Estados Unidos
Mumía Abú-Jamal: UN NUEVO DÍA
Los eventos de la última semana siguen resonando en la conciencia nacional.
Los asesinatos sin provocación que la tira hace en las calles del Medio Oeste norteamericano y los asesinatos de policías en Texas que acaban de pasar, nos muestran que se ha llegado a un nuevo instante en la más larga y cada vez más pública guerra interna de los Estados Unidos; guerra que nadie sabe cuando ni como va a terminar.
El problema de la violencia policial, naturalmente, no es nuevo.
Cuando el Reverendo Doctor Martin Luther King Jr. dirigió marchas en protesta contra la segregación racial en Selma, Alabama, en los años de los 1960s, policías no “ayudaron” a los que marchaban en protesta; los cachacos golpeaban a los que protestaban, los golpeaban salvajemente, porque se atrevían a violar las leyes injustas de la supremacía de los Blancos. Cachacos golpeaban indiscriminadamente a hombres y mujeres para protejer los privilegios Blancos.
La democracia participativa impulsa al movimiento en contra de la gentrificación en El Barrio, Nueva York
Miembros del Movimiento por Justicia del Barril en conferencia de prensa denuncian el plan de “viviendas de lujo” del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. (Foto: Janice Aredondo)
Por Jessica Davies, Truthout
Publicado en inglés en Truthout.
Hace once años, en una zona conocida como El Barrio en el este de Harlem, Nueva York, unos residentes de la comunidad, miembros de quince familias de inmigrantes, todas ellas mujeres, se juntaron para buscar lograr viviendas dignas en su comunidad. Luchaban contra la gentrificación y el desplazamiento, y los abusos de un propietario privado que estaba tratando de obligarlas a abandonar sus hogares con el fin de atraer a inquilinos ricos y transformar a El Barrio querido en donde vivían. Estas mujeres no tenían experiencia previa de cómo organizar, pero se escucharon y se apoyaron mutuamente, y en diciembre de 2004, formaron Movimiento por Justicia del Barrio (Movimiento).
Increíblemente, Movimiento ahora cuenta con 954 miembros, en 95 comités de edificio. El ochenta por ciento de los miembros son mujeres, y las mujeres son la fuerza impulsora detrás de la organización. Movimiento se compone de inquilinos de bajos ingresos, que son inmigrantes; muchos también son indígenas. Obligados por la pobreza a abandonar a su país de origen, han construido una comunidad fuerte en El Barrio y están decididos a no dejarse ser desplazados otra vez. Ellos saben que su lucha es contra el sistema neoliberal representado por los propietarios abusivos, especuladores de propiedades, corporaciones multinacionales, políticos corruptos y las instituciones gubernamentales que buscan desplazarlos de su comunidad.