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El pasado 18 de mayo estudiantes normalistas rurales de Mactumatzá, en Chiapas, realizaban una serie de actividades para exigir al gobierno del Estado que la convocatoria para el examen de nuevo ingreso se hiciera de manera presencial y de forma escrita. La Secretaría de Educación Pública (SEP) había optado por promover un sistema de educación en línea en respuesta al cierre de los espacios de aprendizaje derivado de la contingencia sanitaria por COVID-19.

El sistema de educación propuesto por la SEP depende tanto del acceso a internet como del acceso a dispositivos, como computadoras, tablets o celulares inteligentes. Las manifestaciones tenían un fundamento. Las estadísticas enseñan que Chiapas es una de los Estados de México cuya población posee menos acceso a internet.De acuerdo al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL), en su informe anual sobre el uso de las TIC y actividades por internet en México, las entidades federativas cuya población tiene la probabilidad más baja de usar el Internet son Guerrero (51.3%), Oaxaca (48.9%) y Chiapas (41.9%).

Grupos antimotines, en un operativo desmedido, desalojaron con uso excesivo de la fuerza una de las concentraciones realizadas por las estudiantes que exigían el examen presencial, en la caseta de la carretera que conecta las ciudades Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal. En el operativo participaron cerca de 500 policías antimotines. Fueron detenidas 74 mujeres y 21 hombres.

De acuerdo a testimonios de las normalistas, los elementos las desnudaron, las golpearon y las insultaron. En un vídeo que publicaron en sus redes sociales, relataron las torturas que sufrieron: “Nos obligaron a quitarnos la ropa, nos trataban de perras. Había frío esa noche, tanto, que varias de las compañeras estábamos temblando, no les permitieron que nuestros papás ingresaran un sweater a nuestra visita. Nos dijeron que tuviéramos en mente esa noche, pues iba a ser nuestra última noche, que ya no iba a poder despedirme de mi mamá que ya no iba a despedirme de mi papa. Esa noche muchas compañeras no dormimos por que nos dijeron los policías que si querían nos iban a violar”.

Durante los días posteriores, organizaciones sociales, centros de derechos humanos, representantes de la Organización de las Naciones Unidas y familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa realizaron un plantón fuera de la Secretaría de Gobernación, en exigencia de la liberación de las y los jóvenes normalistas.

Diversas organizaciones estudiantiles se movilizaron en distintas entidades del país, algunas fueron duramente reprimidas. En Oaxaca, por ejemplo, se realizó una marcha el 20 de mayo, convocada por la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO) en apoyo a la Normal Rural Mactumatzá al final de las movilizaciones fueron fuertemente reprimidos por la policía.

En Puebla, el primero de junio, granaderos de la Policía Estatal desalojaron y detuvieron a estudiantes normalistas que mantenían un plantón frente a la Casa de Gobierno, para exigir una mesa de diálogo con el gobernador, Miguel Barbosa Huerta, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Policías antimotines y vestidos de civil retiraron a las manifestantes, lanzando gases lacrimógenos y cargando contra las normalistas y algunos estudiantes que las apoyaban. Algunas de ellas, fueron golpeadas y subidas a patrullas de policía.

En Chiapas, después de una serie de movilizaciones y presión de organizaciones de la sociedad civil, el pasado 23 de mayo, consiguieron la liberación de las 74 mujeres estudiantes. Más de una semana después, el 2 de junio, fueron liberados 17 estudiantes normalistas y dos desplazados. El juez concedió la medida cautelar de enfrentar su proceso en libertad y les prohibió reincidir su activismo político mientras sigan en proceso. Deberán regresar a firmar cada 15 días a ese penal.

De igual forma en Puebla, el pasado miércoles 2 de junio, el gobierno del Morenista Miguel Barbosa liberó a 43 estudiantes normalistas detenidos fuera de Casa Aguayo, aunque continúan sujetos a una investigación ministerial. Barbosa Huerta precisó que no sólo se trata de mujeres normalistas del municipio de Tételes de Ávila Castillo, en Puebla, sino que también hay estudiantes de Michoacán, Morelos y Ayotzinapa, en Guerrero, que vinieron a apoyarlas.

Las normalistas de Puebla, desde el mes pasado, han exigido diálogo directo con el gobernador Barbosa Huerta, ya que sostienen que su administración no ha cumplido con compromisos firmados en octubre de 2019. Las estudiantes exigen que terminaran la remodelación en edificios y fachada principal de la normal, no recibieron los 9.8 millones de pesos destinados a alimentos y solo una vez se les entregó material didáctico.

Escuelas Normales: producto de la Revolución de 1910

De acuerdo con la licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Yessenia Flores Méndez, en su investigación Escuelas Normales Rurales en México: movimiento estudiantil y guerrilla, “las Escuelas Normales Rurales (ENR) creadas en los años veinte en México fueron producto de la Revolución de 1910, movimiento en el que los campesinos exigieron justicia social y demandaban tierras.

Flores Mendes apunta que, en el periodo posrevolucionario, la educación rural fue un proyecto que perseguía mejorar las condiciones de la población del campo. “En ese plan las ENR tuvieron un papel importante. Durante el cardenismo (1934-1940) recibieron impulso al crecer el número de escuelas y ser refuncionalizadas en Escuelas Regionales Campesinas (ERC) que unieron la enseñanza agropecuaria y la normalista. En este periodo se aplicó la educación socialista y los planes de estudios incluyeron orientación socialista y materialismo histórico.”

De acuerdo a Conrado de Jesús Borraz León, en su texto Apuntes de la Secretaría de Educación del Estado de Chiapas, “la Escuela Normal Rural Mactumactzá comienza su origen en el año de 1929, cuando la Secretaría de Educación Pública (SEP) gira instrucciones al profesor Fernando Ximello para realizar las gestiones necesarias para establecer una Normal Rural en el estado, queda establecida formalmente el 24 de febrero de 1931”.

“Comienza a funcionar sin mobiliario, sin salones. Fueron los alumnos que construyeron los espacios áulicos y mobiliarios para las actividades académicas, de igual manera se construyeron casas de bahareque para ampliar y mejorar las condiciones de los dormitorios. Los campesinos se sumaron a la construcción de la  escuela, aportando animales y mano de obra para la construcción de granjas. Los pequeños comerciantes con alimentos y utensilios de cocina.”

La escuela recibe alumnos de toda la geografía chiapaneca, de las zonas rurales y de estados vecinos. El 40 % de los alumnos es de origen indígena y que dominan su lengua materna (bilingües); el 50 % son monolingües y el otro 10% de estados vecinos, sostiene Borraz de León.

Guerra contra la Normal de Mactumactzá

El 8 de diciembre del 2018, Rutilio Escandón Cadenas, del partido Morena, asumió el cargo de gobernador de Chiapas. A la ceremonia de toma de protesta asistieron el presidente Andrés Manuel López Obrador y el presidente nacional de Morena, Mario Delgado.

Meses después, en los días 27, 28, 29 y el 31 de octubre de 2019, de acuerdo al Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia Minerva Bello, “elementos de la policía Estatal de Chiapas ingresaron a las instalaciones de la Normal Rural Mactumatzá, lanzaron gases lacrimógenos y, además, prendieron fuego al autobús de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero”. Los normalistas en las redes sociales reportaron desaparecidos, heridos y detenidos.

Posteriormente, en un comunicado, manifestaron que su integridad como base estudiantil “está en peligro, ya que levantaron a dos de nuestras compañeras y no sabemos qué pueden hacerles los personajes de la fiscalía”, denunciaron en ese momento.  Los gases lacrimógenos de la policía “afectaron no sólo a los estudiantes, sino a padres de familia, niños y habitantes en general de la colonia vecina a la normal”, puntualizan los normalistas adheridos a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (F.E.C.S.M.)

El 16 de febrero del 2020, estudiantes de la ERN Mactumactzá y familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pacíficamente, distribuían volantes en el libramiento norte hacia la carretera Tuxtla Gutiérrez-Plan de Ayala, como parte de las actividades de la caravana de búsqueda de los 43 normalistas. Fueron reprimidos por la policía.

El 4 de diciembre del 2020, normalistas de la ERN de Mactumactzá llegaron a la sede del gobierno de Chiapas exigiendo dialogar con Ismael Brito Mazariegos, secretario de Gobierno. Tomaron las instalaciones, impidieron la entrada o salida de funcionarios, trabajadores y visitantes. Los normalistas se manifestaron para exigir la reapertura de su sistema de internado para estudiantes de escasos recursos, que el gobierno no aplicara un recorte presupuestal para su escuela y para exigir el aumento de matrículas para el ingreso de más alumnos.

A pesar de que el presidente ha anunciado en sus conferencias matutinas sobre la importancia de la educación, las escuelas normales y sus estudiantes, en diversos escenarios, avanzan con recursos mínimos.

Durante este año las escuelas normales tendrán 95% menos presupuesto que en 2020 y el programa de capacitación perderá 45% de recursos. En el proyecto de presupuesto para 2021, la Secretaría de Hacienda asignó a la Dirección General de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGSPE) el presupuesto para las escuelas normales de 20 millones 597 mil pesos; mientras que en 2020 tuvo 461 millones 390 mil pesos. Es el recorte más drástico en los últimos 16 años, sostuvo la Junta de Coordinación Nacional del Consejo Nacional de Autoridades de Educación Normal del país (CONAEN) en una carta enviada al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y al presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, Erasmo González.

Hay una constante de desgaste y acoso por parte de los gobiernos pasados y presentes. A pesar de los discursos del gobierno federal de apoyar y fortalecer a las normales rurales, las escuelas siguen sin mantenimiento, con poco presupuesto, presionadas para establecer planes de estudios alejadas de su realidad y objetivos.

Solo para citar algunos ejemplo: la desaparición del internado y la negativa de los gobiernos estatales por restablecer la Normal Rural de Mactumactzá, el hostigamiento e infiltración de militares en la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, el asesinato y desaparición de 43 normalistas, o las múltiples graves violaciones a los derechos humanos a los estudiantes de la normal rural de Tiripetío.