Fuente: Avispa Midia

Por Sare Frabes

En portada: Millares de abejas murieron a causa de la contamiación por químicos utilizados en monocultivos de Campeche.

El 22 de marzo de 2023, decenas de apicultores del municipio de Hopelchén, Campeche, en la Península de Yucatán, en particular de las comunidades mayas de Oxa y Suc Tuc, denunciaron ampliamente que millones de abejas estaban moribundas o muertas en sus apiarios.

A dos meses de la contaminación, un estudio realizado en conjunto por el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), Consejo Nacional de Humanidades Ciencia y Tecnología (CONAHCYT) y por el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), publicado el 20 de mayo, revela que las abejas fueron contaminadas por fipronil. “Un insecticida altamente peligroso”, alerta el estudio, aplicado probablemente en monocultivos de la región.

La región “ha sufrido graves daños en materia de apicultura por la agroindustria, la deforestación, la contaminación del agua, cambio de uso de suelo y cultivos transgénicos”, señala en sus redes la Alianza Maya por las Abejas Kabnáalo’on.

La Península de Yucatán es la región productora de miel de abeja más importante de México y hace parte de la história de los pueblos mayas. En la época prehispánica, una de las actividades de mayor relevancia después del cultivo de la milpa maya, fue la cría de abejas nativas.

El grupo de científicos hizo un censo del cual resultan 110 apiarios afectados, en un área de 11,304 hectáreas, pertenecientes a 80 apicultoras y apicultores, con un total de 3,365 colmenas afectadas, lo que representa alrededor de 80% de las colmenas. “Este censo se sigue actualizando, pero desde ahora se puede señalar como uno de los casos más graves de intoxicación de abejas en México”, sostienen.

En términos socio-económicos, la intoxicación de abejas tiene una implicación de, al menos, 13,200 días de empleo rural perdido, y 12,990,418 pesos mexicanos de pérdidas económicas, considerando la producción de miel, la necesidad de enjambres, y el servicio de polinización, se estima en el estudio.

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El informe también alerta que existe un daño ambiental, pues además de las abejas de los apicultores, “sin ninguna duda”, fueron afectadas las abejas nativas, de las cuales la Península de Yucatán alberga al menos 233 especies. Entre estas especies figura Melipona beecheii, parte del patrimonio biocultural del pueblo Maya, bajo el nombre de Xunan Kab’.

El estudio apunta que los daños más grandes, más que económicos, son inmateriales e imposibles de cuantificar. Se trata de afectación al patrimonio biocultural que representan las abejas para la cultura maya.

“Es momento de aplicar las leyes y normas que castiguen a los responsables de estas prácticas ecocidas, así como de respetar los tratados internacionales que protegen la biodiversidad y la integridad de los habitantes de los pueblos”, señala la Alianza Maya por las Abejas Kabnáalo’on.