El 23 de septiembre de 2014 concluyó en Chihuahua, Chihuahua, la audiencia temática final Feminicidios y violencias contra la mujer. Con dicho evento culminó el trabajo de tres años en los que se realizaron pre-audiencias sobre este eje temático en San Cristóbal de las Casas, Chiapas (7 y 8 de marzo de 2012) y en la Ciudad de México (del 4, 5 y 6 de agosto de 2014); así como mesas de discusión, talleres y foros para preparar los temas y documentar los casos presentados. La Agencia Autónoma de Comunicación Subversiones estuvo presente en Chihuahua y ofrece, parafraseando una línea del intenso discurso de bienvenida a la audiencia final de este eje, el registro de su viaje «al corazón de las tinieblas».

El 23 de septiembre de 2014 concluyó en Chihuahua, Chihuahua, la audiencia temática final Feminicidios y violencias contra la mujer. Al respecto, en la página web del Tribunal Permanente de los Pueblos capítulo México (TPP-México) se expresa que durante el periodo de vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) este estado de la República se convirtió en el emblema mundial de la violencia en contra de las mujeres, no sólo por los cientos y cientos de asesinatos registrados, sino también por sus miles de mujeres desaparecidas.

A pesar de que en 2009 la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictó una sentencia por el caso de feminicidios del Campo Algodonero de Ciudad Juárez, en la que se exige al Estado mexicano implementar una serie de mecanismos para la prevención, sanción, garantía de no repetición, procuración de justicia y demás reparaciones de daños; los feminicidios y violencias contra las mujeres no sólo no han cesado sino que se han multiplicado y extendido en otros estados del país. Por esta razón la celebración de la audiencia temática final del TPP México sobre feminicidio en Chihuahua, es un acto de enorme peso simbólico que busca dirigir las miradas nacionales e internacionales hacia esta compleja problemática que lacera cada día la vida de miles de familias en el país.

Con dicho evento culminó el trabajo de tres años en los que se realizaron pre-audiencias sobre este eje temático en San Cristóbal de las Casas, Chiapas (7 y 8 de marzo de 2012) y en la Ciudad de México (del 4, 5 y 6 de agosto de 2014); así como mesas de discusión, talleres y foros para preparar los temas y documentar los casos presentados.

Pre-audiencia en Ciudad de México, agosto de 2014. Fotografía: Elis Monroy

Fotografía: Elis Monroy

En esta serie de pre-audiencias se mostraron y analizaron las violencias sistemáticas contra las mujeres y su incremento e intensificación a partir de la entrada en vigor del TLCAN en 1994. Se señaló como una de las causas el hecho de que, con la aplicación políticas económicas neoliberales, los valores del mercado han sido colocados por encima del valor de la vida de grandes sectores de la población, que se convierten en «desechables» dependiendo de una diferenciación social marcada por género, etnia, raza, clase social o ubicación geográfica. A esta situación le subyace la condición histórica de vivir en una cultura que aún hoy sostiene el poder patriarcal –que actúa bajo el supuesto de que «los hombres valen más porque pueden más» y por tanto ejerce, como si fuera un derecho, una tirana dominación sobre las mujeres–. Por lo anterior, la vulnerabilidad de las mujeres y los grupos sexo/genéricos se eleva fuertemente al ser sujet@s de discriminación, abuso y violencias dentro de un contexto que da mayor importancia a cualquier beneficio económico o «reconocimiento social» retrógrada antes que a sus derechos.

En este sentido el Estado mexicano es acusado de permitir, fomentar y reproducir las violencias de género y feminicidas, articuladas en un esquema de discriminaciones y construcciones sociales de inferioridad y de incumplir sistemáticamente con la tarea de garantizar los derechos de las mujeres y los grupos sexo/genéricos. Esto a pesar de que ha firmado prácticamente todos los instrumentos internacionales relativos a la necesidad de prevenir, sancionar y eliminar la discriminación y la violencia contra las mujeres, las niñas y contra la discriminación en general.

El término que se imprime tajantemente en todos y cada uno de los casos expuestos en este eje temático –y en realidad, en los siete ejes del TPP México– es el de impunidad. La impunidad impera y el ambiente institucional es de simulación e indiferencia; esto evidencia la permisividad y complicidad del Estado en dichos crímenes. Se nombran cada vez más como crímenes contra la humanidad –o de lesa humanidad– debido a que son cientos de casos y décadas de incumplimiento del deber por parte del sistema de «justicia» mexicano; más aún, la contundencia y crueldad de los casos que denuncian violaciones y abusos cometidos por agentes del Estado (policias, militares, marinos, o funcionarios públicos de cualquier índole) son impresionantes.

En cada uno de los dictámenes se ha expresado la criminalidad del carácter patriarcal (de dominación machista) y capitalista (de despojo y desvalorización de la vida) del sistema y del Estado, así como su incidencia y responsabilidad en la situación de profunda vulneración de los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas. En diversos testimonios quedó de manifiesto la práctica de invisibilizar a las víctimas o  peor aún de criminalizarlas directamente (para muestra el caso de Yakiri, que si bien no forma parte del proceso del TPP, muestra cabalmente buena parte de lo que se ha tratado en este eje). Se ha señalado, además de al Estado en su conjunto, a diversos perpetradores o responsables de las violaciones denunciadas, tales como empresas, bancos, mineras, gobiernos locales, estatales y federal; a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por ser prácticamente inservible, a ministerios públicos, a particulares, grupos de la delincuencia organizada, al ejército mexicano, grupos paramilitares, etc.

Esta cascada de acusados –no solamente hombres– deja ver la gravedad de la situación de las mujeres en México; pueden/podemos ser violentadas en prácticamente cualquier ámbito de sus/nuestras vidas, desde el más íntimo hasta el más público, a cualquier edad y casi en cualquier contexto, sin que esto conlleve consecuencias penales. Esta situación se agrava aún más para las mujeres indígenas, jóvenes o de bajos recursos.

En las audiencias, los casos se agruparon por subtemas para hablar específicamente de cada una de las diversas violencias que sufren las mujeres.

En la audiencia de Chihuahua los casos que se presentaron comprendieron los temas de: mujeres en situación de guerra; desaparición forzada y trata; situación de las defensoras de derechos humanos; violencia sexual y familiar; feminicidios; y violencia estructural. Durante dos días un auditorio lleno escuchó los testimonios y pruebas, mismos que fueron examinados por un jurado de cinco mujeres: Rita Segato, Mireille Fanon, Sylvia Marcos, Cynthia Bejarano y Rosa-Linda Fregoso, quienes a lo largo de sus carreras profesionales han investigado arduamente el abanico de temas expuestos.

Casi al inicio se realizó un homenaje a Emilia González importante defensora de derechos humanos con larga trayectoria de lucha en Ciudad Juárez. También se llevó una ofrenda de flores a la plaza Hidalgo, frente al Palacio de Gobierno, donde se encuentra la placa que marca el sitio del asesinato a sangre fría de Maricela Escobedo cuando pedía justicia por el feminicidio de su hija.

Anteriormente en la pre-audiencia de la Ciudad de México los temas de los casos fueron: violencias feminicidas; criminalización y discriminación; violencia obstétrica y médica; desigualdad, agresión y discriminación en el trabajo (remunerado y no remunerado); violencia y explotación sexual; violencia contra periodistas y comunicadoras y afectaciones a la libertad de expresión. El jurado lo conformaron: Andrea Medina Rosas, Blanche Petrich, Cynthia Galicia, Lucía Melgar y Ricardo Hernández.

Y en la pre-audiencia de Chiapas, los casos se refirieron a temas de: feminicidios y contrainsurgencia; violación al debido proceso; violencia feminicida, sexual y doméstica; y violencia estructural. El jurado lo compusieron: Alda Facio, Edda Gaviola, Jules Falquet, Pilar Noriega, Sara Dalila Mux Mux, Mariana Mora; las asesoras fueron Silvia Marcos, Teresa Pérez y Morna Macleod.

Exposición de casos en Ciudad de México. Foto: Elis Monroy

Exposición de casos en Ciudad de México. Foto: Elis Monroy

En los tres eventos se presentaron testimonios directos de personas que han sufrido estas violencias así como casos narrados por organizaciones que las acompañan. También se presentaron diagnósticos e informes que dan cuenta del contexto de violencias complejas en que se encuentran muchas mujeres y por el cual no acceden al ejercicio de sus derechos fundamentales.

En Chihuahua, previo a la lectura del dictamen se llevó a cabo un evento cultural en el que participaron principalmente mujeres jóvenes. El dictamen final se leyó en La Cruz de Clavos, obra escultórica que es memorial para las mujeres juarenses asesinadas –ubicada también frente a Palacio de Gobierno, en la plaza Hidalgo– y en la cual se fijo una placa que a la letra dice «El Estado Mexicano es culpable de los feminicidios y violencias de género, por no garantizar la vida, la dignidad, el trabajo y la libertad de las mujeres» firma «Tribunal Permanente de los Pueblos. Capítulo México: Libre comercio, violencia, impunidad y derechos de los pueblos. Chihuahua a 23 de septiembre de 2014».

Cabe mencionar que mientras se llevaban a cabo los trabajos del último día en la audiencia en Chihuahua, llegó a la Ciudad de México un grupo de integrantes de la organización Nuestras hijas de regreso a casa conformado por familiares de mujeres y niñas desaparecidas. El propósito: nada menos que iniciar una huelga de hambre frente a Los Pinos, la residencia oficial del presidente de la República. La exigencia, manifestada por milésima vez, es la de justicia para sus hijas, hermanas, amigas o madres. Esta vez se hará mediante una de las medidas de presión política más contundentes y riesgosas que conoce la resistencia civil pacífica. Es claro que ell@s no dejarán de luchar, incluso poniendo en riesgo la propia vida.

Hay esperanza en que el TPP realice todos los pronunciamientos, recomendaciones y cabildeos internacionales necesarios para visibilizar mundialmente el panorama mexicano. Tal vez junto –y sólo junto– con las acciones organizadas de la sociedad y las resistencias de los pueblos de México, se logre ejercer una presión efectiva que obligue al Estado a responder por sus actos y omisiones; porque parafraseando una línea del intenso discurso de bienvenida a la audiencia final de este eje: esto parece un viaje «al corazón de las tinieblas».