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Ciudad de México, 20 de Marzo de 2020

Samir, a 13 Meses, colocamos esta placa para que el mundo sepa quién eres.

En una placa no cabe una breve descripción de Samir Flores Soberanes, campesino nahua de Amilcingo, nacido el 2 de agosto de 1982, hombre soñador y creativo de nacimiento, con el compromiso social enraizado en la sangre, que hablaba, cuidaba y se relacionaba con la madre naturaleza.

Defensor de derechos humanos y miembro del CNI, el 20 de febrero de 2019 fue asesinado afuera de su casa, con motivo del dedo que puso López Obrador a los radicales de izquierda de Morelos, que para él, no somos más que conservadores.

Asesinado después del discurso sectario de López Obrador donde, nos acusó de ser los que no votamos por él, los que llamamos a no votar. Y aunque no somos eso que dice Obrador, sabemos que se refería a los que formamos parte del Congreso Nacional Indígena, a los que vemos en nuestros hermanos zapatistas un ejemplo de lucha y vemos en la autonomía de nuestros pueblos, una solución a las problemáticas que vivimos a nivel local y nacional.

Samir, como comunicador indígena, hoy, con su busto y placa en el zócalo capitalino, seguirá comunicando a la población que la defensa del territorio nacional, que la defensa de la vida, sigue cobrando vidas, que los campesinos de Morelos, siguen luchando por tierra y libertad y que los siguen asesinando por eso, como en 1810, 1911 y otras tantas lamentables fechas.

El asesinato de Samir quiso ser el golpe de tiro de gracia para la resistencia de los pueblos del volcán contra el Proyecto Integral Morelos, resistencia en la que han participado decenas de pueblos y que por medio de la represión y el miedo, han querido acallar la lucha por la defensa de la seguridad, el agua, el aire, la tierra y la vida. Pero quienes mandaron a matar a Samir, se equivocaron, nuestra lucha no para con su asesinato, al contrario, se ha hecho mas decidida.

El rostro de nuestro compañero está viendo a Palacio Nacional para recordarle a López Obrador lo que provocaron sus palabras y su falsa consulta, está mirando a Palacio, para recordarle a este y los próximos Presidentes, que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar que las personas defensoras de derechos humanos puedan realizar su labor sin tener que correr riesgo su vida.

Esta placa le dirá a todo visitante del zócalo de México, que Samir Flores fue un defensor de la tierra y el agua y que por eso lo mataron, que los ecologistas están siendo cada vez más asesinados, precisamente, cuando se necesita más que nunca de su labor para rescatar al planeta de la crisis climática que comenzamos a enfrentar.

Samir, aquí en el zócalo capitalino, seguirá sembrando conciencia y espíritu de lucha y organización.

¡Samir vive, la lucha sigue!

Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala