Bolivia: la profunda convulsión que lleva al desastre
Ensayo la construcción de una explicación: hilar hechos y narrativas contrastadas porque, en estos momentos, de lo que se trata es de desarmar la lógica de polarización, enfrentamiento y champa guerra que hoy desgarran las ciudades y regiones de Bolivia.
2019-11-11 09:33
Han pasado más de dos semanas desde que el 20 de octubre se realizaron las elecciones en Bolivia y los sucesos acontecen con enorme rapidez. Es muy complicado comprender lo que allá está en juego, pues en las calles y carreteras de Bolivia no se expresa hoy solo una disputa electoral sino, al menos, el enorme y heterogéneo enojo contra diez años de agravios de Evo y su forma machista-leninista pseudo plurinacional de organizar el mando político, la economía y la vida pública. Toda esa energía social de desacato e impugnación a lo que la población ya no está dispuesta a continuar admitiendo, está siendo cercada por una gigantesca maniobra desde las más delirantes y machistas posturas conservadoras, capitalistas, racistas y religiosas.
Ensayo la construcción de una explicación: hilar hechos y narrativas contrastadas porque, en estos momentos, de lo que se trata es de desarmar la lógica de polarización, enfrentamiento y champa guerra [guerra de baja intensidad] que hoy desgarran las ciudades y regiones de Bolivia. También se trata de aprender de la ferocidad de lo que se confronta.
1. Lo que no hay que olvidar
Bolivia está atrapada en un fraude desde hace diez años. Desde que se pactó la Constitución y la permanencia del latifundio con los terratenientes del Oriente, desconociendo lo deliberado por una amplia constelación de diputados constituyentes, varones y mujeres, de las diversas nacionalidades que habitan el país. Aunque eso sí y también hay que recordarlo: eran personas convertidas en constituyentes a través de la mediación partidaria MASista que no sólo aceptó y mantuvo la representación partidaria como única forma de la actividad y participación política, sino que encontró maneras —mañosas— de desconocer cualquier otra forma en competencia de acuerpamiento político negando, desde entonces, la ampliación democrática. Es este, para muchas, un agravio añejo.
2. Lo que hay que tener presente
El 21 de febrero de 2016 se llamó a un referéndum en el que se preguntó a los hombres y mujeres bolivianos mayores de edad acerca de la reelección del Evo por cuarta vez, en contra y por encima del texto constitucional —es decir, de lo ya de por sí pactado en 2009. Y Bolivia dijo NO. No a la reelección indefinida de un régimen político de fomento al extractivismo aunque con retórica anti-imperialista y rígidamente autoritario aun vistiendo el disfraz plurinacional. Un régimen político extractivista pues, ferozmente anti-comunitario y misógino. Después, la gimnasia jurídica y argumentativa en relación al “derecho político” a la reelección que ocupó los siguientes años, agravió a muchísimos más cuando “habilitó” a Morales a permanecer indefinidamente en el gobierno.
3. El día de las elecciones
El 20 de octubre de 2019 hubo elecciones. Se confrontaban varios candidatos. Los dos con más posibilidades, Evo Morales postulado a través del MAS y Carlos Mesa por Comunidad Ciudadana, distinguibles en la forma presentaban, sin embargo, proyectos económicos que no diferían demasiado: ampliación del extractivismo como corazón del funcionamiento del país.
Un reporte vecinal desde la Ladera Oeste: Un día histórico y una noche de zozobra y organización vecinal en La Paz
A modo de crónica, queremos compartir lo que vimos, y no lo que no hemos visto, algo obvio pero que a estas alturas de las circunstancias, puede salvarnos de difundir fake news en medio de una noche de tanta zozobra en las ciudades de El Alto y La Paz.
La situación de los bloqueos de vecinos de la zona sur en La Paz, frente a los visos de fraude en las elecciones presidenciales del 20 de octubre, parecía, hasta el viernes 7 de noviembre, apagarse por cansancio. De manera inopinada, fue definida por el motín policial que comenzó en la ciudad de Cochabamba ese viernes por la tarde, motín que se extendió a otros departamentos, y por el hecho de que el alto mando militar en el último día haya quitado su apoyo al gobierno de Morales, en una suerte de alianza inédita. Este fue el día, histórico porque para muchxs quedó clarísima la ola de división y profundización del racismo y de las relaciones que son tan profundamente coloniales que están estallando por todos lados.
Por la tarde de ayer, 10 de noviembre, las calles paceñas del centro de la ciudad estaban llenas, luego de la renuncia de Morales, y luego de 21 días de paros protagonizados en la zona sur de La Paz, a la cual se plegaron otras zonas. El centro de la ciudad estaba medio repleto de la gente de la UMSA y la Universidad Católica, vecinxs sobre todo de la Zona Sur, carros particulares que arribaban también desde la zona sur, desfilaron por todo El Prado de La Paz, seguidos de carros de la policía, donde la gente festejaba la renuncia, en uno de ellos iba el conocido dirigente cívico cruceño Luis Camacho, (el “facho Camacho”, anoto).
Festejos, tristeza y saqueos
Sin embargo, en calles de barrios de las laderas y en la ciudad de El Alto, las actividades eran normales, como en los anteriores días, aunque había desconcierto frente a lo incierto de este momento. En El Prado, mientras unxs festejaban, algunas vendedoras, mujeres de pollera, derramaban lágrimas que parecían más de tristeza, lágrimas que también nos salieron incontenibles al saber de la quema de la wiphala que perpetraron las gentes que salieron a su festejo, lo vimos con mucho dolor por los símbolos que mal utilizó el partido que se desmoronaba a la vista de todxs. Otra señora que vendía sus refresquitos de durazno decía: “¡¿Por qué no ha aceptado el Evo la segunda vuelta?!”. Sin embargo, más tarde, la gente comenzó a dispersarse por rumores de grupos que vendrían a atacar la concentración. Este fue el día, histórico porque entre una gran incredulidad, se veía caer un gobierno que había entrado con toda la popularidad que jamás ha soñado cualquier presidente.
Ya en la tarde se supo de los saqueos de la populosa zona 16 de Julio, en El Alto, al caer la noche, se supo del saqueo de El Ceibo muy conocido edificio de productores de chocolate en plena Ceja de El Alto, y que pertenece a cooperativas de productores de cacao, perpetrada por grupos que son del MAS, también se reportó de la quema, ya verificada por el munipio paceño, de una flota de Buses Puma Katari, el servicio municipal de transporte, en La Paz y la quema de casas de líderes opositores al que era partido de gobierno.
Ante los ataques, autodefensa vecinal
Ya cerca de las once de la noche, se oyó gente bajando por nuestra calle, con palos gritando, se supo que eran luego de que pasó este grupo amenazante, la gente entre asustada y decidida, salió a armar fogatas en todas las esquinas como autodefensa por si pasaba otro. La respuesta vecinal fue inmediata, y muy fuerte en varias zonas de la ciudad, cada esquina está con vigilia, porque no sabemos bien quiénes son los que atacan, de dónde son, donde se dirigen y a qué plan obedecen, a pesar que por las redes, las noticias y reportes vecinales de toda la ciudad corrían como reguero: “avanzan por este barrio (foto cuando se puede)”, “en mi barrio también”, “y por el mío”, “estamos saliendo para defendernos”, “estamos en vigilia en mi barrio también”. El miedo aumentó cuando se recibieron reportes de muchas zonas por el recorte del servicio de agua potable. La pregunta que flotaba era ¿por qué estos grupos atacan en El Alto y bajan a las laderas?.