Mexico
(Español) Crónica de la llegada de los zapatistas a Viena y sus primeros días en Europa
La delegación aérea La Extemporánea llegó a Europa unos días después del regreso a México del Escuadrón 421. Antes de dividirse en grupos para recorrer todos los territorios de Europa que fueron invitados a visitar, participaron en encuentros con varios movimientos, organizaciones e internacionalistas en la capital austriaca, así como en diversas protestas. Su llegada estuvo marcada por el secuestro de dos compas zapatistas de la Junta de Buen Gobierno en Patria Nueva, Chiapas, un territorio al borde de la guerra civil, donde las comunidades zapatistas de raíces mayas se enfrentan a un número creciente de agresiones por parte de grupos paramilitares y narcotraficantes.
En plena Europa Central, el 14 de septiembre de 2021, un centenar de mujeres, hombres y niños zapatistas aterrizaron en Viena, Austria, la sexta ciudad más poblada de la Unión Europea, cerca de las fronteras con Hungría, República Checa y Eslovaquia. Organizados, con pasaportes, vacunas, protocolos sanitarios, cuarentena, documentación completa y boletos en mano, los compas zapatistas lograron romper el racismo transatlántico que intentó todo para impedir este viaje. El racismo de un México que considera a sus pueblos originarios “extemporáneos” (en el sentido de “inoportuno, inconveniente”, de “uno que no pertenece a estos tiempos”) y el racismo de la Fortaleza Europa que, escudándose en las normas sanitarias, no considera que cientos de reuniones con cientos de organizaciones, pueblos y movimientos en todo el continente sean un caso de fuerza mayor para conceder la entrada de esta delegación de 177 zapatistas.
En el aeropuerto de Viena, decenas de colectivos vieneses y de toda Europa -o Slumil K’ajxemk’op (“Tierra Insumisa” en lengua maya), como la rebautizó al continente el Escuadrón 421 a su llegada a Vigo el 22 de junio-, esperaban ansiosos al primer grupo de La Extemporánea. La delegación aérea cruzó las puertas de llegadas alrededor del mediodía, entre aplausos y cánticos de “¡Zapata vive, la lucha sigue!”, “EZLN”, “Los pueblos unidos jamás serán vencidos” y canciones revolucionarias en varios idiomas.
En las afueras del aeropuerto de Viena, la delegación zapatista fue recibida con mucha emoción y cálidas palabras por mujeres y migrantes austriacos que les dieron la bienvenida “a su casa” en alemán y español. Sin quitarse las mochilas, el Subcomandante Insurgente Moisés tomó el micrófono para dirigirse a sus anfitriones en Europa y hablar de la defensa de la naturaleza y la Madre Tierra. “La naturaleza perecerá. Esto es lo que hemos venido a deciros. ¿No lo creéis? Lo veréis”, advirtió. “Su nombre ya lo conocemos: es el capitalismo. Es el capitalismo el que está destruyendo la vida y la naturaleza”. Con camisa azul, gorra, visera de protección sanitaria y el rostro cubierto sólo por una máscara, prescindiendo por primera vez del pañuelo rojo y el pasamontañas, el Subcomandante Insurgente Moisés fue aplaudido durante su discurso de 13 minutos.
“Nosotros, los zapatistas, estamos aquí gracias a nuestros compas que cayeron en el levantamiento de 1994 cuando salimos a luchar contra el mal gobierno (…) Estamos aquí gracias a los compas que cayeron resistiendo y rebelándose. Nuestra rebeldía, nuestra resistencia, es que queremos gobernarnos como pueblos. (…) No queremos matar, no queremos morir. El problema es que no nos dan la oportunidad de hacerlo como nosotros, como hombres y mujeres, creemos que debe ser. Y es lo que llevamos haciendo desde hace 28 años: no disparamos, no matamos y no queremos morir. Queremos la Vida”, afirma el portavoz del EZLN.
Bajo un sol sorprendentemente fuerte para esta época del año en esta geografía, las mujeres mayas se protegieron del intenso calor con carpetas llenas de documentos, prueba de su lucha por entrar en Europa. Tras el discurso, se refugiaron a la sombra de un edificio y descansaron mientras los grupos se organizaban para llevar a las compas a sus alojamientos en distintos barrios de Viena, hasta donde se desplazaron en transporte público.
La Fuerza Aérea Zapatista aterrizó en una tierra insumisa cuya historia de dolor y resistencia va más allá de los valses y los palacios rococó a las orillas del río Danubio, el más grande de Europa después del Volga. Ricardo Loewe, del Comité de Solidaridad México-Salzburgo, explicó a los medios de comunicación independientes que “junto con Polonia y Hungría, Austria es un país del antiguo imperio de los Habsburgo que hoy lleva la bandera del racismo de Europa; es más que triste, es indignante, enfurece, porque aquí hay dramáticas reminiscencias del fascismo que todavía se sienten. Y, sin embargo, estamos recibiendo a la delegación zapatista; no es casualidad que vengan a Viena, donde hay muchos grupos que tienen gran simpatía por el zapatismo.”
Aparte de la Cripta Imperial, donde los turistas pueden visitar la tumba de Maximiliano, archiduque de Viena y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico de 1493 a 1519, el Museo Etnográfico exhibe su eurocentrismo y su narrativa colonial “con el Penacho de Moctezuma que parece un pollo muerto, tumbado, porque se está deshaciendo”. Las palabras de Loewe nos recuerdan también el pasado de la “Viena roja”, anterior a la dictadura fascista de Dolfus, así como el marxismo austriaco cristalizado, por ejemplo, en la plaza Friedrich Engels y el complejo multifamiliar Karl-Marx-Hof. Una compa austriaca, de 80 años, recuerda también los movimientos feminista y queer, el movimiento okupa y la cultura de la lucha anarcocomunista, “pequeña pero bien estructurada, no partidista”.
Algunas personas esperaban en el aeropuerto la recepción del segundo grupo, que se esperaba para la tarde del 14 de septiembre. Aunque este grupo no consiguió embarcar en Madrid en el vuelo de conexión a Viena, el acto cultural se celebró como estaba previsto. Además de la música, la poesía, la percusión y los cánticos colectivos, también hubo intervenciones en varios idiomas que expresaron no sólo la revuelta por el hecho de que el segundo grupo no haya podido embarcar en Madrid, sino también la alegría por la esperada llegada. Un compa migrante exclamó con vehemencia: “Si los zapatistas están atrapados en Madrid, en el corazón del colonialismo, entonces debemos ir por ellos, ¡aunque tengamos que ir caminando!”
No fue necesario porque, un día después, también alrededor del mediodía, más de 70 zapatistas aterrizaron y formaron alegremente una fila que salió del aeropuerto de la capital austriaca en otra mañana soleada. A pocos metros de la puerta de las llegadas internacionales, un grupo de anfitriones migrantes tomó la palabra:
Querido Compas, los migrantes de lengua española y portuguesa en la geografía de Viena te saludan y te dan la bienvenida. Somos un colectivo que se ha reunido para conocer y acompañar a ustedes, la delegación zapatista. Queremos que la voz de los migrantes se escuche en los diferentes frentes de la organización de la Jornada por la Vida en Austria. Nos preguntamos: “¿Cómo nos hubiera gustado ser recibidos al llegar del otro lado del océano?”. Y la respuesta fue que alguien nos hubiera dicho las siguientes palabras: ‘nosotros, los precarios, nosotros, los racializados, nosotros que luchamos por una voz migrante, nosotros que hablamos alemán con acento en la geografía llamada Viena, ¡os saludamos y os damos la bienvenida! Nuestra casa es vuestra casa”.
Por CompasZapatistas, colectivo de migrantes en Viena
El equipo de streaming se instaló durante dos días consecutivos frente a las puertas de las llegadas internacionales bajo la mirada incrédula de los viajeros y de los policías del aeropuerto. Con varias cámaras, el equipo pudo documentar las emociones de grandes decenas de activistas y simpatizantes del movimiento zapatista al ver las columnas rebeldes, mientras ambos grupos se fotografiaban y filmaban con sus teléfonos. Antes de acompañar a los grupos en los transportes públicos hasta sus alojamientos, los medios independientes realizaron pequeñas entrevistas a los presentes y documentaron los actos de recepción y las actividades culturales y artísticas que marcaron la historia de una invasión muy diferente. Documentaron el reparto por parte del Subcomandante Insurgente Moisés de los billetes de tren a los recién llegados que, a pesar de los largos viajes, se mostraban sonrientes y alegres por pisar por primera vez, tras una larga espera, el “verde pasto” europeo.
En ambos actos, estuvieron presentes colectivos y organizaciones internacionalistas, feministas, antifascistas y anticapitalistas de Austria: Zapalotta, Compas Zapatistas Viena, Asamblea Latinoamericana-Viena, Comité de Solidaridad México-Salzburgo, Ni Una Menos Austria, EKH, Frauenzentrum, KomIntern-y de toda Slumil K’ajxemk’op-Colectivo Acción Solidaria, Mujeres y Disidencias de la Sexta en la Otra Europa y Abya Yala-RRR, RAZB (Bélgica), Café Libertad Kollektiv de Hamburgo, y asambleas zapatistas de Berlín, Frankfurt y Wendland (Alemania), LAPAZ (Italia), Yretiemble, ¡Compas Arriba! , Medios de Comunicación Independientes con la Gira, y personas de diferentes organizaciones implicadas en la organización de esta Jornada por la Vida desde Portugal hasta Finlandia, desde el Estado español hasta Eslovenia y Grecia.
Mujeres zapatistas participan en protesta contra los feminicidios en Austria
A poco más de 48 horas de haber llegado a la capital austriaca, un gran contingente de mujeres mayas zapatistas se unió a una protesta a última hora del jueves 16 de septiembre para exigir justicia por Shukri y Fadumo, dos mujeres de origen somalí asesinadas dos días antes en Viena, y que este doble feminicidio no quede impune. Esta protesta fue convocada por Ni Una Menos-Austria, que agradeció “a los compas zapatistas su apoyo en nuestra concentración y marcha en este triste día”.
Frente a la monumental iglesia de Karlsplatz, las compas escucharon, aplaudieron y filmaron diferentes intervenciones de mujeres somalíes y de otros países de Europa y África que se expresaron en sus diferentes idiomas, especialmente en somalí, árabe, español y alemán austriaco. Cientos de jóvenes feministas e internacionalistas portaban banderas y carteles contra el patriarcado y el racismo. Gritaron consignas y corearon una versión en alemán de “Canción sin miedo” de Vivir Quintana, antes de encender en silencio las luces de sus teléfonos al caer la noche.
Tras escuchar historias de sufrimiento en varios idiomas, los miembros de La Extemporánea continuaron el recorrido de la marcha de mujeres austriacas y migrantes por las grandes calles rodeadas de imponentes edificios.
El tañido de la campana de la iglesia de Karlsplatz no pudo ahogar las voces fuertes ni los silencios de las mujeres que expresaban su dolor y que los teléfonos de los compas zapatistas y la cámara de video del compa de Tercios Compas intentaron captar. Asignado con el deber de documentación audiovisual de la delegación del EZLN, fue el único hombre zapatista presente en la concentración y la marcha nocturna. Las vibraciones antipatriarcales, antirracistas e internacionalistas de la primera marcha europea de la Sección Miliciana de Ixchel-Ramona pudieron percibirse en el streaming realizado por los medios de comunicación independientes desde Karlsplatz en Viena, con comentarios en español de los anfitriones de Zapalotta y del Comité de Solidaridad México-Salzburgo, explicando el contexto y el significado de las protestas contra los 21 feminicidios ocurridos en Austria en 2021.
Sin duda, mucha emoción marcará el recuerdo de las compas milicianas, vestidas con camisetas rosas, vaqueros y botas de cuero, dispuestas a caminar y a escuchar, intercambiar y aprender de las luchas de cientos de colectivos insumisos europeos que las invitaron y exigen incansablemente “¡Ni una menos!”, “¡Alerta Feminista!” y “¡Detengan los feminicidios!”
Llegada de La Extemporánea marcada por el secuestro de dos zapatistas en Chiapas
El 17 de septiembre, medio centenar de zapatistas, mujeres y hombres, reforzaron el contingente internacional reunido frente a la embajada de México, en el lujoso centro histórico de la antigua capital del Imperio de los Habsburgo. Esta protesta encendió una campaña internacional para denunciar el paramilitarismo y exigir el regreso con vida de José Antonio Sánchez Juárez y Sebastián Núñez Pérez, compas de la Junta de Buen Gobierno “Nuevo Amanecer en Resistencia y Rebeldía por la Vida y la Humanidad” del Caracol 10 “Floreciendo la Semilla Rebelde”, en Chiapas
Fueron secuestrados el 11 de septiembre en la comunidad 7 de Febrero, municipio de Ocosingo, Chiapas. Esta comunidad es la sede de ORCAO, organización paramilitar que desde hace varios meses viene perpetrando una serie de acciones criminales contra las Bases de Apoyo del EZLN en la comunidad autónoma de Moisés-Gandhi.
Frente al edificio monumental de la diplomacia mexicana, decenas de activistas de toda Europa denunciaron con el megáfono, pancartas y carteles, la implicación del gobierno en la violencia antizapatista. Las intervenciones en español, alemán, griego, francés, portugués y gallego, así como la reciente declaración de las organizaciones que acogen al EZLN y al CNI, denunciaron la complicidad tanto del gobierno federal de López Obrador como de Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas, en los ataques paramilitares realizados no sólo contra los campesinos mayas zapatistas, sino también contra los defensores de los derechos humanos.
Al final de la manifestación, el Subcomandante Moisés, vestido de negro y cerrando la columna zapatista, se dirigió al edificio diplomático y, a modo de despedida, levantó dos veces el dedo medio, momento que captamos en video y que publicamos aquí con su consentimiento.
Los zapatistas visitan el campamento contra un megaproyecto en Viena
En la mañana del sábado 18 de septiembre, una delegación zapatista tuvo por primera vez un encuentro público con un movimiento de resistencia que, desde abajo y a la izquierda, se enfrenta al mal gobierno en esta Tierra Insumisa. El escenario es un campamento en Lobau, en las afueras de Viena, con una impresionante infraestructura -cocina, cafetería, puntos de información y una treintena de tiendas de campaña-, montado para proteger un raro ecosistema en lo que es uno de los grandes centros de la Hidra capitalista que, en su afán de crecimiento desenfrenado e infinito, se traga montañas, pastizales, ríos y humedales para sustituirlos por metrópolis, desiertos de concreto, agroindustrias, minas y un sinfín de megaproyectos que siembran la muerte donde antes había vida.
Alrededor de 60 zapatistas, hombres y mujeres, se reunieron con jóvenes ambientalistas que, con amplio apoyo de la población local, resisten desde agosto contra los planes del gobierno austriaco de construir una autopista que atraviese la mayor reserva natural de la ciudad, zona protegida desde 1978 y parte del Parque Nacional Danubio-Auen desde 1996.
En un primer momento de intercambio, los participantes en la acampada contaron a los zapatistas la historia del lugar, el proyecto y por qué defienden el que es el único paisaje de este tipo que permanece ecológicamente intacto no sólo en la ciudad, sino en toda Europa Central. Esta zona alberga 800 especies de plantas, así como 100 especies de aves nidificantes, más de 50 especies de mamíferos, reptiles y anfibios y 67 especies de peces.
Entre intervenciones y preguntas de ambas partes, se discutieron las estrategias de resistencia para defender el territorio: se habló de pacifismo, desobediencia civil, ocupación y violencia. Los activistas locales explicaron que todo el movimiento en Lobau es pacífico y que ésta es una condición fundamental para mantener el amplio apoyo de la comunidad. Aunque la mayoría de los acampados son jóvenes, los vecinos han colaborado y ayudado, permitiendo, por ejemplo, que los jóvenes acampados se duchen en sus casas.
Incluso se ha llegado a un acuerdo con la policía para que, si la protesta se mantiene sin violencia, avisen a los ocupantes con un día de antelación en caso de orden de desalojo.
Si esto resulta extraño para alguien que viene de una geografía del sur de Europa y, a diario, ve imágenes de policías reprimiendo y agrediendo violentamente a una población indefensa, no podemos imaginar lo extraño que suena para alguien de México, donde la violencia es una certeza cotidiana, y la policía una fuerza más de represión y violencia gratuita.
“¿Y si no se van?”, preguntan los zapatistas.
Explican que, si se enfrentan a una orden de desalojo y no se van por su cuenta, serían detenidos durante 24 horas y luego liberados, sin ninguna acusación. Lo que significa que “no pasa nada y volvemos a acampar”.
“Es como si yo te dijera ‘te voy a dar una paliza’, y tú me dijeras ‘no, no lo hagas’, y entonces no lo hago”, comenta SubMoy, sorprendido, preguntando entonces si este tipo de acciones tienen algún resultado. Lo cierto es que, desde el inicio de las ocupaciones en Lobau, las obras de construcción de la autopista y sus accesos están paradas.
Después de una buena hora en la que ambos movimientos compartieron sobre sí mismos e intercambiaron ideas e impresiones sobre la resistencia, los zapatistas recibieron un recorrido por el sitio de acampada. Luego partieron hacia un segundo sitio ocupado, a 15 minutos a pie, el patio de construcción con todas las máquinas. Allí, los zapatistas y los demás presentes se dividieron en dos grupos y conocieron los dos campamentos instalados allí, más pequeños que el principal.
Fue en uno de esos campamentos donde todos se reagruparon frente a una torre, construida por los manifestantes, para grabar un video en apoyo a la resistencia de Lobau.
Hasta que, de repente, empezó a llover a cántaros y las decenas de personas tuvieron que refugiarse bajo una larga lona, lo que no impidió que la mayoría se empapara.
En ese momento, la mayoría de los compas zapatistas decidieron regresar a sus alojamientos. Un grupo de mujeres zapatistas alojadas en el Frauenzentrum (Centro de Mujeres) decidieron quedarse en Lobau mientras esperaban la comida a la que habían sido invitadas.
En esa hora de espera, hubo otro momento de discusión e intercambio, esta vez más informal, en el que los compas compartieron la historia del movimiento zapatista desde 1986, la preparación para el levantamiento de 1994 y el papel de sus promotores de salud y educación, poniendo especial énfasis en la participación de las mujeres en todo el proceso. También abordaron el tema del consumo de alcohol en las comunidades, los problemas que surgieron de él tanto en el ámbito militar como en el familiar, y cómo, como comunidades y pueblos, decidieron enfrentarlo.
Un compa menciona que “Los zapatistas vienen a dar esperanza y a inspirarnos con todo lo que ya pudieron construir en Chiapas. Son una verdadera biblioteca ambulante”. Para concluir, los zapatistas subrayan que por el momento son un movimiento pacífico y que se resisten a tomar las armas a pesar de las provocaciones.
La zona de Lobau, en el Parque Nacional Danubio-Auen, es lo que queda de un enorme ecosistema húmedo que se extendía por las márgenes del Danubio, destruido en el proceso de movimiento de tierras para la expansión e industrialización de la capital austriaca a finales del siglo XIX.
Fue en este lugar tan especial donde se produjo el primero de los encuentros entre zapatistas y movimientos y resistencias en la Europa Insumisa, objetivo principal de este primer capítulo del Viaje por la Vida. Fue también en este Parque Nacional donde, en 1984, tuvo lugar uno de los principales procesos de resistencia de la historia reciente de Austria. El plan de construcción de una central hidroeléctrica en el límite oriental del parque desencadenó una oleada de protestas que culminó, en diciembre de ese año, con la ocupación del lugar que las máquinas estaban dispuestas a destruir. El 8 de diciembre, 8.000 personas se manifestaron en el lugar y algunos cientos iniciaron una ocupación permanente del espacio, obligando a detener la construcción.
El 19 de diciembre, un contingente de 800 policías expulsó violentamente a los 3000 manifestantes que permanecían en el lugar. Los enfrentamientos se saldaron con dos docenas de heridos y una ola de indignación en Viena, donde 40 mil personas se manifestaron esa misma noche. Temiendo una revuelta, el gobierno anunció la suspensión del proyecto un par de días después y, a principios de enero, el Tribunal Supremo anunció la prohibición de cualquier construcción en la zona. La ocupación terminó y, meses después, el proyecto se abandonó definitivamente.
Esta lucha se recuerda como uno de los momentos más importantes del proceso democrático en Austria, y fue la primera vez que la desobediencia civil fue ampliamente aceptada como estrategia para hacer valer la voluntad del pueblo frente a las intenciones del mal gobierno. Desde ese año, casi todos los megaproyectos en Austria se han enfrentado a algún grado de resistencia popular. En 1996, la construcción de una central hidroeléctrica en Lambach se retrasó debido a una ocupación y, en 2003, un proyecto similar para la zona de Lobau también se detuvo tras una ocupación simbólica del lugar.
El CNI y el FPDTA llegan a Austria y se unen al EZLN para la manifestación de la Huelga Climática en Viena
Los grupos de Escucha y Habla que conforman La Extemporánea comenzaron, el 22 de septiembre, a viajar a las geografías que constituyen la primera zona de este Viaje por la Vida -Alemania, Escandinavia, Europa del Este y los Balcanes-. A última hora de la tarde de ese mismo día, aterrizó en Viena la delegación de 16 personas del Congreso Nacional Indígena (CNI-CIG) y del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua (FPDTA) que acompañan al EZLN en este Viaje.
Dos días después, la delegación del CNI y el FPDTA participaron, junto con decenas de zapatistas presentes en la ciudad, en la manifestación de la Huelga Climática. Veinte mil personas salieron a las calles de la capital austriaca exigiendo un cambio urgente para enfrentar la crisis climática.
La manifestación partió hacia la 1 de la tarde de Praterstern y cruzó las grandes avenidas de Viena en una caminata de 4 km llena de consignas en inglés y alemán que exigían justicia climática, una acción urgente para combatir el calentamiento global, un cambio de sistema y en apoyo de la resistencia en Lobau, en las afueras de la ciudad, contra la construcción de una autopista en su reserva natural más importante. Terminó en el Parlamento austriaco, donde los últimos manifestantes llegaron dos horas y media después del inicio de la marcha.
Tras los discursos de la organización y la actuación de una banda local, los compas subieron al escenario y compartieron el mensaje de los indígenas en México con miles de personas, frente a ese mismo majestuoso balcón desde el que Hitler habló en 1938, siendo aplaudido por cientos de miles de personas y consumando la anexión de este territorio por la Alemania nazi.
Esta vez el mensaje fue muy diferente. Primero habló Libertad, una compa zapatista que contó la historia de una mujer.
No importa el color de su piel, porque tiene todos los colores. No importa su lengua, porque escucha todas las lenguas. No importa su raza ni su cultura, porque en ella habitan todas las formas de vida. No importa su estatura, porque es grande y, sin embargo, cabe en una sola mano. Cada día y cada hora, esa mujer es violada, golpeada, herida, violada, engañada, despreciada. Un macho ejerce su poder sobre ella, cada día y cada hora. Ella viene a nosotros, nos muestra sus heridas, sus dolores, su pena, y nosotros sólo le damos palabras de consuelo, de lástima, o la ignoramos. Tal vez, como una limosna, le damos algo para aliviar sus heridas, pero el macho continúa con su violencia.
Nosotros y tú sabemos cómo terminará esto. Será asesinada y, con su muerte, todo morirá. Podemos seguir dándole palabras de esperanza y remedios para sus dolencias. O podemos decirle la verdad: la única medicina que puede tratarla y curarla por completo es enfrentar y destruir al que la viola. Y también podemos, en consecuencia, unirnos a ella y luchar a su lado.
Nosotros, los pueblos zapatistas, llamamos a esta mujer “Madre Tierra”. Para los machistas que la oprimen y humillan, usen el nombre, la cara y la forma que quieran. Nosotros, los pueblos zapatistas, llamamos a este macho asesino con un nombre: capitalismo.
Y llegamos a esta geografía para preguntarle: ¿vamos a seguir pensando que con pomadas y tranquilizantes podemos resolver los golpes de hoy, aunque sabemos que mañana la herida será más grande y profunda? ¿O lucharemos a su lado?
Nosotros, las comunidades zapatistas, decidimos luchar junto a ella, en su nombre y por ella.
Libertad termina su discurso entre aplausos y cánticos de: “Ah, Anti, Anticapitalistas”. A continuación, Isabel, una mujer otomí residente en la Ciudad de México que forma parte del CNI, toma la palabra y se dirige a la multitud, primero en otomí y luego en español:
Hoy estamos viendo que los que vivimos en la ciudad no tenemos derecho a ella, y los que vivimos en nuestros pueblos estamos desposeídos. Hay muchas empresas que nos han estado engañando sobre el progreso. Tenemos la termoeléctrica, el tren maya, los parques eólicos, los padres de Ayotzinapa, y los agroquímicos que aquí en los países desarrollados ya no se venden y se llevan a nuestros pueblos para matarnos a todos.
Hoy estamos aquí los pueblos del otro lado del mundo para caminar juntos. Por eso nosotros, el Concejo Indígena de Gobierno, estamos caminando al lado de nuestras hermanas y hermanos zapatistas. Esta es una Jornada por la Vida porque, si la Madre Tierra perece, si la matamos todos juntos, pereceremos con ella, moriremos con ella. Por eso le decimos al capitalismo y al patriarcado que lo único que queremos es nuestra autonomía, nuestros pueblos, nuestras aguas libres de contaminación, nuestros ríos. No queremos más capitalismo, no queremos más empresas. Y también decimos que no olvidamos y no nos rendimos y hasta la victoria… ¡Zapata vive!
Y el público responde: “¡La lucha sigue!”
A diferencia del discurso de Hitler, estos dos discursos no serán cubiertos por los medios de comunicación, no aparecerán en los libros de historia, pero cumplen la función de, a través de la escucha y la palabra, sembrar esa resistencia y rebeldía, que es el objetivo principal de esta Jornada por la Vida.
Estas dos mujeres indígenas, con sus palabras, conmovieron a miles de personas, la mayoría de ellas jóvenes y niños. Muchos son conscientes de los problemas del mundo, críticos con el sistema capitalista y ansiosos por ver un cambio que sabemos urgente y necesario pero que, en estas tierras europeas, aún no sabemos cómo construir. En el corazón de la bestia, estas dos mujeres indígenas sembraron en la nueva generación la esperanza y la certeza de que la única forma de evitar el colapso colectivo al que se dirige la humanidad -y el planeta- es organizarse y construir esa solidaridad entre los pueblos que no mira fronteras ni distancias, y caminar juntos hacia ese “mundo donde caben muchos mundos”.
Un poco después de estos discursos, mientras comenzaba otro acto musical, los compas zapatistas, el CNI y el FPDTA, junto con otras personas y colectivos solidarios, caminaron hacia la Embajada de México. Como parte de una acción convocada por el EZLN en su último pronunciamiento, “Chiapas al borde de la guerra civil”, que se realizó ese día en más de cincuenta ciudades del mundo, la manifestación exigió el cese inmediato de los ataques a las comunidades zapatistas de Chiapas, que han sido objeto de reiteradas agresiones y provocaciones por parte de grupos paramilitares con el apoyo, cuando no la colaboración directa, de los gobiernos federal y de Chiapas.
Durante estos días, a puerta cerrada, las zapatistas, el CNI y el FPDTA celebraron otros múltiples encuentros de Escucha y Habla con mujeres palestinas, con mujeres de habla hispana y portuguesa, y con otras comunidades y luchas en Viena, para discutir los asuntos que traen estos pueblos indígenas a Europa en esta Travesia por la Vida.
Partes de este artículo se basaron en notas escritas colectivamente por los medios independientes presentes en Viena, publicadas originalmente en español y portugués en Radio Zapatista, Pozol.org y Guilhotina.info.
Traducido al inglés por Ana Sophie y Ana Cristino
Traducciòn al español por RZ
(Español) La desaparición de Claudia Uruchurtu: un iceberg que emerge en Oaxaca
Por Rafael E. Lozano
Una versión de este texto fue publicado en Corriente Alterna
En portada: Claudia Uruchurtu, activista de Nochixtlán, es víctima de desaparición forzada desde el 26 de marzo de 2021. Foto cortesía de la familia Uruchurtu.
“¿Es un huesito de pollo o de mano?”, pregunta una de las mujeres que busca a sus familiares desaparecidos en el basurero de residuos orgánicos en los Valles Centrales de Oaxaca.
–¿A ver? –responde su compañera, y suelta la pala con que cava.
Ambas analizan el hueso detenidamente, lo comparan con su propia mano.
–No –concluye la segunda– es de pollo. Déjalo allá para que las demás lo vean.
Es 13 de agosto de 2021. Ocho mujeres y dos hombres, integrantes de la asociación civil Sabuesos Guerreras, participan en las primeras jornadas de búsqueda de la recién creada Comisión Estatal de Búsqueda de Personas del Estado de Oaxaca.
Van vestidas para aguantar el sol, con gorras y botas. También llevan cubrebocas y alcohol para evitar un posible contagio de covid-19. Llegaron de madrugada en tres camionetas cargadas con picos, palas y varillas que ellas mismas consiguieron.
En este tercer día de la jornada de búsqueda se les notificó que no contarían con la custodia de la Guardia Nacional, que las había escoltado por barrancas y ríos durante las dos jornadas previas. Tampoco acudirá la titular de la Comisión Estatal de Búsqueda. La expedición queda, hoy, completamente en manos de los y las rastreadoras:madres, hermanas, esposas e hijas que se han visto orilladas a buscar por cuenta propia a los seres que aman.
“¿A quién buscan esta ocasión?”, les preguntó la prensa unos días antes, cuando anunciaron la jornada.
“A todos”, respondieron ellas, inmediatamente.
Claudia Uruchurtu
El caso más reciente de desaparición forzada por motivos políticos en Oaxaca es el de Claudia Uruchurtu Cruz, una mujer de 48 años de edad. Antes de ser desaparecida en Nochixtlán, su lugar de residencia en la región mixteca del estado, documentó y denunció la corrupción en el gobierno municipal encabezado por la alcaldesa Lizbeth Victoria Huerta.
La noche del 26 de marzo de 2021 Claudia participaba en una manifestación en la plaza central de Asunción Nochixtlán. Al terminar, hombres desconocidos la forzaron a subir a una camioneta roja. Desde entonces está desaparecida.
Elizabeth Uruchurtu Cruz explica que su hermana Claudia había documentado el desvío y malversación de fondos del gobierno municipal, durante la administración de Lizbeth Huerta, quien en 2021 hacía campaña para reelegirse en el cargo.
Claudia había regresado a Oaxaca luego de visitar a sus hermanas en el Reino Unido en 2018. Volvió con el propósito de votar por Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales.
“Le dijimos: ‘Quédate, ya va a empezar el verano’ –recuerda Elizabeth–. Nos dijo que no, que ella se tenía que regresar porque López Obrador estaba de candidato y tenía que ir a votar, porque una vez que llegara López Obrador las cosas iban a cambiar”.
Ese mismo día, primero de julio de 2018, Lizbeth Victoria Huerta fue electa presidenta municipal de Asunción Nochixtlán a través de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES). Era la primera vez que una mujer ocupaba la presidencia municipal y la primera vez que Nochixtlán era gobernado por un partido diferente al PRI.
Pero poco cambió. Cuenta Elizabeth: “Cuando empieza la nueva administración y Claudia se da cuenta de que, en lugar de que estén invirtiendo el dinero en mejorar el pueblo se lo están gastando en pendejadas, ahí empieza la denuncia…”
Claudia detectó que, con la llegada de Victoria Huerta al gobierno municipal, sus familiares estrenaron motocicletas, otros recibieron cargos públicos y la misma alcaldesa adquirió un reloj valuado en más de 160 mil pesos, entre otros lujos.
Claudia acudió a los tres niveles de gobierno para denunciar los hechos: presentó quejas ante el Órgano Interno de Control del Ayuntamiento de Nochixtlán, la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca, al Congreso del Estado de Oaxaca, la Secretaría General de Gobierno de Oaxaca, la Secretaría de Gobernación federal y la Fiscalía General de la República, entre otras instancias. Nadie le respondió satisfactoriamente.
“Claudia nunca caracterizó su trabajo como activismo porque, en su pensar, toda la gente debería de estar luchando por sus derechos. Ella, simplemente, lo veía como su deber, como algo que cada uno debería estar haciendo para mejorar las condiciones en las que vives”, cuenta su hermana.
“Yo creo que, ahí, lo que pasó es que empezaron a ponerle presión al municipio por la cuestión de las auditorías. Llegó un momento dado en que las autoridades municipales decidieron que Claudia era muy incómoda”.
La alcaldesa Lizbeth Victoria Huerta fue detenida el 7 de mayo de 2021, junto con dos de sus colaboradores cercanos, acusados de la desaparición forzada de Claudia Uruchurtu. Otras dos personas fueron detenidas el 22 de julio del mismo año. Todas están en espera de sentencia. La audiencia de defensa está prevista para el próximo miércoles 13 de octubre.
Elizabeth advierte que esto es inédito, en comparación con la impunidad que prevalece en el resto de los casos de desaparición en Oaxaca. Respecto del caso se han pronunciado la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, Amnistía Internacional y parlamentarios del Reino Unido.
“Hemos tenido un acceso a las autoridades que no toda la gente tiene. Es, realmente, lamentable que tenga que ser así”.
Pese a todo, Claudia Uruchurtu sigue desaparecida.
El tamaño de la impunidad
Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, desde 1964 han sido reportadas como desaparecidas o no localizadas 3,629 personas en Oaxaca. El 90% de los registros corresponden a los últimos 10 años, durante los gobiernos de Gabino Cué Monteagudo (2010-2016) y Alejandro Murat Hinojosa (que empezó en 2016 y termina en 2022).
El mismo registro indica que 362 personas aún permanecen en calidad de desaparecidas o no localizadas. Sin embargo, diversas organizaciones no gubernamentales coinciden en que la cifra real es mayor. La Plataforma de Violencia Feminicida en Oaxaca, por ejemplo, ha documentado la desaparición de 1,415 mujeres sólo en lo que va del gobierno de Alejando Murat.
Por otra parte, en las últimas dos décadas (entre el 2000 y el 30 de julio de 2021) sólo 35% de las personas que fueron reportadas como desaparecidas, no localizadas y localizadas, cuentan con una investigación abierta en la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, según informó la propia institución.
Al mismo tiempo, el Poder Judicial del Estado informó que en los últimos 21 años únicamente ha iniciado 34 juicios por desaparición, pero no ha emitido una sola sentencia condenatoria.
Aprender a rastrear
Sabuesos Guerreras AC es una de las diversas organizaciones que buscan personas desaparecidas en México. La fundó en Sinaloa María Isabel Cruz Bernal, madre de Yosimar García Cruz, desaparecido en Culiacán el 26 de enero de 2017.
En 2020 la organización llegó a Oaxaca. Seis de sus integrantes viajaron al estado del sureste para capacitar a otras madres buscadoras.
“Llevamos, hasta la fecha –con cuatro años y seis meses desde su creación–, más de 180 cuerpos localizados. Tenemos más de 18 mil fragmentos calcinados y seguimos encontrando”, explica María Isabel.
Con el apoyo de las madres de Sinaloa, las buscadoras oaxaqueñas crearon Extensión Oaxaca. Marta Pablo Cruz es su representante. Ella busca a su hijo Jassiel Vladimir Florean Pablo, desaparecido el 21 de mayo de 2019 en Tlapa de Comonfort, Guerrero.
A María Isabel y a Marta las une haber nacido en Oaxaca y la convicción de buscar a sus hijos desaparecidos. Como ellas, sus demás compañeras buscan a familiares, cargan con ellas sus fotos y los nombran todo el tiempo: Félix Arturo Ayala Tamayo, José Manuel Macías Mendoza, Ángela Sánchez Cruz, Miguel Enrique Cárdenas Echavarría, Luis Alberto Hernández López.
La alianza entre las familias sinaloenses y oaxaqueñas se comenzó a cocinar a principios de 2020, durante un taller en el que compartieron experiencias de búsqueda, y se formalizó en septiembre del mismo año, cuando nombraron a Marta coordinadora general en Oaxaca.
Marta cuenta que las Sabuesos Guerreras de Sinaloa les enseñaron a enfrentar a servidores públicos, a solicitar las carpetas de investigación de su hijos –que no les habían entregado–, a exigir avances y a presentar quejas en las comisiones estatal y nacional de derechos humanos.
Se acompañan a las fiscalías cuando es posible y se esperan hasta que salgan, aunque llegue la noche. “Esas muestras de cariño, esas muestras de apoyo… Tengo más con esta gente que no es mi familia… Son hermanas del mismo dolor que estamos pasando porque hay esposas, hay madres, hay hermanas que buscan”, dice Marta.
Apenas llegan a la entrada del basurero de residuos orgánicos, las rastreadoras de Sinaloa descargan picos, palas, cernidores, varillas, radios y silbatos. También traen un dron para exploración aérea.
Reconocen el terreno y se dividen: un grupo irá al área de restos animales, llena de huesos; y otro grupo se irá más al fondo, a las pilas hediondas de basura orgánica, que desprenden vapor por la putrefacción.
Enseñan a las oaxaqueñas a identificar posibles fosas: zonas en las que la vegetación cambia o se hunde un poco, debido a las excavaciones. Les muestran cómo limpiar el área, cómo excavar, cómo usar y oler la varilla con la que punzan la tierra para diferenciar los olores del subsuelo e identificar el singular tufo de la descomposición humana.
Les comparten, con rabia y cariño, los conocimientos y la experiencia que han acumulado luego de tantos años de buscar “tesoros”, como llaman a sus seres queridos.
–¿No se entristecen cuando, después de una búsqueda, no encuentran nada? –les pregunta uno de los hombres oaxaqueños que está aprendiendo a oler la tierra para rastrear fosas, sorprendido de que las sinaloenses no suelten la herramienta ni en sus momentos de descanso.
–Nos entristecemos cuando encontramos algo –responde una de ellas, sin detenerse.
Lo que no hace el Estado
A raíz de la desaparición forzada de Claudia Uruchurtu, las autoridades federales realizaron diligencias de búsqueda, para las cuales solicitaron la colaboración de la Fiscalía estatal y de la Secretaría de Gobierno de Oaxaca.
El personal enviado para apoyar en un primer momento, recuerda Elizabeth, hermana de Claudia, fueron las secretarias administrativas del gobierno estatal. “Entonces, ahí, vienen todas las secretarias de la oficina a hacer labor de campo”.
Es desesperante, lamenta Elizabeth, que la búsqueda no se apoye en una la investigación judicial y científica, sino en acciones improvisadas: “Nos ha parecido muy triste el desperdicio de recursos. Si no hay líneas de búsqueda que salgan de la investigación, ¿a qué chingados vienen (a buscar)? Es como si pusieran un dedo al aire y dijeran ‘ahí vamos a buscar’, y entonces ahí viene la Guardia Nacional, y ahí vienen los dos binomios caninos que hay en el Estado, y ahí viene todo mundo”. Se trata, en suma, de una búsqueda a ciegas.
Esos recursos, en cambio, faltan ahí donde las búsquedas no cuentan con el interés de las autoridades, como es el caso de la jornada que realizan las Sabuesos Guerreras en el basurero orgánico.
Abrir paso a la esperanza
Al terminar el día las Sabuesas Guerreras han rastrillado la zona entera.
“Parece que no logramos nada, pero hicimos un chingo”, dice una de ellas durante una reunión final en la entrada del basurero. Han pasado horas extenuantes de trabajo bajo el sol para abrir la tierra y darle paso a la esperanza con cada golpe de pala. En medio de la basura y la podredumbre reaccionan visiblemente nerviosas ante cada camioneta que se acerca y pasa de largo. No olvidan que buscar desaparecidos es una labor peligrosa, que es un trabajo que no les corresponde. Años y años de negligencia y desprecio gubernamental les ha dejado una convicción: “Si no los buscamos nosotras –dicen–, nadie lo va a hacer”.