Texto, audios y foto: Daliri Oropeza para Radio Zapatista | Edición: RZ.

 

Cuanalá, Puebla.- Pareciera una historia calcada en gran parte de las coordenadas que conforman México: Las mujeres indígenas esclavizadas al servicio de los hacendados. De los caciques. Esta vez, quien la contó fue la concejala de la Zona de los Volcanes, Gloria Tepalle, nahua de Cuanalá. Recuerda a la historia que contó la comandanta Miriam del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Morelia, Caracol Torbellino de Nuestras Palabras, cuando recibieron a María de Jesús Patricio, vocera del Concejo Indígena de Gobierno, quien actualmente recorre México para escuchar a los Pueblos.

En un ejercicio de memoria, Gloria Tepalle enunció frente a Marichuy y las personas que participan: “En esas haciendas (en Puebla), nos contaron nuestros abuelos, los hacendados explotaban y humillaban a nuestras familias. Que los capataces golpeaban a nuestras abuelas si no hacían lo que ellos querían. Llegaban tarde a dar la comida, y los capataces iban con sus caballos, les pegaban y les tiraban la comida. En ese tiempo existían las tiendas de raya, les obligaban a comprar el frijol y el maíz que ellos mismo sembraban, los endeudaban, y podríamos decir que actualmente los capitalistas retoman esa postura con las tarjetas”.

María de Jesús Patricio escucha con atención, escribe en su libreta. Mira fijamente pensativa. Vuelve la mirada a Gloria. “Mujeres y hombres valientes de nuestros pueblos se organizaron contra invasores finqueros, capataces y caporales. Lograron recuperar las tierras que de por sí les pertenecían a las comunidades (en la Revolución)”. La represión, desprecio, despojo, explotación, racismo, han aumentado, coinciden los participantes.

Zayra Yaretzi Martínez, representante de Transglobal Puebla, preparó con su colectivo una carta especial para Marichuy. Un posicionamiento de la comunidad LGBTTI de Puebla, quienes denunciaron que el despojo, como es con la naturaleza, lo es con el cuerpo de las personas, por lo cual ellas se inspiran a la defensa del cuerpo, como lo hacen los pueblos indígenas con el territorio. Hicieron un llamado a reflexionar en la comisión de diversidad sexual del CNI sobre el desprecio a la comunidad. Marichuy observa atentamente. Cuando Zayra regresa a sentarse en su lugar, comenta algo en secreto con Marichuy y ambas sonríen.

Eduardo Camacho, representante del pueblo de Ocotepec, habló de la privatización del agua en
su comunidad, encabezada por la fundación de la refresquera más poderosa, llamada Living Water, acción de despojo solapada por los tres niveles de gobierno. Aseguró que la verdadera lucha de izquierda está en el movimiento indígena zapatista, por lo que el movimiento de Ocotepec se adhiere a ellos. “La clase opresora es la responsable de los crímenes que hasta estos días somos víctimas el pueblo de México y los luchadores sociales”, asegura en voz de reclamo.

Este mitin estuvo lleno de música, comida, niñas y niños jugando en la plaza que tenía el Volcán Popocatépetl de frente. Hubo arte, poesía, recolección de firmas, serigrafía con la imagen de María de Jesús Patricio que llaman a la dignidad. Muchas personas jóvenes, pero también llegaron las abuelas y abuelos indígenas. En el inicio del mitin, donde Bertha Meléndez cantó el himno nacional en náhuatl, con una descomposición melódica. Las personas todas de pie escucharon el fuerte canto femenino.

La Concejala del CIG de la comunidad de Atzala, Gloria Mateo, también se pronunció en contra del despojo de la naturaleza y de las actividades de las personas campesinas. Cuanalá es una zona rural de siembra de maíz, frijol, tejocote, ciruela, pera, manzana, zanahoria, haba, coliflor o flor de cempasúchil. Pero la mancha urbana ya invade esos terrenos. Están muy cerca de la ciudad de Puebla y ahora de la gentrificación de Cholula por ser pueblo mágico de los programas gubernamentales. Gloria expresa su miedo por el gasoducto Puebla-Morelos-Tlaxcala “que buscan imponer, porque estamos muy cerca del volcán (Popocatépetl) que a cada rato echa fumarola, no vaya a ser”, dice muy preocupada.

“En este país, el dolor nos lo están causando los políticos y los poderosos”, les recuerda a las asistentes Gloria Tepalle. Al finalizar, Marichuy sonríe después de las porras que le echan para que siga recogiendo la voz de los pueblos. Para que florezca esa voz.

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