Tapachula, Chiapas, 5 de diciembre de 2013.- Después de un recorrido por 11 estados, 30 ciudades, 3,800 kilómetros, decenas de eventos y cuatro reencuentros, la Caravana de madres de migrantes desaparecidos “Buscamos vida en caminos de muerte” de madres y padres centroamericanos en búsqueda de sus hijos desaparecidos en México culminó el 3 de diciembre en la frontera sur, donde comenzó hace 18 días.

La caravana 2016, en su decimosegunda edición, logró cuatro reencuentros, entre madres, hijos e incluso entre dos hermanas que no se habían visto en 37 años.  Con esto, suman  269 reencuentros de familiares logrados en los 12 años de recorrido por México.  Su trabajo también ha arrojado decenas de pistas para seguir con las búsquedas de las 41 madres y padres que participaron este año, además de otros cientos que quedan en casa y han encargado las fotos de sus hijos e hijas a la Caravana para la búsqueda.

En sus visitas a los albergues, bares, oficinas gubernamentales, cárceles,  plazas centrales, y cualquier otro lugar donde se congregan  migrantes en su tránsito por México, la Caravana logró recoger decenas de pistas para dar seguimiento a las búsquedas y, como cada   año, visibilizar la grave situación que enfrentan las personas migrantes en su trayecto hacia el norte.

Por primera vez, este año la caravana exploró las rutas del mar, de la costa de Oaxaca y Chiapas, pasando por Salina Cruz, Puerto Madero y Barra San José.  En Juchitán hizo una parada en la fosa común municipal que ha recibido los cadáveres de migrantes anónimos que mueren en naufragios en su intento de pasar los controles migratorios y los abusos en tierra.  En Barra San José rindió homenaje a los tres niños migrantes ahogados en esta playa en  julio de este año.  En esta playa la caravana dedicada a la memoria de Berta Cáceres, también conmemoró el cumplimiento del noveno mes desde el asesinato de la luchadora indígena hondureña con un grito por la justicia y la demanda a las autoridades de Honduras que se permita una investigación independiente para llegar a la verdad y la justicia en su caso.

En todos los países, desde los países de origen de Centroamérica, pasando por México y hasta llegar a Estados Unidos, la Caravana ha denunciado la indiferencia y la impunidad respecto a los crimines cometidos contra personas migrantes por parte del estado, exigiendo el pleno respeto por sus derechos y castigo a los responsables.

En este recorrido la Caravana detecto nuevamente el incremento notorio en la violencia y la violación de los derechos humanos desde que el gobierno de Enrique Peña Nieto impuso el Plan Frontera Sur en 2014, apoyado y financiado por el gobierno de los Estados Unidos para detener los flujos migratorios centroamericanos a su país desde territorio mexicano.  El Plan Frontera Sur intensifica las medidas de control, vigilancia, contención y militarización, y ha obligado a las personas migrantes a viajar por rutas más remotas y peligrosas, mismas que trazamos este año en la caravana.

Por estas veredas y caminos, las familias migrantes se vuelven presa fácil de grupos de delincuentes, crimen organizado y agentes estatales corruptos.  Lejos de garantizar su seguridad y sus derechos, las políticas represivas del estado han sumergido a los y las migrantes que huyen de la violencia y el hambre en sus comunidades de origen, en un infierno donde están expuestos a robos, extorsiones, violaciones sexuales, trata y tráfico, desaparición y muerte.  Los cónsules centroamericanos en la zona fronteriza informan que con la elección de Donald Trump, se ha incrementado el flujo de migrantes que intentan reunirse con sus familiares en Estados Unidos.  La propuesta antimigrante y racista del presidente electo de Estados Unidos, junto con la actitud sumisa y represiva del gobierno mexicano, auguran tiempos de aun más violaciones de derechos e inseguridad para los migrantes centroamericanos.

La Caravana culminó en el Rio Suchiate, para desde allí emprender el regreso a sus comunidades.  “Fueron muchos los aprendizajes del camino, entre ellos el marcado contraste entre la generosidad de espíritu del pueblo mexicano y la indiferencia de muchos de los funcionarios gubernamentales hacia las tragedias humanas que genera la criminalización de las personas migrantes en el país.  Este hecho refuerza nuestro compromiso de seguir presionando a las autoridades a la vez que construimos redes y solidaridades desde abajo.” Explicaron las madres de la Caravana.

Marta Sánchez, del Movimiento Migrante Mesoamericano concluyó: “Agradecemos el acompañamiento que nos dan los medios de comunicación, que son garantía de la difusión de nuestra labor y de la denuncia de las causas que la motivan.  Con su trabajo, las noticias de esta caravana llegarán a todos los rincones posibles de nuestro país y de otras latitudes, fortaleciendo la red internacional de lucha que enfrenta y contesta a los discursos que intentan invisibilizar lo que ya hoy es imposible esconder, el sur global está migrando hacia el norte en busca ya no de mejorar su calidad de vida, sino de preservar la vida misma.”

El Movimiento Migrante Mesoamericano,  a la vez que busca personas que han desaparecido en el cada vez más peligroso tránsito por México, ha buscado visibilizar el terrible costo humano de las actuales políticas migratorias.