Sorry, this entry is only available in Mexican Spanish. For the sake of viewer convenience, the content is shown below in the alternative language. You may click the link to switch the active language.

a
Los pasos del Pueblo Creyente, indígena y pobre, caminan una vez más por justicia
La mañana de este sábado 29 de octubre, en su mayoría mujeres con niñas y niños, rodearon con música y palabras el Centro Estatal de Readaptación Social para Sentenciados, número 5, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Dar ánimo a las personas que se encuentran injustamente en prisión y exigir su libertad es el sentir de quienes desde distintas parroquias de Los Altos compartieron una ceremonia eucarística y una peregrinación. Entre oraciones se escuchó la determinación de seguir organizándose por la vía pacífica para la transformación de la sociedad y seguir construyendo la paz.
La convocatoria nació del Comité de Derechos Humanos jCanan Lum de Teopisca, fundado en agosto de 2013, con el trabajo voluntario de defensoras y defensores comunitarios, como parte de las actividades de acompañamiento a los pueblos que enfrentan injusticias. Inicialmente el llamado fue por la libertad de Margarita Gómez y David Hernández, indígenas tsotsiles, víctimas de tortura quienes ganaron su libertad el pasado 14 de octubre. Sin embargo, en el trabajo como promotores de derechos humanos han encontrado que: “La historia de Margarita y David es una de tantas injusticias que se cometen contra los pueblos pobres e indígenas especialmente las mujeres.”
Antonia, niña tseltal muerta en desplazamiento forzado es recordada por su familia
 
Según la costumbre indígena de conmemorar a sus muertas y muertos, las familias desplazadas forzadas de Banavil, Tenejapa, Chiapas, retornaron de manera provisional a su comunidad el pasado 28 de octubre y permanecerán ahí hasta el 3 de noviembre para recordar a sus niñas Antonia, María y Petrona sepultadas en las tierras de su abuelo Alonso López Luna, desaparecido forzado desde el 4 de diciembre de 2011.
Antonia López Méndez, de 11 años de edad, murió en desplazamiento forzado el día 21 de febrero de 2015, víctima de la pobreza y la injusticia, en condiciones inhumanas, al no ser respetados sus derechos humanos ni los de su familia, quienes llevan casi cinco años demandando al Estado mexicano verdad, justicia y retorno.