Para todos los hijos, hijas, hijoas, de la Madre Tierra, como nuestro compa Raúl Zibechi lo propone “Es posible tejer puentes entre los diferentes si reconocemos las diferencias…Los invitamos a seguir construyendo un mundo nuevo, diferente, en el que quepan todos los colores, desde los diferentes e intensos colores de la tierra hasta los colores más paliduchos de las tierras frías.”

Gracias Compañero Raúl Zibechi. Aquí compartimos con ustedes la carta de nuestro compañero: A la Semana de Acción Mundial: “¡Juan Vázquez Guzmán Vive, La Lucha de Bachajón Sigue!”    A los compañeros y compañeras de: Movimiento por Justicia del Barrio, Grupo de Solidaridad con Chiapas de Dorset, Inglaterra, Comité de la Palabra Verdadera de Calcuta, India, y Comité de la Palabra Verdadera de Alisal.

La muerte también tiene color, clase y lugar geográfico. Como la vida. Como el dolor.Cuando buscaba qué decirles a los compas que están organizando la semana de acción en homenaje a Juan Vázquez Guzmán, encontré el testimonio de una mujer afroamericana, negra y, por lo tanto, pobre, que nació en Harlem en la terrible década de 1930, cuando los ricos descargaban la crisis sobre los de abajo. Esa mujer se llamó Audre Lorde, fue poeta y, entre muchas otras cosas, dijo: “Para nosotras, la vida entera está teñida de violencia. No solo nos enfrentamos a ella en la primera línea de frente, o a medianoche en callejuelas oscuras, o en los lugares donde nos atrevemos a expresar nuestra resistencia. La violencia es el tejido de nuestra vida”.Siento que Audre Lorde y Juan Vázquez Guzmán son hermanos de sangre que se hermanaron hace como cinco siglos en algún lugar de este mundo, mientras los Juanes resistían a los conquistadores y las Audres buscaban escapar de los esclavistas.

Las resistencias unieron y siguen uniendo a los pueblos del color de la tierra. Juan y Audre nos envían, desde algún lugar, el mensaje de que es posible unir las resistencias, tejer puentes entre indios y negros, entre varones y mujeres, entre gentes que viven en el Norte y gentes que vivimos en el Sur. Es posible tejer puentes entre los diferentes si reconocemos las diferencias. Si no las juzgamos. Si las mezclamos en las resistencias haciendo que la causa de cada quien sea nuestra causa. Audre se definió a sí misma “negra, lesbiana, madre, guerrera, poeta”. La sonrisa de Juan y su amor por las gentes de su comunidad, San Sebastián Bachajón, son un programa de vida al que se apegó con rigor hasta el último día. La muerte de Juan, el asesinato de Juan, es un castigo a la comunidad por defender las Cascadas de Agua Azul de la especulación turística. El objetivo del capital y del Estado mexicano es usar los regalos de la naturaleza para acumular riqueza, o sea convertir la vida en muerte. La guerra contra los pueblos para apropiarse de la naturaleza está convirtiendo a la población de San Sebastián Bachajón en objetivos militares. Juan fue uno de ellos, por haberse destacado en la defensa de la comunidad. Quiero decirles, a quienes viven en New York, en California, en Inglaterra, India o en cualquier lugar del mundo, o a quienes vivimos en Montevideo o Buenos Aires, y que no somos tzeltales como Juan, ni negras como Audre, que podemos hermanarnos con ellos y ellas en múltiples resistencias, y que de ese hermanamiento, y sólo de él, nacerá un mundo nuevo, diferente, en el que quepan todos los colores, desde los diferentes e intensos colores de la tierra hasta los colores más paliduchos de las tierras frías. Y que en ese hermanamiento habrá un corazón de nombre Juan; y con Juan nombraremos el corazón de todos y todas.

Salud y buena semana de hermanamientos,

Raúl ZibechiMontevideo

23 junio de 2013