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Espejo 3: El Pueblo Wixárika pese a que se encuentra inmerso entre los límites de los estados de Jalisco, Nayarit y Durango, tiene un territorio continúo y su organización autónoma es fuerte y ancestral. Hoy enfrenta embestidas por varios frentes simultáneos, desde añejas invasiones agrarias en las que pese a haber sido ordenada la restitución a favor de la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán, esta no se ha ejecutado por las indefiniciones limítrofes entre estados. Su territorio esta siendo atravesado por carreteras cuyo objetivo es el despojo de los recursos naturales de la región como es el caso de la comunidad de Santa Catarina Cuexcomatitlán que desde el año de 2008 detuvo mediante fuertes movilizaciones la imposición de la carretera Amatitán- Bolaños- Huejuquilla y actualmente el gobierno del estado de Jalisco se ha negado a reparar los daños causados a su bosque, a su camino comunal y a sus sitios sagrados a pesar de que la comunidad obtuvo resoluciones judiciales favorables.

En el estado de Durango, la Comunidad Wixárika Autónoma de Bancos de San Hipólito continúa en su larga lucha por el reconocimiento de su territorio ancestral, ejerciendo la autonomía como única vía de seguir existiendo como pueblo originario.

El territorio para nuestros pueblos no solo es agrario sino ceremonial y para el pueblo Wixárika el principal de sus sitios sagrados se encuentra en el desierto de Wirikuta, San Luis Potosí, que además de estar amenazado por 5 empresas mineras que tienen en su poder mas de 78 concesiones, en él se realiza el saqueo sin autorización alguna de antimonio, uranio, oro y plata en las zonas de San José de Coronados y la Presa Santa Gertrudis, en los municipios de Catorce y Charcas.