Por Amy Goodman y Denis Moynihan

“La injusticia, en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes”. Martin Luther King escribió estas palabras en su “Carta desde la cárcel de Birmingham” el 16 de abril de 1963. King fue arrestado en esa ciudad por su papel en la organización de protestas no violentas contra la segregación, en el marco de la lucha liderada allí por el reverendo Fred Shuttlesworth. En esta famosa carta, King también escribió: “Birmingham es probablemente la ciudad más segregada de Estados Unidos”.

El Ku Klux Klan realizaba atentados con bomba contra los defensores de los derechos civiles con tanta frecuencia que a la ciudad se la llamaba a menudo “Bombingham”. Cinco meses después de que King escribiera su carta abierta, una de esas bombas explotó en la Iglesia Bautista de la Calle 16 de Birmingham, causando la muerte de cuatro niñas. Hoy, al otro lado de la iglesia, sobre la misma calle, se encuentra el Instituto de Derechos Civiles de Birmingham (BCRI, por su sigla en inglés), que durante más de un cuarto de siglo ha educado e inspirado a millones de personas.

En octubre del año pasado, el instituto anunció que otorgaría su Premio de Derechos Humanos Fred L. Shuttlesworth 2018 a Angela Davis, la legendaria activista por los derechos civiles, académica y militante por la abolición de las cárceles. La Dra. Davis es oriunda de Birmingham y creció en medio de la segregación. Su vecindario sufrió tantos atentados del Klan que fue apodado “Cerro Dinamita”. Hija de activistas por los derechos civiles, se convirtió en una destacada integrante del Partido Comunista de Estados Unidos y líder del Partido Pantera Negra. Como resultado, al igual que muchos activistas en esa época (incluido Martin Luther King), fue perseguida por el FBI. Davis fue acusada de conspiración en la muerte a tiros de un juez y enfrentó tres condenas a muerte en un juicio que se convirtió en una famosa causa internacional. Finalmente fue absuelta de todos los cargos.

La decisión del Instituto de Derechos Civiles de Birmingham de homenajear a Angela Davis era completamente lógica. Davis ha logrado renombre por su incansable trabajo en apoyo a los prisioneros y por la abolición del complejo industrial carcelario de Estados Unidos. Como parte integral del trabajo de toda su vida, ha expresado durante mucho tiempo un apoyo inquebrantable a los derechos del pueblo palestino. En una colección de ensayos y discursos recientemente publicada titulada “La libertad es una lucha constante: Ferguson, Palestina y los cimientos de un movimiento”, Davis reflexiona sobre la vida de Nelson Mandela y la exitosa campaña para eliminar el apartheid sudafricano: “Ahora nos enfrentamos a la tarea de ayudar a nuestras hermanas y nuestros hermanos en Palestina en su lucha contra el apartheid israelí”.

Dos meses después de que los miembros de la junta directiva del BCRI anunciaran que le habían otorgado el premio Shuttlesworth a Davis, recibieron una carta del Centro de Educación sobre el Holocausto de Birmingham en la que solicitaban que reconsideraran el premio, en parte debido al “apoyo abierto de Davis a la campaña de boicot, desinversión y sanciones contra Israel”. La junta directiva del BCRI, en una votación de nueve contra dos, rescindió el premio y canceló la gala de premiación que había sido programada para el 16 de febrero.

La respuesta en Birmingham fue rápida y furiosa. La junta escolar y el Concejo Municipal de la ciudad votaron unánimemente para mostrar su apoyo a la Dra. Davis. El alcalde de Birmingham, Randall Woodfin, condenó públicamente la decisión y también se conformó un grupo para planificar un evento en honor a Davis en la noche de la gala original.

En pocos días, la junta del Instituto de Derechos Civiles de Birmingham se retractó de su decisión y le pidió a Angela Davis que aceptara el premio.

El viernes pasado a la noche, en vísperas del día original de la gala, se celebraron “Sabbats en solidaridad con Angela” en decenas de ciudades, organizados por la organización Voz Judía por la Paz. Jesse Schaffer, quien ofició de anfitrión de la celebración en Birmingham, dijo: “Mi judaísmo está enraizado en la justicia social y Angela Davis es una expresión directa de esos valores. Ella siempre ha comprendido que nuestras luchas históricas están vinculadas, se trate de palestinos, de personas negras en el Sur, del pueblo judío —realmente, cualquier lucha por la justicia—, que todas están vinculadas y que juntos somos más fuertes”.

El sábado por la noche más de 3.000 personas se congregaron en el auditorio Boutwell de Birmingham para participar en un evento organizado por el Comité de Birmingham para la Verdad y la Reconciliación. En el evento, Davis reflexionó sobre lo importantes que fueron los Sabbats para ella: “‘Angela, hermana, eres bienvenida en este Sabbat’ proviene de un eslogan que se usó en muchos posters de todo el país cuando yo estaba en la clandestinidad, huyendo del FBI. La gente ponía esos posters en la puerta de sus hogares: ‘Angela, hermana, eres bienvenida en esta casa’”.

Davis también habló sobre el significado y la importancia que tenía el evento para ella: “Me quedó claro que esto podría convertirse en un momento de enseñanza. Que tras toda esta polémica, por más afectada que hubiera quedado la reputación de quienes tomaron esa decisión, al menos por ahora, podríamos aprovechar este momento para reflexionar sobre lo que significa vivir en este planeta en el siglo XXI y nuestras responsabilidades, no solo hacia las personas de nuestra comunidad inmediata, sino hacia las personas de todo el planeta”.

Richard Arrington, Jr., quien fue el primer alcalde afroestadounidense de Birmingham, culminó la velada: “Estoy especialmente orgulloso de que, en este momento de desafío, no corriéramos cada uno en direcciones diferentes, descargando la ira y la frustración que sentimos. En lugar de eso, corrimos el uno hacia el otro, unimos nuestros brazos, nos abrazamos y levantamos a una hija que es celebrada en la comunidad mundial por su postura en torno a los derechos humanos”.

Angela Davis afirma que la decisión de regresar para aceptar el Premio Shuttlesworth tendrá que ser tomada por la comunidad. Mientras la gente se reunía en el escenario y miles se levantaban en una ovación final, Angela Davis ofreció sus palabras finales del sábado por la noche: “Y es muy emocionante ver a todas las mujeres jóvenes en el Congreso, mujeres como Ilhan Omar, diciendo las cosas como son. Aprovechemos este momento para generar la fuerza, el entusiasmo y la visión para avanzar hacia un futuro mejor para Birmingham, para el país y para todo el mundo”.


© 2019 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org