9 de enero del 2017, Cuidad de México.- Casi 10 días de cumplirse la subida de precios en combustibles y la gente ha salido otra vez, después de decenas de convocatorias para mostrar su desaprobación, pero no solo eso, la gente ha salió cómo años pasados, por las tragedias cometidas por el mal gobierno de Enrique Peña Nieto, como la desaparición forzada de los 43 estudiantes. Señoras, padres de familia, niñ(as), estudiantes, jóvenes, campesin(as), maestros, músicos, proletarios, antifascistas, anarquistas, feministas, gays, personas de avanzada edad; gente informada le advertía a los secuaces de gobierno, que no solo es Peña el saqueador de la Nación, sino todos sus viejos como Cerón y nuevos como Videgaray, compinches demagogos.

La marcha partió del ángel con actos de protestas ¡Nuestra voz no necesita gasolina, la movilización tampoco! Los contingentes se acomodaron y tomaron el paso, se escucha la voz que decía ¡Así como Peña mintió sobre el alza de combustibles, así miente que no es consecuencia de la reforma energética! El escenario era alentador, la presencia de los músicos se notaba en toda la marcha pero a la vez desalentador, porque al fondo de los marchistas lucían las nuevas gasolinas privadas como “Hidrosina”.

Miles de personas y entre ellas creativos con un performance exhibiendo a los verdaderos saqueadores del pueblo. Miles caminaban, no con la esperanza de cambiar el mundo sino con el sueño de que el pueblo tome conciencia, como decía el cartel de alguna disidente. Esta movilización pacífica sin presencia de muchos elementos de seguridad arribó al zócalo donde se escuchó la voz de estudiantes, trabajadores, madres de familia y donde se quemó la marioneta de Peña como acto simbólico, también se reforzó la idea de que el movimiento necesita organización, que las masas necesitan información y no claudicar.

Así se invita a las convocatorias para asambleas y reuniones programadas en distintos sectores y colonias como Tlatelolco, monumento a la revolución, Coyoacán y cuidad universitaria el próximo 15 de enero, también para las próximas movilizaciones como la marcha del 20 de enero para echar atrás la reforma energética.