Salvador, Bahía de Todos los Santos, Brasil, 24 de julio de 2016. Enclavada entre los elitizados barrios de clase media de Barra y Ondina, Calabar es una gran favela que revela las contradicciones de uno de los países más desiguales del mundo. Aquí, dos facciones del narco se disputan el territorio y éste se vuelve intransitable para quien no sea conocido del barrio.

Al lado de una gasolinera, sobre la gran Avenida Centenario que conduce a Barra, está una de las entradas al barrio: una estrecha callejuela repleta de gente que camina, ríe y conversa a gritos alrededor de pequeños puestos y entradas de casas que hacen las veces de bares al aire libre. Miradas de muchos o pocos amigos, interesadas, desconfiadas o indiferentes, cuerpos casi todos negros con el torso desnudo que se balancean en la cacofonía de las muchas músicas que surgen de casas, bares, coches. Y en todo eso, en la jovialidad carnavalezca de esa tarde de sábado, una tensión, la presencia apenas inteligible de algo que puede, en cualquier momento, explotar.

Aquí, en la biblioteca del barrio, espacio de lucha por una vida digna labrada con corazón y paciencia desde los sótanos de esta ciudad con un pasado aún presente de esclavitud, celebramos el cuarto y último día del CompARTE Bahía.

Siete jóvenes entre 15 y 20 años de edad, del grupo de teatro Conexão Arte e Vida, proyecto creado por el grupo de apoyo a la prevención del sida en Bahía, escenificaron la historia de la ciudad “Sí señor”, que con el tiempo se convierte en la ciudad “¿Por qué?”, para finalmente, a través de la lucha colectiva, volverse la ciudad “¿Por qué no?”. Reflexión que con humor y dolor reverbera en las calles y laderas de ese barrio aguerrido de Calabar.

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Después de eso, Carlos Bonfim y Alejandro Reyes hablaron sobre el zapatismo, la autonomía, las artes como arma de lucha y el festival CompARTE por la Humanidad. Como en ningún otro espacio, la construcción de otro mundo posible resonó entre un público compuesto por jóvenes que luchan por transformar su realidad colectiva. “Hasta ahora estoy pensando en lo que sucede allá en México”, dijo una hora después uno de los miembros del grupo Voces Reveladas, “y creo que esta noche no voy a dormir. Nunca imaginé que podría existir lo que nos contaron, y sin embargo ahora mismo eso está sucediendo”. (Pedimos disculpas por la calidad de este y el siguiente audio, que quedó comprometida por las características físicas del espacio.)

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Wilson Alves Bezerra escribió el libro de poesía O Pau do Brasil (El palo de Brasil) en una semana, ante la indignación y el espanto por el golpe “blando” (“¿blanco?”) orquestrado por una derecha que se manifiesta cada vez más fascista. En un diálogo con el publico, Wilson leyó varios poemas del libro, reflexionó sobre el papel de la poesía en la sociedad actual y el público debatió sus propias inquietudes y sus propias veredas con la palabra.

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África estuvo presente por medio del grupo Voces Reveladas, creado hace 12 años por el maestro Sergio Souto y compuesto por jóvenes de comunidades populares de Salvador. Seis jóvenes de extraordinario talento representaron una parte del show “África en mí”: piezas en lenguas africanas, en inglés (remitiendo al soul norteamericano) y en portugués, con una presentación de ternura radical que cerró el Festival CompARTE por la Humanidad, sede Bahía, con el cuerpo erguido de la dignidad.

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