Esta es una serie fotográfica acerca de lo acontecido en el Paro Nacional; corren ya varios días y prácticamente en todas las provincias ha habido agitación, bloqueos, cierre de vías principales –como la carretera Panamericana– y acceso a ciudades, toma de pozos petroleros, como el caso de la provincia de Orellana en plena Amazonia; más de 136 detenidos, aproximadamente 70 heridos incluidos niños, madres embarazadas, cateos por parte de las Fuerzas Armadas del Ecuador a comunidades indígenas y una larga cadena de judicialización y violación a los derechos humanos por parte del Estado ecuatoriano que no cesa.

En Quito, la capital, el paro mantiene un campamento muy cerca del Centro Histórico, en un espacio público que se conoce como «El Árbolito», lugar con mucha carga simbólica de luchas y movimientos sociales; ahí se encuentra la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) organizando las actividades en la capital y coordinando las acciones a nivel nacional.

El Paro Nacional, es un esfuerzo político impulsado por el movimiento indígena para organizar acciones en la calles y mostrar al mundo que lo que viene promoviendo Rafael Correa en el exterior, no se ve reflejado en la sociedad ecuatoriana. Tan es así que sectores políticos contrarios al partido político que encabeza el gobierno nacional (Alianza País) se han sumado de diferentes formas desde el 2 de agosto hasta ahora.

Toque de churo (caracol) de dirigente indígena de la CONAIE. Fotografía: Braulio Hidalgo y Costilla

En suma, el levantamiento busca tirar las políticas y reformas denominadas «enmiendas estructurales» que buscan aprobarse en diciembre próximo; una de ellas es la reelección indefinida de funcionarios públicos (incluido el presidente), la cancelación de la consulta libre y popular, por mencionar algunas. Sumado está todo el hartazgo acumulado por las políticas extractivistas violatorias a los derechos humanos y de la naturaleza.

Sin duda Rafael Correa, presidente del Ecuador, ha insistido en que los y las que mantienen los bloqueos, cierres, marchas y organización social, son «un puñado de golpistas y cuatro pelagatos»; sin embargo la realidad es diferente.

Les compartimos parte de lo que ha pasado en estos días de lucha.