HACE 93 AÑOS, RICARDO FLORES MAGON MURIÓ EN UNA CARCEL.
HOY, SIGUE LO MISMO.

“No, la práctica de la democracia no produce el motín,
la reclamación de derechos no acarrea trastornos.
La tiranía es la que produce el motín,
y la opresión es la que acarrea los trastornos” RFM (1900).

A lxs personas, los colectivos y las comunidades que luchan en México y en todo el mundo.
A lxs libertarixs de todas partes, que no olvidan la memoria de Ricardo Flores Magón, su ejemplo, sus palabras y la represión que sufrió, como tantas y tantos otros.
Al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, al Congreso Nacional Indígena y a la Sexta, en México y en el mundo,
A todxs los presxs del México y del mundo.

En este 21 de noviembre, fecha de conmemoración del fallecimiento en la cárcel de Leavenworth, Kansas, Estados Unidos, del anarquista mexicano Ricardo Flores Magón, como amigxs, familiares y solidarixs de Miguel Ángel Peralta Betanzos, compañero preso originario de la misma comunidad de Eloxochitlan de Flores Magón, Oaxaca, donde nació Ricardo hace 142 años, queremos darles a conocer nuestra palabra sobre los cambios cada vez más inhumanos y asfixiantes que los gobiernos están promoviendo últimamente en el sistema carcelario de México.

Mientras las autoridades mexicanas intentan recuperar cada año la memoria de Ricardo Flores Magón dándole falsos homenajes, queremos evidenciar que, de la misma manera que lo hicieron hace casi cien años con Ricardo, los gobiernos siguen usando la cárcel hoy en día para ahogar a la rebeldía y a la resistencia, intentando matar en silencio a nuestrxs cercanxs encarcelándoles por años y decenas de años, y cerrándonos todas las ventanas por donde hablar y denunciar los crímenes y las injusticias que vivimos.

Queremos que sepan entonces que, a raíz del proyecto de seguridad nacional y con el pretexto de la fuga apoyada por el gobierno del narco “el Chapo Guzmán”, la reglamentación en las diferentes cárceles del país está cambiando la condición ya deplorable de por sí, en que se encuentran la mayoría de las personas privadas de su libertad, así como la de sus visitas. Aunque las autoridades de los penales justifican los cambios que están realizando con un discurso basado en el respeto de los “derechos humanos”, al interior se están resintiendo de manera muy distinta a lo que quieren hacer ver, es decir, están generando inconformidad, pero a la vez nuevas formas de organización para hacer frente a dichos cambios.

En agosto, en la reunión anual de la Conferencia Nacional de los Gobernadores (CONAGO), el gobierno mexicano acordó impulsar un “Programa de Fortalecimiento del Sistema Penitenciario” que según tiene que estar funcionando en su totalidad antes de que termine este año. A lxs presxs, no les explican bajo que reglamento es que están modificando, sólo se da la orden por parte del director, acompañado de personal de la Dirección General de Readaptación Social. La única información que se las ha dado es que tienen que pasar por un proceso de certificación y que todos los reclusorios, de ahora en adelante serán iguales en el país. Lo que se sabe es más por lo que se comenta entre pasillos que lo que realmente les informan, ni que decir, que les presenten algún documento o el mismo reglamento bajo el cual se regirán de ahora en adelante.

El “Programa de Fortalecimiento…” se basa prácticamente en cinco puntos que tienen la intención de generar protocolos para homologar en su operación e infraestructura los reclusorios que ya existen y los que han venido construyendo: Registro Nacional de Información Penitenciaria; Protocolos de Actuación, Métodos y Procedimientos Homologados; Desarrollo Profesional Penitenciario; Modelo de Certificación; Programa Integral para la Reinserción Social. Los ejes que dirigen este programa como muchos otros de años atrás, son “seguridad y protección”, “orden y disciplina”, “atención digna”, “programas y actividades recreativas”, “justicia y derechos humanos” y “administración y gestión”. No se ha presentado ningún reglamento oficial, con el que lxs presxs puedan guiarse y saber realmente lo que está estipulado y lo que sólo es por “órdenes del director”.

Así, en los últimos meses, han cambiado varias cosas que como lxs mismxs presxs mencionan “no creemos estén pensadas en nuestro bienestar”, ya dirán ustedes; por ejemplo en el caso del reclusorio de Cuicatlán, Oaxaca, el horario de visita se ha modificado (ya serán menos horas) que por palabras de una custodia o celadora, la intención es que la visita esté cada vez menos tiempo al interior del reclusorio; la visita conyugal ahora sólo es de dos horas; no pueden recibir más visita que la de familiares directos (papá, mamá, hermanxs); cada vez restringen más los alimentos que pueden ingresar y como es lo común la comida que dan en el rancho, es de mala calidad; la privacidad ni que decir, ahora ya hasta les quitaron la cortina que tenían en el “baño” dentro de la celda; a todxs les harán portar uniforme; les han cancelado los teléfonos, sólo han dejado uno para más de 200 presos; no están permitiendo el ingreso de libros; no tienen permitido hacer ejercicio como sentadillas, barras, ni los juegos de mesa; ya no se les puede pasar nada de dinero, ni la visita puede llevar un sólo peso; no pueden portar cinturón, reloj, aretes, pulseras; los espacios de trabajo están siendo reducidos; no hay un lugar para recibir la visita; y bueno así toda una lista muy larga de cambios que según los representantes del sistema penitenciario liberal reflejan un trato digno para quienes están privadxs de su libertad. Claro que a la visita también le afectan directamente estos cambios, por lo que se dice, la intención es que la familia que visita se canse, se desespere y deje de ir a ver a su presx. Cualquier persona que intente reclamar, cuestionar o transgredir las nuevas normas, tiene la amenaza de ser castigada y/o trasladada a otro reclusorio. Lo que se dice es que la intención es instalar el sistema penitenciario que rige en otros países, donde la privatización es la constante y a lxs presxs se les mantiene aislados entre sí, la mayor parte del tiempo.

Por la condición actual que se vive en los reclusorios y su historia misma, es que insistimos en la importancia de la lucha anti carcelaria, ya que dicha institución es un pilar que sostiene el sistema dominante, degradando a las personas, insertándoles en un dispositivo de control y vigilancia que intenta apropiarse hasta del cuerpo mismo de quienes se encuentran a su interior viviendo el encierro y de sus familiares que les acompañan en ese encierro. Pero no sólo eso, sino que ahora, intentan aislar aún más a cada individualidad que vive en las cárceles y romper a toda costa cualquier contacto (al exterior e interior), por mínimo que sea, con otra individualidad, que está pasando por lo mismo y que por tanto tienen la capacidad de generar comunidad, de entenderse, de compartir, de transgredir, en colectividad.

En este 21 de noviembre, nosotrxs pensamos que recordar la muerte de Ricardo Flores Magón, es recordar también de cómo y dónde murió: de manera infame, cercado de bardas, paralizando su lucha, ahogando su grito en contra de la injusticia, asesinado por el Estado. Para nosotrxs, conmemorar la muerte de Ricardo Flores Magón es también recordar y luchar en contra de esa situación de encierro, que por nada ha cambiado. ¡Hoy en día, lxs presxs de Eloxochitlan de Flores Magón y de todas las cárceles de México y del mundo siguen viviendo lo mismo que los hermanos Magón, Librado Rivera, y sus demás compañeros encarcelados!

Libertad a lxs 12 presxs de la Asamblea Comunitaria de Eloxochitlán de Flores Magón!

¡Libertad a Roque Coca, a Luis Fernando Sotelo, a Fernando Bárcenas, a Cemei Verdía de Ostula, a los presos de Tlanixco, a Alvaro Sebastián, a lxs presos de Bachajón, a Leonard Peltier y a Mumia Abu Jamal!

¡Presxs a la calle! ¡Solidaridad!

FIRMAS:
Familiares, amigxs y compañerxs de Miguel Angel Peralta, encarcelado en Cuicatlán, Oaxaca.