Sorry, this entry is only available in Mexican Spanish. For the sake of viewer convenience, the content is shown below in the alternative language. You may click the link to switch the active language.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Pozol. 26 de julio de 2016. Mujeres vendedoras de comida tradicional de la comunidad de Copoya organizadas en el “Comedor Zoc”, denuncian que el pasado día sábado arribaron al centro de la población para colocar una lona para poder trabajar al siguiente día, tal como lo acostumbran hacer todos los domingos desde hace dos meses. Sin embargo, cuando llegaron a la parte en donde trabajan estaba estacionado un camión. “Se le pidió amablemente al chofer que moviera su carro porque ya no iba a poder salir y contestó que no, porque tenía permiso del agente municipal”, relatan.

Posteriormente las mujeres de origen zoque le marcaron al agente municipal de nombre Jesús Ignacio Jiménez Escobar, para que hablara con el chofer y moviera el camión “Nos contestó molesto que no, porque esa parte no le corresponde al museo de Copoya”.

“Más tarde, llegó el agente municipal y el subagente Guadalupe Gutiérrez Hernández, y dijeron que acudieron para arreglar el problema. Les dijimos que no había ningún problema, sólo que hicieran favor de mover el carro. Muy molestos nos contestaron que no, y que nos iban a echar a la iglesia en contra, porque era un evento de la iglesia y que van a tirar el Museo, porque un pequeño grupo estamos causando problemas en Copoya”, narran las amas de casa.

“Les contestamos que ¿qué problemas? ¿Problemas buscar apoyo para colonias para las mujeres tengan un ingreso’; ¿rescatar la tradiciones; gestionar ambulancias, curso para mujeres?; ¿desasolves de ríos; cirugías gratis a personas de escasos recursos?; ¿solicitar contenedor para basura?; ¿a eso le llama problema?”, cuestionaron las denunciantes.

Las mujeres organizadas indicaron que las autoridades ejidales se fueron muy molestos y dijeron que el asunto lo pasarían con los ejidatarios, que “a ver cómo nos iba”, por lo que hacen un llamado para que se les respete su derecho a organizarse y ocupar el lugar que hasta ahora han utilizado para la venta de comida tradicional, mismo que antes permanecía en el olvido por parte de dichas autoridades.