En agosto del 2003 nacen los Caracoles zapatistas y, con ellos, las llamadas Juntas de Buen Gobierno. Se avanzó entonces en la separación tendencial entre el aparato político-militar del EZLN y las estructuras civiles de los pueblos zapatistas. En forma paralela se trabajó en la estructuración de la cadena de mando y se afinaron los detalles para la defensa y resistencia ante un eventual ataque militar. Los primeros pasos para la Sexta Declaración y lo que después sería La Otra Campaña se estaban dando…
1.- ¿Sol@s?.- Durante la segunda mitad del 2004, el EZLN publica, en una serie de escritos, el fundamento de su posición crítica frente a la clase política y “manda” señales de por dónde va el asunto. Para el inicio del año del 2005 las premisas sobre las que se construiría la Sexta Declaración estaban listas.
La contienda electoral tenía tiempo que se había adelantado. Se presentaban entonces 3 posibles caminos para el EZLN: incorporarse a la “ola” lopezobradorista haciendo caso omiso de las señales y datos que teníamos sobre su verdadera tendencia (o sea, siendo nosotros inconsecuentes); mantenerse en silencio y esperar a ver qué ocurría con el proceso electoral; o lanzar el proyecto que estábamos preparando.
La decisión no le correspondía tomarla a la dirección zapatista, sino a las comunidades. Así que se empezó a preparar lo que más adelante sería la alerta roja, la consulta interna y, dependiendo de su resultado, la Sexta Declaración.
El antecedente inmediato de la Sexta fue el texto llamado “La Imposible Geometría del Poder”. Viene después la alerta roja, que algunos interpretaron como el anuncio de una ofensiva zapatista o como una “respuesta” a los constantes patrullajes militares. No fue ni una cosa ni otra, sino la prevención frente a una acción militar enemiga… alentada por los ataques mediáticos de la intelectualidad progresista que, desencantada de que no la acompañáramos en sus loas a AMLO –y de que no nos quedáramos callados-, nos atacaba ya sin miramiento alguno.
Se consulta la Sexta en los pueblos zapatistas y éstos deciden y dicen: “estamos dispuestos, aunque quedemos solos”. Es decir, a recorrer sol@s el país, escuchar a la gente de abajo, levantar con esa gente el Programa Nacional de Lucha para transformar nuestra patria y crear un nuevo acuerdo, una nueva Constitución. Para eso nos habíamos preparado por 3 años: para quedarnos sol@s.
Pero no fue así.
Pronto la Sexta Declaración empezó a recibir adhesiones. De todo el país llegaron comunicaciones que demostraban que la Sexta no sólo fue entendida y aceptada, también que much@s la hacían suya. Día a día, la Sexta creció y se hizo nacional.
2.- Los primeros pasos… y roces.- Como ya explicamos antes, habíamos previsto un proceso largo. Nuestra idea era convocar a una serie de encuentros iniciales para irnos conociendo entre quienes abrazábamos la causa y el camino. Y estos encuentros debían ya marcar una diferencia con los que se habían dado en otras ocasiones. Ahora el oído zapatista debía tener un lugar primordial.
Iniciamos las reuniones con la de organizaciones políticas, para señalarles el lugar que les reconocíamos. Después con pueblos y organizaciones indígenas, para remarcar que no abandonábamos nuestra lucha, sino que la englobábamos en una más grande. Luego con organizaciones sociales, reconociendo un terreno donde el otro había construido su historia. Más luego, con ong´s, grupos y colectivos de diverso tipo que eran quienes se habían mantenido cerca nuestro. Después con familias e individuos, y así decir que para nosotr@s contaban tod@s, no importa su tamaño o número. Y al final, con l@s otr@s, es decir, reconocer que nuestra visión de afuera podía ser limitada (como es de por sí).
En julio, agosto y septiembre del 2005 se realizan las llamadas “reuniones preparatorias”. En ellas cumplimos nuestra palabra, escuchamos con atención y respeto TODO lo que se dijo, incluidos reproches, críticas, amenazas… y mentiras (aunque entonces no sabíamos que eran mentiras).
Hace un año, el 16 de septiembre del 2005, con la presencia de la hoy finada Comandanta Ramona, la dirección del EZLN hizo entrega formal de la autodenominada “Otra Campaña” al conjunto de l@s adherentes; informó que participaría en el movimiento, además de con las comunidades zapatistas, con una delegación (llamada “Comisión Sexta”) de su dirección; y anunció la “salida” del primer explorador, el delegado número zero (para indicar que seguirían otr@s delegad@s después), con la misión de conocer y escuchar, en todo el país, a tod@s l@s ya compañer@s que no habían podido asistir a las reuniones preparatorias, y para explorar las condiciones en las que realizaría su trabajo constante la Comisión Sexta.
En esa primera plenaria, el EZLN propone que se cumpla con el propósito de la Sexta de construir otra forma de hacer política y se tome en cuenta la palabra de tod@s, sin importar si han asistido o no a las reuniones.
También en esa reunión se dan los primeros intentos de algunas organizaciones para incorporar a La Otra Campaña a la lista de membretes que forman la “Promotora”, el “Frentote” y el llamado “Diálogo Nacional”. Frente a esa posición, el EZLN propuso que ahí no se decidiera nada. Que se argumentara y discutiera, pero que no se tomaran decisiones SIN LA PARTICIPACIÓN DE TOD@S L@S ADHERENTES. Quienes apostaban a que en asambleas se decidiera lo fundamental, con la ausencia de la gran mayoría de l@s adherentes, tuvieron su primer contratiempo cuando se acordó que los llamados “6 puntos” se fueran a discusión de tod@s en todo el país. Después, en reuniones posteriores a esa primera plenaria, el EZLN fue tomando distancia de esas organizaciones por la manipulación que pretendían ejercer.
Las direcciones de esas pocas organizaciones, grupos y colectivos no fueron honestas. Como se vería después, apostaban a meterse al movimiento para dirigirlo, para reventarlo… o para negociar una mejor posición en el “mercado” en que se estaba convirtiendo el movimiento en torno a AMLO. Estaban tan seguros de que sería presidente… bueno, presidente oficial, que sentían que se les iba el tren (del presupuesto) y ni boleto tenían. Y la Otra era la mercancía a intercambiar por prebendas, candidaturas y puestos.
3.- Los primeros problemas.- También en esa plenaria se vio que había un desequilibrio: los grupos y colectivos (que encuentran en la asamblea su modo natural de discutir y decidir) tenían amplia ventaja sobre las organizaciones políticas y sociales, sobre familias e individu@s… y sobre los pueblos indios.
Debemos decir en este punto que la mayoría de adherentes a la Sexta Declaración son indígenas (y eso sin contar a l@s zapatistas). Si no se refleja en actos y reuniones, es porque los pueblos indios tienen otros espacios de participación, y de lucha, menos “visibles”. Por ahora baste decir que si se reunieran, en una ocasión y lugar, tod@s l@s adherentes, habría (en un cálculo muy conservador) una proporción de 10 indígenas para cada persona de otra organización política, social, ong, grupo, colectivo, familia o individu@. Ojala y se pudiera, los pueblos indios enseñarían entonces, a tod@s, que no usamos el “yo”, sino el “ nosotros ”, para nombrarnos y para ser quienes somos.
Vimos todo esto y algunas cosas más (por ejemplo, que no había un mecanismo de toma de decisiones, ni un espacio para el debate; que los grupos y colectivos querían imponer su modo a las organizaciones políticas y sociales, y viceversa) pero no nos preocupamos. Pensábamos que lo primero era conocernos tod@s y, ya después, entre tod@s definir el perfil, entonces todavía incompleto, de la Otra.
4.- Los plazos.- Según nuestra idea, iniciar la Otra y “salir” al primer recorrido en tiempo electoral tenía varias ventajas. Una era que, dada nuestra posición anti clase política, no seríamos “atractiv@s”, en los templetes y reuniones, para quienes estaban, y están, en la pista electoral. El ir a contrapelo de los “bien pensados” exhibiría a quienes se acercaron antes al EZLN sólo para tomarse la foto, y l@s llevaría a evitarnos y a deslindarse del neozapatismo (con libros, declaraciones… y candidaturas).
Otra no menos importante era que, como íbamos a escuchar a l@s de abajo, la palabra de las otras luchas se haría visible, y así se haría palpable también su historia y su trayectoria. Entonces, el “mostrarse” en la Otra sería también “mostrarse” para la represión de caciques, gobierno, empresarios y partidos. Según nosotros, el que fuera en época electoral elevaría el “costo” de una acción represiva y disminuiría la vulnerabilidad de las luchas y organizaciones pequeñas. Una ventaja más era que, absorbidos como estaban allá arriba en lo electoral, nos dejarían en paz para nuestro proyecto y el neozapatismo dejaría de ser una moda a modo.
Bueno, entonces pensamos en los siguientes plazos:
.- 6 meses de gira de exploración y conocimiento por todo el país (de enero a junio del 2006). Al terminar, informe a toda La Otra: “est@s somos, estamos aquí, ésta es nuestra historia”; dejar pasar el proceso electoral y preparar el siguiente paso.
.- Después, una siguiente etapa para profundizar el conocimiento y crear los medios de comunicación y apoyo (la red) entre l@s adherentes para apoyarnos y defendernos entre todos (ya con la participación de más delegad@s de la Comisión Sexta, -septiembre del 2006 a finales del 2007-, con intermedios para informar y relevar a l@s delegad@s).
.- Más luego, la exposición, el debate y la definición del perfil de La Otra según tod@s sus adherentes, no sólo el EZLN (todo el año del 2008).
.- Para el 2009, 3 años después de iniciada, La Otra podría presentarse ya ante nuestro pueblo con un rostro y voz propios, construidos por tod@s. Entonces sí, a levantar el Programa Nacional de Lucha, de izquierda y anticapitalista, con y por l@s de abajo.
Recordemos que, según nuestro análisis, para ese año se acabaría el “sueño lopezobradorista ”. Entonces nuestra patria no tendría la desilusión, el desánimo y la desesperanza como único futuro, sino que habría “otra cosa”…
5.- Los pasos hasta Atenco: ¿ser compañer@s?.- Inició entonces la gira… y pasó lo que pasó. El dolor que habíamos intuido no se comparaba ni de lejos con el que íbamos encontrando, escuchando y conociendo a nuestro paso. Gobiernos de todos los partidos políticos (incluyendo a los de supuesta “izquierda” –PRD, PT y Convergencia-) aliados con caciques, terratenientes y empresarios para despojar, explotar, despreciar y reprimir a ejidatarios, comunidades indígenas, pequeños comerciantes y ambulantes, trabajador@s sexuales, obreros, empleados, maestros, estudiantes, jóven@s, mujeres, niños, ancianos; para destruir la naturaleza, para vender la historia y la cultura; para fortificar un pensamiento y actuar intolerantes, excluyentes, machistas, homofóbicos y racistas. Y nada de eso aparecía en los grandes medios de comunicación.
Pero si el México de abajo que íbamos encontrando destilaba un dolor indignante, las rebeldías organizadas que iban apareciendo, y uniéndose, develaban y (desvelaban) “otro” país, uno en ebullición, en lucha, en construcción de alternativas propias.
Si en sus primeros pasos, el recorrido de la Comisión Sexta fue visto, con la torpeza del que sólo mira hacia arriba, como “ un buzón ambulante de quejas ”, pronto se transformó y la palabra del otro, de la otra, fue adquiriendo el tamaño que el silencio de los de arriba había disimulado hasta entonces. Historias asombrosas de heroísmo, dedicación y sacrificio para resistir la destrucción que viene de arriba, tuvieron oído y eco en l@s demás adherentes honestos.
Llegamos así al Estado de México y al DF con un cargamento que incluía a lo mejor de todos los colores que abajo luchan. El calendario marcó el 3 y 4 de mayo del 2006, y el dolor y la sangre pintaron al pueblo de Atenco y a l@s compas de la Otra Campaña.
Dando una verdadera lección de lo que es ser compañer@s en La Otra, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de Atenco, se movilizó para apoyar a compas de Texcoco. El gobierno municipal (PRD) fingió dialogar y negociar, mientras llamaba a la policía estatal (PRI) y a la federal (PAN) para reprimir. Los partidos más representativos de la clase política, PRD-PRI-PAN, conjuntaron fuerzas para golpear a La Otra. Alrededor de 200 compas fueron agredid@s, golpead@s, torturad@s, violad@s y encarcelad@s. Un menor de edad, Javier Cortés Santiago, fue asesinado por la policía. Nuestro joven compañero Alexis Benhumea Hernández, adherente a La Otra y estudiante de la UNAM, después de una larga agonía, murió también asesinado.
La mayoría reaccionamos y emprendimos acciones de solidaridad y apoyo, de denuncia y presión. Con un mínimo de decencia y compañerismo, detuvimos la gira de la Comisión Sexta del EZLN y nos dedicamos, primero, a contrarrestar la campaña de desprestigio y mentiras que, en los medios masivos de comunicación, se hacía en contra del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (lo que ofendió a algun@s compas de medios alternativos); después a actividades que recaudaran fondos para l@s pres@s, y a actos para exponer la verdad sobre lo ocurrido.
Al contrario de la mayoría de La Otra, algunas organizaciones sólo se preocuparon y movilizaron mientras tuvieron militantes suyos presos, o mientras los actos eran llamativos. Cuando sus compañeros salieron libres y Atenco “pasó de moda”, dejaron caer la demanda que exigía la libertad y la justicia para l@s demás pres@s. Tiempo después serían los primeros en correr a instalarse en el plantón de AMLO en el Zócalo y Reforma. Lo que no hicieron por Atenco, lo hicieron por López Obrador… ¡porque con él estaban “las masas”!... bueno, también los reflectores.
Otras organizaciones se dedicaron a aprovechar la coyuntura para, mañosamente, tratar de imponer a La Otra una política de alianzas con quienes estaban, y están, mirando hacia arriba. Con el pretexto de “tenemos que unirnos tod@s en la lucha por l@s pres@s”, pretendieron (manipulando asambleas plenarias) imponer acuerdos que ataban a La Otra al cálculo electorero de organizaciones de amarillo abierto o vergonzante. Y no sólo, se dedicaron a sembrar la discordia y la división, diciendo que el EZLN quería imponerle al pueblo de Atenco una política de alianzas sectaria. Pero fracasaron.
Alguna otra organización, con algun@s compañer@s, se dedicaron a decir que l@s pres@s no saldrían pronto, que no había por qué dedicar tanto esfuerzo a eso, que “alguien” (que no fueran ell@s, por supuesto) se encargara del asunto, que La Otra siguiera y que la Comisión Sexta del EZLN había cometido un error al detener su viaje, que había sido una decisión “unilateral”, y que mejor continuara su recorrido… para llegar a los lugares donde tenían trabajo político o les interesaba hacerlo.
Pero la actitud de est@s “compañer@s” fue superada por la actividad solidaria de la mayoría de La Otra. En todo México, y en más de 50 países del mundo, la demanda por la libertad y la justicia para l@s pres@s de Atenco resonó con muchos colores.
6.- Indios versus mestizos y provincia versus DF.- Si el EZLN había previsto para La Otra un paso pausado y alargado (con una o dos plenarias por año), en los meses de mayo y junio del 2006 hubo hasta 4 plenarias, todas en el D.F., puesto que ahí se concentraron buena parte de las actividades para Atenco.
Y en esas reuniones, los “profesionales de las asambleas” maniobraron para convertirlas en instancias de decisión, sin importar que eso hacía a un lado uno de los propósitos esenciales de la Sexta: tomar en cuenta a tod@s. Convocadas para lo de Atenco, las asambleas quisieron ser manipuladas por algunas organizaciones, grupos y colectivos, primordialmente del D.F., para tomar decisiones y definiciones… que les convenían a ell@s. Y esa lógica se generalizó.
Algunas discusiones y decisiones eran, por decir lo menos, ridículas. Por ejemplo, en una de las plenarias, alguien que tiene trabajo cultural con la lengua náhuatl, propuso que el náhuatl fuera el idioma oficial en el país y que se le entregara al EZLN (que está formado, en un 99.99% por indígenas que hablan lenguas de raíz maya) el documento. La asamblea votó por aclamación que sí. De esta forma, la plenaria de La Otra decidía tratar de imponer lo que no habían podido lograr los aztecas, los españoles, los gringos, los franceses, los etcéteras, y todos los gobiernos desde la época de la Colonia: despojar a las comunidades zapatistas de su lengua original… que no es el náhuatl. En una asamblea posterior, la mesa pretendía poner a discusión si los pueblos indios eran un sector o no… sin que l@s compañer@s indígenas hubieran dicho nada. Después de 500 años de resistencia y lucha, y a 12 años del alzamiento armado zapatista, la asamblea iba a discutir qué eran los pueblos indios… sin darles la palabra.
Si la represión en Atenco nos obligó a responder organizadamente como movimiento, el vacío creado por la falta de definiciones básicas (como el lugar del debate, y la forma y modo de la toma de decisiones) corre el peligro de ser llenado por las propuestas y “modos” de quienes se diferencian del resto de adherentes, no sólo en que pueden estar presentes en las asambleas, también en que pueden aguantar horas y horas esperando el momento oportuno (o sea, cuando van a ganar) de votar su propuesta… o el de reventar la votación con “mociones” (cuando van a perder).
En una asamblea vale el que habla, no el que trabaja. Y el que habla castilla. Porque si sólo habla lengua indígena, los “españolistas” aprovechan para ir al baño, comer o dormitar. L@s zapatistas hemos revisado la Sexta y en ningún punto se dice que, para ser adherente, hay que saber español… u oratoria. Pero, en las asambleas, la lógica de esas organizaciones, grupos y colectivos así lo ha estado imponiendo.
Y hay más. En esas asambleas se votaba a mano alzada. Y da la casualidad que, como son en un punto geográfico (digamos el DF), La Otra en estados y regiones envía delegados con el pensamiento que acordaron los adherentes de esos lugares. Pero a la hora de votar, esto no se tomaba en cuenta. Para la asamblea valía igual el voto de un delegado estatal o regional, que el de uno que era parte de un grupo o colectivo. Y había compañer@s que tenían que viajar días enteros para llegar a la asamblea, pero ésta establecía que debía sujetarse a los mismos 3 minutos de intervención que tenía una persona que había llegado en metro a la sede de la reunión. Y, si el delegado estatal o regional tenía que marcharse porque le esperaban días de camino para llegar a su tierra, y no podía quedarse hasta el final de la asamblea (cuando la mesa -como en la plenaria del 1 de julio- estaba votando resolutivos con puros adherentes del D.F. -agolpados en la puerta porque ya estaban apagando las luces del local-), pues ni modos. Y si el resolutivo estaba acordando que habría otra asamblea en 15 días, ahí en el DF, y el o la compa era delegad@ de una comunidad indígena, pues que le apurara a llegar a su pueblo y le impusiera el tiempo de la ciudad a un pueblo indio que entró a La Otra porque pensó que era el lugar donde sería respetado su modo… y su tiempo.
Las acciones y actitudes de esos grupos y colectivos (que son minoritarios en la Otra del DF y nacional, pero hacen bulla como si fueran mayoritarios), provocó la aparición de dos tendencias que son visibles dentro de La Otra:
.- Que algun@s compas de provincia identifiquen a l@s defeños con esa forma autoritaria (disfrazada de “democrática”, “antiautoritaria” y “horizontal”) y gandalla de participar, discutir y tomar acuerdos. Sin ser parte de esa forma de “reventar” las reuniones, la mayoría de l@s compas del DF es incluida como objeto de repudio.
.- Que compas del Congreso Nacional Indígena identifiquen los desprecios y torpezas de esos grupos como “modo” de todos los mestizos. Porque si alguien sabe estar, discutir y acordar en una asamblea, son los pueblos indios (y rara vez llegan a votar para ver quién gana). Otra injusticia, porque la inmensa mayoría de l@s no indígenas de la Otra respetan a los indígenas.
Ambas tendencias son injustas y falsas. Pero el problema está, pensamos l@s zapatistas, en que las asambleas permiten ese engaño, a saber, que algunos grupos, colectivos u organizaciones presenten como de tod@s, o de la mayoría, sus modos sucios y deshonestos de discutir y acordar.
No. L@s zapatistas pensamos que las asambleas son para informar y, en todo caso, para discutir y acordar cuestiones operativas, no para discutir, acordar y definir.
Pensamos también que fue un error nuestro, del EZLN, el no haber abordado desde un principio de La Otra lo de la definición de los espacios y mecanismos para la información, el debate y la toma de decisiones. Pero señalar y reconocer nuestras deficiencias como organización y como movimiento no resuelve los problemas. Siguen faltando esas definiciones básicas. Sobre esto, sobre los llamados “6 puntos”, haremos una propuesta en el capítulo final de estas reflexiones.
7.- Otro “problema”.- Ha sido señalada por algunos colectivos y personas la crítica al “protagonismo” y “autoritarismo” del Sup. Comprendemos que algun@s se sientan ofendidos por la presencia de un militar (aunque sea “otro”) en La Otra, puesto que es la imagen de la verticalidad, el centralismo y el autoritarismo. Dejando de lado que estas personas “se saltan” lo que el EZLN y su lucha representan para millones de mexican@s y de personas en todo el mundo, les decimos que no hemos “usado”, en beneficio propio, la autoridad moral que se han ganado nuestros pueblos en más de 12 años de guerra. En nuestras participaciones en La Otra, hemos defendido con lealtad a quienes la integran… aunque no estemos de acuerdo en sus símbolos y posiciones.
Con nuestra voz hemos defendido la hoz y el martillo de l@s comunistas, la @ sobre fondo negro de anarquistas y libertarios, a l@s skinheads , a l@s punks, a l@s darket@s, a la banda, a la raza, a l@s autogestionari@s, a l@s trabajador@s sexuales, a quienes promovían la abstención electoral o la anulación del voto o que no importara si se votaba o no, al trabajo de los medios alternativos, a quienes usan y abusan de la palabra, a l@s intelectuales que están en La Otra, al trabajo político silencioso pero efectivo del Congreso Nacional Indígena, al compañerismo de organizaciones políticas y sociales que, sin alardear, han puesto TODO lo que tienen en La Otra y en la lucha por la libertad y la justicia para l@s pres@s de Atenco, al libre ejercicio de la crítica, a veces soez y altanera (como la que se hace a organizaciones sociales y políticas del DF que ponen el espacio, las sillas y el equipo de sonido para actos y reuniones de La Otra, y por eso se les acusa… ¡de protagonismo!), o, no pocas veces, fraternal y compañera.
Y también hemos recibido, contra nosotr@s, verdaderas estupideces, disfrazadas de “críticas”. No hemos respondido a ellas… todavía. Pero las hemos diferenciado de las que se hacen, honestas, para señalar nuestros errores y hacernos mejores.
8.- Tendencias frente a la movilización postelectoral de AMLO.- El fraude electoral perpetrado en contra de López Obrador, produjo, entre otras cosas, el surgimiento de una movilización. Nuestra posición frente a esto la diremos después. Ahora señalamos algunas de las posiciones que, según hemos visto, se presentan en La Otra Campaña:
.- Está la posición deshonesta y oportunista de algunas, pocas, organizaciones políticas de izquierda. Ellas sostienen que estamos ahora frente a un momento histórico y pre-insurreccional ( un parte aguas, mano, y con esta lluvia lo que se necesita es un paraguas ), pero que AMLO no es un líder que sabrá conducir a las masas al asalto del palacio de invierno… bueno, de palacio nacional. Pero para eso están las vanguardias concientes por quienes esperan y suspiran las masas que ahora convoca el perredista.
Entonces se sumaron al plantón y a las movilizaciones lopezobradoristas “para crear conciencia en las masas”, “arrebatar” el movimiento a esa dirección “reformista” y “claudicante”, y llevar la movilización “a un estadio superior de lucha”. Tan pronto juntaron sus dineritos, declararon “muerta y difunta” a La Otra Campaña ( ¿Marcos? ¡bah!, un cadáver político ), se compraron su carpa o tienda de campaña y se instalaron en el plantón de Reforma. Ahí llamaron a juntar víveres.
No, no para l@s compas que, en condiciones heroicas, mantienen el plantón de Santiaguito en apoyo a l@s pres@s de Atenco, sino para el plantón lopezobradorista .
Ahí organizaron conferencias y mesas redondas, y distribuyeron volantes y periódicos “revolucionarios” con “profundos” análisis sobre la coyuntura, la correlación de fuerzas y el surgimiento de frentes de masas, coaliciones populares… ¡y más promotoras y diálogos nacionales! ¡Hurra! ¡Sííííííí!
Y, bueno, ahí esperaron pacientemente a que las masas se dieran cuenta de su error (de las masas, claro) y aclamaran su claridad y determinación (de esas organizaciones, claro), o a que López Obrador, o Manuel Camacho, o Ricardo Monreal, o Arturo Núñez acudieran a ellos en busca de consejo, orientación, apoyo, d-i-r-e-c-c-i-ó-n ,… pero nada.
Después asistieron impacientes a la CND para aclamar y proclamar a AMLO como presidente legítimo.
Ahí mismo aceptaron sin chistar la dirección y el control político de, entre otros “insignes” “revolucionarios”: Dante Delgado, Federico Arreola, Ignacio Marván, Arturo Nuñez, Layda Sansores, Ricardo Monreal y Socorro Díaz (si encuentra alguno que no haya sido priísta, se ganará un premio), es decir, los pilares fundamentales de la “nueva” república, la “nueva” generación del futuro “nuevo” partido político (¡chin! ¿me estoy adelantando?).
Las masas se fueron ahora a sus casas, a sus trabajos, a sus luchas, pero estas organizaciones sabrán esperar el momento oportuno… ¡y le arrebatarán a López Obrador la dirección del movimiento! (¡já!)
Lo que sea de cada quién, ¿a poco no son conmovedoras?
.- También está, dentro de La Otra, una tendencia honesta que se encuentra preocupada sinceramente por el “aislamiento” que pudiera representar el no sumarse a la movilización de AMLO. Suponen que es posible apoyar la movilización, sin que eso represente apoyar al perredista. Ell@s analizan que hay ahí gente de abajo, y que hay que acercarse a ella porque nuestro movimiento es con y para l@s de abajo, y porque si no lo hacemos habremos de pagar un alto costo político.
9.- La Otra realmente existente.- Y está la tendencia que, según lo que hemos visto y escuchado, es la mayoritaria dentro de La Otra Campaña. Esta posición (que es también la nuestra como zapatistas), sostiene que la movilización lopezobradorista no es nuestra pista y que hay que seguir mirando abajo, creciendo como La Otra, sin buscar a quien dirigir y mandar, ni suspirar por quien nos mande y dirija.
Y esta posición sostiene claramente que no han cambiado las consideraciones que alientan a la Sexta Declaración, es decir, nacer y crecer un movimiento desde abajo, anticapitalista y de izquierda.
Porque, fuera de esos problemas que detectamos y señalamos, y que se localizan y focalizan en algun@s compas dispersos en varios puntos del país (no sólo en el DF) y en esas pocas organizaciones (que, ahora lo sabemos y entendemos, nunca han estado ni estarán sino donde hay masas… esperando a una vanguardia), La Otra en todo el país sigue su andar y no abandona ni su camino ni su destino.
Es La Otra de las presas y presos polític@s de Atenco, la de Ignacio Del Valle, Magdalena García, Mariana Selvas y todos los nombres y rostros de esa injusticia.
Es La Otra de tod@s l@s pres@s polític@s en Guanajuato, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Puebla, Hidalgo, Jalisco, Guerrero, Estado de México, y en todo el país; La Otra de Gloria Arenas y Jacobo Silva Nogales.
Es La Otra del Congreso Nacional Indígena (región Centro-Pacífico), que extiende sus contactos a las penínsulas de Yucatán y de Baja California, y al noroeste, y crece.
Es La Otra que en Chiapas florece sin perder identidad y raíz, logra organizar y articular zonas y luchas que habían permanecido separadas, y avanza en la explicación y definición de la otra lucha de género.
Es La Otra que en grupos y colectivos culturales y de información sigue demandando la libertad y la justicia para Atenco, que fortalece sus redes, que arranca músicas para otros oídos y baila con otros pies.
Es La Otra que en el plantón de Santiaguito se mantiene y se convierte en una luz y un mensaje para nuestr@s compañer@s pres@s: “no l@s olvidamos, l@s sacaremos”.
Es La Otra que en organizaciones políticas de izquierda y sociales anuda más sus relaciones y compromisos con una nueva forma de hacer política.
Es La Otra que en los estados del norte de México, y al otro lado del río Bravo, no se detuvo a esperar a la Comisión Sexta y siguió trabajando.
Es La Otra que en Morelos, Tlaxcala, Querétaro, Puebla, la Huasteca Potosina, Nayarit, Estado de México, Michoacán, Tabasco, Yucatán, Quintana Roo, Veracruz, Campeche, Aguascalientes, Hidalgo, Guerrero, Colima, Jalisco, el Distrito Federal, aprende a decir “nosotr@s” luchando.
Es La Otra que en Oaxaca hace crecer, abajo y sin protagonismos, el movimiento que ahora asombra a México.
Es La Otra de l@s jóven@s, las mujeres, l@s niñ@s, l@s ancian@s, los homosexuales, las lesbianas.
Es La Otra del pueblo de Atenco.
Es La Otra, algo de lo mejor que han parido estas tierras mexicanas.
(Continuará…)
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Comisión Sexta del EZLN.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Septiembre del 2006.