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Mumia Abu-Jamal

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Mumia Abu-Jamal

(Español) La música del movimiento – Por Mumia Abu-Jamal

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Hace varias semanas, un estudiante de música me preguntó sobre el movimiento de resistencia que ha crecido después de la victoria electoral de Trump. Le dije que yo sabía que iba a florecer, debido a las reflexiones musicales que muestran lo que está en el corazón de la gente.

Desde los fuegos de Ferguson, hemos visto una explosión de expresiones artísticas y musicales, especialmente en el mundo de rap.

La canción “War Zone” (Zona de guerra) del rapero sureño T.I. con su coro de “Hands up, Can’t breathe” (Manos arriba. No puedo respirar) se refiere a los asesinatos en aquella iglesia en Charleston, a Alton Sterling, a Philando Castille y a muchos más. https://www.youtube.com/watch?v=meLrbxURObs

El rapero Nas de Nueva York, acompañado por Raye, canta “War,” de El nacimiento de una nación, la reciente película sobre la rebelión de esclavos liderada por Nat Turner en el siglo diecinueve. Según las letras, la canción es una declaración de guerra. https://www.youtube.com/watch?v=zuG8mdf2j1M

La canción “Hands up” (Manos Arriba) de Uncle Murda, con Maino y Jay Watts, es un desesperado llamado a venganza contra la represión policiaca y a resistencia contra el encarcelamiento masivo de la América Negra. https://www.youtube.com/watch?v=yMSGjKf7JZE

Tal vez la canción mejor conocida es el tema musical de la película Selma, cantada por John Legend con el rap de Common, de Chicago. “Glory” es una majestuosa obra de arte musical que relaciona el terror y brutalidad policiaca contra el derecho de votar en Selma con las más recientes luchas en Ferguson, Misuri. https://www.youtube.com/watch?v=KnIozPJWTPM

La música surge de movimientos sociales, dando vida, energía e inspiración a las luchas que vienen.

Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.

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(Español) James Baldwin: guerrero de la palabra -texto de Mumia Abu-Jamal

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Nació en el Hospital Harlem, Nueva York, el 2 de agosto, 1924, por extraño que parezca, el mismo año en el que mi madre nació en el Sur de Estados Unidos.

Su nombre era James Arthur Jones al nacer de una madre bendecida con el regalo de la fertilidad, y de un padre que él nunca conoció.

A la tierna edad de tres años, su nombre fue cambiado por su padrastro, quien le regaló el apellido «Baldwin», un nombre que ha resonado en el mundo literario y el mundo de los negros, y que vivirá mucho tiempo después de que él vivió su vida.

Su padrastro luchó para enseñarle la Biblia, y durante tres años difíciles, James asintió y se volvió un joven predicador que ganaba almas en Harlem, hasta que ya no pudo aguantar más.

Eso fue porque él sabía, a la tierna edad de doce años, que sería escritor. Ganaba premios en la escuela por su arte de la palabra. Leía (y releía) novelas como Uncle Tom’s Cabin (La cabaña del Tío Tom) y A Tale of Two Cities (Historia de dos ciudades), mientras mecía a un bebé con una mano y acunaba un libro con la otra, según lo que él escribió después.

Sus primeras maestras reconocieron su facilidad de palabra a una temprana edad y lo animaron a escribir.

Años después, él escribía con aguda percepción y un ingenio mordaz sobre todo a su alrededor. Sus colegas escritores, otros libros, películas y obras de teatro se convirtieron en grano para su molino que no dejaba de trabajar.

Más adelante, él  diseccionó La Cabaña del Tío Tom, tanto por estar mal escrito, como por su insípida narración sin derramamiento de sangre de una historia que requería de valor y vitalidad para reflejar los profundos y eternos horrores del sistema estadounidense de la esclavitud —y sus repercusiones tortuosas.

En uno de sus primeras obras críticas (La novela de protesta de todos) reproducida en Notes of a Native Son, (Notas de un  hijo nativo), Baldwin hace pedazos La cabaña del Tío Tom, y también del éxito innovador de Richard Wright,  Hijo nativo (Native Son).

Al condenar estas obras por no estar a la altura del desafío, Baldwin escribe:

Salen como lo que son; un espejo de nuestra confusión, deshonestidad y pánico, atrapadas e inmovilizadas en la soleada prisión del sueño americano… En fin, el objetivo de la novela de protesta es muy similar al celo de aquellos misionarios de alabastro enviados a África para cubrir la desnudez de los nativos, apresurarlos a llegar a los brazos pálidos de Jesús, y por lo tanto, a la esclavitud.

Esto sí, es el buen escribir.

Baldwin publicó esta reseña de libros en la primavera de 1949, en la revista Zero, y su estilo ardiente le ganó trabajo en The Nation, Commentary, The New York Times Book Review, y Harper’s. Muchas de las revistas en las que él escribió ya no existen.

Pero ese ardor, ese chisporroteo, esa despreocupación, marcó sus escritos, y especialmente sus novelas —sobre todo cuando abordó el río de raza.

Hombre de sus tiempos, Baldwin viajó extensamente, y vivió para ver cómo se vivía la vida en diferentes lugares, bajo distintos soles, por decirlo así. Conoció a algunos africanos en el extranjero (probablemente en Francia), e intentó aprender de ellos muchas cosas que no eran de fácil acceso para los negros en Estados Unidos.  Tal vez se ven iguales, o notablemente similares, pero su manera de ver y percibir el mundo es muy distinto. Uno busca ingresar al Estado Blanco, mientras el otro busca liberarse del Invasor Blanco.

En su ensayo Encuentro en el Seine, Baldwin toma nota de la manera en que los africanos francófonos ven a los franceses:

El africano francés viene de una región y manera de vivir —por lo menos desde el punto de vista estadounidense— sumamente primitiva, donde la explotación asume una forma más desnuda.  En París, el estatus del negro africano, conspicuo y sutilmente inconveniente, es el de un ser colonial; aquí vive la vida intangiblemente precaria de alguien que ha sido abruptamente y recientemente desarraigado. Su amargura es diferente de la de su pariente estadounidense en el sentido de que no es tan deslealmente probable que se vuelva en contra de sí. Tiene a unos pocos kilómetros de distancia una patria con la que su relación, como su responsabilidad, está totalmente clara. Su país tiene que recibir —o tomar— su libertad. Esta amarga ambición es compartida con otros seres coloniales, con los cuales él tiene un idioma en común y a quienes él no tiene el más mínimo deseo de evitar. De hecho, sin su sustento, él estaría casi totalmente perdido en París.

Por contraste, razona Baldwin, los negros en Estados Unidos se apuran a desafiliarse de otros negros, volviéndose solitarios, aislados y bien perdidos en lugares como París. El negro estadounidense (llamado «nigrou» durante la juventud de Baldwin), está tan profundamente alienado de las tierras, lenguajes y creencias de sus antepasados, por no mencionar la aguda alienación de las fuerzas en el poder en la tierra de su nacimiento, que es, para usar la frase profética (anotada varios años antes de ser el título de la obra clásica de Ralph W. Ellison) un «hombre invisible», tanto en París como en Harlem.

Las brillantes observaciones y análisis de Baldwin revelan un alma totalmente alienada, que, a decir verdad, no se siente en casa en ningún lugar; puede vivir en cualquier lugar, pero nunca encuentra seguridad, solacio o un verdadero sentido de comunidad. Pero Baldwin, siempre esforzándose a ser la excepción, y no la regla, regresó continuamente a París, donde podía vivir, trabajar y jugar de una manera que no era posible en Estados Unidos.

El regalo de Baldwin es su implacable afán de decir la verdad sobre los norteamericanos, tanto los negros como los blancos, que han estado encerrados durante siglos en un abrazo fatal, repelente, sin amor, y a veces amoroso. Cada quien es un desconocido para el otro, cada quien sabe lo que no se dice pero que se piensa en lo profundo, del otro.

Desde sus primeros días como crítico hasta su vida como novelista exitoso, Baldwin dice las verdades incómodas sobre lo que significa «América» y lo que no significa.

Su ojo es infalible, porque cita con verdad. Su lengua reprende la nación donde nació, la cual, en su práctica durante largos siglos, odia y teme a él y los suyos, acostumbrándose a los duraderos odios estadounidenses.

Ahora, a esta hora, en este día de conflicto, hace falta repetir sus percepciones, porque aun cuando algunas cosas han cambiado, hay que gritar la pura verdad: algunas cosas siguen igual.

El tiempo, al parecer, es un espejismo, el cual pasa, sin lugar a duda, pero se repite, como una banda de Mobius temporal, repitiendo horrores que se suponían eran del pasado, con nuevas formas insidiosas.

En su ensayo, Extranjero en la aldea, Baldwin prevé el ahora que estamos por heredar, al observar,  «El mundo ya no es blanco, y jamás será blanco de nuevo».

¿Él pudo prever el ascenso de una figura como Trump, que busca a más no poder «hacer América grandiosa otra vez» en una carrera loca hacia la década de 1950? Tal vez sí, tal vez no. Tal vez esta visión superó sus agudas percepciones.

Pero no apostaría por ello. Baldwin era un hombre que conocía y admiraba a Martin Luther King y Malcolm X.  Le dolió el rechazo  del Ministro de Información del Partido Panteras Negras, Eldridge Cleaver, debido a su preferencia sexual. Pero Baldwin, siendo Baldwin, también ha de  haber reflexionado sobre el dolor que sus propias reseñas ocasionaron a Richard Wright, un amigo mayor y mentor suyo.

En sus últimos años, la hepatitis casi acabó con él, pero sería el cáncer de esófago que lo devolvió a sus antepasados.

Sus palabras, su brillantez, su valor quedan, para nutrir vidas nuevas de gente más joven, animada tanto por su grandeza como por su vida gay.

James Arthur Baldwin se ha vuelto un antepasado; se ha hecho inmortal.

OBRA CITADA. Baldwin, J (1998). Collected Essays: Notes of a Native Son, Nobody Knows My Name, The Fire Next Time, No Name in the Street, The Devil Finds Work (Other Essays). New York: The Library of America.

–© ‘17maj

Discurso escrito 5 de julio de 2017.
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México

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Amig@s de Mumia de México

(Español) MARCHA Y MITIN POR LA LIBERTAD DE MUMIA EN FILADELFIA

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Volvieron a marchar ayer en Filadelfia por la libertad de Mumia Abu-Jamal. En particular, insistieron en que la Fiscalía entregue todos sus archivos que tienen que ver con la actuación del ex Fiscal/ex Juez Ronald Castille en su caso.

En una reciente decisión en el caso Williams vs Pensilvania, la Suprema Corte de Estados Unidos dictaminó que un juez no puede escuchar un caso en el que tuvo un papel importante como fiscal.

Castille era sub-Fiscal durante el juicio de Mumia en 1982 y Fiscal cuando su oficina se opuso a las apelaciones de Mumia en 1988. Cuando el caso de Mumia llegó a la Suprema Corte de Pensilvania, el entonces Juez Castille se negó a recusarse y negó todas las apelaciones de Mumia.

En una audiencia celebrada en el tribunal del juez Leon Tucker el 24 de abril de 2017, Mumia Abu-Jamal y otras 16 personas argumentaron que Ronald Castille hizo el papel de juez y parte en cada uno de sus casos—un conflicto de interés y violación de la Constitución.

El juez Tucker ordenó que la Fiscalía entregara antes del 30 de mayo todos los archivos que tienen que ver con la actuación de Ronald Castille en su caso de Mumia. Pero la Fiscalía sólo entregó unas 50 páginas de lo que ya era del record público.

El juez estableció una nueva fecha para la entrega de todos los archivos—el 7 de julio. La desconfianza total en la voluntad de la Fiscalía de cumplir con este requisito fue el motivo para la marcha de ayer y un mitin solidario en Oakland, California.

También hay una campaña internacional de hacer presión a través de actividades y llamadas telefónicas para exigir la entrega de los archivos necesario para fundamentar una nueva apelación. La presión pública podría resultar la revocación de la sentencia de culpabilidad de Mumia y su libertad.

Hagamos llamadas a 001-215-686-8000 a la sub-Fiscal Kathleen Martin con este mensaje:

Please turn over all files about the role of Ron Castille in the case of Mumia Abu-Jamal.

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Prison Radio

Mumia Abu-Jamal: The Fall

The-Pitt-Panther-Art-Attack-art-by-Peter-Kamau-Mukuria-Comrade-Pitt-0517-web

Listen here:
(Descarga aquí)  

It has been exceedingly difficult to write about the Trump presidency, seemingly crumbling before our eyes. In part that’s because of the sheer pace of new revelations, scandals superseded by new scandals, the inane utterances – and tweets – of the president, a daily cascade of craziness.

Part of this is the news media, which rushes at us on a 24-hour clock, with no sense of cessation. Part of it is Trump’s sheer obsession with social media and his unique ability to undermine his own spokespersons with a tweet.

We are in the midst of the latest reality show – The Trump Show! – featuring Donald J. Trump, a manic superstar who hasn’t decided whether to host a comedy or a tragedy, but has seemingly settled for farce. One recent New York Times editorial mused about being a nation ruled by a child, a petulant, ill-mannered, tantrum-prone 6-year-old playing emperor of the world.

In the space of a quarter of a year, Trump has led his administration into the morass of the Russia trap.

His country, by the way, suffers from Trump-induced exhaustion. His party (The Trump Party) appears to be a union of maniacs.

Their central program? To defend a president who seems unable or unwilling to defend himself.

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Mumia Abu-Jamal

(Español) Michael África: integrante de MOVE

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Michael África: integrante de MOVE

 

Por Mumia Abu-Jamal

Hace muchos años cuando yo trabajaba en una estación de radio orientada a la comunidad negra en Filadelfia, conocí a Mike África, quien llegó a la estación para hacer una entrevista, junto con Delbert, Eddie y varios otros integrantes de MOVE.

Me acuerdo de haberle preguntado a Mike cómo llegaron. ¿En autobús? me imaginé. Mike me vio y dijo con calma: “No, venimos corriendo.” Lo dijo tranquilamente, como si me estuviera diciendo la hora.

Me asombró porque la distancia entre su casa central en Filadelfia Oeste, ubicada en la Calle 33, esq. Avenida Powelton, y los estudios de WHAT-AM, en Fairmount Park, tenía que ser alrededor de 16 kilómetros.

Michael África es un corredor nato, quién corre como otras personas caminan. Desde agosto de 1978, ha estado corriendo alrededor de los jardines de las prisiones de Pensilvania porque él, como los demás hombres y mujeres de MOVE condenados bajo cargos falsos, ha estado enjaulado desde entonces.

Mike habla de sus esfuerzos para salir de prisión:

“Después de esperar 5 meses, por fin recibí una respuesta del Consejo de Libertad Condicional. Negaron mi petición por la octava vez, con los mismos pretextos: no declarar culpabilidad, no expresar remordimiento, recomendaciones negativas del juez original del caso, recomendaciones negativas del fiscal. (Lo del juez original es un pretexto nuevo. Tuvieron que esforzarse en encontrarlo porque él ha estado muerto durante 30 años.)” 

Según Michael, las “audiencias” son pura farsa. Él explica lo que realmente pasa con gente de MOVE en estos procesos:

“No estamos en prisión por el crimen por el que nos condenaron. Estamos en prisión por nuestra resistencia, por reclamar nuestro derecho a la auto-determinación, por mantener nuestra creencia en la libertad de acuerdo con el ejemplo que nos dio nuestro fundador John África. Como ellos bien saben, esto no tiene nada que ver con armas, sino todo que ver con un compromiso con la libertad para todas formas de vida.

 “Como el mismo John Africa explicó en su declaración final en el juicio conocido como “John Africa vs. el sistema; “He sido un revolucionario toda mi vida, desde que pude entender la palabra ‘revolución.’ He sido un revolucionario porque ¿no ven? Revolución simplemente significa ‘girar, generar, activar’. No significa ser malo y matar a la gente o bombardear a la gente. Significa hacer lo correcto. Si el mundo no se revolucionara, todo se detendría. Si tus pulmones no se revolucionaran, tú te detendrías. No recibiste tu corazón de este sistema. Recibiste tu corazón de la referencia a la vida y en esta quieren obligarnos a dejar de creer.”

“Es la única arma que tenemos. Es la única arma que necesitamos.

Y es la única fuerza que MOVE ha usado contra el sistema. La verdad.

 ¡Viva John África!”

Las palabras de Michael Africa, integrante de MOVE.

Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.

 

–©’17maj

26 de marzo de 2017

Audio grabado por Noelle Hanrahan

http://www.prisonradio.org/media/audio/mumia/his-name-michael-africa-245-mumia-abu-jamal

Texto circulado por Fatirah Litestar01@ aol.com

Traducción: Amig@s de Mumia de México

Fotografía: Orie Lumumba

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Amig@s de Mumia de México

(Español) CDMX: Evento solidario con MOVE, 11 de mayo

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Les invitamos a la proyección del excelente documental “MOVE”, narrado por Howard Zinn, HOY JUEVES 11 de Mayo en el café La Luciernaga, Isabel la Católica 109, Col. Centro, a las 7 pm. También tendremos una exposición del arte de Phil África.

El documental de 55 minutos, hecho en 2003 por los directores Ryan McKenna y Ben Garry de Cohort Media en Filadelfia, habla de la fundación de MOVE a principios de los ’70 por John África, sus actividades anti-sistémicas en defensa de la vida natural, animal y humana, los dos actos de guerra urbana contra la organización, y sus presos y presas políticas que ahora tienen casi 39 años tras las rejas.

El evento se hace en solidaridad con un importante Congreso celebrado por MOVE los días 5, 6 y 7 de mayo de este año en Filadelfia.

El 8 de agosto de 1978, la casa colectiva de MOVE fue atacada por 500 policías, y nueve de sus integrantes fueron detenidos por la muerte del policía James Ramp, en realidad matado por “fuego amigo”.

El 13 de mayo de 1985, el gobierno de la ciudad de Filadelfia lanzó una bomba sobre la casa de MOVE, provocando un incendio, asesinando a 11 personas incluyendo 5 niñas y niños, y quemando 62 casas alrededor.

El 8 de agosto de 2017, las mujeres y los hombres conocidos como “los 9 de MOVE” cumplirán 39 años tras las rejas en el estado de Pensilvania, condenados a desde 30 a 100 años en prisión por el asesinato del policía. Después de cumplir su sentencia mínima en 2008, los presos han sido elegibles para la libertad condicional. Sin embargo, el Consejo de Libertad Condicional, controlado por la policía, sigue inventando pretextos para negarles su libertad.

Ahora, en realidad, son siete que quedan del grupo original después de las muertes demasiado sospechosas en manos del Estado de Merle África el 22 de marzo de 1998 y Phil Africa el 10 de enero de 2015. Son Delbert, Janet, Janine, Debbie, Eddie, Mike y Chuck Africa.

El periodista Mumia Abu-Jamal empezó a cubrir los juicios de los integrantes de MOVE en los años 70. Después de que el juez Malmed sentenció a los 9 hombres y mujeres de MOVE, Mumia llamó a un talk-show en el cual el juez habló del proceso. Le preguntó: “¿Quién mató a James Ramp?” El juez contestó: “No tengo la menor idea. Ellos se consideraban como una familia y yo los encontré culpables como una familia”.

Dice Mumia: “Ellos fueron condenados por ser unidos, no en la delincuencia, sino en rebelión contra el sistema y en resistencia contra los ataques armados del estado. Fueron condenados por ser integrantes de MOVE”.

¡Libertad para lxs 9 de MOVE!

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Mumia Abu-Jamal

(Español) Mumia Abu-Jamal confirma inicio de tratamiento

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EL INICIO…

Por Mumia Abu-Jamal

Ya se inició.

Hoy marca mi segundo día en el régimen de tratamiento con las drogas anti-virales de acción directa (DAADs), diseñadas a eliminar la Hepatitis C de mi sistema.

Ustedes del pueblo lo hicieron posible.

Ustedes del pueblo llenaron dos salas de un tribunal en Scranton, Pensilvania, en diciembre de 2015.

Ustedes del pueblo apoyaron a nuestros abogados ––Bret Grote del Abolitionist Law Center (Centro de Derecho Abolicionista) de Pittsburgh, y Bob Boyle, de la Ciudad de Nueva York––, y también al Dr. Joseph Harris, quien me diagnosticó la Hepatitis C cuando yo estaba cabeceando en una silla de ruedas en la sala de visitas de la prisión, y después se presentó como un testigo experto en nuestras audiencias en Scranton.

Ustedes del pueblo nos enviaron amor, oraciones, cartas, postales, dinero y fuerza. Me parece que las palabras “Les agradezco” palidecen ante todo esto.

Aun así, les agradezco.

La lucha no se ha terminado, pero esto es un gran inicio.

Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.

–©’17maj

7 de abril de 2017

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Mumia Abu-Jamal

Mumia Abu-Jamal: The illusion of correctional medicine

Imprisoned journalist and FSRN commentator Mumia Abu-Jamal has scored a decisive, and possibly life-saving, legal victory in his two-year-long fight to receive effective treatment for Hepatitis C. The case, Abu-Jamal vs. Wetzel, has broader implications for prisoners in need of life-saving medical treatment. In this commentary, Mumia Abu-Jamal describes the state of healthcare behind bars and the hospital and courtroom odyssey that resulted in the order that he receive Hep C treatment beginning this week.

(Descarga aquí)  

The illusion of correctional medicine.

By Mumia Abu-Jamal | Prison Radio

In the netherworld of American prisons, one must jettison any medical assumptions one brings in from the so-called free world. We’ve been conditioned to see nurses as sweet sources of solace, and doctors as people dedicated to healing the sick and easing our pain.

In prison, new rules govern medicine and care. Here, money is master. The ill are all but ignored. This may seem harsh, but I must assure you, reality is even harsher.

Recently, I wrote of jailhouse lawyer Dennis “Solo” McKeithan and his battle to get examined and treated for the painful nerve disorder known as shingles. As I read this trial transcript, I found the remarkable comments and questions by the judge instructive. He asked, essentially, if the company hired by the DOC to provide healthcare had a conflict because, as a private company, its interests were to make money by refusing to provide medications needed by prisoners. The witness denied his suggestion, but the judge had hit a nerve.

From 2015 to today, my lawyers and I have been demanding real treatment for my Hepatitis C infection. The DOC initially filed a false affidavit, which justified a U.S. magistrate’s dismissal of my own suit. The DOC argued that my Hepatitis was fine, that it could go years without treatment. A federal judge disagreed and held a hearing which showed the affidavit was false, and months later declared the DOC, it’s so-called protocol, was unconstitutional.

The DOC fought back, arguing that my Hep C was at a low level. The judge, again, disagreed, declared the protocol unconstitutional a second time, and ordered my treated.

The DOC essentially ignored the court order for close to two months, and earlier this week subjected me to more testing. Well, the results just came back. Not only do I have advanced Hepatitis C, I have cirrhosis of the liver, call F4, because the DOC didn’t want to spend the money to treat my infection.

The DOC said it would cost them $600 million dollars. It would only cost me my life.

From Imprisoned Nation, this is Mumia Abu Jamal.

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Mumia Abu Jamal

Lynne Stewart, people’s lawyer, freedom fighter, presente!

by Mumia Abu-Jamal

Lynne Stewart, after 78 winters in America, has died, after battling for years against breast cancer.

But those were just some of her battles and, like most of us, she won some and lost some. But she never stopped fighting!

For decades, she and her husband, Ralph Poynter, fought for New York’s political activists and revolutionaries, like Black Panthers and Young Lords, a Puerto Rican socialist collective. But mostly, they fought for the freedom of the poor and dispossessed of New York’s Black and Brown ghettoes.

She – they – fought often and fought well in the city’s courts.

Her husband, Ralph, was a stalwart of the Black Panther Party and her most committed defender.

When Lynne was targeted by the U.S. Justice Department, and she was tried and convicted for putting out a press release for her client, the blind Egyptian sheikh, Omar Abdul Rahman, Ralph stood in the hot Washington, D.C., sun with a sign in front of the White House, demanding his wife’s release.

Her defense of her client was in the best tradition of criminal defense lawyers, and she received significant support from a broad swath of the Bar – from lawyers, yes; judges, no.

Initially sentenced to 28 months, the 2nd Circuit sent it back for resentencing – and she got 10 years! Her support only grew.

The late activist lawyer Bill Kunstler once opined that defense lawyers should be officers of their clients, instead of officers of the court.

Lynne Stewart was an officer of her clients, a People’s Lawyer, beloved and respected.

May she ever be so.

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SubVersiones

(Español) Libro “Agosto Negro”: historias de presxs políticxs del Movimiento de Liberación Negra en EU (Descarga)

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Descarga aquí.

En conmemoración a la tradición de Agosto Negro (Black August) que surgió en los años 70 para honrar a George Jackson y otros compañeros del movimiento revolucionario dentro de las prisiones de California, nos solidarizamos con decenas de presas y presos políticos del Movimiento de Liberación Negra encarcelados en las prisiones de Estados Unidos durante décadas.

En este libro compartimos el espíritu revolucionario de personas de enorme compromiso y valor, con impresionantes historias de lucha en sus comunidades y dentro de las prisiones. Estos hombres y mujeres se han mantenido dignos e inquebrantables ante todo tipo de trato cruel y degradante. A pesar de la guerra desatada contra ellos a través del programa COINTELPRO del FBI y los continuos esfuerzos de la policía organizada y los medios comerciales para borrarlos de la historia es posible encontrar información verídica sobre sus casos en algunos libros, documentales o sitios web, pero casi todo en inglés.

(Continuar leyendo…)

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