Declaración de Chinameca

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A los pueblos de México y el Mundo.

Hoy, 10 de abril de 2019, Chinameca y Amilcingo, Morelos, son la casa del Congreso Nacional Indígena, del Concejo Indígena de Gobierno, junto con organizaciones y colectivos que luchan y se organizan contra el capitalismo; los días 9 y 10 de abril nos dimos cita en este territorio en resistencia para reconocernos en la dignidad, el dolor y la esperanza ante el cobarde asesinato del compañero Samir Flores, perpetrado por el neoliberalismo y sus capataces. Para quienes ya se nos acabó el miedo, pues se convirtió en rabia y convicción.

A Samir lo seguimos viendo y escuchando. Camina entre nosotros y nos recuerda que el camino es abajo, que la dignidad no se vende y que la vida no se negocia. Hermano Samir, en nuestros pueblos vivos y luchando seguirás estando pues tu vida es esperanza para la nuestra.

Nos dimos cita también para conmemorar que el compañero general Emiliano Zapata vive y camina con nosotros, advirtiendo la traición y la mentira que desde lejos se percibe en los anuncios de muerte y guerra. Esa misma guerra que lo mató hace cien años y que nos arrebató a Samir, es la que nos hace convocarnos ante el hermano compañero general Emiliano Zapata, vivo y caminando la conciencia de los pueblos de Morelos, de este país y mundo que retiembla.

Aquí decimos nuevamente que la lucha por la tierra es también por la vida, pues la defensa de lo que es sagrado para los pueblos es un principio al que no renunciaremos. Hoy, a 100 años de que la traición y la mentira acabaran de forma cobarde con la vida del general Zapata, esa mentira y traición regresaron con un supuesto rostro de democracia, pero como entonces, esa palabra cuando viene de arriba solo significa la guerra, la suplantación y el engaño a toda la nación.

Al compañero General Emiliano Zapata lo saludamos alzando la voz en contra de los megaproyectos, que invaden la tierra de las comunidades que abajo nos construimos cada día mientras el gobierno neoliberal está decidido a convertir nuestro mundo en un cementerio, donde la destrucción y el sufrimiento de todos los pueblos aflora en los territorios indígenas.

Ante la grave crisis que sufrimos no solo los pueblos que somos, sino la humanidad y todo el mundo en la guerra con la que las empresas mexicanas y extranjeras están invadiendo nuestras tierras, nuestra madre tierra se conmociona con la destrucción ambiental y con el desmantelamiento de la organización de los pueblos. Mientras tanto los de arriba se jalonean lo que nos sostiene vivos, que es el territorio ancestral y sagrado que custodiamos.

Este gobierno capitalista les construye carreteras, canales, vías de ferrocarril, reordena el territorio del país para entregarles todo, les hace leyes a su favor y a favor del poderío del gran capital en el mundo, empezando por el gobierno de los Estados Unidos. Con cinismo, esa hidra se apresta para quitarnos lo que es nuestro, usando sus fuerzas militares o para militares, pues con su guerra concentran el poder y aumentan sus ganancias, que son mayores si las hacen sobre el cadáver de nuestra madre que, como lo hemos dicho hace cien años con nuestro compañero general Zapata y como hace miles de años con nuestros ancestros, es la tierra, está viva y a ella nos debemos.

Desde Chinameca, lugar donde los malos gobiernos pensaban que acabarían con la palabra del general Zapata, nos dirigimos con respeto a los pueblos de este país y a los pueblos del mundo para llamarlos a escucharnos y a sumar los caminos que tienen un mismo horizonte, abajo y a la izquierda.

Hoy la lucha de los pueblos originarios se hace fuerte con la palabra y organización de las mujeres que muestran al mundo rumbos profundos, tejen con dignidad los caminos de libertad y sin pedir permiso abren los caminos que el patriarcado capital les niega y destruye.

Reconocemos la traición descarada del mal gobierno federal, del que no aceptamos sus cínicas mentiras, que lo descubren ante quienes le creyeron, ante quienes pensaron que con la mentira llamada “elección histórica” o “cuarta transformación”, o como quiera nombrarse, se pararía el despojo, la corrupción que hace al Estado un vulgar ratero de lo que es de todos, que cumpliría su palabra con los maestros y maestras en lucha, para quienes pensaron que se acabaría la pesadilla militar, para quienes pensaron que se defendería alguna soberanía nacional.

En cambio, mandando y poniendo a los pueblos una pistola en la cabeza nos quieren imponer un reordenamiento capitalista al servicio del gran poderío estadounidense en el istmo, ofreciéndole los minerales, el agua, la tierra. Promete a los depredadores de la medre tierra, respetarles concesiones y permisos obtenidos con la más sucia corrupción. Ofrece a los extranjeros dueños de la economía turística el desmantelamiento de la propiedad social en la península de Yucatán. Garantiza al gran capital el funcionamiento de la termoeléctrica en Huexca, Morelos, a pesar de la vida de los pueblos del volcán.

A cien años del asesinato del compañero general Emiliano Zapata nos declaramos en alerta ante la urgencia con la que las empresas y los mercenarios en los que se respaldan y que están tanto en el gobierno como en los cárteles de la delincuencia organizada, de una forma salvaje y letal están apropiándose de nuestros territorios, parándose sobre la destrucción que han dejado no solo en nuestro país, sino en el mundo.

Es ese gobierno neoliberal, que muchos pensaron que era de izquierda, el que no solo declaró la guerra a nuestros pueblos, sino que es parte de la guerra contra la humanidad, esa que no da tregua a la vida porque no representaría ganancias.
La guerra invade todos los rincones y toma muchas formas para poder sacar la última gota de vida a la madre tierra, los capitalistas se aprestan a posesionarse de la vida, porque ellos saben que se está acabando y si la vida se agota, como cualquier mercancía en el mercado, deja mayores ganancias.

Hoy, hermanas y hermanos de muchos países llegan en multitudes buscando refugio de la tragedia en la que el poder del dinero convirtió su casa, sus comunidades, sus ciudades. Buscan refugio de las guerras que hicieron de sus geografías espacios inhabitables.

Al compañero general Emiliano Zapata y al compañero Samir Flores les decimos que sus semillas de libertad, democracia y justicia, nacen y crecen en cada rincón donde nombramos la vida, donde les nombramos con la resistencia de los pueblos que apostamos a un nuevo mundo.

Desde Chinameca, Morelos, a 10 de abril de 2019
Por la reconstitución Integral de Nuestros Pueblos
Nunca Más un México sin Nosotros
Congreso Nacional Indígena
Concejo Indígena de Gobierno