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Durante dieciocho años, desde su levantamiento armado en 1994, los zapatistas han hecho una de las cosas más difíciles que puede acometer el ser humano: han dejado de ser siervos; han dejado de obedecer las causas de otros; se han empeñado en construir y defender su propia forma de vida y de gobierno. Y es por eso que, para muchos, resultan molestos o incómodos y el gobierno en sus tres niveles, pretenden destruirlos de muchas formas y con todos los recursos a su alcance.

La Junta de Buen Gobierno “Semilla que va a producir” ha denunciado que las comunidades bases de apoyo zapatistas están sufriendo agresiones por parte de grupos civiles armados, y los habitantes de las comunidades Comandante Abel, San Marcos Avilés y Unión Hidalgo, han tenido que huir al monte para protegerse de las reiteradas agresiones violentas que sufren con armas de alto calibre.

Y nosotros nos preguntamos: ¿por qué el gobierno –y sus grupos armados– insisten en atacarlos y en destruirlos? Y la respuesta que encontramos es ésta: porque el gobierno y su poder necesitan, para ser más fuertes, de la debilidad de los ciudadanos. Y los zapatistas dejaron esa debilidad a un lado. Porque aceptar y contribuir con la forma de vida que nos impone el poder, es aceptar y contribuir a nuestra propia servidumbre. Y los zapatistas dejaron toda servidumbre a un lado.

Los zapatistas dejaron de ser siervos, pero ¿esa es una razón para dejarlos solos? ¿esa es una razón para permitir que los paramilitares los asesinen y los despojen de sus tierras ? ¿esa es una razón para abandonar a los desplazados a su suerte, entre el hambre y las enfermedades que los atacan en la montaña ? Si nosotros no hemos aprendido nada de la rebeldía de los zapatistas, y queremos seguir sirviendo al poder de otros; si nosotros queremos seguir obedeciendo al poder, entonces podemos mirar tranquilamente a otro lado, y guardar silencio.

Pero si algo hemos aprendido del zapatismo, entonces nuestro deber es defender, con nuestra voz, con nuestras manos, con nuestra desobediencia, con nuestra rebeldía, esa otra forma de vida que no responde a las órdenes del poder. Y tratar de ser –como los zapatistas– hombres y mujeres libres que se oponen a toda domesticación, a toda injusticia, a toda servidumbre.

Barbara Zamora

Gabriela Campos

Manuel de la Rosa

Mtra. Elisa Gutiérrez Díaz, Responsable de Vinculación Interna Programa de Servicio Social Universitario

Samuel Porras

Ernesto Kavi

Manuel Fuentes

Citlalli Fuentes

Comisariado Ejidal Ejido San Pedro Tultepec.

Comisariado de Bienes Comunales de San Miguel Xoltepec

Representante de la Comunidad de Santa Cruz Atizapán

La Karakola

Comisariado de Bienes Comunales de la comunidad de Ocotepec.

Nayeli Nesme

Cristina Coronado Flores

Santos García

Juan Carlos Martínez Prado

Grupo de Trabajo “no estamos tod@s”

Espacio de Lucha contra el Olvido y la Represión.

Rocío Salcido

Colectivo Rebelión Cotidiana de Guadalajara, Jalisco

El Colectivo Ixcatán de Jalisco.

Nodo solidale (Italia y México)

“Red de feminismos descoloniales”

Dr. Jorge Alonso, investigador del CIEASAS Occidente, de Guadalajara, Jalisco.

Amig@s de Mumia de México

Comité en defensa del bosque El Nixticuil, Jalisco.

Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, A.C.

Red Mexicana de Trabajo Sexual

Agencia de Noticias Noti-Call