presos políticos
Silenciamiento de la solidaridad con Palestina provoca boicot contra empresas
Fuente: Avispa Midia
Por Santiago Navarro F
Mientras que Israel endurece el bombardeo hacia la Franja de Gaza asegurando que ha realizado al menos 320 ataques a objetivos militares del grupo armado Hamás, los medios y periodistas locales aseguran que la mayoría de los ataques han sido dirigidos hacia casas-habitación, escuelas, hospitales y centros civiles.
Los ataques de Israel han dejado al menos 5 mil muertos y, de ellos, se contabilizan 2 mil niños y niñas, según los medios palestinos. Solo en las últimas 24 horas se han reportado más de medio millar de personas muertas. Suman también 21 periodistas perecidos mientras cubrían los hechos según datos del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
La solidaridad hacia el pueblo palestino va en aumento. Estallan cientos de protestas en diversas partes del mundo exigiendo que se detenga el bombardeo israelí.
Desde los Estados Unidos, donde su gobierno ha respaldado políticamente y con armas a Israel, diversas colectividades han convocado a realizar múltiples acciones organizadas para exigir un alto al fuego hacia Gaza. Hacen un llamado a boicotear a empresas que apoyan a Israel como Amazon, Google, entre otros, además de medios de comunicación masivos.
Desde Washington D.C., la organización La Mayoría Creciente (The Rising Majority) ha exigido que el presidente Joe Biden y el Congreso de EEUU pidan un alto al fuego inmediato en Gaza.
“Somos personas de conciencia, que nos unimos por encima de credos, razas y generaciones, para decirle al presidente Biden y al Congreso que tienen que tomar una decisión: defender el valor de la vida humana y reducir la violencia o seguir apoyando la masacre del pueblo palestino por parte del gobierno israelí”, ha expresado la organización.
De la misma forma, La Red Media Justice ha emitido una declaración en solidaridad con la resistencia palestina y ha denunciado la complicidad de las grandes empresas tecnológicas con lo que llaman “el apartheid israelí”.
Denuncian los cortes de internet, la desinformación, la tecnología de vigilancia utilizada por Amazon y la policía desplegada en Gaza y el silenciamiento de la disidencia. “Estamos viendo en tiempo real los peligros de un entorno mediático y tecnológico que funciona con impunidad en nombre del interés del colonialismo”, puntualiza la Red.
Esta organización va más allá al señalar a las corporaciones de los medios de comunicación que vinculan a todo el pueblo Palestino con los actos realizados por Hamás, creando una narrativa que desinforma.
“Existe un largo historial de medios de comunicación que han fallado a comunidades históricamente marginadas, comunidades de color y a sus historias de resistencia. Las narrativas raciales del colonialismo justifican la violencia infligida a los palestinos. Sabemos que los medios de comunicación y la tecnología son así. Los grandes medios de comunicación representan al poder, eligen quién puede contar sus historias y quién puede representar sus intereses”, asevera la La Red Media Justice.
Así mismo, otras colectividades relacionadas con el uso de diversas tecnologías, como La Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC), el Centro de Derechos Constitucionales y diversas organizaciones de la sociedad Civil exigen a las empresas tecnológicas, sobre todo a las de redes sociales, que respeten los derechos básicos de la información.
La APC cita al Centro Árabe para el Avance de los Medios Sociales, quién documentó en días pasados que al menos 19 mil tuits, de un total de 23 mil mensajes en hebreo de la plataforma “X”, incluía, entre otras cosas, “incitación al odio y racismo contra los palestinos. Por otra parte, diferentes plataformas de medios sociales están inundadas de desinformación, lo que contribuye a etiquetar, deshumanizar y estereotipar a los palestinos”, dice APC.
La Red Media Justice ha registrado que, Amazon Web Services (AWS) y Google, firmaron desde 2021 un contrato de 1.200 millones de dólares con el gobierno de Israel para un proyecto emblemático llamado “Proyecto Nimbus”, con el fin de proporcionar un “ecosistema” de servicios en la nube para el gobierno israelí.
Los dos gigantes tecnológicos ganaron, en el año 2021, los concursos públicos para construir y proporcionar a Israel sus centros de datos y servicios regionales basados en la nube. Este proyecto permitirá a los órganos de gobierno israelíes transferir sus datos alojados la nube proporcionados por Google y AWS en Irlanda, Holanda y Fráncfort. Este proyecto esta pensado a gran escala, dirigida conjuntamente por la Administración de Contratación Pública de la División del Contable General y la Agencia Digital Nacional, junto con la Dirección Nacional Cibernética de Israel, el Departamento de Presupuestos del Ministerio de Hacienda y el Departamento de Gobernanza y Asuntos Sociales de la Oficina del Primer Ministro.
Para los activistas de la Red Media Justice, Nimbus está diseñado para ampliar las capacidades de inteligencia artificial de Israel, “incluidas las utilizadas para vigilar a los activistas palestinos, vigilar la frontera de Gaza, obligar a los palestinos a abandonar sus tierras y operar el sistema de seguridad Cúpula de Hierro de Israel”.
Tras la firma de este convenio surgió en EEUU el movimiento #NoTechForApartheid, quienes han logrado recabar más 40 mil firmas de ciudadanos estadounidenses, a través del cual exige a Google y Amazon que “dejen de tratar con el régimen de apartheid israelí y se retiren del proyecto Nimbus”, señalan los integrantes de esta campaña.
“Por eso nos solidarizamos con nuestros compañeros de Mpower Change y Jewish Voices for Peace en la campaña #NoTechforApartheid, que ha organizado a cientos de estudiantes, trabajadores tecnológicos y activistas para que las empresas tecnológicas rindan cuentas por suministrar tecnología para la guerra y la violencia de Estado”, puntualiza la Red.
Esta Red ha trabajado en el informe Open for Business del Departamento de Seguridad Nacional, que pone de relieve la inversión de las grandes empresas tecnológicas en la potenciación de la policía local. “Utilizan el reconocimiento facial, las cámaras corporales y otras formas de vigilancia tecnológica”, denuncia el colectivo.
En las multitudinarias protestas se han sumado las voces de miles de personas desde Francia, Chile, Filipinas, Egipto, Sarajevo, Herzegovina, Uruguay, Irlanda a Escocia, del Reino Unido, Alemania, Italia, España, Francia a Polonia, de Rumanía a Bosnia, de Dinamarca a Bélgica, Australia, Canadá, EEUU y México, donde se han movilizado miles de personas que exigen un alto a los ataques contra Palestina.
Los activistas advierten que hay personas que están siendo intimidadas en línea para reducir el apoyo público a Palestina, incluso, usando el llamado “doxxing” que es una forma de acoso en línea que consiste en exponer públicamente el nombre real, la dirección, el trabajo y otras informaciones personales.
“La solidaridad pro-palestina está siendo activamente silenciada a través de algoritmos de redes sociales, la manipulación de los medios de comunicación, la magnificación de la retórica racista y el doxxing activo de individuos y organizaciones que se atreven a hablar”, arremete La Red Media Justice
La Red apela al derecho a la información y a la libertad de expresión como algo fundamental y básico para la dignidad de todas las personas.
Fin al veto imperial en el Consejo de Seguridad de la ONU
Fuente: Avispa Midia
Por Andrés Kogan Valderrama
Mientras seguimos siendo testigos de la masacre contra civiles y la destrucción completa de la Franja de Gaza de parte del Estado de Israel, luego de la matanza indiscriminada de Hamás contra judíos hace unos días, no se ve ninguna posibilidad de salida pacífica a este horroroso conflicto entre fanáticos religiosos y colonialistas.
Esto luego que Estados Unidos vetara una propuesta de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía una pausa humanitaria en Gaza (1), lo que muestra una vez más del fracaso de tal organismo en contribuir en algo a la paz mundial, como ha pasado históricamente desde su fundación, que no fue otra cosa que el reparto imperial del planeta de las potencias victoriosas de la segunda guerra mundial.
De ahí que no debe sorprender que el Consejo de Seguridad sea un organismo de papel finalmente, controlado por cinco integrantes con capacidad de veto a las resoluciones (Rusia, Estados Unidos, China, Gran Bretaña y Francia), los cuales lo han aplicado en innumerables ocasiones, para proteger sus intereses geopolíticos, a costa de la vida de los pueblos.
En cuanto a ejemplos históricos de vetos hay muchos, siendo Rusia el país que más lo ha aplicado, para seguirle luego Estados Unidos, en donde ambos directa o indirectamente han protegido dictaduras, invasiones y verdaderas masacres que han ocurrido en diferentes países, bloqueando la posibilidad de construir un mundo democrático y con respeto pleno de los derechos humanos.
En consecuencia, las cinco potencias imperiales han protegido y validado múltiples horrores de lesa humanidad, como fue el régimen de Apartheid de Sudáfrica, la invasión de George W. Bush a Irak, la feroz represión en Siria de parte de Bashar al-Ásad, la invasión de Vladimir Putin a Ucrania y la colonización sionista de Palestina, quedando completamente impune sus responsables.
Pero lo que mas desconcierta es tener que ver y leer a sectores tanto de izquierda como de derecha en distintos lados en el mundo, criticar los horrores de unos y proteger los de otros, cuando son exactamente lo mismo en términos de crímenes de lesa humanidad y violación a los derechos humanos.
Por eso que me parece inconcebible no empatizar de la misma manera con lo que está pasando con el pueblo ucraniano y palestino, quienes han sido humillados, destruidos y aniquilados por Estados asesinos, que usan todo su armamento y su propaganda para justificar sus genocidios y convencer a muchas personas, que pareciera que no vieran a la humanidad como un todo.
Dicho lo anterior, y ante una inminente amenaza nuclear, así como vamos, llegó el momento de pensar en ponerle fin al veto imperial de estos cinco países y refundar de manera estructural el Consejo de Seguridad, para que de una vez por todas la voz de los pueblos y de las personas moderadas sean escuchadas alguna vez.
Basta de aceptar discursos de odio racistas que inferiorizan y animalizan a pueblos enteros, como pasa con sectores de ultraderecha, pero también basta de la retórica de la celebración de una nueva multipolaridad y de un antiimperialismo de idiotas que valida el autoritarismo y la represión de ciertos gobiernos, como pasa con sectores de extrema izquierda, ya que solo alimentan el fanatismo, el odio y la deshumanización del otro.
En definitiva, ya tocamos fondo y no podemos seguir con la misma burocracia internacional de Naciones Unidas, que se quedó sin ninguna posibilidad de injerencia real frente a tanta aberración cometida por gobernantes corruptos y criminales, que debieran ser juzgados, condenados y encarcelados por todo el daño que le han hecho a la humanidad.
¿Cuantas más muertes y tragedias humanitarias vamos a tener que seguir aguantando, para que el respeto por la vida se ponga en el centro de todo y esté por encima de cualquier tipo de interés particular y de sistemas políticos y económicos inhumanos, que no respetan mínimos democráticos y un piso básico de convivencia pacífica?
(1) cnnespanol.cnn.com/2023/10/18/ee-uu-veta-peticion-del-consejo-de-seguridad-para-una-pausa-humanitaria-en-la-guerra-de-israel-y-hamas/