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En el contexto de la pandemia causada por el Covid-19, dos organizaciones de presos en Chiapas anunciaron el inicio de una huelga de hambre para denunciar la falta de atención médica en el Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados (CERSS) No.5, ubicado en la ciudad de San Cristóbal de las Casas.

Ante las condiciones de vulnerabilidad y el deterioro de la salud de la población carcelaria, aunado a la inacción de los funcionarios estatales, presos integrantes de La Voz de Indígenas en Resistencia y la La Voz Verdadera del Amate anunciaron que realizarán una huelga de hambre a partir del 21 de mayo y hasta el próximo 5 de junio.

EN CONTEXTO, CHIAPAS: PRESOS ANUNCIAN HUELGA DE HAMBRE INDEFINIDA PARA EXIGIR SU LIBERTAD

Alertas, desde hace semanas

En los primeros días de mayo y mediante diversas cartas difundidas por organizaciones civiles, los presos organizados han compartido su situación, debido al nulo avance en la revisión de los casos y en la exigencia de libertad debido a irregularidades y violaciones en el proceso que los mantiene recluidos.

Las condiciones de hacinamiento también han empeorado debido a que a nivel estatal se han suspendido las visitas a la población recluida para limitar el contagio. No obstante, dicha acción ha impactado negativamente a los reclusos puesto que era mediante la visita de familiares y personas solidarias como ellos obtenían desde alimentos, medicamentos y artículos de higiene o dinero para adquirir dentro del penal los objetos de primera necesidad.

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De acuerdo con datos del INEGI, la población carcelaria carece de objetos y alimentos de primera necesidad, por lo cual las visitas son esenciales para proveer de dichos artículos a la población recluida en México.

“No podemos solventar nuestras cosas sobre las necesidades básicas por lo mismo que las vistas no tienen acceso y este centro penitenciario no nos proporciona lo que es jabón de baño, pasta dental, papel higiénico”, denuncian los presos organizados de Chiapas frente a una situación que no es exclusiva de dicho estado al sur de México, pues de acuerdo a la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad del año de 2016, casi el 60 por ciento de las personas recluidas en centros penitenciarios del país deben conseguir artículos de higiene personal por su cuenta, ya que no son suministrados por las cárceles.

Pese a la restricción de visitas, en una comunicación publicado el 10 de mayo pasado, los reclusos enfatizaron el riesgo de contagio que padecen debido a la falta de protocolos por parte de los custodios, quienes son relevados cada dos días y no cuentan con medidas ni equipo sanitario cuando interactuan con la población carcelaria.

“El centro carece de medicamentos que precisamos para cualquier emergencia lo único que dan aquí es puro paracetamol”, señalaron también los presos organizados quienes el 14 de mayo cumplieron un año presentes en un plantón en exigencia de su libertad. “El gobierno de Chiapas ha hecho caso omiso de nuestras demandas por que somos victimas de tortura que ejerce la fiscalía del estado de Chiapas. Para el gobierno quiere vernos morir aquí. Nuestro lugar es deplorable, pero seguiremos hasta conseguir nuestras libertades, pese a lo que pese”, enfatizaron en su comunicado.

Acciones frente a la pandemia

Los presos organizados justificaron la realización de la huelga de hambre debido a la falta de seguimiento a la salud de internos que muestran síntomas relacionados al Covid-19, “ni tan siquiera suministrando medicamentos para los síntomas”.

Sumado a ello, los reclusos también señalaron su preocupación debido a la negación de los funcionarios del centro penitenciario sobre posibles contagios presentados entre su personal e incluso sobre la muerte no confirmada de un oficial.

Durante 2019, organizaciones solidarias y familiares de los presos realizaron eventos públicos para sumar esfuerzos para la liberación de los presos en lucha.

Desde el pasado 4 de mayo, los presos organizados denunciaron que un recluso diabético presentó síntomas relacionados al Covid-19 y tras haber interactuado con otros presos fue aislado sin recibir atención médica.

De acuerdo a los presos, este caso demuestra la necesidad de otorgarle arraigo domiciliario a personas contagiadas con el coronavirus para evitar poner en riesgo la salud de la totalidad de la población carcelaria, ya que de acuerdo a las denuncias “la población interna están sufriendo de calenturas, dolores musculares, diarrea, lo que no sabemos si es el Virus de Covid 19 o calenturas normales. No hay como sacar la prueba de Covid 19 y tampoco hay medicamentos para l@s internos e internas”,comparten las organizaciones, quienes enfatizaron los graves riesgos en su salud pues entre ellos se presentan casos de hipertensión, infecciones varias y diabétes, entre otros padecimientos que pueden aumentar la mortalidad del coronavirus.

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En México existen más de 200 mil personas recluidas y de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a nivel nacional el 46 por ciento de la población carcelaria comparte celda con más de cinco personas.

Desde el 15 de marzo del año 2019, los presos organizados han exigido su libertad incondicional debido a las múltiples irregularidades en el proceso de detención y juicio. En ese contexto, realizaron una huelga de hambre que se extendió por 135 días durante los cuales solo consumieron agua y miel, lo cual ha mermado su salud y los expone aún más en caso de contagiarse de Covid-19.

Hasta el 18 de mayo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos registró 120 casos positivos de Covid-19 en centros penitenciarios, además de 74 casos sospechosos, 28 personas recuperadas y 21 fallecimientos