chihuahua: Caravana Norte

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Por Lucia Joselin Muñoz.

CdMx. 25/05/18 (Surco Informativo).- La Caravana de la Realidad Norte llegó el día de ayer a la Ciudad de México, partió de Chihuahua el pasado 19 de mayo con el objetivo de denunciar la situación que se vive en el estado: “violencia agudizada, feminicidios, desapariciones forzadas, devastación de la naturaleza por los megaproyectos mineros, ataques a los derechos humanos, estigmatización de la protesta y las resistencias” denunció el académico Rosalio Morales, integrante de la caravana en conferencia de prensa.

Señaló también que hay una enorme pasividad e indolencia por parte del gobierno del estado que está pasmado “ante el desenfreno de la ganancia obscena”, asegurando que hay una discordancia entre el decir y el hacer del gobernador Javier Corral, quien por un lado proclama la soberanía de Chihuahua pero viaja a Canadá a entregar los recursos a las mineras, quien dice estar en contra de la Ley de Seguridad Nacional pero reclama la militarización del estado y a la Policía Federal en sus calles.

Otra de las contradicciones en que hizo hincapié la Caravana, es el hecho de que Javier Corral presuma la eficiencia de la Fiscalía del Estado, sin embargo, ésta no da resultados y recordaron casos como el de la periodista Miroslava Breach, asesinada el 27 de marzo de 2017 que aún sigue impune y como el de ella, apuntaron, hay muchos más en el estado.

Alejandro González, arquitecto originario de Valle de Juárez, denunció que la violencia es tal en Chihuahua que en su pueblo 19 casas de cada 20 están abandonadas debido a que los ciudadanos que las habitaban fueron asesinados o están desplazados, e indicó que la misma situación prevalece en todo el Valle de Juárez.

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Radio Zapatista

(Español) Madres del México herido caminan juntas

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Texto, fotos y audios, Colectivo RZ.

México, mayo de 2018.

Jessica Cerón Salinas tiene 28 años y está a punto de dar a luz. Es 13 de agosto de 2012 y su familia la espera para una fiesta en Cuernavaca. Es cumpleaños de su hermana, Lizbeth. Toda la familia, reunida por el festejo, está lista para recibir al bebé de Jessica, a quien han comenzado a llamar Max. En una última llamada telefónica, Jessica les informa que ya se dirigen a la reunión. Pero Jessica y Max no llegan a la fiesta. Desde ese día, su hermana Lizbeth,  su madre Celia y toda la familia comienzan una búsqueda que no termina. Unas horas antes, otra joven morelense desaparece. Es Viridiana Anaid Morales Rodríguez, estudiante de Psicología en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Tiene 21 años y ha viajado con su esposo Roberto Altamirano López para festejar su primer aniversario de bodas en un campamento en el Estado de México. Pero Viridiana y Roberto tampoco vuelven.

Ríos de dolor materno empapan México. Miles de mujeres sin sus hijas e hijos pasan otro 10 mayo sin nada que celebrar. La tradición de antes llama a festejar nuestra ancestría y nuestra maternidad, pero la realidad genera una tradición nueva, la de hoy, una que nos empuja a recorrer calles, avenidas y plazas para no olvidar que, en tan solo una década, cientos de miles de personas han sido asesinadas y desaparecidas en nuestro país con absoluta impunidad. Quienes se reconocen como “madres del dolor” marchan en diez ciudades de los estados más heridos por la violencia incontrolable que nos golpea. En Cuernavaca, Morelos, decenas de familias se movilizan una vez más frente a la total indiferencia gubernamental. Aunque marchan con niñas y niños muy pequeños o en brazos, no hay un solo vehículo de tránsito que vigile su camino. Nadie las recibe en la Fiscalía General del Estado, nadie las escucha en las oficinas del palacio del gobernador Graco Ramírez Garrido.

En años recientes, el estado de Morelos ha visto crecer el horror de los crímenes y las desapariciones de la mano de la insensibilidad de sus instituciones. Las organizaciones civiles que destaparon los horrores cometidos en las fosas de Tetelcingo y Jojutla, donde la Fiscalía General “volvió a asesinar” a sus familiares al arrojarlos “como basura”, insisten en que no se cumplen los protocolos mínimos de comportamiento humano frente a una persona fallecida. Y si esos protocolos no importan, las familias fracturadas importan menos.

Las madres, los niños y las niñas, los familiares jóvenes y ancianos que marcharon este 10 de mayo lo han intentado todo. Como si habitaran un mundo paralelo, se han organizado para aprender lo necesario y hacer el trabajo que las autoridades no realizan. Rastreo y hallazgo de fosas clandestinas, papeleo legal, investigación de expedientes, redacción de nuevas leyes, seguimiento de protocolos, llamados a la solidaridad, entrevistas y conferencias, relatos, gritos. Este día de las madres se visten de blanco y llevan las flores que debieron recibir. Reparten entre la gente que las acompaña un listado de consignas que se han ido ajustando a los tiempos que vivimos: “¿Dónde están, dónde están, nuestras hijas dónde están, nuestros hijos dónde están?” “Únete, únete que tu hija puede ser, que tu hijo puede ser” “¿Por qué los buscamos? Porque los amamos”. “Las madres en la calle no hay nadie que las calle”. Son las voces heridas de mujeres y familiares articulados en el Frente de Víctimas del Estado de Morelos, exigiendo “verdad, justicia, reparación y no repetición”.

Después de una larga caminata por la ciudad, un breve acto en la Plaza de Armas de Cuernavaca. Las familias y las madres se congregan en un memorial que es prueba irrefutable de la negligencia gubernamental. Colocan decenas de mantas y fotografías de quienes no están con ellas. Rodeadas por periodistas y grupos de apoyo, leen un boletín de prensa. Dicen que “los candidatos deberían tener en sus propuestas el tema de que le van a dar solución a las víctimas”, pero saben que no lo harán. “Creer, no creemos en nada”. Lo que las acerca a las autoridades, señalan, “es la esperanza”. Luego, el pase de lista de cada persona ausente, otra nueva tradición mexicana.

Entonces, los mariachis que no saben faltar, entonan lo mismo que están escuchando millones de madres en todo el país. Sólo que, aquí, Juanga y Denisse se sienten de otro modo. Cuando resuena el “tú eres la tristeza, ay, de mis ojos” la fortaleza de estas madres se vuelve llanto colectivo. Se acompañan, se abrazan y se identifican. Luego cada “guerrera invencible” se recupera y se retira para cumplir la promesa que llevan años gritando: “De norte a sur, de este a oeste, yo te encontraré cueste lo que cueste”.

A continuación, reproducimos audios con las palabras de madres, abuelas y hermanas de personas desaparecidas y asesinadas en Morelos en los últimos años, quienes explican cuál es su búsqueda y cómo se han organizado y articulado para caminar juntas:

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Charla con Ana Luisa Garduño, madre de la joven asesinada Ana Karen Huicochea.

(Descarga aquí)  

Charla con Edith Hernández, hermana de Israel, cuyo cuerpo fue hallado en las fosas clandestinas de Tetelcingo.

(Descarga aquí)  

Charla con Celia Salinas, madre de la joven desaparecida Jessica Cerón.


BOLETIN DE PRENSA

MILES DE MADRES EN ESTE DÍA NO TENEMOS NADA QUE CELEBRAR

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Radio Zapatista

(Español) El corazón está listo – Día 11, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

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No matarán la flor de la palabra. No aquí ni ahora, no con tanta lucha por delante. No con tanta muerte acechando. Tras once días de conversar con música, baile, foto, cine, cartel, silencio atento y palabras, anoche concluyó en el CIDECI-Unitierra un encuentro que resignifica y redefine mucho. Una Comisión Sexta que celebra a su nuevo integrante (el Comandante Pablo), ha planteado una vez más la importancia de la organización mientras propone cuidar la “pedagogía” del mensaje a transmitir. No hay “propiedad privada de la lucha”, dice el Sup Galeano, hay “una nueva semilla que es de todos, todoas, todas y no es de nadie”.

Al presentar a detalle sus vivencias de los meses recientes, cuando se lanzaron a la búsqueda de apoyos para Marichuy y el CIG, integrantes de su Red de Apoyo se hacen voz colectiva que describe el proceso de aprendizaje-trabajo-información vivido por muchos rincones de México. Aunque escuchamos solamente a colectivos de Chiapas y de la Ciudad de México y zonas cercanas, lo que narran podría narrarlo cualquiera de ellxs. Son “colectivo de colectivos”, esfuerzo conjunto aunque disperso. Son fractales de resistencia. Sus voces coinciden cuando nos transmiten la emoción, el frío, la confianza, el agotamiento, el ánimo, el ansia y, sobre todo, la convicción. Recuerdan a Marco Antonio Jiménez, “activo auxiliar de Marichuy”, maestro de la Sexta que “ya no se encuentra aquí entre nosotros”. Recuerdan también a Eloísa Vega Castro, de la Red Sudcaliforniana de apoyo al CIG. Pero en realidad recuerdan todas las muertes y las desapariciones, todos los encarcelamientos y los abusos, todos los feminicidios, todo el despojo y el racismo, pues durante meses se dedicaron a recordárselos a cada persona que se acercó a sus mesas de recolección de apoyos. “También vivimos la tormenta”, nos dicen. “Cada firma era un diálogo que permitía visibilizar la lucha de los pueblos indígenas”, pero para visibilizarla tenían que verla ellxs mismxs. Con gran elocuencia, Raúl Romero presenta sus tres miradas de ese proceso: lo que llamó a juntar firmas (el diagnóstico), lo que pasó juntando firmas (las experiencias) y lo que es este semillero (la esperanza).

En sus intervenciones durante la clausura, tanto el Comandante Pablo como los Subcomandantes Moisés y Galeano replicaron el “efecto Marichuy” y los pueblos originarios al insistir en que nuestra lucha es por la vida. Según lo narraron a lo largo de estos días, cada participante de este Conversatorio-Semillero recibió una invitación del EZLN que les preguntaba “¿cómo está tu corazón?”. Cada quién dio su respuesta. Pero por lo que nos enseñaron y por la fuerza organizada de quienes convocaron, todo indica que el corazón está listo.

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(Español) ¿Un nosotrxs sin México? – Día 10, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

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Esta tarde clara en el auditorio del CIDECI, Néstor Quiñones ha explicado que llevamos por dentro una batalla ardua entre pulsiones ya sea destructivas o impulsivas hacia la vida. En el arte, explicó, nuestras sumas de obsesiones, deseos y dolores toman partido por alguna de estas opciones: lo sano (optar por la vida) o lo patológico (optar por morir). En Los Adioses proyectados de Natalia Beristáin, habíamos visto a Rosario Castellanos reencontrar a su pareja, jugar entre las sábanas e intentar desnudarse aunque al final se arrepentía y se cubría el cuerpo tenuemente. “Me cuesta trabajo estar desnuda frente a ti”, le explicaba a un señor Guerra incapaz de contener su impulso creativo, de controlarla y de poseerla. “¿Sabes cuál ha sido tu problema siempre? Sientes mucho todo”, intentaba articular y justificar sus impulsos e incapacidades su pareja, un señor Guerra protagonizado por Daniel Giménez Cacho, quién tras presentar un cortometraje sobre la búsqueda de Salomón Aceves, Jesús Díaz y Marco Ávalos, los estudiantes de cine desaparecidos desde el 19 de marzo pasado cuyos cuerpos fueron disueltos en ácido sulfúrico según declaró este lunes 23 de abril la Fiscalía de Jalisco, protegió y exaltó que el Arte tiene la enorme y particular belleza de conseguir mostrar las heridas sin caer en la victimización, de provocar la escucha activa -dejarse tocar por el otrx- y por lo tanto de hacer el amor, ese “querernos como resultado de ir hacia el otrx”, ese querer desnudarse y brindarse que tanto quiso Rosario pero el México de hoy, vencido por su impulso patológico, quiere incluso disolver. Por ello, Yásnaya Aguilar irrumpió en el auditorio del CIDECI como un huracán dispuesto a sanar las heridas y la enfermedad contemporánea con el irreductible y originario remedio de la libertad. Si tomamos la domesticación del maíz como nuestro origen, lo alusivo a lo indígena apenas haría referencia a 200 de los 9,000 años transcurridos desde entonces, pues esta gran categoría fue creada por los Estados-Nación para encasillar, conjuntar y encapsular en un cajón único y supuestamente común distintas prácticas de vida y organización cuyo rasgo compartido era precisamente la negación a aceptar la idea de pertenecer a un Estado, es decir, a formar parte de algo mayor encima de los pueblos y practicar un estar juntxs falso e inocuo lejano al amor y cercano al impulso patológico de la muerte. Así, del torrente de palabras, miradas y escuchas compartidos por Yásnaya -lxs zapatistas de plano le pidieron su texto para seguirlo descubriendo con calma-, emergió ayer de nuestras heridas físicas y patológicas una pista enorme y vital para sobrevivir juntxs. “Eso que entiendo que los caracoles, que los compañeros zapatistas ya están haciendo, y disculpen si los contradigo, más que buscar un <<nunca más un México sin nosotros>>, están creando ya el nosotrxs sin México”, sonrió Yásnaya.

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Día 9 – Conversatorio

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Dando continuidad a lo que sucedió el sábado, cuando don Pablo González Casanova fue nombrado Comandante y pasó a integrar el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, el EZLN anunció ayer, en voz del Subcomandante Galeano, la formación de un nuevo ejército insurgente. Un ejército “con el cabello cano, o sin cabello, en silla de ruedas o en bastones o muletas, que no escucha bien, que no ve bien, al que le tiemblan las manos pero no de miedo, sino de impaciencia”; un ejército que “no traerá armas de fuego ni bombas… sino algo más mortífero, más letal y más poderoso: memoria e historia”.

Es armado con historia y memoria que el zapatismo, al igual que el CNI y el CIG, se propone a enfrentar la muerte en que estamos sumergidos. Porque, como apuntó Sergio Rodríguez Lazcano, bajo el cemento de la ciudad está la tierra; o sea, la historia de los pueblos. Así, el caminar del CIG y de Marichuy fue y es un encuentro de raíces entretejidas que bordan caminos preguntando y siembran semillas de un mundo otro capaz de resurgir de entre los escombros de éste que se está derrumbando.

Los síntomas de ese derrumbe en el panorama político mexicano fueron esbozados con precisión por Sergio Rodríguez, mostrando con datos el callejón sin salida de la política de los de arriba, en un momento en que la ideología fue abandonada y de lo que se trata ahora es de ganar espacios de poder, cueste lo que cueste. El despojo (palabra derivada del latín despoliare, que significa “quitarle la piel a la tierra”), como bien lo ha expresado el CNI una y otra vez, constituye un verdadero proceso de genocidio en el que, literalmente, los pueblos están amenazados de desaparecer. Pero es justamente ante la inminencia de la muerte colectiva que los pueblos organizados en el CNI deciden conformar el CIG y pasar a la ofensiva.

La valoración de lo que ha sido el caminar del CIG está en proceso, no sólo al interior del CNI, sino incorporando las miradas y las voces de todas y todos. Así escuchamos a Rafael Castañeda, quien hace un recuento de lo que fue la experiencia del Partido de los Comunistas en la recaudación de firmas para Marichuy. Entre las diversas anécdotas, está la de quienes hablaban con quienes se acercaban durante minutos u horas, y sólo al final preguntaban si tenían credencial de elector, dejando claro así que de lo que se trataba no era simplemente de recolectar firmas, sino de dar cauce a la rabia hacia la organización y la lucha colectiva.

De la misma manera Magda Gómez se refirió al “efecto Marichuy” como un despertar que entraña la práctica de otra forma de hacer política. Compartió que temió en su momento que se perdiera el punto de encuentro entre la recolección de firmas y su verdadero objetivo, encarnado en el caminar de Marichuy y del CIG, pero que en definitiva ese encuentro había quedado muy claro.

Tanto Magda como Bárbara Zamora hablaron del desencuentro entre las formas de la justicia propia de los pueblos originarios y las instituciones del Estado, que se fundamenta en un desencuentro de visiones y la imposición de una sobre la otra. Y ambas, como abogadas, apuntaron a la lucha jurídica como un espacio útil y a veces necesario, a pesar de reconocer que en ese lugar no van a ocurrir las transformaciones a las que aspiramos.

Pero, si nos están matando, como tan visceralmente nos dieron a entender Gabriela Jáuregui y Abraham Cruz el día anterior, y si los espacios de la institucionalidad no son ni serán camino para la vida, entonces ¿qué?

“Los estamos llamando a destruir el mundo totalmente”, dijo el SupGaleano, y a construir otro desde abajo, buscando la vida. ¿Que si estamos soñando? “Cuando planteamos el horizonte”, dijo el Sup, “no estamos soñando; estamos recordando”. ¿Que si es posible? La probabilidad es mínima, dijo… es casi imposible. Pero es imprescindible “aferrarse a esa millonésima de probabilidad”. Una probabilidad tan minúscula, recordó el SupGaleano en su breve genealogía del zapatismo, como lo fue que, tras el levantamiento de 1994, sucediera lo que sucedió. Y en este camino, el nombramiento del Comandante Pablo Contreras y el llamado a conformar este nuevo ejército insurgente de la memoria conlleva un mensaje muy claro: “Estamos llamando a las filas de la lucha a la historia, a los muertos, a los desaparecidos, a los olvidados”. Y tal vez entonces se abran las tumbas y quienes murieron vuelvan a caminar, y los desaparecidos reaparecerán.

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Radio Zapatista

(Español) ¿Escucharnos para sentirnos? – Día 8, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

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En el octavo día de conversatorio en el CIDECI predominó la escucha, su arte, su fuerza, su urgente necesidad. Una escucha que también llega mirando, o en silencio, o soñando incluso. La mañana comenzó con la presentación del documental Ayotzinapa, el paso de la tortuga, dirigido por Enrique García Meza y coproducido por Bertha Navarro y Guillermo del Toro, entre otros, y donde los jóvenes de Ayotzinapa y sus familiares hablan de sus más íntimos dolores tras lo ocurrido en Iguala en septiembre de 2014.  Al final, Bertha Navarro describió el documental como “nuestra aportación para la reflexión”, como una entrega de las voces de los jóvenes estudiantes normalistas “tan llenos de luz” que nos ayuda a “conocernos más entre nosotros”.

Tres integrantes de Fundar, Centro de Análisis e Investigación, A.C., presentaron de manera muy sentida los resultados de su informe “Yo sólo quería que amaneciera. Impactos psicosociales del Caso Ayotzinapa”, publicado en septiembre de 2017 por un grupo muy amplio. Ximena Antillón Najlis, Mariana Mora Bayo y Edith Escareño Granados partieron de lo más íntimo para explicar lo que vivieron en la recopilación de dolores y rabias de estudiantes y familiares de la Normal Rural de Ayotzinapa. Narraron lo que viven las niñas y las niños en el entorno de las desapariciones de decenas de muchachos y los esfuerzos de sus familias por construir normalidad. La profundidad de sus palabras nos deja marcas.

Mauricio González González y John Gibler describieron a detalle sus trabajos de escucha de los dolores de Ayotzinapa, de todos los hechos que han documentado. Mauricio se acercó desde la antropología y la psicología, John describió su trabajo periodístico Una historia oral de la infamia. Los ataques contra los normalistas de Ayotzinapa (2016). El periodismo, la antropología, la medicina, la psicología tratando de explicar la barbarie. El Sup Galeano cerró la sesión matutina pensando si todas estas “historias que estremecen”, esos relatos que nos agarran “el corazón”, ese “dolor alargado” que, como planteó Mauricio, flota “en el aire”, pueden volverse rabia organizada, una especie de “dolor confederado” donde “lo otro” sea una fortaleza y no una debilidad.

La sesión vespertina abrió con cine entrelazado a Juan Rulfo, sus Cien años y un corto cinematográfico basado en un cuento suyo. El despojo (1960), dirigido por Antonio Reynoso y con fotografía de Rafael Corkidi, quizá pensado para reflejar la flexibilidad del tiempo, se volvió atemporal en el auditorio del CIDECI-Unitierra. Juan Carlos Rulfo, hijo del escritor y cineasta, preguntándose qué hacer con todos estos relatos, dónde ponerlos.  Abraham Cruzvillegas y Gabriela Jáuregui ensamblando sus voces y sus vidas para tejer en arte cualquier dolor. Enrique Serna historiando las décadas recientes con sencillez y erudición. Juan Villoro insistiendo en la escucha y leyéndonos un cuento futurista pero no ciencia-ficción, un cuento que nos evoca “el efecto que puede tener la voz del otro”, así sea “La voz del enemigo”. La Comisión Sexta cerrando la sesión con otro ensamble. Defensa Zapatista y la pequeña Esperanza enmarcando al Sup Galeano en su lectura del sueño de Ixmucané, la que no descansa, la que viene de la montaña. Ya con el día siendo noche, la escucha terminando con la lógica indescriptible de un sueño, acaso rulfiana, retratando la flexibilidad del tiempo.

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(Español) ¿Y cómo hablamos la verdad? – Día 7, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

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¿Y en este México de gritos y silencios, cómo hablamos la verdad?
Día 7, Conversatorio
“Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

Mañana y tarde del sábado 21 de abril, séptima jornada del conversatorio convocado por el zapatismo, día de muchas palabras, de dos sesiones, mañana y tarde. Para reportarnos cómo anda el corazón, llegan a la Universidad de la Tierra Daniela Rea, Marcela Turati, Javier Risco, Emilio Lezama y Luis Hernández Navarro, cinco periodistas que abren el día. Para cerrarlo, hablan la vocera del Concejo Indígena de Gobierno Marichuy, Carlos González del Congreso Nacional Indígena y cuatro integrantes de la asociación civil Llegó la Hora del Florecimiento de los Pueblos: Mardonio Carballo, Juan Carlos Rulfo, Juan Villoro y Pablo González Casanova, a quien a partir de hoy, y por los méritos de su trabajo, se le encomienda más trabajo: ser parte del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (CCRI-CG EZLN).

“El rumor florece en los colapsos”, afirma Carlos Taibo en voz del Sup Galeano. Pero no queremos colapsar. ¿Qué papel juegan entonces los medios de comunicación? ¿Cómo pueden alejarnos de la mentira fácil? ¿Cómo no ser “amplificadores de rumores”? ¿Cómo transmitir información veraz?

Desde la Red de Periodistas de a Pie, Daniela Rea y Marcela Turati sueltan de golpe toda la lista de emociones que invaden a cualquier periodista veraz que ande quebrándose el alma por narrar los gritos y los silencios que habitan nuestro México. Daniela Rea, para quien “el corazón está terco”, nos acalambra la conciencia con sus historias de reportera desde el fondo de un dolor que es “dignidad, resistencia, trabajo, justicia”, historias de personas que ya no temen porque “ya no es posible que les quepa más miedo en el cuerpo”. Marcela Turati, “una persona normal” a quien se le “atravesó” la guerra, se confiesa a veces “despalabrada” de tanto andar “hurgando en fosas” clandestinas, de tanto ver “muertos en vida”, “campos de exterminio” y “32 mil” personas desaparecidas “disputando el espacio” que el periodismo comprometido lucha por darles. Marcela plantea el dilema de cómo “mantener viva la indignación”, pero una indignación que mueva y no que paralice. Nos habla de la importancia de proteger la vida de periodistas, porque “donde no hay periodistas está ganando la muerte”.

Javier Risco cuenta con espacios en radio y televisión comerciales en los que habla con políticos cada día. Dice que trata de incomodarlos y que, desde “su trinchera”, vio la campaña de recolección de apoyos de Marichuy Patricio Martínez como un “necesario oasis de dignidad”. Emilio Lezama, quien se estrenara en el periodismo a los trece años narrando la marcha zapatista del Color de la Tierra (que llegó a la Ciudad de México en 2001), pregunta “¿qué México queremos?” y, yendo más allá, “¿qué modelo de mundo queremos?”. Para narrar la realidad actual, Emilio recurre a una metáfora, la de los palacios de cristal que, como espacios domesticados, buscan contener el mundo. Ganadores, dentro; perdedores, fuera. Pero hay “un presente adyacente”, nos dice, por lo que debemos imaginar otros Méxicos. Luis Hernández Navarro describe a detalle la basura que hay en toda campaña electoral. La que vivimos ahora no es distinta. Aquí “no está en juego una verdadera reforma del estado” sino su recomposición. No está en disputa el desmantelamiento del modelo de desarrollo neoliberal sino “su gestión”. Se menciona a periodistas autoexiladxs, amenazadxs, asesinadxs, a Miroslava Breach, a Javiér Valdés, a muchxs más. El Sup Galeano abunda sobre el riesgo que implica ser periodista en México, pues también se es “una víctima potencial” que puede convertirse en parte de la noticia terrible que narraba. Todo eso por la mañana.

Por la tarde, una sesión transformadora de la relación que ha tenido el EZLN con la sociedad civil organizada desde hace 24 años. Marichuy comienza agradeciendo a la Sexta nacional e internacional, a las redes de apoyo, a las organizaciones, a la asociación civil Llegó la Hora del Florecimiento de los Pueblos y a todxs aquellxs que de manera inividual apoyaron el proceso de recolección de firmas. Carlos González describe las etapas que ha vivido el CNI. La primera, desde su fundación en 1996 hasta abril del 2001, cuando se aprobó en el Congreso mexicano un dictamen que contravenía los Acuerdos de San Andrés. La segunda, el impulso de la autonomía por la vía de los hechos, con la adhesión colectiva a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona (en 2006) y una larga etapa de represión y dificultades. La tercera, la de ahora con el recorrido de la vocera María de Jesús Patricio, cuando el CNI se posiciona de otra forma en su momento más grave, para quedar en una posición de lucha distinta, mucho más sólida.

Mardonio Carballo se va a las raíces, pues “nadie puede hablar de la flor, del fruto, si no habla de la raíz”. Luego explica que “no hay mejor memoria que la de la tierra”, mientras nos habla de las lenguas como flores. Juan Carlos Rulfo informa que, tras más de 20 años de zapatismo, él “sigue buscando historias” y preguntándose “¿cuántas historias hay que contar?” Juan Villoro celebra que seamos “más conversacionales” y se extiende con recuerdos y anécdotas de la Convención Nacional Democrática (de 1994), la propuesta fallida de fundar una biblioteca “Rosario Castellanos”, en la que, frente a “Francisco Villa”, no se abrió camino ese nombre de mujer. Nos habla de lo que fue la apuesta por la consecución de firmas de apoyo para el CIG, construcción de una esperanza que “pasa por los otros”, los desconocidos y lejanos. Nos invita a construir una “comunalidad futura”, a sabiendas de que “las voces comunes son voces que tejen”.

Al principio de la tarde había hablado muy brevemente Pablo González Casanova, sólo para mencionar que “el proyecto que nació en estas tierras es un proyecto universal”, y para agradecer haber vivido en su tiempo de vida este proyecto. Al principio de la noche, cuando parecía haber terminado la conversación, el Sup Moisés toma el micrófono para explicar “cómo se llega a la dirección política del EZLN”. Pues con trabajo. Se le da trabajo a una persona, se le observa y, si trabaja bien, se le premia con “más trabajo”. Entonces habla el Comandante Tacho “a nombre de las bases de apoyo” zapatistas. Celebra que don Pablo González Casanova haya pasado su cumpleaños 96 trabajando en un evento de recopilación de apoyos para Marichuy. Nos dice que, desde que comenzaron esta lucha, en “el apunte tenían” que “un día tenían que luchar” con todas y todos, que “ya estaba previsto que un día nos íbamos a encontrar”, aunque no sabían cuándo ni cómo. Ahora ya saben: “Hemos visto a un compañero que no se ha cansado”, que “no se ha rendido”, que “no se ha vendido, no ha claudicado”. Se refieren a él cariñosamente como Pablo Contreras y le informan: su regalo será más trabajo, pues “va a integrar este gran equipo CCRI-CGEZLN”. Todxs lxs representantes de ese gran equipo desfilan entonces por el templete del CIDECI-Unitierra para abrazar a don Pablo González Casanova, nuevo integrante del CCRI.

Al comenzar el día, cinco periodistas se preguntaban qué vale la pena contar en esta zona de gritos o de silencios, qué palabras usar para hablar con verdad, para romper con la inercia de los crímenes impunes donde las familias agraviadas sienten que hablan “desde abajo del mar”. Al comenzar la noche, la tormenta nos ofrece unos segundos de respiro para mirarla desde encima de las nubes porque, en esa “niebla de la guerra” que describió tan claramente Marcela Turati, hoy se nos atravesó el zapatismo.

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Mañana:

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Foto de portada: Isaac Guzmán / Tragameluz

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(Español) ¿Juntxs ante el colapso? – Día 6, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

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Si alguien aún creía que la tormenta era apenas una metáfora, una muy filosa y oscura pero soportable, esta tarde los compas Zapatistas la volvieron explícita al traer al Conversatorio la valoración de Carlos Taibo en su libro “Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo”. Si ya estamos en camino a un colapso terminal de la humanidad –es decir que no tenemos ya la posibilidad de frenar o modificar la suma apocalíptica de todas nuestras crisis– lo que sigue es organizarse para formar parte del probablemente estrecho margen de sobrevivientes de la segunda mitad de este siglo. A diferencia de los productores del Colapso, que saben de él hace mucho y han decidido acelerar la reducción del margen de sobrevivientes, Cristina Rivera Garza, Jorge Alonso, Irene Tello, Mónica Meltis y Carlos Mendoza compartieron esta tarde sus experiencias para intentar esquivar el abismo: articulando narrativas y procesos de trabajo que más bien reaccionan ante el horror fortaleciendo el de por sí humilde, espiritual y poderoso impulso de proteger a lxs compañerxs de viaje. “No nos estamos preparando para un período electoral sino para el apocalipsis. No es lo mismo organizarse para una elección, para tener un voto, que para hacer frente a un mundo como el que ustedes han narrado. A nosotros lo que nos interesa es que la gente viva. Si es antizapatista no hay pedo pero que viva”, agregaron los zapatistas en una de sus comparticiones más de corazón, directas y sinceras de los últimos encuentros.

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