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(Español) Banco Mundial anuncia que se avecina una crisis mucho peor que con la Covid-19
Fuente: Avispa Midia
Por Santiago Navarro F
En portada: Cierres de infraestructura clave, como el Puerto de Ningbo-Zhoushan, Zhejiang en China, han creado “cuellos de botella” en la circulación de productos industriales alrededor del mundo.
El Banco Mundial (BM) ha alertado que, por la guerra entre Rusia y Ucrania, están aconteciendo pérdidas económicas severas en la región de Europa, Asia Central y el resto del mundo. Este escenario es considerado, por este organismo, como la segunda crisis más importante en estos dos años, así como la sexta recesión global más grave.
Las previsiones son benéficas para las empresas y gobiernos productores de petróleo, pero los impactos más severos recaen en las poblaciones y países más pobres. El BM señala en su documento llamado Guerra en la región: Europa y Asia Central, presentado este 2022, que se prevé que 40 millones de personas podrían cruzar el umbral de pobreza extrema. No obstante, en 2021, con la COVID-19, el Banco ya había documentado que al menos 100 millones de personas se sumaban a este umbral.
Además, la Organización de las Naciones Unidas ya registraba que, en 2019, la pobreza mundial rebasaba 1,300 millones de personas que viven por debajo de 1.90 dólares al día.
El BM, en su documento recién lanzado, muestra su preocupación por el ritmo de producción de mercancías y servicios, ya que en 2022 prevé una caída del doble de lo que fue la recesión sufrida en 2020. “Los países de la región ya se estaban preparando para una ralentización de la recuperación del COVID-19 que comenzó en 2021, debido a la reducción del crecimiento”, pero con la guerra empeoró la situación señala el Banco.
El documento anuncia que las continuas interrupciones en las economías, por la COVID-19 y la escalada de las tensiones geopolíticas, ya deja sentir los impactos a través de múltiples canales, como los mercados financieros y de materias primas, los vínculos comerciales y migratorios y en la confianza de los inversores.
Estos contextos han golpeado principalmente los bolsillos de los consumidores con la subida de precios de los energéticos y los alimentos a nivel mundial. Esto es uno de los factores, al que atañe el BM, “han llevado a un número significativo de personas a la pobreza extrema”.
Tras la guerra en Rusia y Ucrania, la región Euro-Asiática sintió inmediatamente los efectos y, posteriormente, en escalada, ha impactado al resto del planeta. Rusia es un importante exportador de energía y metales industriales, pero, además, entre los dos países en conflicto bélico, suministran conjuntamente más del 25% de las exportaciones mundiales de trigo.
“Europa depende especialmente de la energía rusa, de la que importa el 47% del gas natural y el 25% del petróleo. Armenia, Georgia, Kazajstán y Turquía importan más del 75% de su trigo de Rusia y Ucrania, y muchos países de Oriente Medio y África dependen de las importaciones de trigo y otros productos básicos provenientes de Rusia y Ucrania, lo que podría provocar inseguridad alimentaria”, alerta el Banco Mundial.
El escenario actual ha fragilizado los tejidos de la llamada globalización económica y financiera, al interrumpir la conectividad de las rutas comerciales, lo que ha provocado no solo el aumento de los costes de producción, sino que, también, tensiones en las cadenas de los principales sectores industriales en el mundo. Desde la industria alimentaria, la automovilística, la construcción, la petroquímica y la del transporte.
La migración
Junto a los impactos económicos, también se está desprendiendo una ola migratoria y de refugiados provenientes tanto de Rusia como de Ucrania, así como de los países impactados. El Banco Mundial registra que más de 4 millones de personas han huido de Ucrania. Más de la mitad han cruzado a Polonia y otros más se han dirigido hacia Hungría, Moldavia y Rumanía. “Se calcula que el número de refugiados aumentará en los próximos meses, por lo que los países de acogida tendrán que afrontar el reto de acogerlos”, según este organismo.
Desde que el presidente de los Estados Unidos (EEUU), Joe Biden, anunció que recibiría hasta 100 mil personas que están huyendo de la guerra, en Tijuana, la frontera de México, cada día sigue llegando gente proveniente de Ucrania, Rusia y de otros países. Este nuevo reflujo migratorio se suma a los miles de personas que esperan cruzar hacia EEUU, provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Cuba, Venezuela y Haití.
“Habrá que movilizar rápidamente recursos financieros adicionales y ayuda humanitaria para aumentar la capacidad y garantizar la prestación de servicios básicos. En Ucrania, se calcula que ya hay 6,5 millones de personas desplazadas internamente y que aproximadamente un tercio de la población necesita ayuda humanitaria de emergencia”, señala el documento del BM.
Mientras tanto, EEUU recibe a los miles de migrantes en unas de sus peores crisis. De acuerdo la Oficina de Estadísticas Laborales el Índice de Precios al Consumidor de este país ha alcanzado uno de los niveles de inflación más altos en los últimos 40 años. Alcanzó un incremento de 8,5% para el año que finalizó en marzo y lo mismo sucede en América Latina.
El impacto de la guerra en las perspectivas económicas de la región depende de cómo evolucione el conflicto en curso. “Un conflicto más prolongado podría incrementar los costes humanos y económicos, aumentar la incertidumbre política, fragmentar la integración regional y perturbar los vínculos críticos de comercio e inversión”, prevé el organismo financiero mundial.
Transición energética
El Banco Mundial ha aprovechado los diversos escenarios de crisis para acelerar las políticas que permitan el reemplazo de la matriz energética, sobre todo en los sectores productivos, como una necesidad para sostener el ritmo de producción de mercancías y servicios y así, el engranaje de las principales economías pueda funcionar.
Por ello, este organismo llama a los Estados-nación a “mantener la atención en la mejora de la eficiencia energética y la transición verde para asegurar un futuro sostenible”.
Según el BM, la guerra y el aumento de los precios de la energía convencional, “demuestran aún más el atractivo de las energías renovables y la importancia de la transición de los sistemas energéticos hacia una energía más barata, limpia y fiable”, ya que ello asegurará “el uso de innovaciones tecnológicas que podrían permitir a las economías de la región mitigar el impacto de la guerra en el crecimiento económico”.
(Español) Encuentro continental para levantar alarma sobre persecución a periodistas comunitarios
Fuente: Avispa Midia
Por Avispa
por Prensa Comunitaria
Periodistas de Guatemala, Bolivia, México, El Salvador, Honduras, Colombia, Brasil y Argentina conversarán durante una semana sobre los retos que implica en estos momentos de regresiones autoritarias en el continente ejercer el periodismo desde los territorios con enfoques comunitarios, feministas e indígenas.
Los periodistas se reunirán del 25 al 29 de abril en Guatemala para conversar, tomar una pausa en el intenso camino de informar a diario sobre lo que pasa en sus comunidades y reflexionar sobre la importancia de comunicar desde el territorio, privilegiando voces feministas e indígenas.
El encuentro empezará con una jornada de reflexión que acompañará Pedro Vaca, el relator para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, quien compartirá sobre los mecanismos de protección que apoya la Comisión y sobre las acciones concretas tomadas en casos específicos de periodista amenazados, perseguidos y acosados por actores criminales, élites de poderes políticos económicos e incluso por los gobiernos de sus países.
La jornada de reflexión estará acompañada también por Jordán Rodas, Procurador de Derechos Humanos de Guatemala, quien en entrevista con Prensa Comunitaria, uno de los organizadores del encuentro, aseguró que en el país centroamericano hay muy pocas garantías para el libre ejercicio del periodismo, lo cual ha afectado la calidad democrática de Guatemala.
El resto de la semana, los periodistas realizarán actividades como paneles, talleres y ejercicios de reflexión a partir de las experiencias específicas de sus países.
Durante el encuentro se destacará el papel de las periodistas en la defensa del territorio desde un ejercicio de género y resistencia. También se analizará el papel que han jugado los periodistas indígenas en la defensa de sus comunidades al denunciar los abusos históricos a los que estas han estado sometidas, sobre todo por parte de gobiernos, estructuras paramilitares y la industria extractivista.
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A diferencia de otros encuentros, centrado en el ejercicio urbano del periodismo desde agendas relevantes para las ciudades capitales, en este los protagonistas serán los comunitarios, quienes ejercen el periodismo desde una óptica diferenciada, la que da hacerlo de forma constante desde los mismos territorios.
Un documento preparatorio del encuentro lo explica así: “El periodismo comunitario y el periodismo feminista son categorías que funcionan como mecanismo de romper la hegemonía de la narrativa dominante para la exigibilidad de derechos. Ambos, juntos a otros nombres del periodismo fuera del cerco oficial y corporativo que funcionan para los sectores que se benefician de las estructuras de desigualdad social, han diversificado presencia de actores sociales en campo mediático y diversificado los modelos de reporteo, actores e incorporar a sujetos oprimidos por el poder dominante e invisibilizados por el periodismo de este.”
Desde Prensa Comunitaria, ese periodismo pretende romper con la forma tradicional de reportear y contar, distanciarse de eso, siendo la propia gente la que produce su propia información, para sí misma y desde sí misma. Es un compromiso con la transformación de la realidad y las formas de comunicar.
El encuentro ocurre en momentos en que el continente americano vive importantes regresiones democráticas debido a los afanes autoritarios de sus líderes, desde Jair Bolsonaro en Brasil hasta Alejandro Giammattei en Guatemala y Nayib Bukele en El Salvador. Estas nuevas autocracias, caracterizadas por el afán de concentración de poder y la difuminación de los controles sociales que suelen ser garantías del respeto a los derechos individuales y sociales en las aún frágiles democracias latinoamericana, han golpeado, y fuerte, al periodismo, sobre todo al comunitario.
Reflexionar y compartir experiencias es parte de un ejercicio más integral de resistir, desde el periodismo comunitario, esos embates autoritarios.
La situación en Guatemala
La situación del país anfitrión del encuentro es solo una muestra del deterioro continental. En Guatemala, las agresiones a periodistas no son nuevas, mucho menos en el caso de periodistas comunitarios, que han tenido que soportar desde hace años encarcelamientos, allanamientos de sus viviendas, zozobra impuesta por las autoridades o persecución de empresas privadas extractivas que son dueñas y señoras del territorio ahí donde tienen proyectos mineros o hidroeléctricos.
En los últimos años, sin embargo, la situación general de deterioro democrático durante los gobiernos de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei han agravado la persecución a periodistas. Solo en 2021, Prensa Comunitaria registró 125 agresiones a periodistas.
Uno de los ejemplos que mejor ilustra el patrón de agresiones es el de El Estor, el municipio de Izabal en el que funciona una mina ruso-suiza que sobornó al Estado de Guatemala para reprimir a los comunitarios Maya Q’eqchi’ que se han opuesto a la depredación ambiental de la mina. Los periodistas que han cubierto estas luchas, también Maya Q’eqchi’, han sido objeto de persecución constante desde 2017, cuando la Policía Nacional Civil, al servicio de la minera, mató a un pescador, y más recientemente en 2021, cuando el Ministerio Público abanderó la persecución de tres periodistas comunitarios que documentaron más agresiones de la PNC.
De forma extraoficial se registra que ya de Guatemala han tenido que salir al menos cuatro periodistas acosados por el régimen de Giammattei.
Todos los casos de persecución, y en especial los que tienen que ver con el periodismo comunitario, están amparados en una cultura de impunidad que se ha alimentado en los últimos años por la regresión autoritaria que, como se dijo, no es exclusiva de Guatemala.
Durante este encuentro periodístico, serán los periodistas comunitarios del continente, las periodistas feministas e indígenas quienes buscarán, con el diálogo, la forma de resistir desde el periodismo.