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Buenas noches, compañeros y compañeras, hermanos y hermanas.

Les voy a explicar un poco lo que dijo la compañera Comandanta Rosalinda.

Así como explicó, ahora me toca explicar para ser una candidata, que desde 1994 supimos que tenemos el derecho como mujer, donde nos despertamos, así fuimos entendiendo poco a poco los trabajos de las compañeras.

En los pueblos, en las regiones, empezamos con la práctica de cómo organizarnos para una lucha por el bien del pueblo sin que tengamos estudio.

Donde nos dimos cuenta, en 1994, como mujeres que somos, como madres y padres que somos, tuvimos ese valor de mandar a pelear nuestros esposos, nuestros hijos, nuestras hijas, y sabíamos muy bien para ir a enfrentar con el enemigo no es nada fácil porque bien regresa vivo o muerto, pero nunca pensamos en esa cosa, estamos bien claro que ellas tenían que tener esa responsabilidad de crecer a nuestros hijos, hijas que queda. Es donde nos dimos cuenta que pensamos igual que los compañeros hombres.

Para ser una suplenta es hacer primero el trabajo, pláticas de la lucha, o sea que vimos que hay más responsabilidad de hacer ese trabajo; así como hacer reuniones en las regiones, en los municipios y en las zonas; visitar pueblos cada poco tiempo para organizar más las compañeras y compañeros en los trabajos colectivos para sostener nuestra resistencia en las tierras recuperadas, que los recuperamos en el 1994, que nos había quitado los terratenientes, que desde la clandestinidad veníamos haciendo trabajos colectivos; y también dar plática en cada pueblo, hombres y mujeres, niños y niñas, para dar de entender de la lucha.

Para que no vayan creciendo nuestros hijos con esa mala idea no los dejamos que aprendan esas malas ideas del mal sistema capitalista.

Así fue avanzando los trabajos de las compañeras y su participación como compañera zapatista en cualquier tipo de trabajo, o cualquier cargo que nombra el pueblo. Así fue reconociendo sus derechos de las compañeras, que sí tenemos esa libertad. Libertad de opinar, de analizar, discutir, planear, en cualquier cosa, y tanto los compañeros entendieron que sus derechos de las mujeres.

El primer valor de las compañeras permitieron que sus esposos, hijas, estuvieran en la lucha. Segundo, dieron a la libertad a su esposo, pues vimos lo que hacen los hombres, sí podemos hacer también como mujeres, tenemos ese valor.

También tenemos palabras, ideas de analizar, a ver problemas. Aunque fue muy difícil para nosotras pero sí hicimos ese esfuerzo. Aunque fueron cabrones los compañeros hombres antes, pero sí le supimos de darle a entender a los compañeros, aunque hay algunos cuantos todavía que se ponen cabroncitos pero ya no son todos.

Pero la mayoría ya lo entendieron. Ya no se dejan las compañeras, ahora ya no se quedan humilladas como antes, como decía la compañera Comandanta Miriam, ya se quejan las compañeras con las autoridades civiles, así como agentas o comisariadas. Como en cada pueblo tenemos agentas y comisariadas, si no lo pudieron arreglar esas agentaas y comisariadas, pasa con las autoridades municipales. Lo arreglan porque tenemos reglamento de cada pueblo, según el acuerdo de cada pueblo.

Pero no creas que todavía todas las compañeras que se quejan porque tienen miedo a su esposo, pero tenemos que llegar de saber con otras compañeras, salen las pláticas cuando hacemos reuniones, y lo tenemos que investigar como compañeras, o sea entre nosotras tenemos que arreglar porque entre nosotras tenemos mucha paciencia, no igual como los hombres que no tienen paciencia.

Allí donde vimos que sí podemos hacer el trabajo, ahora ya nos tomamos ese espacio de participar, formar otra generación aunque con errores, pero si estamos haciendo con error nos corregimos. Allí vamos haciendo nuestra lucha, así que fuimos organizando y tenemos mucha paciencia como mujeres que somos, por eso cuando pasamos en responsables locales, responsable regional, candidata, suplenta y hasta llegar a ser comité clandestino revolucionario indígena.

Para organizar más las compañeras y dar de entender más a los jóvenes y jóvenas, lo tenemos que orientar, que jalar, o alcahuetear, o contagiándolos pero no de enfermedad, sino de buena idea. No es una mala idea para darle a entender que no vivan explotados por el sistema capitalista, pero sí lo estamos haciendo, ya están organizando los jóvenes y jóvenas. Así como lo ven que aquí está presente con nosotros las dos compañeritas que están aquí con nosotros, son compañeras jovencitas, ellas se llaman Selena y Lizbeth, ellas van a ser nuestras futuras autoridades, fruto de los niños.

Ahora vamos haciendo por escalones, no tiene fin, por eso como comité aquí estamos como Comisión Sexta, gracias a la organización que sí aprendemos a leer un poco, a escribir un poco, a hablar un poco de castilla, no sabíamos nada de hablar ni una palabra en castilla. Por eso no nos vamos a dejar de organizarnos como mujeres en este sistema capitalista, porque hay todavía tristeza, dolor, encarcelamiento, violación, así como las madres de 43 desaparecidos.

Por eso estamos compartiendo con ustedes como Sexta nacional, internacional, hermanos y hermanas. Gracias a nuestra organización zapatista ya somos tomadas en cuenta como mujeres zapatistas, por eso nosotros nos organizamos hombres y mujeres, por el mal sistema capitalista.

Lo que nosotros queremos que haiga un cambio en todo. En todo el mundo, para todo el país. Pero sí nos vamos a organizarnos, si no luchamos por el sistema capitalista va a seguir así hasta nos acaba todos, nunca va a haber un cambio.

Debemos luchar al cien por ciento hombres y mujeres. Tener una nueva sociedad, que el pueblo sea el que manda. Nosotros, como mujeres zapatistas, no nos vamos a dejar de luchar, mientras que nos mate el mal gobierno, porque siempre nos tiene perseguidos los malos gobiernos.

Disculpen, compañeros y compañeras, hermanos y hermanas, no sé hablar muy bien el español. Como no aprendí muy bien, a ver si lo escucharon lo que dije.

Es todo.

Muchas gracias.