(Español) Las Abejas de Acteal: NO aceptamos llegar a una solución amistosa con el Estado mexicano
Organización de la Sociedad Civil Las Abejas
Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal
Acteal, Ch’enalvo’, Chiapas, México.
20 de octubre de 2015
Organización de la Sociedad Civil Las Abejas
A los hombres y mujeres del mundo que luchan por una justicia verdadera y cabal.
Hermanos y hermanas:
El día de hoy un miembro de nuestra Mesa Directiva de la Organización Sociedad Civil Las Abejas y sobreviviente de la masacre de Acteal, junto con dos compañeros del Frayba, sostuvieron audiencia pública por el caso de la masacre de Acteal ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El objetivo de la participación en dicha audiencia pública ante la CIDH, es presentar un Estudio sobre la Masacre de Acteal, titulado: Estudio psicosocial de los antecedentes, factores asociados al hecho y manejo de la emergencia, consecuencias psicosociales e impacto colectivo en la comunidad de Acteal. Dicho Estudio psicosocial incluye un Informe Pericial Médico Forense.
En este Estudio psicosocial, se encuentra nuestra palabra, palabra que insistentemente hemos dado a conocer al Estado mexicano, sin que hasta el momento hayamos encontrado verdad y justicia, lo único que existe es la impunidad. A pesar de que en su momento se le hizo saber a las autoridades oficiales de los dezplazamientos, de las amenazas y finalmente de los hechos que se estaban llevando acabo el día de la masacre, ningún nivel de gobierno intervino para evitarlo.
La masacre de Acteal fue consecuencia de la estrategia contrainsurgente del Estado mexicano en contra de los zapatistas y en contra de las comunidades y pueblos organizados y críticos al sistema de muerte.
La masacre de Acteal es un crimen de Estado, porque el gobierno bien pudo detener y evitar la masacre y evitar desplazamientos forzados y robos de pertenencias. Pero, no lo hizo, porque las amenazas y acciones de terror que cometían los paramilitares antes y durante la masacre de Acteal estaban respaldadas por la Policía de Seguridad Pública del Estado y el mismo Ejército federal. El 22 de diciembre de 1997, la masacre duró aproximadamente 6 horas, sin que la policía que se encontraba a escasos 200 metros actuara para impedir la masacre.
Sabemos por el testimonio de los propios policías y funcionarios que estuvieron en el lugar de los hechos, que los cuerpos lo debían levantar pronto, antes de que la prensa llegara y se diera cuenta de la magnitud de la masacre. Por eso desde las 3 de la mañana al día siguiente de la masacre, comenzaron a juntar los cuerpos, sin tomar las debidas diligencias para preservar el lugar, principalmente de cómo se encontraban masacrados nuestros hermanos y hermanas y niñas y niños.
Los 45 cuerpos fueron llevados a Tuxtla Gutiérrez, a una distancia de más de 4 horas de camino. Nunca se tomó el consentimiento de sus familiares para ese traslado; todos ellos fueron amontonados en un convoy de redilas, de la misma policía, sin tomar ninguna medida, sin compasión. Allá en Tuxtla les quitaron sus órganos, nos los entregaron todos vacíos y algunos con un alto grado de descomposición. Eso fue muy duro para nosotros porque esa no es nuestra costumbre tsotsil, esa no es la forma de vivir el duelo.
La impunidad es parte de la estrategia de contrainsurgencia, porque desgasta y divide a los sobrevivientes, y eso nos ha traído grave dolor. La política de desgaste integral del Estado mexicano es su arma para matar nuestra memoria, para así dejar en impunidad su crimen.
En el peritaje psicosocial, da cuenta de las consecuencias que ha dejado la masacre y la impunidad, por ejemplo las mujeres frecuentemente se enferman de dolor de cabeza, de parálisis facial, colitis nerviosa, gastritis, etc.
La mal llamada Suprema Corte de Justicia de la Nación es cómplice de toda esta impunidad. Pues ha amparado y excarcelado a los asesinos, argumentando “fallo en el debido proceso”. En realidad, el fallo es del Estado, porque desde el principio ha ocultado la verdad.
Ahora los paramilitares están contentos y libres caminando por donde quiera en nuestras comunidades y sobre todo en Acteal. Porque es el mismo gobierno quien permitió regresar y los premió con casas, tierras y dinero. El regreso de los paramilitares a Acteal es una bomba de tiempo, ya que en cualquier momento puede explotar, porque ahí están sus armas enterradas y lo pueden utilizar cuando reciban la orden del gobierno así como fueron ordenados a robar, a sembrar terror a quemar casas y masacrar a 45 personas en Acteal.
Como prueba de la impunidad en la masacre de Acteal, podemos mencionar el desplazamiento de nuestros compañeros y compañeras en la colonia Puebla en el año de 2013, los agresores son los mismos quienes golpearon, amenazaron de muerte y desplazaron a nuestros compañeros en los hechos previos de la masacre de Acteal en 1997 y además este desplazamiento se dio a pocos días de que el ex alcalde de Chenalhó Jacinto Arias Cruz fuera liberado por la “SCJN”. Cabe recordar que la colonia Puebla y la colonia Miguel Utrilla Los Chorros son la cuna de los paramilitares. Entre estas dos comunidades hay una cañada y ahí en las noches federales y Policía de Seguridad Pública entrenó a los paramilitares.
Otro hecho como consecuencia de la impunidad, es el asesinato de nuestro compañero Manuel López miembro de nuestra organización, el 23 de junio de este año en el municipio de Pantelhó por un grupo armado y encapuchado y, hasta la fecha la “Fiscalia de Justicia Indígena” en San Cristóbal de Las Casas no ha investigado, es preocupante porque los paramilitares siguen armados y se saben protegidos por el gobierno.
A casi 18 años de la masacre de Acteal, no hay justicia, el Estado mexicano no ha garantizado la no repetición de hechos como el de Acteal, al contrario, sigue masacrando a nuestro país, sigue desapareciendo estudiantes, sigue reprimiendo a maestros y maestras. El Estado mexicano se ha convertido en una máquina de terror que no se sacia de derramar sangre inocente.
Ante el cinismo del Estado mexicano de negar su responsabilidad en la masacre de Acteal; decimos como lo manifestó nuestro compañero Juan Vázquez ante la audiencia de la CIDH llevada acabo hoy en Washington, que NO aceptamos llegar a una solución amistosa con el Estado Mexicano.
Esperamos que con el Estudio spsicosocial que ahora la CIDH ya está en sus manos y se dé cuenta de cómo el Estado mexicano es responsable directo de la masacre de Acteal. Y ante los graves crímenes que el Estado mexicano sigue cometiendo en contra del pueblo mexicano y la impunidad que viven las víctimas y sobrevivientes de la masacre de Acteal, pedimos se continúe con la tramitación del mismo,hasta la emisión del informe de fondo correspondiente, en donde señale al Estado mexicano su responsabilidad por la violación a los articúlalos 1.1, 2, 4, 5, 8, 17, 19 y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
A pesar de la impunidad que prevalece en la masacre de Acteal y a pesar de que nuestro país desangre, no nos callamos, no retrocedemos, no nos humillamos ante un Estado criminal, no le tenemos miedo.
Atentamente
La Voz de la Organización de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal.
Por la Mesa Directiva:
José Jiménez Pérez Juan Vázquez Luna
Oscar Hernández Gómez Pedro Ortiz Gutiérrez
Lisandro Sántiz Hernández Amado Sánchez Díaz